1. Adaptación a población adulta montevideana de la Escala de Temperamento y Carácter Revisada (TCI-R): resultados preliminares
El estudio de la personalidad surge en los inicios mismos de la psicología como disciplina científica. En la primera mitad del siglo XX surgieron varias teorías acerca de la misma, entre ellas algunas que se agruparon bajo la etiqueta de “modelos factoriales”. Dichos modelos parten del supuesto básico de que la personalidad se puede explicar a partir de un número finito de rasgos, dimensiones o factores, en las cuales las personas varían en intensidad en un continuo (por ejemplo Extroversión, Neuroticismo, Agresividad, etc.). Dichos modelos tuvieron un declive a mitad del siglo XX, resurgiendo con fuerza a finales de dicho siglo, con modelos teóricos como los de Cloninger, Zuckerman y Costa y McCrae (Bayón, 2006). Este resurgimiento aprovecha una coyuntura científico-técnica en la que las herramientas informáticas facilitan enormemente los análisis factoriales y estadísticos necesarios para la investigación, así como los crecientes aportes de las neurociencias a la psicología.
En la década de los 80, Robert C. Cloninger comienza a investigar la búsqueda de dimensiones de personalidad relacionadas con la salud mental. Sus primeros trabajos se orientaron hacia patologías como el abuso de sustancias, trastorno de ansiedad generalizado, y trastornos somatomorfos. Durante los siguientes años Cloninger comenzó a desarrollar un modelo teórico que intentaba enlazar la clínica y la neurociencia, la personalidad y la psicopatología, con claras influencias de antecesores como Eysenck, Gray y Zuckerman (Bayón, 2006).
El primer modelo teórico de Cloninger postulaba la existencia de tres dimensiones básicas de temperamento, la Búsqueda de Novedad (Novelty Seeking), la Dependencia de Recompensa (Reward Dependence) y la Evitación del daño (Harm Avoidance), para el estudio de las cuales diseñó el Cuestionario de Personalidad Tridimensional (Tridimensional Personality Questionnaire) (Cloninger, Przybeck, & Svrakic, 1991). Posteriormente el modelo teórico original fue revisado y se incorporó una dimensión de temperamento más, la Persistencia (Persistence), y tres rasgos de carácter: Autodirección (Self-Directedness), Cooperación (Cooperation) y Autotrascendencia (Self-Trascendence) (Cloninger, Svrakic & Przybeck, 1993). Cloninger toma los conceptos de temperamento y carácter como dos grupos de dimensiones de personalidad (ver Tabla 1). Para estudiar el nuevo modelo teórico se diseñó la Escala de Temperamento y Carácter (Temperament and Character Inventory, o TCI) (Cloninger et al., 1993), y posteriormente se realizó una revisión del cuestionario, dando lugar a la Escala revisada de Temperamento y Carácter (Revised Temperament and Character Inventory, o TCI-R) (Cloninger, 1999).
A través de estos casi 30 años, el modelo teórico de personalidad de Robert C. Cloninger ha ido reelaborándose. Se ha acumulado evidencia de los rasgos de personalidad descritos y su sustrato neurobiológico, marcadores genéticos asociados, y su relación con la psicopatología (Svrakic & Cloninger, 2010).
El modelo teórico de Cloninger es un referente fundamental en la reelaboración de los manuales diagnósticos a nivel mundial, como el DSM-5 y el CIE-11, en donde uno de los aspectos principales es el pasaje de un modelo categorial a uno dimensional (Esbec & Echeburúa, 2011). Integrando aportes provenientes de distintos autores y orientaciones psicodinámicas, psicobiológicas, humanistas, entre otras (Bayón, 2006), Svrakic y Cloninger (2010) proponen un esquema básico de la personalidad (ver Tabla 1) que permite explicar con relativa eficiencia un importante número de trastornos mentales y sus más frecuentes comorbilidades.
El temperamento posee una mayor heredabilidad y estabilidad, mientras que el carácter depende más del proceso de socialización, es más flexible y por lo tanto modificable (Bayón, 2006). El modelo teórico propone que las deficiencias en el carácter serían un factor predisponente para desarrollar algún tipo de trastorno mental, mientras que los distintos perfiles de temperamento predispondrían para ciertos tipos específicos de patologías (Bayón, 2006; Svrakic & Cloninger, 2010). Podría decirse que el carácter sería un factor inespecífico de riesgo-protección psicopatológica, mientras que el temperamento define qué tipo de patologías podría padecer una persona (sería similar al concepto de “factor de riesgo” específico o inespecífico). Este modelo está siendo referente en el DSM-5, que apuesta por un cambio “gradual” hacia modelos dimensionales, así como a la disolución de la separación entre el eje I y el eje II del DSM-IV (Esbec & Echeburúa, 2011).
Dentro del carácter, los déficits en Autodirección, y en menor medida, en Cooperación, se correlacionan fuertemente de manera inespecífica con la presencia de patología mental (Svrakic & Cloninger, 2010). Dentro del temperamento, la dimensión Evitación del Daño correlaciona fuertemente con la mayor parte de trastornos del Eje I (Miettunen & Raevuori, 2012), mientras que se presentan perfiles específicos relacionados con los trastornos de personalidad del Eje II (Svrakic & Cloninger, 2010) del DSM-IV, tal como se especifica en la Tabla 2.
Por ello entendemos que el TCI-R puede resultar un instrumento de gran utilidad en el ámbito de la Psicología Clínica en nuestra región.
El TCI ha tenido adaptaciones realizadas sucesivamente en poblaciones de Francia, Suecia, Japón, Holanda, Alemania, Irán, Korea, Finlandia y China.
La última versión del test, el TCI-R, desarrollado también en los EE.UU. (Cloninger, 1999), fue adaptado a su vez de manera sucesiva a poblaciones de España, Francia, Bélgica, República Checa, Italia, Brasil, México, Croacia y Grecia. No existen adaptaciones a poblaciones de la América del Sur castellanoparlante, siendo este proyecto el primero de su tipo.
2. Materiales y Métodos
Tal como recomiendan Hambleton & Patsula (1999), se realizaron las siguientes etapas para el proceso de adaptación a población montevideana de la versión española del TCI-R (Gutiérrez-Zotes et al., 2004):
Se eligió la versión española debido a las grandes similitudes lingüísticas y culturales con la población uruguaya.
Dicha versión fue adaptada lingüísticamente (“traducida”) mediante el método de “traducción inversa”, a través de las siguientes etapas:
Se seleccionaron 5 traductores expertos, quienes poseen conocimientos de psicología, de metodología de la investigación y de ambas culturas (uruguaya y española). Todos los traductores poseen formación en Psicología, experiencia docente y de investigación, y han vivido en ambos países durante al menos dos años.
Una vez seleccionados los “traductores”, se les capacita respecto al test, las dimensiones que evalúa, y cómo se realizará el proceso de adaptación.
Se establecen dos equipos de traductores, quienes realizarán las traducciones “directa” e “inversa” del test. Ambos equipos trabajarán bajo la misma modalidad, realizando una adaptación individual, compartiendo luego la misma, y llegando a una versión consensuada mediante una reunión de todo el equipo.
Se realiza primero la “traducción directa” hacia la versión uruguaya, mediante tres traductores.
Posteriormente, se realiza la “traducción inversa”. Es decir, dicha versión es “re-traducida” hacia el castellano de España, mediante dos traductores.
Finalmente, otros dos integrantes del equipo de investigación cotejan las versiones original y la “re-traducida” para realizar los ajustes necesarios, llegando a la versión adaptada.
Una vez finalizado el proceso de adaptación lingüística, se procede a la realización de un “focus group”, que permite la realización de ajustes respecto al formato físico y una evaluación de la inteligibilidad de los ítems, llegando entonces a la versión adaptada final, que se utilizó en las siguientes etapas del proceso.
Finalmente, dicha versión se aplicó a un pequeño grupo de sujetos (214), en lo que se denomina prueba piloto o “small tryout” (Hambleton & Patsula, 1999). La aplicación fue realizada con la participación de un total de 65 estudiantes de grado de la Licenciatura en Psicología de la Universidad de la República, quienes realizan la aplicación de un breve cuestionario sociodemográfico y la adaptación del TCI-R.
En el presente trabajo se exponen los resultados de la mencionada “prueba piloto”. La misma sirve como etapa previa a la aplicación a una muestra representativa de 1600 sujetos.
3. Participantes
Durante la realización del “focus group”, participaron 6 sujetos, con distintos perfiles respecto a sexo, edad y nivel académico, funcionarios de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República.
Para la prueba piloto, se realizó un muestreo por “cuotas” en dos barrios representativos de Montevideo (La Teja y Malvín), debido a sus perfiles poblacionales de sexo, edad y nivel socioeconómico. De dichos barrios, utilizando el Mapa Censal de Montevideo, se eligieron al azar 58 manzanas, mediante probabilidad prorrateada en función de población asociada a cada manzana. Por cada manzana se realizan 4 cuestionarios. Se recogieron un total de 214 cuestionarios, se desecharon 12 por errores en los ítems de control y 11 por errores en la aplicación y/o codificación.
Para el análisis de datos se trabajó finalmente con un total de 191 casos. Participaron un total de 220 sujetos, todos ellos a través del procedimiento de Consentimiento Informado aprobado por el Comité de Ética de la Facultad de Psicología de la UdelaR, tal como establece la legislación vigente.
4. Instrumentos
Se aplicaron durante el focus group y la fase piloto:
Un cuestionario sociodemográfico
La versión adaptada del TCI-R (en proceso de adaptación)
La adaptación uruguaya del CCF-14 (Álvarez, Selma, & Vásquez, 2014; Vásquez, Martín, Ortuño, Esteves, & Joreiman, 2017).
4.1. Escala revisada de Temperamento y Carácter
La Escala Revisada de Temperamento y Carácter (TCI-R) fue creada en los EE.UU. (Cloninger, 1999) para evaluar diferencias individuales expresadas en siete dimensiones de personalidad. La escala posee de 240 ítems, con un formato de respuesta tipo Likert de cinco puntos (falso, probablemente falso, ni verdadero ni falso, probablemente verdadero, verdadero). La escala posee 5 ítems de control diseñados para detectar la presencia de cuestionarios completados de manera (Por ejemplo: “Por favor, redondea el número cuatro, es una pregunta de control”). Algunos ítems se puntúan de manera directa y otros de manera inversa con una escala de 1 a 5.
El TCI-R evalúa 4 dimensiones de temperamento y 3 dimensiones de Carácter, cada una de las cuales a su vez está compuesta por facetas (Cloninger, 1999), tal como se describe a continuación (se utilizan las siglas en inglés):
Temperamento:
Evitación del Daño (HA): tendencia a inhibir respuestas ante estímulos que señalen potenciales castigos o no-recompensas. Se encuentra mediado por el neurotransmisor serotonina. A nivel clínico, los puntajes altos en esta dimensión se relacionan con rasgos de personalidad del grupo C, y síntomas internalizantes (ansiedad, depresión, etc). Facetas: Preocupación (HA1), Evitación de riesgos (HA2), Timidez (HA3), Fatigabilidad (HA4).
Búsqueda de Novedad (NS): tendencia a responder a estímulos novedosos que señalen potenciales recompensas o evitaciones de castigo. Mediado por el neurotransmisor dopamina. Los puntajes altos se relacionan con rasgos de personalidad del grupo B, y con síntomas de tipo externalizante (abuso de sustancias, agresividad, impulsividad, etc.). Facetas: Excitabilidad exploratoria (NS1), Impulsividad (NS2), Extravagancia (NS3), Desorden (NS4)
Dependencia de Recompensa (RD): tendencia a responder positivamente ante señales de recompensa condicionadas que se relacionan con el mantenimiento de conductas. Mediado por el neurotransmisor noradrenalina. Los puntajes altos se relacionan con rasgos de personalidad del grupo A, y con dificultades en la empatía y el apego. Facetas: Sentimentalismo (RD1), Apego (RD2), Apertura a la comunicación (RD3), Conformidad (RD4)
Persistencia (PS): tendencia a perseverar a pesar de la frustración y la fatiga, basado en la resistencia a la extinción de la conducta con reforzamiento intermitente. Su sustrato psicobiológico es menos claro, aunque parece estar mediado por la noradrenalina. Los puntajes altos se relacionan con personalidades responsables, trabajadoras, persistentes, etc. (por ejemplo TOC). Facetas: Resistencia al esfuerzo (PS1), Trabajo (PS2), Ambición (PS3), Perfeccionismo (PS4)
Carácter:
Autodirección (SD): habilidad de controlar, regular y adaptar la conducta en función del contexto y los objetivos y valores personales. Refiere a la capacidad del sujeto para orientar sus conductas de acuerdo a sus objetivos, valores y metas personales. Es un rasgo que refleja madurez psicológica. Los puntajes bajos se relacionan con la predisposición a padecer algún trastorno mental, de manera inespecífica. Facetas: Responsabilidad (SD1), Determinación (SD2), Recursos (SD3), Autoaceptación (SD4), Hábitos congruentes (SD5).
Cooperación (C): tendencia a aceptar y a identificarse con los demás. Refiere a la orientación de la persona hacia los demás, su capacidad de establecer redes sociales caracterizadas por vínculos positivos y cooperativos. Los puntajes bajos se relacionan con la predisposición a padecer algún trastorno mental, de manera inespecífica. Facetas: Aceptación social (C1), Empatía (C2), Tendencia a ayudar (C3), Compasión (C4), Con principios (C5).
Autotrascendencia (ST): espiritualidad, orientación hacia una “totalidad trascendente”. Refiere a la orientación de la persona hacia aspectos espirituales, religiosos, ideológicos, políticos, etc. Facetas: Abstracción (ST1), Identificación transpersonal (ST2), Espiritualidad (ST3).
Para el cálculo de los puntajes de las facetas se suman los puntajes de cada ítem (habiendo invertido el puntaje de los ítems inversos) incluido en dicha faceta. Para el cálculo de los puntajes de las Dimensiones se suman los puntajes de las facetas que lo componen (Cloninger, 1999).
El presente artículo presenta resultados preliminares de la adaptación del TCI-R a población montevideana, con el acuerdo, consentimiento y supervisión del autor. y único propietario de los Derechos de Autor (C. R. Cloninger). La escala utilizada es una versión preliminar aún no aprobada para su distribución comercial y/o académica.
4.2. Escala de Consideración de las Consecuencias Futuras
Dicha escala fue creada en los EE.UU. (Strathman, Gleicher, Boninger, & Scott, 1994), existiendo numerosas adaptaciones, entre ellas al castellano. Utilizamos en este estudio la versión en castellano de 14 ítems (CCF-14) (Álvarez et al., 2014; Vásquez et al., 2017).
Dicha escala posee dos factores: Consideración de las Consecuencias Inmediatas (CCF-I), y Consideración de las Consecuencias Futuras (CCF-F). Los puntajes de cada factor se obtienen sumando los ítems que contiene cada uno de los mismos (Vásquez et al., 2017).
Esta escala se aplicó conjuntamente para poder estudiar la validez convergente y discriminante de las mismas entre sí, y con otras variables sociodemográficas estudiadas.
5. Análisis estadístico
Se utilizaron los programas de análisis estadístico “R” y “SPSS”. Se realizaron los siguientes análisis:
Estadísticos descriptivos
Alfa de Cronbach para la fiabilidad de las escalas
Correlación ítem -test corregida
Análisis factorial exploratorio con rotación varimax (en concordancia con estudios previos), se consideraron cargas mayores a 0,3, extrayéndose 4 factores para el temperamento y 3 para el carácter (de acuerdo a lo propuesto por el modelo teórico)
Para evaluar la estructura factorial se realizó un análisis factorial exploratorio para el Temperamento y el Carácter por separado, siguiendo el procedimiento utilizado en estudios previos (Farmer & Goldberg, 2008a, (2008b). Dado el tamaño de la muestra, el análisis factorial exploratorio se realizó sobre las facetas, tal como como ha sido habitual en estudios previos (Farmer & Goldberg, 2008a). Hubiese sido deseable realizar análisis factorial sobre los ítems directamente, incluyendo temperamento y carácter en un mismo análisis. Sin embargo, para ello habría sido necesaria una muestra mucho mayor al a que trabajamos.
6. Resultados
Una vez relevados y codificados los datos relativos a la aplicación de la prueba piloto, se realiza un análisis de los ítems que componen las distintas escalas y de las fiabilidades de las mismas. Las tablas 3 y 4 muestran los estadísticos principales de las escalas de temperamento y carácter respectivamente, de la versión adaptada del test. Se observan fiabilidades que oscilan entre .654 y .853 entre las Dimensiones, y entre .264 y .814 en el caso de las Facetas.
En Temperamento se encontraron 4 factores que explican el 58% de la varianza (ver Tabla 5) y en Carácter (ver Tabla 6) se encontraron 3 factores que explican el 57,23% de la varianza.
Se marca en las matrices con los pesos factoriales, se eliminaron los pesos menores a 0.30, tal como se observa en las Tablas 5 y 6.
Los resultados muestran un ajuste de la mayoría de facetas al modelo teórico, con algunas siguientes excepciones:
Factores que cargan en factores diferentes al esperable teóricamente (NS1, RD4, SD4 y C2)
Factores con elevadas cargas secundarias en factores diferentes al esperable teóricamente (NS3, HA3, HA4, RD1, PS3 y C1)
Es probable que estas “discrepancias” se deban en cierta medida a la pequeña escala de esta muestra, y a su menor representatividad respecto a un muestreo más amplio. También puede haber “sesgos” sistemáticos, relacionados con dificultades en la adaptación de los ítems por diversas variables, entre ellas diferencias culturales. Por último, deben mencionarse algunas deficiencias y críticas al modelo teórico y al instrumento, debidas entre otras cuestiones a problemas de validez factorial (Farmer & Goldberg, 2008a, 2008b).
7. Discusión
Tal como puede observarse en el apartado “Resultados”, la estructura factorial obtenida se ajusta al modelo teórico con algunas excepciones, tal como se observa en otros estudios previos (Aluja, Blanch, Gallart, & Dolcet, 2010; Duijsens, Spinhoven, Goekoop, Spermon, & Eurelings-Bontekoe, 2000; Farmer & Goldberg, 2008a, 2008b; Gutiérrez-Zotes et al., 2004; Hansenne, Delhez, & Cloninger, 2005; Maffasioli & Cloninger, 2010; Pélissolo & Lépine, 2000; Pélissolo et al., 2005; Preiss, Kucharová, Novák, & Stepánková, 2007; Quintana & Muñoz, 2010).. De las 29 facetas, 10 no presentaron un ajuste adecuado al modelo factorial propuesto. Estudios posteriores con un mayor tamaño muestral permitirán análisis con mayor nivel de profundidad ítem por ítem.
En cuanto a las fiabilidades, se obtuvieron valores similares, aunque levemente inferiores a otras versiones del test, en particular la original (Cloninger, 1999) y la española (Gutiérrez-Zotes et al., 2004). La Tabla 7 muestra las fiabilidades del presente estudio en comparación con algunos de los estudios previos (se eligieron países con mayor cercanía cultural al Uruguay, además de la versión original), en los casos en que hay más de un estudio del mismo país, se elige aquel con un mayor tamaño muestral, como es el caso de España con varias publicaciones. Como podrá observarse, las fiabilidades obtenidas en el presente estudio son similares, aunque inferiores, a las obtenidas en estudios precedentes. Particularmente relevante es la comparación con los estudios realizados en España y Brasil, por similitudes lingüísticas y culturales. En tal sentido, las Dimensiones y Facetas de NS, RD y PS son aquellas en las que se presentan fiabilidades inferiores a dichas versiones (diferencias mayores a 0.1 en dichas Dimensiones y en varias de las Facetas que las componen).
Las bajas fiabilidades de algunos factores, observadas en la presente versión (en particular respecto a las escalas RD1, RD4 y NS4) se han presentado también en otras versiones, por ejemplo las adaptaciones francesa (Pelissolo et al., 2005), belga (Hansenne et al., 2005), brasileña (Maffasioli & Cloninger, 2010) y en menor medida la italiana (Martinotti et al., 2008).
Debemos citar aquí algunas limitaciones del presente estudio. En primer lugar, el tamaño de muestra es pequeño para poder realizar análisis factoriales de mayor profundidad, que permitan la exploración de la validez de constructo de dicha escala en nuestra población. Por otra parte, si bien se tomaron dos barrios con perfiles relativamente representativos de Montevideo, no se trata de una muestra representativa de la población.
8. Conclusiones
Las propiedades psicométricas mostradas por la escala adaptada son muy similares a las que han presentado otras versiones. Será necesario seguir trabajando para poder corregir las deficiencias mostradas. A pesar de los aspectos a mejorar y a seguir desarrollando, la escala presenta propiedades psicométricas aceptables, y confiamos en que será un instrumento de gran utilidad para clínicos e investigadores de la región, una vez finalizado el proceso de adaptación que permita contar con una versión oficial y autorizada del mismo para Uruguay.
En términos más generales, y pensando en particular en la realidad uruguaya pero también la de otros países de Sudamérica, se hace imprescindible la adaptación de escalas psicológicas a nuestras poblaciones. Son pocos los casos de escalas psicológicas adaptadas, lo cual hace que se introduzcan sesgos perniciosos al análisis de los resultados de dichas escalas, que implican muchas veces la toma de decisiones en diversos ámbitos: clínico, académico, profesional, laboral, etc. Este trabajo es un pequeño aporte en dicho sentido.