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Archivos de Medicina Interna

versão impressa ISSN 0250-3816versão On-line ISSN 1688-423X

Arch. Med Int vol.34 no.2 Montevideo  2012

 

Medicina y Sociedad: reflexiones

Las humanidades

Humanities

 

Dr. José Portillo

Pediatra. Profesor Agregado de la Facultad de Medicina. Estudios de Maestría en Filosofía, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. UdelaR. Montevideo.

Palabras clave: Posmodernismo, Humanidades, Arte.

Keywords: Postmodernism, Humanities, Art.


La era que vivimos, la llamada post- modernidad, tiene una característica muy destacada: el pensamiento débil, la ausencia de reflexión crítica, la ausencia de evaluación de los propios actos. Se trata de una especie de irresponsabilidad colectiva y de lenta evolución. A ello han contribuido muy diversos factores sociales, económicos, culturales, políticos, que se pueden agrupar, en lo que algunos autores han llamado “la crisis civilizatoria”. La alienación colectiva, los comportamientos masivos sobredeterminados, caracterizan a toda la sociedad, pero muy especialmente a la juventud. ¿Existen herramientas para contrarrestarlo? ¿Es responsabilidad del Estado o de la familia? ¿Es un fenómeno reversible? La sociedad occidental está alienada por el “dios del consumo” y las culturas orientales, enfermas de fundamentalismos.

Este artículo no pretende ni un análisis profundo del tema ni menos proponer soluciones. En forma mucho más modesta, se trata de rescatar el valor de las Humanidades en la formación del sujeto y del ciudadano.

Se entiende por tales todas aquellas ramas del conocimiento, que más se relacionan con el ser humano, incluyendo tanto la razón como la sensibilidad estética.

Por una parte, se trata de conocer nuestro pasado, saber lo que hemos sido y como hemos ido evolucionando a lo largo del tiempo y para ello contamos con la historia, la antropología, la arqueología.

Sin duda la creación literaria es una de las expresiones más ricas, desde los grandes relatos epopéyicos hasta la novela contemporánea, pasando por la tragedia griega y el drama del Renacimiento o la poesía romántica. El ser humano y su entorno han sido presentados de manera magistral de la mano de los grandes escritores. A través de ellos hemos conocido los grandes mitos que han impregnado el imaginario colectivo, ayudando a vivir la vida cotidiana.

Los grandes pensadores y filósofos han articulado sistemas de pensamiento, cosmovisiones y elucubraciones, que nos han permitido entender, comprender algo mejor, el caos en el que vivimos. La comunicación en general y el lenguaje en particular, han sido una de las cuestiones que hasta el día de hoy han generado mayor reflexión y conocimiento.

El ser humano vive por “naturaleza” en sociedad y desde su origen ha asumido diferentes formas de organización, de “contratos sociales”, para sobrevivir mejor. Este es el tema del derecho y todo el ordenamiento jurídico.

La ciencia por el contrario, pretende conocer el cómo, para elaborar leyes universales que nos permitan prever el futuro.

Pero el sentido de las cosas sólo puede llegar por las humanidades. Estas humanizan a las ciencias y le dan un sentido a los nuevos conocimientos. La ética permite reflexionar sobre los avances de la ciencia y sus posibles consecuencias. No tiene recetas, sólo tiene preguntas. Kant disfrutaba con la contemplación de las estrellas tanto como con la tranquilidad de su conciencia. Al mismo tiempo que valoraba la razón, nos ilustraba sobre lo sublime y lo bello.

Como dice bien León-Portilla “hay diferencia entre pensar y sentir la realidad, confiriéndole un significado humano”.

Todas las formas de producción estética e incluso la historia del arte, son uno de los caminos más fructíferos de aproximación a la sabiduría humana. Las grandes ideas y conceptos del pensamiento humanista, surgen de las obras clásicas.

Los grandes problemas de la política, de la economía, como la globalización y el poder. ¿Cómo pueden ser mejor entendidos si no es a través de las magistrales obras del Renacimiento?

Sin embargo los programas educativos en todo el mundo tienden a recortar las humanidades. En la era del utilitarismo y del cálculo mercantil de eficiencia, las artes y la filosofía no aportan “valor de cambio”. El fetiche dinero gobierna y el placer estético queda postergado. Los medios masivos de comunicación tienden a privilegiar la imagen de lo simple, de lo frívolo, de lo que no requiere del cerebro. En su época San Agustín ya hablaba de fascinatio nugacitais (fascinación de una nuez vana). Los tiempos cambian y la trivialidad se globaliza.

Los valores de la Grecia Clásica fueron recuperados por el Renacimiento. Es necesario un “re-Renacimiento” que salve al hombre de las fauces de lo trivial y las humanidades son una herramienta adecuada.

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