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Revista Uruguaya de Antropología y Etnografía

versión impresa ISSN 2393-7068versión On-line ISSN 2393-6886

Rev. urug. Antropología y Etnografía vol.6 no.2 Montevideo  2021  Epub 01-Dic-2021

https://doi.org/10.29112/ruae.v6i2.1255 

Reseñas

Reseña

María Magdalena Curbelo1 
http://orcid.org/0000-0002-1143-0941

1Centro de Estudios Interdisciplinarios Migratorios, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad de la República. mariamagdalenacurbelo@gmail.com

Arriola Vega, Luis Alfredo, Ráfagas y vientos de un sur global. Movilidades recientes en estados fronterizos del sur-sureste de México.. Ciudad de México: Ecosur, 2018.


Los estudios migratorios, la movilidad humana y los espacios de frontera política constituyen un campo de desarrollos en creciente expansión dentro de las ciencias sociales y humanas. Esta reseña se centra en uno de los aportes recientes a este campo de estudios, producido en y desde la frontera sur de México.

Entendemos a la movilidad humana como un conjunto de fenómenos que comprenden diversos tipos de desplazamientos, entre ellos migraciones tradicionales, movilidades transfronterizas, circulaciones estacionales, refugio, asilo y movilidades forzadas. Estos fenómenos no son nuevos, no obstante las características que adquieren en el actual contexto de globalización (Sahlins, 1997; Ianni, 2001) de políticas migratorias restrictivas y de resignificación de los espacios fronterizos (Wilson y Donnan, 1998; Grimson, 2005; Tapia, 2015; Mezzadra y Neilson, 2017) configuran nuevos escenarios y nuevas posibilidades para pensar la movilidad humana en un sentido amplio. En esta línea el análisis de una frontera en particular, la frontera sur de México (que en sí misma constituye múltiples fronteras) nos permite, por medio de situaciones sociales empíricas, pensar cuestiones de mayor alcance como las propias nociones de frontera, migración, violencia y pertenencias nacionales, comprendidas como categorías teóricas y de la praxis social.

El libro Ráfagas y vientos de un sur global. Movilidades recientes en estados fronterizos del sur-sureste de México comprende una serie de artículos sobre distintas formas de movilidad humana que tienen lugar en la frontera sur de México. A lo largo de los seis capítulos que componen la obra, investigadores e investigadoras de las ciencias sociales, la historia y la antropología nos presentan la frontera sur de México, su cotidianidad, flujos y tensiones. Se abordan diversas formas de movilidad, desde las historias de mujeres, hombres y niños migrantes que transitan esta frontera con el objetivo de llegar a Estados Unidos pasando por población acogida bajo el régimen de refugio, hasta migrantes regionales que conforman dinámicas de circulación transfronteriza en las que la frontera sur no solo es lugar de tránsito, sino también de destino.

La cotidianidad de la frontera en sus múltiples dimensiones, materiales, simbólicas y afectivas se entrelaza con las vidas, las trayectorias, los sufrimientos y las esperanzas de quienes por ella circulan.

Esta obra se nos presenta como un compendio de investigaciones, reflexiones y miradas sobre la movilidad humana en un espacio de frontera política. Entre las diversas formas de movilidad destaca en la frontera sur de México la presencia de población centroamericana en muchos casos en situación migratoria irregular, sobre la que operan violencias múltiples, y uno de los ejes principales del libro es el abordaje y la compresión las diversas formas de violencias que actúan de forma complementaria sobre estas poblaciones, exponiéndolas a situaciones de vulnerabilidad extrema.

A su vez, las y los autores enfrentan el desafío de reflexionar sobre una frontera sur tradicionalmente relegada en los estudios fronterizos, en su mayoría centrados en la frontera norte de México. La frontera norte, representada como la frontera por antonomasia (Vila, 2007), ha captado, como bien advierten los editores, la mayor parte de la atención académica y mediática y los mayores recursos económicos. No obstante, la antropología nos ha demostrado a través del trabajo etnográfico que no existen fronteras paradigmáticas, y este libro es ejemplo de ello.

Otra de las riquezas de la obra radica en la especificidad del trabajo de campo interdisciplinario, el estar ahí. Se trata de autores que no solo escriben sobre esta frontera, sino que también la habitan, por lo que reflexionan, con profundidad histórica, sobre este espacio transfronterizo, un espacio que tiene latido propio.

En el primer capítulo del libro, desde su posición como habitante del territorio fronterizo, Enrique Coraza nos muestra cómo esta frontera constituye un espacio de continuidades y tensiones; de encuentros, oportunidades y luchas de poder. En este caso en particular, un espacio que puede ser de protección para muchos de los y las migrantes en situación de movilidad forzada y a la vez un espacio de violencia, un lugar peligroso donde el crimen organizado, la delincuencia y la corrupción afectan cotidianamente la vida de quienes habitan esta frontera o por ella circulan. Así, México es presentado como un país frontera, cuya región sur cobra relevancia como puente entre América Latina y Estados Unidos.

Coraza nos invita a pensar las dinámicas sociales que ocurren en el límite entre México y Guatemala, como históricas y cambiantes, y nos presenta este espacio como un espacio trasfronterizo, lo que habilita a pensarlo más allá del límite político del Estado-nación. El autor reflexiona sobre la forma en que evolucionan y se utilizan las categorías analíticas frontera, límite y espacio transfronterizo y sobre cómo estas son puestas en práctica en las situaciones concretas de movilidad.

La frontera sur de México representa un espacio fronterizo y trasfronterizo a la vez en el cual articulan integración, exclusión, (in)seguridad, flujos de capitales, bienes, servicios y restricciones a la circulación de personas.

Este capítulo nos presenta una descripción densa, en el sentido de geertziano del término, que indaga en las construcciones de sentido producidas sobre la frontera sur, para lo que utiliza los relatos de migrantes y personas en situación de movilidad forzada provenientes de Centroamérica, a quienes el autor accede a partir del trabajo de campo realizado en dos puntos de entrada de la frontera sur en Tapachula (Chiapas) y Tenosique (Tabasco). De este modo, el dolor, el sufrimiento y la violencia son los elementos comunes articuladores de los diversos relatos de quienes arriban a esta frontera.

Coraza se pregunta cómo operan las diversas narrativas sobre la frontera: narrativas derivadas de las políticas de seguridad y de las instituciones estatales; narrativas académicas, producidas por quienes se desplazan de forma forzada, etc. Las relaciones entre un acá y un allá, las formas en que la violencia atraviesa los procesos de movilidad y las esperanzas depositadas en el lugar de destino son parte de los relatos recuperados por sus interlocutores.

El miedo, la violencia, la esperanza y la imposibilidad de retorno integran las trayectorias de estos sujetos, trayectorias que engloban origen, destino y tránsito entre diferentes espacialidades y temporalidades, entre burocracias administrativas y controles estatales; todo lo cual es parte de las formas en que estos sujetos experimentan la movilidad.

En el segundo capítulo, Yaatsil Guevara centra su análisis etnográfico en un hogar de refugio para personas migrantes en la ciudad de Tabasco. Sus contribuciones arrojan luz sobre la vida cotidiana de estos migrantes en situación de inmovilidad forzada y sobre sus prácticas de resistencia y sobrevivencia.

Partiendo de un contexto general de securitización de los espacios de frontera, Guevara plantea un recorrido por las formas en que los países del norte global vienen ampliando sus prácticas de control fronterizo más allá de sus fronteras nacionales, nuevo contexto en el cual México y su frontera sur adquieren una dimensión central en el contralor de la migración que se traslada desde América latina hacia Estados Unidos.

En este sentido, la configuración de la frontera sur se ha trasformado, producto de la instalación de diversos mecanismos y dispositivos de control y militarización que incluyen nuevos puestos de control migratorio y estaciones migratorias para detención y deportación, entre otras. Estas políticas migratorias restrictivas se han intensificado desde 2014 en el marco del desarrollo del programa Frontera Sur, que se instituye como una política de contención de los flujos migratorios denominado irregulares provenientes sur global.

Este escenario complejiza la movilidad de los migrantes que transitan por esta frontera, aumentando su vulnerabilidad, precarizando el flujo y exponiéndolos a distintas formas de violencia e inmovilidad. Siendo el centro del análisis antropológico de Guevara, las diversas formas de inmovilidad a las cuales migrantes irregularizados (por políticas migratorias restrictivas) y solicitantes de refugio son expuestos por períodos prolongados y las prácticas y estrategias que en esta situación de inmovilidad forzada los sujetos desarrollan.

La autora nos muestra como la inmovilidad, por un lado, restringe la fluidez de la migración y, por otro, ha contribuido a empoderar a los migrantes que crean y actualizan estrategias temporales de vida durante estos períodos de inmovilidad a manera de resistencia diaria, diversificando sus prácticas de desplazamiento. Así, por ejemplo, frente al aumento del control en los puestos fronterizos surgen nuevos mecanismos y rutas alternativas para el cruce de la frontera. Asimismo, debido a la intensificación de controles migratorios aumenta el tiempo de permanencia de los migrantes en las ciudades de tránsito, fragmentando sus trayectorias de movilidad.

La autora nos muestra cómo estas pausas indeterminadas en el trayecto migratorio (semanas, meses o incluso años) precarizan la situación en la que se encuentran muchos migrantes, lo cual los lleva a solicitar refugio en México como una estrategia de protección temporal frete al riesgo de ser deportados.

En este contexto, el hogar de refugio, donde la investigadora realiza su trabajo etnográfico, se trasforma en un lugar en el que los usuarios desarrollan dinámicas de pertenencia, de resistencia y de posicionamiento social. La espera va acompañada de empoderamiento y transmisión del conocimiento sobre rutas migratorias, actores sociales aliados, amenazas y oportunidades.

Por último, la autora nos presenta cómo se desarrolla la vida cotidiana de los migrantes durante estos períodos de inmovilidad, las relaciones de solidaridad y compañerismo que se tejen entre los ellos, así como los procesos de exclusión y las relaciones desiguales de poder que surgen dentro del hogar. El género, la nacionalidad, la clase social, la edad y la pertenencia étnica son categorías clave para dar cuenta de las dinámicas diarias que se observan en el albergue.

En el capítulo 3 continuamos aproximándonos a las situaciones de inmovilidad forzada. En este caso, su autora, Heather Wutz, nos introduce a las experiencias de mujeres migrantes centroamericanas que solicitan refugio en la frontera sur de México, proceso colmado de trámites, burocracia y violencias institucionales que puede extenderse por varios meses, durante los cuales las mujeres migrantes están en situación de inmovilidad forzada. Este capítulo discurre sobre los procesos y tiempo de espera de estas mujeres, y la espera es aquí entendida como una forma de esfuerzo emocional.

Desde su labor etnográfica en la ciudad de Tapachula, frontera sur de México, trabajando con mujeres originarias de Honduras, El Salvador y Guatemala, Wurtz se interroga por las formas en que se producen las percepciones subjetivas de la espera, mostrándonos que estas percepciones están mediadas por las condiciones de precariedad e inmovilidad involuntaria a la cual estas mujeres solicitantes de refugio son sometidas.

La espera es producto de los largos trámites burocráticos que conlleva la solitud de refugio e impacta directamente en la vida cotidiana de estas mujeres que lidian con la angustia de la inmovilidad. La autora nos propone pensar las relaciones entre la espera, las formas subjetivas de comprenderla y enfrentarla y las construcciones de género.

Estas mujeres salen de sus países de origen, sea por violencia extrema, sea por falta de oportunidades económicas o por estar expuestas a vulnerabilidad y desprotección por parte del Estado, «Pero, cuando llegan a la frontera sur mexicana, con pocas posibilidades de integrarse en la economía local, se encuentran a sí mismas en el continuum de las condiciones del desplazamiento y la precariedad» (p. 85). Las violencias -abusos físicos, malos tratos, distintas formas de violencia institucional- a las que son sometidas una vez que atraviesan la frontera actúan reproduciendo muchas de las formas de violencia que sufrían en sus lugares de origen.

Es en medio de este escenario cotidiano que estas mujeres solicitantes de refugio aprenden a esperar, a lidiar con la inmovilidad forzada a la que son sometidas y generar estrategias y prácticas cotidianas para resistir a las burocracias del Estado, para conseguir lugares de alojamiento, empleo, y acceso a bienes y servicios. Wurtz pone de manifiesto que lo socialmente deseable en estas mujeres es que sepan esperar, que sean pacientes y dóciles ante la situación de espera e inmovilidad. La espera se trasforma en una especie de sacrificio necesario para lograr mejorar sus vidas y las de sus familias a largo plazo, una vez que accedan al refugio. Ser una buena refugiada aparece en las narrativas de sus interlocutoras como un atributo vinculado a cuan pacientes hayan sido en la espera, cuanto hayan logrado física y emocionalmente resistir la inmovilidad.

La riqueza de los capítulos 2 y 3 radica en abordar una temática poco analizada por la literatura académica: las relaciones entre el proceso migratorio, la movilidad en sí misma y los períodos de inmovilidad y espera. La imposibilidad de continuar con el trayecto migratorio, producto de las esperas que generan las burocracias estatales, opera como un mecanismo de poder y gobernanza. No obstante, la espera adquiere también el valor de ser espacio de agencia. La inmovilidad no implica inacción, sino que lejos de ello, ambos capítulos nos muestran como la inmovilidad involuntaria es también espacio de acción social.

En el capítulo 4, Rodrigo Barraza, tomando como punto de partida la noción de territorios circulatorios de Alain Tarrius, nos invita a reflexionar sobre la frontera México-Guatemala como un territorio migratorio transfronterizo, dinámico y heterogéneo, marcado por distintas formas de violencia que operan sobre las mujeres migrantes.

El autor nos presenta un espacio fronterizo caracterizado por procesos históricos de movilidad de mujeres originarias de Guatemala, muchas de ellas pertenecientes a la etnia maya mam, que se establecen de manera temporal en la ciudad de Tapachula, México, para emplearse como trabajadoras domésticas y de cuidados.

Recuperando la historia de vida de una de estas mujeres migrantes, el autor nos propone pensar las formas en que operan distintos tipos de violencias de manera continuada entre lugar de origen, tránsito y destino. Aquí, la violencia es presentada como un elemento que caracteriza a este espacio fronterizo.

Las motivaciones para iniciar una movilidad transfronteriza responden a una suma de violencias que entremezclan desigualdades de género, etnia y clase social, de modo que la posibilidad de migrar se visualiza para muchas de estas mujeres, como una forma de empoderamiento. No obstante, el proceso migratorio no está libre de violencias.

El asentamiento en el lado mexicano de la frontera está marcado por distintas formas de vulnerabilidad a las cuales las mujeres migrantes son expuestas, que incluyen desde las violencias producidas en la precarización de los desplazamientos como consecuencia de los mecanismos de control fronterizo hasta las violencias generadas en los espacios de trabajo, a las que se suman episodios de abuso y violencia física.

El capítulo 5 trae a escena el rol de las reflexiones éticas y metodológicas en el desarrollo del trabajo etnográfico en espacios fronterizos. En este apartado, Luis Arriola nos presenta un panorama general del fenómeno migratorio en la frontera sur de México y las trayectorias de hombres y mujeres migrantes marcadas por distintas formas de violencia y sufrimiento, afectadas por las actividades del crimen organizado en la región.

Este trabajo nos invita a comprender los procesos por los que transitan los migrantes centroamericanos, fundamentalmente de Honduras, El Salvador y Guatemala, en su pasaje por la frontera sur. Los distintos procesos de inestabilidad política, social y económica que atraviesan estos países generan situaciones de vulneración de derechos y los exponen a distintos tipos de violencias que se trasforman en la causa principal del proyecto migratorio de muchos hombres, mujeres, jóvenes y niños.

Invitándonos a una reflexión metodológica, el autor nos muestra cómo la cuestión de la violencia termina transformándose en un eje central para su trabajo, a pesar de no haber sido el foco principal en el diagramado del proyecto de investigación.

La frontera sur de México recibe cada año unos cuatrocientos mil centroamericanos y centroamericanas que atraviesan la región con el objetivo de migrar a Estados Unidos. Las distintas formas de violencia a las que están expuestos los migrantes centroamericanos inician en sus lugares de origen y son en muchos casos el principal motivo que impulsa el viaje migratorio y se extienden hasta los lugares de destino, razón por la cual el autor apela a la idea de un continuum de violencia, propuesta que retoma algunos de los postulados del capítulo anterior.

Por último, partiendo de considerar que no existe labor de investigación libre de valoraciones; el autor se pregunta « ¿cuáles son los riesgos que han de tomarse en la investigación? ¿Dónde termina la labor del investigador, académico y empieza la del investigador activista que aboga para auxiliar al prójimo, aun siendo consciente de los peligros que puede enfrentar?» (p. 149). De este modo, interrogantes éticas surgen como resultado del proceso reflexivo que implica el trabajo de campo antropológico en un contexto de violencia: « ¿Se es cómplice por conocer cierta información sobre actividades irregulares?, no hacer nada en relación con las injusticias que encontramos en nuestro trabajo, ¿equivale a dar nuestro consentimiento tácito a ellas?» (p. 150)

Por consiguiente, investigar sobre la temática migratoria y las formas de violencia a la que son expuestos los migrantes, enfrenta al investigador a desafíos particulares, que dicen respecto de los medios por los cuales ciertos relatos de situaciones de violencia y acción del crimen organizado llegan al investigador; cuidando la confidencialidad, el anonimato y la integridad de sus interlocutores.

En el sexto y último capítulo del libro, Suleikys Guerra se interesa por las formas en que los y las migrantes relegan, resinifican o fortalecen expresiones de su cultura de origen en las sociedades a las cuales se integran.

En su trabajo presenta el caso de población guatemalteca de origen étnico mam asentada en Santo Domingo Kesté (Campehe, México). Muchos de estos migrantes, arribaron a México en la década del ochenta como consecuencia de conflictos armados en su país y se acogieron en México al régimen de refugio.

En este contexto, la autora reflexiona sobre los procesos de trasformación y mantenimiento de pautas culturales de origen mam entre la población refugiada y su descendencia. En la investigación se identifica que la población mam adulta oriunda de Guatemala ha experimentado cambios en las formas de trabajo y de producción, respecto a las aprendidas y desarrolladas en sus lugares de origen. Al tratarse de población fundamentalmente ocupada en actividades agrícolas, una vez asentados en territorio mexicano, muchos pasaron a desempeñarse como propietarios y trabajadores de comercios.

A su vez, en la actualidad, una parte importante de esta población y su descendencia están insertos en nuevos proyectos migratorios principalmente con fines laborales, por lo que comienzan a dispersarse por territorio mexicano e incluso fuera del país.

Esta nueva realidad migratoria genera el envío de remesas a partir de la emigración laboral, lo cual ha permitido el acceso a bienes y servicios antes inaccesibles, modificando prácticas culturales de consumo. No obstante, los cambios producidos por el nuevo escenario migratorio no implicaron, por ejemplo, el abandono de conocimientos y prácticas de medicina tradicional, área de la vida doméstica en la cual las prácticas culturales ancestrales mantienen un peso central. Esta investigación nos muestra que en el escenario de la movilidad algunas prácticas culturales se han resignificado en el nuevo contexto mientras otras se mantienen incambiadas.

En resumen, esta reseña intentó aproximarnos a los principales ejes de análisis y las reflexiones centrales presentes en el libro, motivando al lector y la lectora a adentrarse en la obra, recorriendo cada uno de sus capítulos.

Los seis apartados dan cuenta de un espacio complejo: el de la frontera sur de México, territorio dinámico desde el punto de vista de la movilidad humana, marcado por procesos locales, nacionales e internacionales que atraviesan las distintas formas de movilidad y que tienen a esta frontera como escenario.

A lo largo de la obra observamos que las movilidades en, desde y hacia la frontera sur de México comprenden situaciones de vulnerabilidad, precariedad y distintas formas de violencia. A su vez, crecientes procesos de securitización, disposiciones jurídico-administrativas que abogan por encauzar y regular la migración; proceso de discriminación y xenofobia; violencias institucionales y sociales son parte del escenario cotidiano de los distintos fenómenos de movilidad que se producen en esta frontera, complejizando y enriqueciendo su análisis.

Referencias

Grimson, A. (2005). Fronteras, estados e identificaciones en el Cono Sur. En: Cultura, política y sociedad. Perspectivas latinoamericanas (pp. 127-142). Buenos Aires: Clacso. Recuperado de <http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/grupos/mato/Grimson.rtf>. [ Links ]

Ianni, O. (2001). A sociedade global. Río de Janeiro: Civilização Brasileira [ Links ]

Mezzadra, S., y Neilson, B. (2017). La frontera como método. Madrid: Traficantes de Sueños. [ Links ]

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Nota: El texto corresponde 100% a María Magdalena Curbelo

Nota: El equipo ejecutivo editorial Andrea Quadrelli, Juan Scuro, Pilar Uriarte aprobó éste artículo

Recibido: 13 de Julio de 2021; Aprobado: 21 de Julio de 2021

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