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Revista Uruguaya de Medicina Interna

Print version ISSN 2393-6797On-line version ISSN 2393-6797

Rev. Urug. Med. Int. vol.4 no.3 Montevideo Dec. 2019  Epub Dec 01, 2019

 

EDITORIAL

Editorial

Mariana Cora


En oportunidad del “retiro” del ámbito universitario del Profesor Agregado Washington Vignolo, la Clínica Médica B del Hospital de Clínicas realizó una actividad científica el pasado 31 julio. Transcribimos las palabras de cierre de dicha actividad en homenaje al destacado y apreciado docente.

Es difícil pretender en esta instancia abarcar todo lo que merecería decirse en un

reconocimiento a la trayectoria académica del Prof. Washington Vignolo.

Hay tanto que seguramente faltará decir, cosas que seguramente muchos de ustedes podrían agregar, que la reseña será probablemente incompleta.

También es cierto que alcanzaría con recorrer su trayectoria universitaria ininterrumpida y su aporte al desarrollo del conocimiento en el área clínica, para despedirlo con honores.

Comenzó su carrera docente en el área básica y ocupó luego prácticamente todos los cargos del escalafón docente de la clínica médica y en todos ellos se desempeñó con destaque.

Se inició en la docencia a los 25 años en la Cátedra y Departamento de Fisiología, donde fue Grado 1 durante 4 años primero de manera interina -desde 1980 al 84- y luego durante 3 años más -de 1984 al 87- en forma titular, por concurso de oposición donde obtuvo el primer puesto.

Simultáneamente desempeñó el cargo de Practicante Interno, durante 4 años, entre el 82 y el 86, por concurso de oposición en el que obtuvo el segundo puesto.

Inmediatamente después actuó como Médico Suplente del Área de Cuidados Intermedios de la Clínica Médica “C” a nivel de grado 2, durante el año 1986.

Y entre los años 1988-1991 fue Residente de Medicina Interna, cargo titular al que accedió por concurso de oposición, ocupando el primer puesto en el concurso.

Fue asistente titular de Clínica Médica, por concurso de oposición y méritos siendo una vez más el primero en su concurso. Ejerció el cargo en la Clínica Médica “C” desde el 91 al 94. En la misma Clínica fue Profesor Adjunto, titular, por concurso de méritos desde el 1998 al 2002.

Y finalmente, desde 2008 fue Prof. Agregado de Clínica Médica, titular, por concurso de méritos en la Clínica Médica B.

Además de la especialidad de Medicina Interna, obtuvo el título de especialista en Cardiología.

Debido a su formación en ambas áreas ha desarrollado líneas de trabajo e investigación vinculadas sobre todo a la prevención cardiovascular primaria y secundaria, la hipertensión arterial, la fibrilación auricular y la enfermedad cerebrovascular. Siempre con un enfoque interdisciplinario y con el interés de generar conocimiento aplicado a nuestra realidad y sus problemas particulares.

Dictó múltiples cursos y talleres dirigidos a estudiantes de pre y post-grado y residentes, también en el área de trastornos del ritmo, factores de riesgo vascular, cardiopatía isquémica y enfermedad cerebrovascular en el departamento de Cardiología, en varias de las Clínicas Médicas de nuestra Facultad y también en el ámbito mutual, en Montevideo y en el interior de nuestro país, así como en congresos nacionales de Medicina y Cardiología y simposios internacionales, Es integrante de la Comisión de Educación Médica Continua de la Sociedad Uruguaya de Cardiología desde el año 2001.

Ha participado en la organización de congresos nacionales e integrado sus comités científicos en más de una oportunidad.

Participó en innumerables tribunales de internado, residencia, grado 2 y 3, en varias

oportunidades designado por los concursantes, además de en decenas de comisiones

asesoras para la reelección de los grados 2 y 3 de las diferentes clínicas médicas y de otras especialidades médicas.

Todo esto, que sin dudas no es poco, no alcanza a reflejar lo que creemos merece destacarse en esta, su despedida formal de la Facultad de Medicina.

No dice para quienes no lo conozcan profundamente casi nada de lo que el Goyo (y nótese que lo llamo ahora por su nombre verdadero) significa para la clínica médica B y cada uno de sus integrantes y seguramente para todos quienes han compartido con él algún momento de su extensa trayectoria.

No tengo dudas de que todos ustedes saben de qué hablo si digo que el Goyo es -y ha sido desde hace mucho tiempo- un referente académico.

Ya en su época de preparación del grado 2 -y seguramente también antes- cuentan que se corría la voz de que había que ir a escucharlo encarar. Seguramente porque desde entonces acometió esa tarea con la rigurosidad, profundidad y enorme inteligencia conque ha asumido todas las que se le plantearon.

Aunque a nuestra Clínica llegó a desempeñar su cargo de Profesor Agregado, muchos lo conocíamos por su actividad docente en la Médica C, algunos de nosotros de cuando rotábamos por el área de cuidados intermedios de ese servicio.

Siempre fue un privilegio discutir con él sobre un paciente, deslumbrarse con todo lo que el Goyo sabía de enfermedades de las que muchos no conocíamos casi su existencia, admirar el trato siempre respetuoso y amable con pacientes y colegas, y también la humildad con la que siempre reconoce cuando de algo no puede opinar en profundidad y necesita (dice) ir a estudiar.

La tranquilidad de ver con él los pacientes en aquella época -sobre todo los cardiológicos- incluía no solamente la seguridad de hacerlo con alguien que conoce en profundidad el problema sino también el contar con el apoyo incondicional si se presentaba alguna complicación durante la guardia. Fuera de su horario de trabajo en el Hospital, el Goyo estaba al teléfono siempre y a unos minutos de aparecer en nuestro auxilio si la situación lo ameritaba.

Cuando tuvimos la suerte de tenerlo ya como Prof. Agregado en la Médica B aprendimos en cada pase de visita en la sala, cada semana en el round de los martes, en cada ateneo, actividades todas que impulsó y en las que participó infaltablemente, pero también en nuestras incursiones en el “el cuarto del Goyo”, su escritorio en la Clínica, siempre abierto para cuando los desafíos diagnósticos y terapéuticos no se resuelven de forma unívoca o, por ejemplo, cuando los ECG se encaprichan en hacernos difícil su lectura.

Es decir que la rigurosidad y profundidad se acompañaron siempre de una enorme generosidad para enseñar, para dedicar su tiempo y también su consideración hacia cada uno de nosotros.

Promovió el compromiso con la asistencia mediante el ejemplo permanente, que desarrolla de la misma manera dentro de nuestro hospital y fuera de él.

Todas las generaciones de estudiantes que han pasado por el piso 12 durante el período de su desempeño han reconocido particularmente su dedicación y preocupación por hacer comprensibles para todos, los conceptos más complejos de la medicina y en particular de la cardiología. Viéndolo preparar sus clases uno se preguntaba qué era lo que estudiaba tanto para hablar de temas que maneja con indudable solvencia.

Como además de dar casi 25 clases y talleres anuales, participó infaltablemente cada año en todos los comité de examen, en la corrección de las pruebas, en las evaluaciones clínicas con paciente y en todos y cada uno de los ECOEs, conoce de primerísima mano dónde están los puntos fuertes y dónde las debilidades en el aprendizaje de los estudiantes.

Y su preocupación por mejorar la enseñanza sobre todo en esas áreas, lo hacía dedicarse a la preparación de sus clases con la misma profundidad y rigor con que prepara sus conferencias para un congreso o un artículo para una revista científica.

El cuarto del Goyo no estuvo vedado nunca tampoco para los estudiantes, que eran recibidos con su acostumbrada amabilidad, enseñando con eso no solamente sobre

medicina sino sin duda, sobre cómo ejercer cabalmente la profesión docente.

En su plan de trabajo expresaba su intención de “generar instancias educativas formales e informales frecuentes y regulares (…) tratando de transmitir conceptos científicos, deontológicos y de apoyo y respeto al paciente en tanto ser humano que vive una situación de particular vulnerabilidad como lo es la condición de estar enfermo”.

Mariana Cora

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