Introducción
Desde hace décadas se estudian las consecuencias psicológicas de los pacientes que sufren internaciones en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Más recientemente las alteraciones psicológicas en los trabajadores de la salud han tomado relevancia. En este sentido, en 2007 Poncet y colaboradores encontraron que 33% de las nurses participantes de un estudio multicéntrico que incluyó 165 UCI presetaban burnout severo1. Asimismo, ese mismo año Embriaco y colaboradores publicaron su estudio realizado en 195 UCI, encontrando una prevalencia de burnout severo en el 46,5% de los intensivistas2.
Estos estudios identificaron los factores asociados al desarrollo de burnout, que se agrupan de la siguiente forma: asociados a las características personales de los trabajadores; relacionados con las características organizacionales de la unidad; vinculados con la carga; calidad y relaciones laborales, y finalmente con la interacción con los cuidados al final de la vida y las decisiones asociadas a los mismos1,2.
Estos hallazgos han llevado al estudio de otras alteraciones vinculadas al trabajo en UCI, entre las que se destacan la ansiedad, la depresión y el estrés laboral. Los trabajadores de las UCI presentan altas tensiones emocionales y físicas debidas a la forma de trabajo (sistemas de guardia de muchas horas, multiempleo), la gravedad de los pacientes que asisten (elevada mortalidad), las decisiones de adecuación del esfuerzo terapéutico que enfrentan diariamente y los frecuentes conflictos tanto con los demás trabajadores como con las familias y pacientes3.
Todos estos elementos pueden ser desencadenantes de estrés. Si bien el estrés es considerado como una respuesta fisiológica del organismo frente a diversos mecanismos que producen tensión o agresión, el mismo puede llegar a transformarse en un evento patológico si las reacciones son inadecuadas4.
El estrés laboral (EL) se genera por experiencias que se desarrollan principalmente por situaciones del ambiente laboral y por el relacionamiento con otros individuos. Estos elementos desencadenantes de estrés laboral son la base óptima para el desarrollo de enfermedades físicas y psicológicas graves entre las que se incluyen el síndrome de burnout y una serie de alteraciones psicológicas4,5.
Estos fenómenos han sido descritos por diversos autores quienes sostienen que en la medicina intensiva, el desarrollo de los factores de estrés se vincula principalmente a la relación del médico con el paciente en estado crítico, la realización de un número elevado de actividades vinculadas con prácticas invasivas, la rotación de turnos y el relacionamiento con el equipo. Estos elementos convierten a las UCI en áreas de riesgo para los trabajadores y para los pacientes1.
El presente estudio tiene como objetivo conocer el nivel de estrés y sus síntomas en los intensivistas, así como determinar los factores asociados al desarrollo de estrés laboral.
Metodología
En 2018 se realizó una encuesta dirigida a los médicos intensivistas del Uruguay. Fue enviada por mail a los 380 socios de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI). Dicho correo contaba con un formulario Google Forms en el que se respondía la encuesta. Los intensivistas participaron voluntariamente y en forma anónima del estudio. Respondieron el cuestionario en forma autoadministrada. Esta encuesta contaba con datos patronímicos de los trabajadores, el IEPS (Inventario de Estrés para Profesionales de la Salud, de Wolfgang) y el ESE (Escala de Síntomas de Estrés)6,7.
EL IEPS evalúa el estrés laboral en organizaciones de la salud a partir del reconocimiento profesional, la responsabilidad por el cuidado del paciente, el relacionamiento con el equipo de trabajo y la incertidumbre profesional. Este instrumento validado al español cuenta con 30 preguntas con escala tipo Likert de 0 a 4 puntos (nunca, rara vez, ocasionalmente, frecuentemente y muy frecuentemente). Las preguntas están dirigidas a evaluar: el reconocimiento profesional (9 ítems), la responsabilidad por el cuidado de los pacientes (7 ítems), los conflictos en el trabajo (siete ítems) y la incertidumbre profesional (7 ítems). El índice general de estrés se evalúa mediante la sumatoria de todos los ítems. Para clasificar el nivel de estrés se establecieron puntos de corte. Los puntos de corte fueron: de 0 a 30, estrés mínimo o sin estrés; de 31 a 60, estrés moderado; de 61 a 90, estrés alto y de 91 a 120, estrés severo8.
El ESE, por su parte, mide los síntomas comúnmente asociados a estados de estrés de naturaleza psicosomática o emocional.
Este estudio contó con la aprobación del Comité de Ética del Hospital Maciel.
Análisis estadístico
Los datos obtenidos en las encuestas se analizaron mediante el programa SPSS versión 21. Las variables cualitativas se expresan mediante sus frecuencias relativas y absolutas, mientras que las cuantitativas se expresan mediante sus medidas de tendencia central (media ± desvio estándar, mediana con su rango intercuartil según corresponda). La comparación entre variables cualitativas se realizó mediante el test de Chi cuadrado, utilizándose la correlación de Yates o el test exacto de Fisher según corresponda. La comparación de variables cuantitativas entre grupos se realizó mediante la prueba t de Student o la prueba U de Mann-Whitney Rank-sum, según esté indicado. En todos los análisis, se adoptó un valor de p <0,05 bilateral como nivel de significancia estadística.
Resultados
De las 380 encuestas enviadas, se recibieron 96 respuestas de médicos intensivistas de 44 (38-52) años. La mayoría correspondieron al sexo masculino (55%). El 74% tiene hijos. La experiencia de los encuestados como intensivistas es de 11 (6-22,75) años. La carga laboral semanal en UCI de los intensivistas analizados es de 48 (36-60) horas, correspondiendo a trabajo nocturno 24 (12-24) horas. El 52% desempeña cargos de alta dedicación (32% transversal, 16% longitudinal, 4% mixtos) (tabla 1).
El 62% de los intensivistas desarrolla actividades en otro sector además de la UCI. La mayoría de la actividad fuera de la UCI es realizada en emergencia (27%), seguido por 12% que realiza tareas de gestión.
El nivel de estrés total fue de 53 (44-65) puntos. Al discriminar de acuerdo al nivel de severidad encontramos que 5% presenta estrés mínimo, 63% estrés moderado y 32% estrés severo (figura 1). Al analizar las áreas donde se genera el mayor nivel de estrés encontramos que la responsabilidad por los cuidados es el aspecto mayormente afectado (59%), seguido por el reconocimiento profesional (43%), el relacionamiento con el equipo (33%) y la incertidumbre profesional (24%) (figura 1).
En el estudio bivariado, el factor asociado con niveles de estrés severo fue la carga laboral semanal mayor de 40 horas. Así mismo se evidenciaron diferencias en el puntaje de estrés de acuerdo a los años de experiencia en la UCI (0 a 5 años 64,5 [55,75-67] puntos; 6 a 15 años 51 [45-64]; más de 15 años 47 [39-55]; p=0,001) (figura 2).
La puntuación de la escala de síntomas de estrés fue de 9,5 (5-15) puntos. Los síntomas de estrés que se presentaron con mayor frecuencia fueron: dificultad para conciliar el sueño (36%), nerviosismo (28%) e irritabilidad (24%) (figura 3).
Discusión
Este estudio permite estimar la frecuencia en la cual los intensivistas de nuestro país presentan estrés laboral. Del mismo modo, se lograron identificar algunos factores asociados al desarrollo del mismo.
En los últimos años ha tomado relevancia el estudio de varias patologías asociadas al trabajo. Poncet y colaboradores encontraron una prevalencia de burnout del 33% entre 2.392 nurses de 165 UCI de Francia1. Asimismo, Embriaco y colaboradores identificaron una prevalencia del 46,5% de burnout entre 968 intensivistas2. La identificación de este importante problema por parte de estos autores llevó al desarrollo posterior de múltiples estudios. En este sentido, en nuestro medio Burghi y colaboradores en un estudio desarrollado en 12 UCI que incluyó 282 enfermeros y 82 intensivistas, encontró una prevalencia de burnout de 42% y 51% respectivamente9.
Estos estudios lograron evidenciar que el desarrollo de burnout se vincula con aspectos personales así como aspectos vinculados al trabajo en medicina intensiva. Estos hallazgos han llevado al estudio de otras alteraciones vinculadas a esta actividad. En este sentido, la ansiedad, la depresión y el estrés laboral han sido objeto de estudio por diversos autores10,11.
El estrés laboral hace referencia a una condición que presentan los trabajadores que conduce a cambios psicológicos y fisiológicos que alteran el normal funcionamiento del organismo Esta condición conduce a falta de confianza en si mismo, caída de la productividad e insatisfacción en el trabajo12.
Nuestro estudio evidenció que la tercera parte de los intensivistas presenta niveles elevados de estrés. Estos hallazgos se reproducen en otros estudios. En este sentido, otros autores encuentran que la mitad de las nurses e intensivistas presentan niveles severos de estrés12,13. Cabe destacar que existen diferencias culturales en los diferentes países y regiones que pueden influir en la frecuencia de desarrollo de estrés12. Asimismo los estudios utilizan diferentes herramientas para medir el estrés, lo cual puede constituir una limitante a la hora de realizar comparaciones.
Los factores de riesgo para desarrollar estrés laboral son múltiples de acuerdo a los diversos estudios. Al igual que lo descrito en el burnout, los factores vinculados al desarrollo de estrés podemos dividirlos en factores asociados a características personales y demográficas de los trabajadores y a las características de la organización del trabajo en la unidad. Nuestro estudio no logró asociar factores demográficos con el desarrollo de estrés, sin embargo Sanlitürk en su estudio que evaluó el impacto del estrés en la pandemia de COVID 19 encontró que el sexo femenino se asoció a mayor desarrollo de estrés en la UCI14.
Las características del trabajo en UCI, que incluyen tomar decisiones de gran responsabilidad en situaciones críticas así como enfrentar la muerte y el sufrimiento de los pacientes, generan efectos destructivos sobre la salud física y psíquica y conducen a una reducción en la calidad del trabajo, ausentismo, ansiedad y depresión. Estos elementos hacen que las características organizativas del trabajo en UCI tengan impacto en la generación de alteraciones
Al analizar los factores relacionados a la organización del trabajo, la carga horaria fue identificada como uno de los elementos asociados al desarrollo de estrés en nuestra población. Este factor también se ha asociado al desarrollo de estrés en otros estudios15. Al igual que en nuestro estudio, Şanlitürk encontró que una carga laboral superior a las 40 horas semanales se asocia al desarrollo de estrés. Este autor midió también la carga laboral en términos de la relación nurse/paciente, encontrando un vínculo entre el incremento de número de pacientes por nurse y el desarrollo de estrés14.
Otro factor vinculado a la organización que no fue evaluado por nuestro estudio, pero se encuentra descrito por otros autores, es la rotación de horarios. En este sentido, quienes se desempeñan en horarios fijos presentan menos frecuentemente estrés laboral14.
Nuestro estudio no evaluó la presencia de conflictos y su impacto en el desarrollo de estrés, así como tampoco analizó el vínculo entre estrés y decisiones de limitación o el número y momento de las muertes en UCI. Sin embargo, estos factores han sido analizados en otros estudios y al igual que en el desarrollo de burnout o depresión, estos factores están asociados al desarrollo de estrés16,17. Asimismo, la percepción de cuidados inapropiados hacia los pacientes es también un reconocido factor asociado al desarrollo de estrés en el personal de la UCI18.
Nuestro estudio encontró que los médicos de mayor experiencia desarrollan menores niveles de estrés. Esto se relaciona probablemente con la adquisición de habilidades que permiten sobrellevar de manera menos traumática las actividades en la unidad de cuidados intensivos.
La presencia de trastornos del sueño, alteraciones digestivas, cambios del humor y pérdida de libido han sido evidenciados por diversos autores al analizar la presencia de estrés. Gran parte de la población analizada presenta estos síntomas, lo cual impacta negativamente en su calidad de vida19. Esto se asocia al deseo de cambiar de trabajo de acuerdo a diversos estudios. En nuestro medio, la falta de personal entrenado en medicina intensiva hace de este punto un aspecto de la mayor importancia. La calidad asistencial depende de lograr conservar los recursos humanos entrenados. Es por ello que deberían idearse estrategias tendientes a reducir el impacto del estrés laboral en medicina intensiva.
Nuestro estudio presenta diversas limitaciones. Si bien la muestra fue aleatoria, ya que respondieron quienes desearon participar entre todos los socios de la SUMI, existe un sesgo de selección. Este sesgo de selección denominado de no respuesta se basa en que participan de este tipo de encuestas aquellos con un mayor grado de motivación para a participar voluntariamente en estudios de investigación.
Por otro lado, pese al anonimato de las respuestas, la realización de preguntas de índole personal puede condicionar las respuestas por razones sociales o morales.
Asimismo, el multiempleo en nuestro medio dificulta evaluar el impacto de los factores organizacionales en el desarrollo de estrés. Cada trabajador desarrolla su actividad en más de un sitio con características diferentes, lo cual dificulta evaluar este aspecto. Esto por ejemplo dificulta la evaluación el impacto de los conflictos, las decisiones de limitación del esfuerzo terapéutico o la percepción de cuidados desproporcionados en el desarrollo de estrés laboral.