Introducción
Las facturas de cadera son una de las lesiones más devastadoras de la tercera edad1. Para el sistema sanitario, y para la sociedad en general, las fracturas de cadera representan una enfermedad epidémica en la población anciana2.
Son de las fracturas más frecuentes en la consulta traumatológica (11,5%), siendo las extracapsulares las más frecuentes con un 65% de los casos predominando en el sexo femenino 3:13. Clásicamente se considera una fractura de la población anciana, puesto que el promedio de edad son 80 años4. Como la esperanza de vida y edad media de la población aumenta, la aparición de estas lesiones continuará aumentado1.
En cuanto al mecanismo lesional, 90% de las fracturas de cadera en ancianos son debidas a una caída simple desde posición normal1.
La tasa de mortalidad después de sufrir una fractura de cadera es muy elevada, duplica las de las personas de la misma edad sin fractura, y el riesgo de mortalidad se mantiene durante años. El índice de mortalidad al año se considera de 30% para el grupo sometido a cirugía y 50% para el grupo sin tratamiento quirúrgico5.
La coxartrosis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones que causa daño progresivo al cartílago articular y al resto de sus estructuras articulares. La cadera es la segunda articulación más afectada después de la rodilla. Según los estudios la prevalencia, en la población mayor de 55 años es de alrededor de 3% y 12%6.Es más frecuente en mujeres y los estudios genéticos muestran 50% de causas hereditarias. Las coxartrosis sintomáticas son alrededor de 3%7,8.
Si bien las fracturas de cadera y la coxartrosis son patologías con alta incidencia en la población anciana, es una observación clínica que no se presenten asociadas9. Varios estudios muestran un rol protector de la coxartrosis para las fracturas de cadera10-12, y a su vez esta determina el patrón de fractura12. Algunos autores afirman que la coxartrosis solo tiene un efecto protector contra fracturas intracapsulares13, siendo aún controvertido su relación con las fracturas extracapsulares13,14. Aunque la sustitución protésica es una opción en el tratamiento de las fracturas desplazadas de cuello de fémur, tiene un uso limitado en el tratamiento agudo de las fracturas extracapsulares. Una de las indicaciones de la sustitución protésica primaria tras una fractura pertrocantérica es la enfermedad degenerativa sintomática de la cadera1,5,15-18.
Es un procedimiento quirúrgico más extenso y exigente, con dificultades técnicas como la reconstrucción del macizo trocantéreo y su estabilización y consolidación. Supone mayor pérdida sanguínea, y mayor tiempo quirúrgico y anestésico19. El uso de la prótesis permite en una sola cirugía estabilizar la fractura y tratar la osteoartrosis.
El objetivo de nuestro trabajo es actualizar el conocimiento acerca del tratamiento de las fracturas trocántero-subtrocantéricas asociadas a coxartrosis ipsilateral en pacientes mayores 65 años. Se delineó como objetivo específico conocer qué tratamiento ofrece los mejores resultados en este grupo de pacientes.
Materiales y métodos
Se realizó en agosto de 2019 la búsqueda bibliográfica sistematizada en los buscadores electrónicos PubMed y Ovid.
La búsqueda se realizó utilizando los términos Mesh “Osteoarthritis Hip”, “Hip Fracture”. Se utilizó para agrupar dichos términos el operador booleano “AND”. Los filtros utilizados fueron artículos en inglés, español, adultos mayores de 65 años y en humanos.
Criterios de inclusión
Se seleccionaron aquellos trabajos donde se incluía la asociación de fracturas trocántero-subrocantéricas y coxartrosis, pacientes mayores de 65 años, en humanos, publicaciones en inglés, español y publicados en los últimos 25 años, entre 1995 y 2019.
Criterios de exclusión
Los criterios de exclusión fueron: fracturas del cuello de fémur, fracturas acetabulares, fracturas trocántero-subtrocantéricas aisladas, revisiones sistemáticas.
Estrategia de búsqueda
Para la selección bibliográfica se utilizó como guía para el diagrama de flujo el protocolo de revisión PRISMA (figura 1).
De la búsqueda inicial en las diferentes plataformas surgieron un total de 2.499 artículos. Realizada la búsqueda por dos revisores independientes, se llegó al mismo número de artículos. Colocando los filtros mencionados se obtuvieron 1.457 artículos.
Se filtró por lectura quedando 26 artículos en las dos plataformas. Eliminando los artículos repetidos nos quedaron 21 artículos. Los resúmenes de estos artículos fueron leídos y se excluyeron nueve artículos, quedando 13 artículos seleccionados. Estos 13 artículos fueron leídos completamente, se excluyó un artículo. Quedando definido así el número de estudios para nuestra revisión, con un total de 12 artículos.
Resultados
De los doce artículos incluidos, la mayoría son estudios tipo serie de casos. Tres son estudios de cohortes nivel de evidencia II, tres son estudios retrospectivos de casos y controles nivel de evidencia III y seis estudios retrospectivos tipo serie de casos nivel de evidencia IV (tabla 1). Destacamos que dos de los artículos presentan una n mayor de 1.000 pacientes11,20. Ciertos artículos incluyen en su análisis fracturas de cuello de fémur y fracturas trocantéricas11,20,21. Nuestros resultados se basan en analizar los datos sobre fracturas trocantéricas de dichos trabajos.
Contabilizamos un total de 1.934 fracturas trocantéricas y 14 fracturas subtrocantéricas en todos los estudios de nuestra revisión. El 77% correspondían al sexo femenino, con un promedio de edad de 81 años. El mecanismo lesional fue de baja energía, producto de caída de su altura en todos los casos.
En cuanto a la clasificación de las fracturas trocantéricas, se destaca que en tres trabajos20,22,23 se utiliza la clasificación alfanumérica de la OTA, como 31 A24, mientras que en un trabajo25 se utiliza la clasificación de Evans26. El resto de los trabajos utilizó una clasificación meramente descriptiva.
De acuerdo a los trabajos analizados, la mayoría de los autores realizaron un diagnóstico radiológico de la coxartrosis con radiografía anteroposterior de cadera11,20,21,25,27-29, solo tres trabajos realizaron además un diagnóstico clínico mediante el dolor y la capacidad para deambular. Para valorar la severidad se utilizó en la mayoría de los trabajos11,20,21,27,29 la clasificación radiológica de KaL, considerando OA grado II o más30 y un trabajo utilizó a su vez la disminución del espacio articular, definiendo artrosis como un espacio articular >2,5 mm, considerando que la relación interobservador es de mayor confiabilidad11. Dos trabajos refieren que el espacio articular puede estar modificado por el hematoma y por el desplazamiento de la factura, por lo cual no se debe utilizar para diagnosticar la osteoartritis20,21.
Para la valoración clínica de los pacientes previa a la lesión los trabajos utilizaron los siguientes elementos clínicos: dolor, capacidad de deambular y necesidad de asistencia. El score funcional más utilizado fue “The Harris Hip Score” (HHS)31, además se utilizó: “Merle d’Aubigné and Postel Method” (PMA), “Parker score”, “Time up and go” (TUG), “Barthel Index”, “Western Ontario and McMaster Universities Arthritis Index” (WOMAC).
En relación a la presencia de coxartrosis en fracturas de cadera en general, los autores11,28 mostraron que la prevalencia era de un tercio en comparación con la población control. Cuando se comparan las fracturas trocantéricas con las fracturas de cuello de fémur se observa que existe una relación entre la coxartrosis y el tipo de fractura y que esta relación depende del grado de la misma. Los resultados reflejaron que es más frecuente y de mayor grado la presencia de coxartrosis en fracturas trocantéricas20,21(figura 2).
Dividimos en 3 subgrupos los estudios para analizar los resultados (tabla 2):
- Tres estudios que utilizan osteosíntesis, dos mediante enclavijado céfalomedular (ECM) y uno mediante tornillo dinámico de cadera27-29.
- Cuatro estudios que utilizan reemplazo protésico total de cadera25,29,32,33.
- Dos estudios que comparan osteosíntesis vs reemplazo protésico total de cadera22,23.
Tratamiento con osteosíntesis
Boese C y colaboradores27 optaron por el tratamiento con ECM para una población de pacientes con fracturas trocantéricas, y analizaron los resultados al comparar los pacientes que tienen coxartrosis de cadera ipsilateral con aquellos que no. El postoperatorio fue el mismo para todos los pacientes, con apoyo a las 48 horas posteriores a la cirugía. La valoración funcional se realizó mediate HHS, TUG y Barthel score a los 6 y 12 meses postoperatorios.
Encontraron una asociación significativa entre la osteoartrosis y los resultados funcionales, por lo que concluyeron que la coxartrosis radiológica es un factor a tener en cuenta para analizar los resultados funcionales a corto y mediano plazo.
El otro trabajo analizado en la revisión en el cual se utilizó el ECM para resolver a estos pacientes fue el de Iga y colaboradores29. Si bien los pacientes presentaban una coxartrosis radiológica grado IV, la poca sintomatología y menor morbilidad fueron los criterios mencionados para indicar la osteosíntesis como tratamiento.
Dada la gran rigidez de la cadera afectada los autores recomiendan utilizar la posición de decúbito lateral para colocar el ECM, sin utilizar la mesa de tracción. Consideran que de esta manera se consigue un punto de entrada más sencillo, se evita la mal reducción en varo y los problemas de consolidación. En el postoperatorio se permite soporte de peso inmediato, y la carga total a las 4 semanas. En cuanto a los resultados, los pacientes mantuvieron su valoración funcional previa, así como el dolor previo.
El único artículo de nuestra revisión que utilizó la osteosíntesis con tornillo dinámico de cadera como tratamiento fue el de Biyani A y colaboradores28(figura 3). Se destaca que es un trabajo con más de 20 años de publicado. Como conclusión aconsejan el tratamiento con osteosíntesis, describen que la osteoartrosis y las fracturas trocantéricas tienen un beneficio mutuo. La coxartrosis reduce la incidencia de la fractura y esta tiene un efecto similar a una osteotomía, disminuyendo el dolor. Sus resultados muestran una remisión del dolor en aquellos pacientes con dolor severo.
Las complicaciones que encontraron en estos trabajos fueron cut-out, infección y fractura periimplante.
Tratamiento con artroplastia total de cadera
Los autores que optaron por la artroplastia total de cadera concluyen que es un tratamiento óptimo para fracturas trocantéricas asociadas con coxartrosis ipsilateral, en el cual el paciente se beneficia tratando ambas afecciones en un solo procedimiento quirúrgico (figura 4)17.
Encontraron resultados clínicos y funcionales satisfactorios: disminución estadísticamente significativa del dolor al compararlo con el dolor previo y en el uso de asistencia para la marcha y mejora en el rango de movilidad de cadera, ayudando a la movilización temprana, con menor estadía hospitalaria, evitando complicaciones médicas relacionadas a la enfermedad fracturaria. Pal y colaboradores y Ozktuermenn y colaboradores25,29 consideran que el aumento del tiempo quirúrgico y pérdida sanguínea con esta técnica no incrementa la tasa de mortalidad. Los factores que encontraron asociados a la mortalidad fue la presencia de tres o más comorbilidades y score de la American Society of Anesthesiologists (ASA) 3-4.
En cuanto a la técnica, los autores utilizan prótesis cementadas y no cementadas, asociando tanto cerclaje con alambre como placa y tornillos o ambas para manejar el macizo trocantérico.
Andress y colaboradores33 realizan artroplastia modular no cementada de tallo largo (figura 5). Destacan que no utilizan cemento dado que afecta la protrusión ósea ya deteriorada y que el aumento de la longitud del tallo disminuye significativamente la carga observada en el hueso cortical, particularmente en la diáfisis lateral y medial. Según los autores, la influencia del diámetro del tallo en la reducción del estrés es menos significativa que la longitud. Egol y colaboradores33 comienzan con la reducción de la fractura mediante cerclaje y placa, a continuación utilizan prótesis no cementada fijando la placa con tornillos si es necesario. Ozturkmen y colaboradores29 utilizan prótesis modulares no cementadas de tallo largo fijando el acetábulo con tornillos. La fijación del macizo trocantérico lo realizan mediante cerclaje con alambre y placa. En el trabajo de Pal y colaboradores25 se utilizaron prótesis cementadas, y cerclaje de alambre para fijar la fractura. La rehabilitación es similar en las diferentes series, enfocado en la deambulación precoz. La valoración funcional que realizaron los autores se basó en el HHS, WOMAC y escala analógica del dolor. Las complicaciones presentadas en estas series fueron: infección, fractura periprotésica y aflojamiento.
Tratamiento con artroplastia vs osteosíntesis
En el estudio de cohorte analizado en nuestra revisión en que se comparó el tratamiento con artroplastia vs la osteosíntesis, Geiger y colaboradores22 concluyen que la artroplastia total de cadera cementada es una opción válida para el tratamiento de fracturas trocantéricas en un grupo seleccionado de pacientes con coxartrosis que requerirían una cirugía adicional. Refieren que el apoyo precoz que brinda la artroplastia disminuye la incidencia de complicaciones pulmonares e infecciones. Encontraron que no existe una asociación estadísticamente significativa entre el tipo de tratamiento y la mortalidad. Sí existe una asociación significativa de la mortalidad con la presencia de más de cuatro comorbilidades y la edad mayor de 80 años. Se demostró una diferencia en la pérdida sanguínea y tiempo quirúrgico siendo significativamente mayor en el tratamiento con artroplastia. En cuanto a las complicaciones, mediante el tratamiento con osteosíntesis fueron 22,5%, siendo la más frecuente el cut-out, donde 9% requirió conversión a prótesis total de cadera. En el grupo con artroplastia las complicaciones fueron 12%, siendo la más frecuente la luxación. El tratamiento con artroplastia consistió en fijación de macizo trocantérico mediante cerclaje con alambre y prótesis cementada. El tratamiento con osteosíntesis consistió en tornillo dinámico de cadera y enclavijado céfalo medular
Bonnevialle y colaboradores23 compararon el tratamiento con osteosíntesis vs artroplastia. El tratamiento mediante osteosíntesis consistió en ECM tipo gama corto (94%) y largo. El tratamiento mediante artroplastia consistió en prótesis total de cadera, en 91% se optó por abordaje posterior, 66% fueron cementadas, se utilizó cotilo de doble movilidad en 62% y tallo largo en 32%. Sus resultados funcionales fueron mejores y más tempranos para la artroplastia, validando esta opción terapéutica. En el grupo tratado con artroplastia se obtuvo un Parker de 5,1 vs 4,3, PMA 13,9 vs 11,9, marcha a distancia a los 21 días vs 46 días. En relación con la mortalidad, no se observaron diferencias en ambos grupos. Las complicaciones generales fueron 21,5% en las osteosíntesis y 14% en las artroplastias. Las complicaciones relacionadas al tratamiento fueron menores en el grupo con artroplastia (4,7% vs 12,5%). En el grupo con artroplastia se observó una mayor pérdida sanguínea.
Sus resultados reflejan que, más allá del procedimiento, se pierden dos puntos de autonomía de Parker. Puntajes de Parker menores de 4 no son una buena indicación de artroplastia, ya que el objetivo que es la recuperación de la marcha es poco probable que se logre. A pesar de los resultados, dado el tamaño de la muestra no se pudo demostrar una relación estadísticamente significativa entre los tratamientos y los resultados, con una tendencia a favor de la artroplastia.
Discusión
Es una observación clínica frecuente que los pacientes con fracturas de fémur proximal rara vez presentan coxartrosis ipsilateral. La bibliografía está a favor de esta observación, mostrando que hay una relación inversa entre la coxartrosis y las fracturas de fémur proximal.
La población con síntomas de artrosis de cadera tiene un riesgo reducido de sufrir una fractura9,14.
En la presente revisión se estudió la asociación entre las fracturas trocantéricas y la coxartrosis ipsilateral. Se observó una mayor frecuencia de coxartrosis en estas fracturas al compararlas con las del cuello de fémur. Para explicar esta asociación encontramos distintas teorías. Una teoría muy popular sugiere cambios en la densidad mineral ósea, mostrando una irregular distribución de la densidad mineral ósea en el fémur proximal en las caderas con coxartrosis, disminución en el área trocantérica y un aumento de la densidad alrededor del cuello en las mismas caderas con coxartrosis, esta disminución de la densidad llegaba hasta el 11%-13%11,14.
La otra teoría hace referencia al rango de movilidad articular, consideran que es necesario 54,5º de rotación externa para que se produzca el impiggement. El valor medio para la fractura intracapsular es de 62,1º, mientras que el valor medio para la fractura extracapsular es de 48,9º34.
A diferencia de las fracturas de cuello de fémur, en las que la indicación terapéutica es la artroplastia, para las fracturas trocantéricas la indicación es la osteosíntesis, la artroplastia es raramente indicada en el tratamiento de estas fracturas. A pesar de esto cuando se analiza la asociación de fractura trocantéricas sobre una cadera coxartrósica, en la bibliografía se plantean dos opciones terapéuticas. Una opción es tratar la fractura y la patología articular en el mismo acto quirúrgico, y la otra opción es tratar primero la fractura y en una segunda cirugía la patología articular, no habiendo consenso de cuál es la mejor.
El presente trabajo busca revisar la evidencia actual, no existiendo revisiones bibliográficas previas acerca del tema. Es importante destacar que existe una gran escasez de trabajos referentes a esta asociación específicamente dada su baja frecuencia. La mayoría de los trabajos incluyen fracturas trocantéricas en ancianos, mostrando luego la presencia de esta asociación en el análisis estadístico.
Los autores que optan por el tratamiento mediante artroplastia consideran un beneficio el hecho de que se realice una sola cirugía, teniendo en cuenta que es una población de edad avanzada, con varias comorbilidades29,33,34. Este tratamiento demostró que se requiere un menor tiempo para la deambulación del paciente, ayudando a evitar las complicaciones médicas postoperatorias dadas por la enfermedad fracturaria22,25,29,33.
En cuanto a los resultados clínicos y funcionales, mostraron tener buenos resultados, en algunos casos mejorando el estatus funcional previo25,29,33,34.
Estos resultados también se observaron en los trabajos que compararon ambos tratamientos, teniendo mejores resultados funcionales la artroplastia, y a su vez estos resultados aparecieron precozmente23. Los trabajos que realizaron osteosíntesis revelaron resultados inferiores en pacientes con coxartrosis radiológica, encontrando que la coxartrosis es un factor de riesgo para los resultados funcionales27.
En relación con la mortalidad observada en ambas opciones terapéuticas, se observó que la tasa de mortalidad no depende del tipo de tratamiento. El tratamiento con artroplastia demostró requerir un mayor tiempo quirúrgico, así como una perdida sanguínea mayor, pero no se demostró que estos factores influyeran en la mortalidad22,23,25,29. Los factores más asociados a la mortalidad son la presencia de 3 o más comorbilidades, ASA >3-4 y la edad mayor a 80 años. La mortalidad aumenta 8% con cada año de edad22,29. A pesar de esto el tratamiento con artroplastia fue considerado por los autores como un procedimiento técnicamente demandante, que requería de cirujanos expertos para obtener buenos resultados.
En lo que refiere a las complicaciones, la presencia de complicaciones generales fue similar para ambas opciones terapéuticas, siendo levemente mayor en la osteosíntesis22,23,25.
En la bibliografía publicada existen pocos artículos que estudien esta asociación y las distintas opciones terapéuticas, siendo en la mayoría series de casos con bajo nivel de evidencia, lo que hace difícil la comparación de los resultados. Una limitación que comparte la mayoría de los trabajos analizados es que se realizó un diagnóstico de coxartrosis meramente radiológico, configurando un sesgo diagnóstico. Si tenemos en cuenta que este diagnóstico será el que determine la indicación terapéutica se requiere una valoración completa, con un pilar clínico y radiológico. De esta manera se disminuiría la variabilidad interobservador.
Otra debilidad encontrada en los trabajos es la falta de un seguimiento radiológico a largo plazo, no se estudiaron los cambios degenerativos que ocurren en la cadera de pacientes con fractura trocantérica. Los autores están de acuerdo que la artroplastia es técnicamente demandante, sus trabajos fueron realizados por cirujanos con experiencia. Consideraron esto crucial para obtener buenos resultados.
Conclusión
De nuestra revisión se concluye que no existe la suficiente evidencia científica para afirmar que una opción terapéutica sea superior a otra en estos pacientes. Esto se debe a la escasez de trabajos y el bajo nivel de evidencia de los mismos.
También se desprende de nuestro análisis que la presencia de coxartrosis se podría considerar como un factor de riesgo que influye directamente en los resultados funcionales de los pacientes con fracturas trocantéricas.
De la revisión se destaca que el tratamiento mediante artroplastia para esta asociación permite tratar ambas afecciones en una sola cirugía, disminuye el tiempo para la deambulación evitando así complicaciones médicas relacionadas a la enfermedad fracturaria, y obteniendo mejores resultados funcionales a corto plazo. Mientras que la osteosíntesis requiere un menor tiempo quirúrgico y una pérdida sanguínea menor, siendo un procedimiento menos demandante técnicamente. Finalmente es importante enfatizar que la tasa de mortalidad no depende de la opción terapéutica, pero si la presencia de 3 o más comorbilidades, ASA 3-4 y edad mayor a 80 años.