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Revista Uruguaya de Antropología y Etnografía

Print version ISSN 2393-7068On-line version ISSN 2393-6886

Rev. urug. Antropología y Etnografía vol.3 no.1 Montevideo June 2018

https://doi.org/10.29112/ruae.v3.n1.4 

Avances de investigación

DE TRIPA: LOS COMIENZOS DE UN VIAJE LISÉRGICO

FROM THE GUTS: STARTING A LYSERGIC TRIP

María Noel Curbelo Otegui1 

1 Maestranda en Maestría en Ciencias Humanas, Opción Antropología de la Región de la Cuenca del Plata. Unidad de Profundización, Especialización y Posgrados de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Universidad de la RepúblicaUruguay. ma.noelcurbelo@gmail.com


Resumen

En este trabajo trataré sobre el origen del LSD (Dietilamida del Ácido Lisérgico) como sustancia psicoactiva. En los laboratorios del químico Albert Hoffmann, el azar parece que jugó un papel en la creación de una nueva sustancia que hasta hoy es consumida en múltiples contextos y de diversas formas. Tomo relatos del investigador sobre sus "viajes" de lo que luego sería llamado "ácido" o "tripa"1, para luego presentar también experiencias de los comienzos de uso de esta sustancia en algunos jóvenes que viven en Montevideo y que fueron entrevistados en el marco de una investigación realizada durante 2014- 2015 sobre usuarios y escenarios de uso de drogas sintéticas2. Me pregunto si el concepto de agencia de Bruno Latour, sería apropiado para pensar estas cuestiones; reflexiono sobre el punto con miras a una mayor profundización a futuro.

Palabras clave: LSD; contextos; usos; agencias; drogas sintéticas

Abstract

I’m going to deal with the origins of LSD (Lysergic Acid Diethylamide) as a psychoactive substance. It seems that chance played a role in the birth of a new product at chemist Albert Hoffmann’s lab, that’s still being used in several contexts under different forms. I follow the researcher’s tales about his “trips” on what later was called “acid” or “guts”, and then I present experiences on the beginning of the use of that product by some young people living at Montevideo. They were interviewed under a 2014-2015 research on synthetic drug use setups and their users. I ask myself if Bruno Latour’s concept of agency can be used to work on these issues, and I reflect over it for a deeper research in the future.

Key words: LSD; contexts; uses; agencies. Synthetics drugs

Introducción

El uso de drogas es considerado como el “fenómeno de la incorporación al organismo humano de sustancias químicas, con unas características farmacológicas que actúan sobre todo a nivel psicotrópico, pero cuyas consecuencias, funciones, efectos y significados son el producto de las definiciones sociales, culturales, económicas y políticas que las diferentes formaciones sociales (grupos, colectivos e individuos) elaboran, negocian y/o disputan en el marco histórico en el que se sitúan sus prácticas.” (Romaní, 2008, 302)

Escohotado, 1998) ha observado que todas las sociedades configuran y representan a las drogas y a sus consumidores de maneras distintas por lo que atender este fenómeno de forma amplia implicaría una incorporación de aspectos simbólicos, sociales, económicos, coyunturales, etc., necesarios para el entendimiento de dichas configuraciones y representaciones. Pero también conocer los efectos de los efectos farmacológicos del ingreso de una sustancia química al organismo; es entonces importante abordar este fenómeno tomando a las sustancias como agentes implicados en la acción.

Para ello seguimos a B.Latour cuando propone dejar a un lado la característica antropocéntrica del pensamiento occidental y de las teorías sociológicas tradicionales que han puesto y hecho permanecer al ser humano como centro de toda investigación de índole sociológica. El ser humano ya no es el centro, sino el conjunto de relaciones con elementos no- humanos con intención. La agencia es esta capacidad de relación entre todos los elementos. (Latour, 2008)

LSD, Tripa, Ácido: ¿Qué es?

La Dietilamida del Ácido Lisérgico (LSD), tripa o ácido, es una droga semisintética. La diferencia con las drogas sintéticas proviene del origen de los precursores desde donde se parte para hacer el producto: mientras que las drogas sintéticas son aquellas que se preparan en laboratorios de síntesis orgánica a partir de otras de menor complejidad; las drogas semisintéticas son aquellas que se preparan en laboratorios de síntesis orgánica pero partiendo de precursores que son aislados de fuentes naturales. En el caso del LSD, la fuente natural es el cornezuelo o Ergot que es el hongo que parasita espigas de centeno. Esto es lo que contiene el ácido lisérgico, lo que se agrega en el laboratorio es la dietilamida3.

El LSD es una Triptamina (por el motivo triple en su estructura) y tiene semejanza con el neurotransmisor Serotonina, afecta las percepciones sensoriales y el inicio del sueño nocturno (Escohotado, 1998). Ha sido incluida en la categoría de droga psicodélica, capaz de alterar el pensamiento y suprimir los filtros desde señales de partes del cerebro hacia la corteza. Estas señales se constituyen por sensaciones, emociones y percepciones provenientes del inconsciente.

Subirse a la bici

En 1938 el químico Albert Hofmann lidera en Sandoz Pharmaceuticals (Suiza) investigaciones sobre el aislamiento e identificación de los alcaloides contenidos en extractos del conocido Ergot o Cornezuelo. Estos hongos son parásitos de los granos del Centeno, y son conocidos desde 1800 por sus importantes actividades biológicas (inductores del parto, vasoconstrictores). Desarrolla entonces productos semisintéticos a partir del Ácido Lisérgico, y prepara compuestos;el compuesto nº 25 sintetizado se llamaba LSD-25 (Lyserg-saure-diethylamid) la dietilamida del ácido lisérgico. En éste se encuentra un efecto fuerte que actúa en el útero pero no tan intenso como los compuestos de referencia por lo que se decide interrumpir los ensayos de LSD-25 declarándoselo de poco interés.

En 1943, "Un particular presentimiento, la sensación de que esta sustancia tenía otras propiedades que no habían sido ensayadas- me indujo a preparar una vez más LSD-25 para enviarla nuevamente al departamento de farmacología". (Hofmann, 1980, 29)

En la etapa final de su preparación (cristalización del LSD-25), Hofmann interrumpe su trabajo por comenzar a experimentar sensaciones extrañas y relaciona estas sensaciones al LSD-25 con el que estaba trabajando: "quizás un poco de la solución de LSD había tocado de todos modos a la punta de mis dedos al recristalizarla, y un mínimo de sustancia había sido absorbida por la piel. Si la causa del incidente había sido el LSD, debía tratarse de una sustancia que ya en cantidades mínimas era muy activa. (Hofmann, 1980, 30) Desde allí se propone experimentar con la sustancia en dosis controladas y el 19 abril de 19434, ingiere 0,25mg de LSD-25 (una dosis considerada extremadamente baja).

Relata:

Ya me costaba muchísimo hablar claramente, y le pedí a mi laborante, que estaba enterada del autoensayo, que me acompañara a casa. En el viaje en bicicleta -en aquel momento no podía conseguirse un coche; en la época de posguerra los automóviles estaban reservados a unos pocos privilegiados- mi estado adoptó unas formas amenazadoras. Todo se tambaleaba en mi campo visual, y estaba distorsionado como en un espejo alabeado. (...) El mareo y la sensación de desmayo de a ratos se volvieron tan fuertes, que ya no podía mantenerme en pie y tuve que acostarme en un sofá. Mi entorno se había transformado ahora de modo aterrador. Todo lo que había en la habitación estaba girando, y los objetos y muebles familiares adoptaron formas grotescas y generalmente amenazadoras. (...) Todos los esfuerzos de mi voluntad de detener el derrumbe del mundo externo y la disolución de mi yo parecían infructuosos. En mí había penetrado un demonio y se había apoderado de mi cuerpo, mis sentidos y el alma. Me levanté y grité para liberarme de él, pero luego volví a hundirme impotente en el sofá. La sustancia con la que había querido experimentar me había vencido. Ella era el demonio que triunfaba haciendo escarnio de mi voluntad. Me cogió un miedo terrible de haber enloquecido. Me había metido en otro mundo, en otro cuarto con otro tiempo. Mi cuerpo me parecía insensible, sin vida, extraño. ¿Estaba muriendo? ¿Era el tránsito? Por momentos creía estar fuera de mi cuerpo y reconocía claramente, como un observador externo, toda la tragedia de mi situación.” (Hofmann, 1980, 32)

El médico familiar lo examina, todos sus signos vitales son normales y le expresa que no hay que temer un riesgo de daño irreversible por intoxicación. Desde ahí, Hofmann empieza a sentirse de forma distinta:

“El susto fue cediendo y dio paso a una sensación de felicidad y agradecimiento crecientes a medida que retornaban un sentir y pensar normales y crecía la certeza de que había escapado definitivamente del peligro de la locura. Ahora comencé a gozar poco a poco del inaudito juego de colores y formas que se prolongaba tras mis ojos cerrados. Me penetraban unas formaciones coloridas, fantásticas, que cambiaban como un caleidoscopio, en círculos y espirales que se abrían y volvían a cerrarse, chisporroteando en fontanas de colores, reordenándose y entrecruzándose en un flujo incesante. Lo más extraño era que todas las percepciones acústicas, como el ruido de un picaporte o un automóvil que pasaba, se transformaban en sensaciones ópticas. Cada sonido generaba su correspondiente imagen en forma y color, una imagen viva y cambiante. (...) desperté a la mañana siguiente reanimado y con la cabeza despejada, aunque físicamente aún un poco cansado. (..) El mundo parecía recién creado. Todos mis sentidos vibraban en un estado de máxima sensibilidad que se mantuvo todo el día.” (Hofmann, 1980, 34)

Cambios en el camino

Luego de ensayos en animales y determinación de la toxicidad, los laboratorios Sandoz comenzaron a comercializar la sustancia con el nombre de Delysid: un fármaco cuyas indicaciones incluían la terapia psicoanalítica y el estudio experimental sobre la naturaleza de las psicosis. En su prospecto, los laboratorios sugerían que los terapeutas tomaran también el fármaco para comprender mejor el estado mental de sus pacientes. Los efectos descritos eran trastornos pasajeros del afecto, alucinaciones, despersonalización, vivencia de recuerdos reprimidos y síntomas neurovegetativos leves.

Pero en el siglo XX, sobre todo en su mitad, las nuevas expresiones juveniles comienzan a ser visibles en los espacios públicos, generando nuevos mercados que rondarían en torno a las configuraciones juveniles: la creación y expansión del rock and roll por ejemplo, es una de las expresiones también llamadas "contraculturales" por determinar sus características en oposición a las clases dominantes y hegemónicas del momento. Estas nuevas visibilidades, llevarán también a la visualización de los vínculos con las sustancias.

"Para mediados de los sesenta ya se hablaba de los hippies en todo el mundo, casi siempre mal, pues los catalogaban como jóvenes "mugrosos, holgazanes, parásitos y drogadictos". A estos jóvenes se les identificó como la generación de las flores, o como la generación de las fianzas, debido a los constantes arrestos policiacos (Ramírez J A, 1996). El simbolismo del uso de los hongos con fines rituales y medicinales quedaba atrás, los hippies le darían nuevos significados y sentidos al uso de sustancias psicoactivas, pero no sin la sobredosis de coerción de los gobiernos en turno. Este es el momento histórico en el que se configura la división de las drogas en legales e ilegales, y también es uno de los momentos que podríamos ubicar como los más significativos en el intento por visualizar la relación más estrecha de drogas con la juventud." (Dominguez García, 2014, 52)

En 1965 en EEUU se aprueba una nueva normativa sobre fármacos donde el LSD pasa a ser una "droga experimental" y se penalizaba como delitos menores su producción ilegal y su venta, aunque no la posesión. En abril de 1966 los laboratorios Sandoz dejaron de comercializar LSD, y en 1968 se modificó la Enmienda, convirtiendo la posesión en delito menor y la venta en delito grave. Desde ese momento no se aprobaron más tratamientos con LSD.

La Convención Sobre Sustancias Psicotrópicas en 1971, clasificó entonces las sustancias en legales e ilegales, acción relacionada a determinados sectores sociales y afirmando el estereotipo que tenían los jóvenes siendo vinculados a las sustancias.

Esta es una de las consecuencias de este modelo prohibicionista, además del auge del mercado ilegal en la producción, venta y circulación de sustancias, la estigmatización y persecución de consumidores, la ausencia de estudio y control de sustancias emergentes, entre otras. Estas medidas prohibicionistas han marcado fuertemente los intereses que protegen, visualizados en “una economía de los cuerpos, del deseo, en la cual la prohibición cumple una función fundamental en tanto ordenamiento de lo ilegal y lo legal, de lo normal y lo anormal, de formas de disciplinamiento en las artes de producir problemas sociales, sujetos problemáticos, y construir geopolíticas -que van desde la corporeidad más singularizada hasta redes globales, pasando por las formaciones específicas e intersticiales en los Estados nacionales-, que muestran la productividad de los diferentes estilos prohibicionistas.” (Guigou, N., 2012, 174)

En estos procesos, las sustancias también han variado en su accionar acompañadas del pensamiento hegemónico en torno a ellas, diversificándose sus composiciones químicas. La prohibición llevó a que se originara una enorme cantidad de sustancias cuya composición se regía por nuevos precursores hasta que se prohibían. El accionar de estas sustancias en el organismo, es de una enorme diversidad ya que sus componentes varían constantemente en torno a las normas de legalidad e ilegalidad de los productos. Entonces, cada sustancia es parte de “lo social”.

¿Es posible considerar las sustancias como “agentes”, en el sentido de B. Latour?

En la Teoría del Actor Red (TAR), la agencia es lo que nos “hace hacer ciertas cosas” incluyendo aquellos elementos que contienen “otras agencias sobre las que no tenemos control alguno” y que también “nos hacen hacer cosas” (Latour, 2008, 79)

“Una agencia invisible que no produce ninguna diferencia, ninguna transformación, no deja rastro y no aparece en ningún relato no es una agencia. Punto. Hace algo o no. Si se menciona una agencia, hay que presentar el relato de su acción, y para hacerlo hay que explicitar más o menos qué pruebas han producido qué rastros observables; lo que no quiere decir, por supuesto, que haya que hablar de ello: hablar es sólo uno de los muchos comportamientos que pueden generar una explicación y está lejos de ser el más frecuente.” (Latour, 2008, 82)

Cuando estudiamos a los usuarios de sustancias sin tomar a las sustancias como agentes que intervienen y “hacen hacer cosas”, formando parte constante de relatos, estaríamos dejando de lado una de las asociaciones fundamentales para entender el fenómeno.

Las sustancias serían agentes con los cuales se genera un vínculo y la acción es entonces “(...) dislocada. La acción es tomada prestada, distribuida, sugerida, influida, dominada, traicionada, traducida. Se dice que un actor es un actor- red en primer lugar para subrayar que representa la mayor fuente de incertidumbre respecto del origen de la acción (...)” (Latour, 2008, 74)

Lo que se busca es analizar la naturaleza de los elementos que intervienen en los fenómenos, en la acción. En torno al uso de sustancias entonces, es importante tomar a las drogas como un elemento más de agencia en los individuos de manera que se entienda que todas las sustancias son diferentes, desde sus compuestos químicos hasta los “efectos sociales” que generan, que todos los momentos en los que se interactúa con ellas también son disímiles, y que hablar de drogas en un sentido homogenéo no hace más que ayudar al desentendimiento del fenómeno, y peor aún, de cada usuario y los sentidos que éste le otorga a sus prácticas.

B. Latour plantea que "ninguna ciencia de lo social puede iniciarse siquiera si no se explora primero la cuestión de quién y qué participa en la acción, aunque signifique permitir que se incorporen elementos que, a falta de mejor término, podríamos llamar no-humanos." (Latour, 2008, 107).

Es así, que cada sustancia se agencia en un usuario de diversas maneras, por presencia o ausencia5, pero que si aparece en su relato, es necesario pensar en cómo altera o modifica el estado de las cosas: "quiero estar drogado sintiendo" o : ¿no son verbos que designan acciones? Por supuesto que no creemos que “las drogas” determinan la acción, pero resulta necesario pensar en ellas en términos sociales, como un elemento más en la acción.

Esto nos permite reflexionar también sobre los contextos de uso de sustancias y cuál es el modelo hegemónico que rige su consumo en aquel momento ya que distintas categorías son utilizadas en distintos escenarios: si en los años 1960 un usuario de LSD era considerado hippie, luego sería catalogado como enfermo, luego peligroso, finalmente usuario.

Primeras veces

Los usuarios de LSD de los que tomamos sus primeras experiencias, son jóvenes de clase media que se han separado de su familia alrededor de los 18 años, en muchas ocasiones para seguir estudios universitarios en Montevideo, capital del país, o bien que se han mantenido viviendo en sus hogares. Este el caso de jóvenes montevideanos, que no han podido lograr cierta autonomía de vivienda. La separación con respecto a la familia, supone una mayor independencia, ocasiones para la circulación y el consumo de distintas y nuevas drogas, habiendo experimentado ya el alcohol y la marihuana en la adolescencia temprana, y en algunos casos, la cocaína. Esta desvinculación (de un posible control familiar) también supone un nuevo sistema de vida donde los amigos se convierten en el círculo social más fuerte de cuidado en el consumo, círculo que se forma entre compañeros dentro del sistema educativo. A menudo los jóvenes son reprimidos en relación al consumo de sustancias, en hogares donde se les dice que "la droga es lo peor".

Este tipo de usuarios de LSD resultan ser experimentadores de variadas drogas sintéticas a precios que resultan elevados para aquellos jóvenes que aún dependen económicamente de sus padres. Esto nos lleva a destacar la ocasionalidad con la que estos usuarios de LSD toman la sustancia. Inician sus trayectorias de consumo entre los 12 y los 15 años, generalmente primero con alcohol y después con marihuana, mientras que el uso del LSD llega más cercano a los 18, 20 años.

Gastón:6

-Yo empecé a fumar porro cuando tendría.. No sé, estaba en el liceo, en 4° de liceo

-¿Tipo 16 años?

- Algo así. Y fue tipo "quiero ver qué es eso". Escuchaba Bob Marley (risas), tenía a mis viejos que hablaban del porro y era No al porro, nunca fumes.

- Tu mamá es médica, ¿y tu padre?

- Mi padre es epidemiólogo. O sea, vengo de una casa donde la droga está re mal vista así, re mal vista. Me acuerdo que no me pegó la primera vez, no sé si no me pegó o no sabía si me estaba pegando. Me acuerdo que le dije a todo el mundo "ahh me fumé un porro" así (risas).

Martín:7

- Alcohol en la pubertad, 12 años ponele capaz que fue la primera vez que me di vuelta de alcohol. Capaz que la primera vez que te envenenas de alcohol, es la vez que recuerdas. Y luego ahí tuve algunos episodios con alcohol, y hasta los 15 algo así, pensaba que el faso era como tá, como droga, no sé, horrible. Como que tenía ese concepto y entonces no fumaba faso pero a los 15 fue cuando entré a mi primer banda en serio. Y en la banda había algunos que hasta tomaban pala8y eso, y vi todo eso de una y dije "bueno, capaz que el faso" (risas)

Luego de fumar las primeras veces sentía como que nunca había disfrutado tanto la comida en mi vida, de verdad lo sentía, de verdad lo sentía. Y con la música me pasó lo mismo de repente escuché un tema re loco; aparte los primeros pegues siempre son los más intensos, escuchaba la música re loco o algo, y decía "esto es lo mejor".

Gonzalo:9

- Yo empecé a fumar porro cuando tenía 15, 16 años, en ese momento esporádicamente y ya a los 17, 18 se fue regularizando el consumo... Y más a los 18 por ahí probé ácido.. y con el correr de los años se fue incrementando en mi el consumo de ácido, ahoro tomo mucho más.

Algo interesante de estos relatos, es que se comienza en el consumo de sustancias con las drogas ilegales (en ese momento) y no con drogas legales como el alcohol. Para algunos de ellos, fumar marihuana por primera vez supuso un fuerte choque con las moralidades inculcadas en sus hogares de origen, un cruce en las barreras que les habían impuesto sus familias. En estos usuarios de LSD, la familia resulta un núcleo de sostén económico y de criterios morales generalmente conservadores- lo que puede llevar a una represión y juicio al consumo de sustancias- pero sí un apoyo en el sostenimiento de la educación secundaria y luego universitaria.

Otra consideración importante, es la ausencia de uso excesivo de alcohol en los usuarios de drogas sintéticas, en este caso LSD. El alcohol es considerado dañino física y emocionalmente, por lo que se prefiere no consumirlo en abundancia. Las experiencias de consumo prolongado de alcohol se da básicamente en la adolescencia; luego con la experimentación con otras sustancias, el alcohol es dejado de lado y no se consume de forma abusiva sino como acompañamiento de un momento.

Vemos en esto un cuidado del cuerpo -el alcohol es depresor y estos usuarios buscan más la alegría y la aptitud física en las sustancias, además de la sobriedad mental- y emocional, donde el efecto buscado es de claridad y calidad del "viaje" de manera de sacar de él un buen recuerdo o una experiencia útil para el crecimiento individual. De nuevo Latour nos resulta importante para pensar estas cuestiones: los aspectos farmacológicos de cada sustancia, son tenidos en cuenta por cada usuario que luego de experimentar algunas de ellas, elige qué efecto quiere vivir.

Gonzalo:

Mi consumo de alcohol ha disminuido, ha sido como más liviano. Cuando tomo alcohol, tomo alcohol, es como que va por ese lado. Si consumo otra cosa, consumo otra cosa, no consumo todo para estar de la cabeza así, no.

Martín:

yo nunca fui de tomar mucho alcohol, soy sensible al alcohol como no tengo costumbre. A veces me paso y me doy vuelta, y no tomo alcohol por un tiempo, me conformo fumando porro y tá. Tuve una época tipo 2012, que empecé a tomar alcohol re seguido así, tomé abundante alcohol porque era tipo la culpa, no podía dejar de decirme a mí mismo que no estaba encarando. Y ahí empecé con esa cosa de tipo tá, tengo que aceptarme

¿y por qué alcohol relacionado con la culpa? ¿por qué las otras drogas están más relacionadas con el placer para vos?

- Sí, porque la culpa es como algo que se te hace un peso y el alcohol es como que es alivianador, es como una característica que tiene, es como que hace que pases el momento medio sin pensar en nada, que te olvides cosas. Las otras drogas tienen algo de eso, pero ninguna tiene eso en realidad; las otras son todas tipo… el faso estás como re así caído de cuerpo pero tu cabeza está volando tipo, retienes todo. Es como que el faso estás ahí como en una especie de cansancio pero todo es ajeno, todo es interesante. Pero el alcohol no, el alcohol es casi lo contrario, no te juzgas a ti mismo, por eso te abres de alcohol, dices cualquiera, que dices porque te pinta, tipo te desinhibes.

Tripas significativas y otros viajes

En estos relatos, vemos cómo la acción está llena de elementos no- humanos que intervienen en el continuo movimiento de las personas, y además cómo estos elementos "hacen hacer cosas": hay un relato que parte del gusto y el placer que esto les genera: "yo me drogo para reír mucho", y "quiero estar drogado sintiendo" suponen una búsqueda del goce y placer en el consumo. Pero también, forman parte de un anhelo de crecimiento emocional vinculado a reflexionar sobre sí mismo, sobre cuestiones estéticas, sobre expresiones artísticas, sobre los círculos de consumo, etc.

Martín:

Después empecé como en una etapa de tripas significativas desde las pastillas significativas y desde los porros más significativos. Pero después de eso también, experiencias centrales, así re importantes; empecé como en una etapa de bueno tá, yo quiero estar drogado sintiendo. Como que la vida es sentirla pasar por ti, no sé, quiero estar re loco y escuchar la música.

El cuidado del cuerpo en los usuarios de LSD es muy importante siendo un consumo que se realiza generalmente acompañado de un grupo de contención y confianza (amigos). Los vínculos de amistad son sumamente importantes para el "buen viaje":

Gastón:

Yo mismo selecciono tipo con quién tomar ácido porque ya sé que es un condicionante. La gente con la que estás tenés que compartir algo re salado para poder compartir, drogarte y estar bien así. Es muy reducido, son 5-6 personas, son ellos. Inclusive tenemos como un ritual así, tipo van todos a mi casa y tomamos ácido y estamos como re distendidos onda, hablamos cualquier cosa, si vemos que nos trabamos en la charla, no importa nadie va a pensar que sos un estúpido. Y es como que eso se construyó a lo largo de los consumos así de tipo me tomo un ácido con él y me siento bien, bueno capaz que otro día me tomo otro ácido con él. Y es medio así la cosa, es medio laberíntico. Un día me gustó, otro día no, un día me gustó, otro día no, otro día sí, otro día sí, otro día sí. Y en esos días que no, nos conocimos, conocimos cosas, es difícil describirlo. Pero es como un historial de consumo que construí con ellos. Mi grupo de amigos es crucial para entender mi relación con las drogas así, y siempre usé ese esquema para entender la relación con las drogas de los demás.

Gonzalo:

Como consumo siempre con mis amigos, nos cuidamos entre todos. Lo bueno de tomar siempre con amigos, o con el mismo círculo es que... tenés confianza. No es que sólo tomo con mi grupito de amigos, pero al menos yo tomo drogas con quien me siento cómodo. Hay como un cuidado del pegue así, con respecto al entorno. O sea, solo nunca, nunca... pero elijo lugares donde a priori sé que está todo bien, si te perdés va a estar todo bien.

El consumo se da mayoritariamente en grupo de amigos, habiendo algunas experiencias en soledad pero más vinculadas a "malos viajes". Esto nos aproxima algunas "sensibilidades de clases medias", observadas en el relato de quienes experimentan con LSD. Una de ellas es rescatar el cuidado corporal y del grupo de amigos, donde el riesgo se encuentra en un "mal viaje" sea cual fuere el escenario de consumo. Los contextos de uso son aparentemente lugares sin violencias, al igual que las formas de acceder a la sustancia, y las personas elegidas para compartir el viaje. La fisura por consumir, no es algo que constituya una urgencia para usar la sustancia en cualquier contexto. El viaje se prepara con días de antelación, se eligen fechas importantes o momentos cruciales para el grupo (un viaje, un cumpleaños, una fiesta)

Medidas de cuidado

Considerando estos relatos pudimos ver cómo los usuarios de LSD, mantienen ciertas prácticas de cuidado al usar las sustancias. Estas prácticas son transmitidas de unos a otros o por conocimiento de experiencias de "malos viajes" ajenas o propias. Allí es donde se adoptan determinados comportamientos de cuidados en relación al policonsumo, al uso en determinados contextos y a las personas con las cuales compartir el viaje o no.

Pero, como vimos también con B. Latour, es importante conocer la mayoría de las cuestiones en torno a las sustancias (considerándolas actores, actantes), entre ellas y por sus aspectos farmacológicos. En la investigación desde donde parten estos relatos, pudo constatarse, en el año 2015, que lo que muchos usuarios consumían ni siquiera tenía LSD entre sus componentes químicos (aunque pensaban que sí). El llamado 25I, era lo que en el mercado ilícito de sustancias, se consideraba LSD, ácido o tripa. La conformación química de esta sustancia es otra, y el "pegue" o efectos resulta ser distinto al del LSD10.

Con las prohibiciones, los precursores de las sustancias como vimos, van cambiando, creando nuevas sustancias y muchas veces, nuevos peligros. Para el año 2017, cuando fui parte de un testeo de sustancias que se realizó en una fiesta electrónica en la ciudad de Montevideo, de 7 "tripas" examinadas, sólo 3 tenían LSD combinado con componentes aún desconocidos.

Por todo esto es que consideramos fundamental la difusión de medidas de cuidado en torno al uso de sustancias en general, y del LSD en particular.

Algunas reflexiones

Este trabajo es simplemente una aproximación al uso del LSD desde una visión antropológica en general, y un ensayo de aplicación de la Teoría del Actor Red planteada por Bruno Latour (2008).

Es necesario, creemos, avanzar en una visualización académica de estas cuestiones ya que interpelan a buena parte de la sociedad. Estas prácticas resultan de interés para seguir realizando etnografías, de manera de interrogar las múltiples representaciones sobre la temática drogas.

Consideramos importante evaluar a las sustancias en sus diferencias y particularidades, evitando las configuraciones hegemónicas en torno al "campo de las drogas" y procurando abarcar la heterogeneidad de esa configuración.

En este sentido, creemos que cada sustancia debe ser investigada de manera particular, indagando sobre sus alcances farmacológicos y los sentidos y prácticas que los usuarios desarrollan a través de su uso. En todo este abordaje, tomar a las sustancias como” agentes” que participan en la acción, nos resulta fundamental.

La etnografía nos va permitiendo estas visibilidades. Si estamos atentos al relato vemos cómo estas sustancias generan y se ensamblan en todos los movimientos que los usuarios desarrollan en determinados contextos, ante ciertas configuraciones en torno a las drogas, y en el momento particular del consumo.

Esperamos ser parte de estos aprendizajes, continuar produciendo conocimientos y aprendiendo de nuestros interlocutores, además de generar encuentros con colegas y nuevos aportes.

Bibliografía

Dominguez García, M. (2014) Jóvenes usuarios de drogas en la Ciudad de México: Etnografía de la gestión en el uso del crack. Tesis para optar por el grado de Maestro en Antropología Social. México D.F. [ Links ]

Escohotado, A. (1998) Historia general de las drogas. Madrid: Espasa [ Links ]

Guigou, N. (2012) Textualidades Cannábicas. En Aporte universitario al debate nacional sobre drogas, Colección Art. 2, (pág. 171- 177). Montevideo: Universidad de la República, CSIC. [ Links ]

Hofmann, A. (1980) LSD. Cómo descubrí el ácido y qué pasó después en el mundo. Barcelona: Gedisa. [ Links ]

Latour, B. (2008) Reensamblar lo social. Una introducción a la Teoría del Actor- red. Buenos Aires: Manantial. [ Links ]

Romaní, O. (2008) Políticas de drogas: prevención, participación y reducción del daño. En: Revista Salud Colectiva, 4 (3), 301-318. [ Links ]

Suárez, H., Rossal, M. (comp.) (2015) Viajes sintéticos. Estudio sobre usos de drogas de síntesis en el Uruguay contemporáneo. Montevideo: Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad de la República, Observatorio Uruguayo de Drogas, Junta Nacional de Drogas [ Links ]

3Información proveniente del curso del Diploma Aspectos Farmacológicos y Químicos de las drogas. Aquí rescatamos y aplaudimos la modalidad interdisciplinaria tan provechosa en estas cuestiones.

4Este día es considerado mundialmente como el Día de la bicicleta, vinculado al primer “viaje” que se realizó por el ácido, anécdota del viaje en bicicleta de Hoffmann.

5El caso de las “fisuras” es importante para ver cómo las sustancias se agencian en los usuarios por ausencia. En los usuarios de LSD, el viaje se premedita con antelación procurando la sustancia para mayoritariamente, un evento especial. Existe también un cuidado de no quedar "limado", cuestión que carece de pruebas farmacológicas pero que alude a quedar en el mundo del ácido por mucho tiempo por un exceso de consumo.

6Todos los nombres de nuestros interlocutores fueron cambiados.

7Gastón tiene 22 años. Cursa tercer año de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación y no trabaja, hace música electrónica y es DJ en juntadas con amigos y algunos eventos en casas. Nació en la ciudad de Colonia y hace 5 años que vive en su casa propia del barrio Carrasco Norte.

8Se refiere a cocaína.

9Gonzalo tiene 24 años, es de Montevideo y vive en el barrio Villa Biarritz. Estudia profesorado de Educación Física y cuando realizamos la entrevista faltaban unos pocos días para que se fuera a trabajar a Nueva Zelanda

10Para ver estas cuestiones químicas con más profundidad, ir a "Viajes sintéticos. Estudio sobre usos de drogas de síntesis en el Uruguay Contemporáneo." (2015)

1Palabra nativa derivada del inglés trip: viaje.

2Ver Suárez, H., Rossal, M. (comp.) (2015) Viajes sintéticos. Estudio sobre usos de drogas de síntesis en el Uruguay contemporáneo. Montevideo: Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad de la República- Observatorio Uruguayo de Drogas, Junta Nacional de Drogas. Disponible en: http://www.infodrogas.gub.uy/index.php?option=com_content&view=article&id=3586:viajes-sinteticos-estudio-sobre-uso-de-drogas-de-sintesis-en-el-uruguay-contemporaneo&catid=31:encuestas&Itemid=65

Recibido: 11 de Marzo de 2018; Aprobado: 09 de Mayo de 2018

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