Mientras hago los primeros bosquejos de esta Editorial, busco rescatar algunos de los tópicos centrales en discusión sobre la comunicación científica y las publicaciones, sobre lo que me han honrado en pedirme una contribución.
La comunicación científica en los distintos campos de ciencia es sin duda un tema protagónico, por sí misma y por el complejo sistema que la contiene, fundamentalmente por la relevancia de conocer y compartir los hallazgos. En estos días culminar una carrera profesional y especialmente continuar en ella, actualizado, es todo un desafío. Para el caso, el Odontólogo debe familiarizarse con los lenguajes de la investigación científica para poder determinar el alcance de los artículos que editan las revistas, la veracidad y respaldo con que cuentan; tema serio y que hace que las publicaciones de calidad deban contar con sistemas de arbitraje "ciego" y pasar por exigentes evaluaciones anuales en los portales científicos que las alojan.
Llegar a la Revista adecuada también requiere de un conocimiento antecedente, parte de esa información se encuentra incluida en los criterios de admisión de la publicación en portales científicos y bases. Los portales, índices y bases como Dialnet, DOAJ, ISI, Latindex, Redalyc, Scielo, Scopus, entre otros, son la puerta de entrada -en la web- a las principales publicaciones en el mundo, con énfasis temáticos algunas, otros con acopio de revistas según la calidad de los artículos. En general reúnen criterios de calidad editorial, esto es, desde lo central que debe contener un trabajo para ser publicado, hasta información sobre autores e instituciones de referencia y bibliografía según normativa, para que el lector pueda mejor acceder a ella.
En las ciencias de la salud, además de los anteriores, se destaca Medline, una base de datos conformada por tres grandes Bibliotecas como el Index Médico, el Index sobre Literatura Científica Odontológica y el Index Internacional sobre Enfermería, conteniendo la referencia de más de 5000 revistas, tanto en resúmenes como en texto completo, con información sobre autorías y links de búsqueda.
Son entonces estos portales científico-académicos, los espacios -virtuales- donde se alojan las publicaciones, una vez han alcanzado cierta condición y son los que -con sus exigencias- avalan estándares de calidad imprescindibles, para que el profesional que está más alejado del mundo de la investigación, pueda contar con información veraz.
Para que una Revista Científica pueda ser incorporada a esos portales y bases, además de cumplir con varios requisitos de calidad y accesibilidad, debe primero y siempre cuidar -desde que llega el manuscrito hasta su publicación- asuntos pertinentes al contenido y el formato. Para esto tendrá que contar con un proceso de gestión editorial para comprobar que la información que se presenta está organizada de tal forma que permita tomar decisiones respecto a la réplica de los procedimientos, que se extremaron los cuidados con las pruebas de ensayos clínicos y se siguieron los protocolos correspondientes, que los soportes bibliográficos son los pertinentes y están actualizados, etc.. Deberá contar con un Consejo Arbitral de Expertos que evalúen los trabajos y se expidan sobre los mismos y si fuere del caso, orientar a los autores en asuntos concernientes al manuscrito y la investigación según su tipo -estudios de caso, experimentales, epidemiológicos, entre otros- que contiene. Entre tantos aspectos se mueve la Gestión Editorial y aún más, porque es objetivo obligado el ofrecer al lector un producto que no solo le informe sino además y fundamentalmente, que le permita una toma de decisiones en su actividad profesional sobre evidencias científicas.