1. Introducción
La producción y el abastecimiento de alimentos frescos en las cercanías de las grandes ciudades («Cinturones Verdes») posibilitan, además de la seguridad y soberanía alimentaria1)(2, la provisión de una variedad de servicios ecosistémicos (i.e. la regulación de la temperatura, la recarga de acuíferos, conservación de suelos, reciclado de nutrientes), fundamentales para el territorio 3)(4)5)(6) . Actualmente en Argentina, al igual que en muchos países del mundo, estos espacios de interfase entre lo urbano y lo rural se ven amenazados por un creciente avance de la frontera urbana y la agricultura extensiva, con pérdida significativa de funciones ecosistémicas fundamentales para la sustentabilidad de los territorios7)(8. A ello se suman restricciones en el uso de insumos de síntesis química, degradación física, química y biológica de los suelos, pérdidas de rendimiento por efecto de enfermedades y plagas. Estas problemáticas requieren recambios tecnológicos, dejando atrás el modelo productivo basado en insumos externos, para comenzar a pensar en sistemas sostenibles de producción de alimentos basados en la intensificación ecológica hasta la escala de paisaje9. Estos cambios requieren a su vez innovaciones institucionales en ciencia y tecnología y en las metodologías para la generación de conocimientos a fin de facilitar los procesos.
Diversos autores9)(10)(11)(12 acuerdan que las problemáticas complejas para la generación de sistemas alimentarios sostenibles que se basan en la intensificación ecológica y el rediseño de paisajes requieren de innovaciones tanto tecnológicas como institucionales. En la actualidad se plantea la necesaria transformación de los sistemas alimentarios de proximidad en su dimensión tecnológico-productiva a los fines de la obtención de alimentos inocuos y con el mínimo impacto socioambiental13. En este contexto, la agroecología es una propuesta concreta e integral de transformación de los sistemas de producción de alimentos 13)(14)15)(16) . Bajo este paradigma resulta imprescindible la articulación sinérgica de saberes, experiencias y recursos de los actores institucionales de investigación, extensión rural y los propios productores a fin de alcanzar innovaciones tecnológicas15)(17)(18. Es importante destacar que la agroecología difiere de otros enfoques del desarrollo sostenible, ya que se basa en procesos territoriales que ayudan a dar soluciones contextualizadas de problemas locales. Para ello las innovaciones agroecológicas deben basarse en la creación conjunta de conocimientos, considerando que el conocimiento generado en centros de investigación debe complementarse con la propia percepción y conocimiento de los agricultores19. En este sentido, Nugent20 afirma que resulta fundamental para el acompañamiento de los productores agropecuarios de periurbano el desarrollo de un sistema de producción de conocimiento orientado a generar innovaciones acordes a sus necesidades y demandas. Por lo tanto, la producción de conocimientos con metodologías participativas se vuelve imprescindible en estos contextos de generación de innovaciones socio-tecnológicas para la producción de alimentos, siendo la metodología de Investigación Acción Participativa (iap) una opción concreta para este fin.
Con el propósito de orientar la producción de conocimiento de manera participativa, reflexiva y crítica, y poniendo en valor los saberes de los propios productores (convirtiéndose en sujetos protagonistas del proceso), se ha difundido ampliamente la iap como una manera de intervención18)(21. Según Sirvent22, la iap es entendida como «…un estilo o enfoque de la investigación social que procura la participación real de la población involucrada en el proceso de objetivación de la realidad en estudio, con el doble objetivo de generar conocimiento colectivo sobre dicha realidad y de promover la modificación de las condiciones que afectan la vida cotidiana de los sectores populares…». Asimismo, la iap se propone como un marco para avanzar en investigaciones que pongan en valor la contribución de cada uno de estos actores para generar conocimientos que permitan avanzar hacia un nuevo sistema alimentario bajo el paradigma agroecológico18. La iap presenta características que permiten socializar la coconstrucción de conocimientos útiles, con el propósito de producir cambios sociales, generando procesos de sensibilización y concientización que facilitan la adopción de las innovaciones23. La iap supone la simultaneidad del proceso de conocer con el propósito de resolver algunos de sus problemas o satisfacer necesidades planteadas21. Por otro lado, socializar y debatir acerca de la metodología y los resultados de cada experiencia de investigación participativa permiten crear espacios para el fortalecimiento y complementación tanto de los conocimientos como de las organizaciones de productores y la tarea de investigación, y posibilita multiplicar y retroalimentar las acciones para el logro de mayores avances en los procesos de transición agroecológica19. Diversos autores proponen a la iap como una metodología con gran potencial para la generación de conocimientos en agroecología 17)(18)19)(24)25)(26) . Asimismo, se describen numerosas experiencias sobre su aplicación para la generación local de conocimiento en diferentes dimensiones de la agroecología 27)(28)29)(30) .
En los últimos años, como señalan Méndez y otros31, se ha visto un avance e interés cada vez mayor sobre la integración de la agroecología y la investigación acción participativa. Dichos autores encontraron que los desafíos más importantes que deben enfrentar este tipo de procesos son los tiempos y recursos más prolongados, la dificultad que implica trabajar con una multiplicidad de actores y las culturas institucionales y organizativas de los participantes. En este sentido es que la innovación institucional se vuelve un elemento clave en el proceso. La necesaria articulación entre extensión e investigación en el ámbito rural continúa siendo un desafío permanente, tanto cuando estas dimensiones se encuentran en instituciones separadas, como en aquellos casos en que, como el inta, coexisten desde su origen y otorgan la característica identitaria de la organización. Son varias las causas que contribuyen a la desarticulación entre la investigación y la extensión: los diferentes horizontes temporales, la fragmentación disciplinaria de la investigación, las inercias institucionales y la necesidad de nuevas lógicas en la gestión del conocimiento, así como las fuentes de financiamiento y los propios sistemas de evaluación32. En este contexto, la iap aparece como una metodología que permite un acercamiento concreto entre la gama de actores comprometidos con posibles soluciones a un problema, desde investigadores, extensionistas, hasta actores más alejados del ámbito académico, como los productores18, uniéndose en intereses y tareas comunes y concretas.
Por último, surge la necesidad de plantear un abordaje de sistemas complejos para la búsqueda de soluciones en los sistemas de producción de alimentos. La interfaz urbano-rural, donde se desarrollan los cinturones verdes, es un territorio en el que interactúan diversos actores habitando diferentes espacios (naturales, agrícolas, artificiales), a variadas escalas y motivados por distintos intereses (individuales, colectivos, públicos, privados, a nivel local, nacional y global). Dicha multidimensionalidad debe tenerse en cuenta cuando se plantean posibles alternativas de solución. Podemos afirmar, entonces, que este territorio puede redefinirse a partir de sus propias problemáticas y necesidades, replanteando también posibles relaciones y vínculos entre sus habitantes en la búsqueda de alternativas y soluciones. El enfoque desde el cual se abordarán estas problemáticas debe, entonces, contemplar no solo las partes que integran la cuestión, sino la totalidad de la misma. De este modo, para afrontar la delimitación del problema, es necesario concebir que los elementos del sistema se encuentran interdefinidos. Es decir, la complejidad no está determinada solo por la heterogeneidad de las partes constituyentes, sino por la interdefinibilidad33 y la mutua dependencia de las funciones que desempeñan dentro de la totalidad34, y que se pueden ir redefiniendo durante el proceso mismo. De allí que la interdisciplina permita el estudio de problemáticas concebidas como sistemas complejos y que el estudio de estos sistemas exija la investigación interdisciplinaria34, tal como es el caso del territorio en los Cinturones Verdes.
Con el objetivo de contribuir a mejorar la sustentabilidad productiva, ambiental y social del Cinturón Verde de la ciudad de Córdoba - cvc (provincia de Córdoba, Argentina), se inició hacia fines de 2015 un proceso que involucra actividades de investigación participativa, desarrollo tecnológico y extensión rural, para promover la transición hacia prácticas agroecológicas en productores hortícolas familiares de áreas periurbanas35. Bajo un enfoque sistémico, el «Equipo interinstitucional de apoyo a la intensificación ecológica de la producción de alimentos de proximidad» en el cvc se configura como una innovación organizativa institucional para acompañar procesos de transición hacia sistemas productivos sustentables. En el equipo participan representantes de diversas instituciones, como inta (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), inti (Instituto Nacional de Tecnología Industrial), conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), unc (Universidad Nacional de Córdoba) y safc y dt (Subsecretaría de Agricultura Familiar, Construcción y Desarrollo Territorial). En el mismo, múltiples actores del ámbito científico y tecnológico del sector público interactúan con el sector productivo para la generación de conocimiento para la acción a partir de un proceso colectivo de construcción y dinámicas participativas. El equipo focaliza sus acciones en «aprender haciendo» a través de la metodología iap, construyendo redes, confiriendo importancia al conocimiento tácito, científico, experimental y situado, coconstruido entre todos los actores.
En este trabajo se presentan los resultados de las actividades desarrolladas por el «Equipo interinstitucional de apoyo a la intensificación ecológica de la producción de alimentos de proximidad». Estos resultados se plantean en el marco de tres objetivos centrales: 1) Generar conocimientos situados, a través de la coconstrucción científico-tecnológica y empírica, de manera participativa, que promuevan procesos de intensificación ecológica para la producción de alimentos de proximidad en el cvc; 2) Facilitar la adaptación tecnológica, en sistemas hortícolas de producción de alimentos frescos de proximidad, de la sustitución de insumos y la valorización de las tecnologías de procesos como herramientas de transición hacia la agroecología; 3) Diseñar y gestionar dispositivos organizacionales para la articulación interdisciplinaria e interinstitucional en procesos de coinnovación, coordinando las capacidades de investigación y extensión de las instituciones participantes junto con los actores territoriales.
2. Metodología
El trabajo se aborda con un diseño metodológico conformado por dos partes, la primera es un estudio exploratorio bibliográfico a fin de contextualizar: 1- las problemáticas observadas en sistemas productivos del Cinturón Verde de la ciudad de Córdoba (cvc); 2- la articulación entre investigación y extensión, y 3- el enfoque sistémico e interdisciplinar como un marco resolutivo. La segunda parte describe experiencias concretas desarrolladas a partir del marco conceptual de la iap como medio para la coconstrucción de conocimiento e innovaciones en el cvc.
2.1 Estudio exploratorio
Para cada una de las problemáticas se revisaron los aportes de diferentes autores en la temática:
- Contextualización de las principales problemáticas de sistemas hortícolas del Cinturón Verde de Córdoba: Giobellina y otros4; Giobellina3; Tittonell8)(9.
- Extensión rural e investigación científica: Torrado y Catullo36; Catullo y otros37; Giobellina4; Uranga y Vargas38; Easdale y otros32.
- Enfoque sistémico e interdisciplinar: Barbetta39; De Souza Silva40; García34; González Casanova33; Catullo y otros41; MACS-G20 Report42; Méndez y otros18)(43.
2.2 Experiencias de iap con productores convencionales y en transición agroecológica
Para las experiencias se diseñó una metodología con la que se desarrolló el trabajo del Equipo en la interfaz urbano-rural del cvc, que buscó disolver en primera instancia las rígidas fronteras institucionales. De este modo se creó un espacio de articulación para la integración de capacidades y competencias científico-tecnológicas diferentes y complementarias, y que junto con los productores se orientó a la búsqueda de soluciones participativas, horizontales y eficaces. En primer lugar, se produjo un acercamiento entre investigadores, productores y extensionistas en los mismos sistemas productivos. Por medio de talleres, entrevistas y visitas a las fincas de los productores, investigadores y extensionistas, visualizaron las principales problemáticas del cvc.
Una vez confrontadas las principales problemáticas con las capacidades institucionales, se estableció un modelo organizativo del trabajo. Este modelo organizativo se basó en la conformación de subgrupos temáticos y operativos integrados siempre por productores/as, investigadores/as y extensionistas. Así se constituyeron tres grupos operativos: uno dedicado al abordaje de la degradación de suelos, otro para afrontar el manejo de insectos y un tercer grupo dedicado a problemáticas vinculadas a enfermedades de los cultivos. Cada subgrupo de trabajo organizó las actividades en torno a problemáticas planteadas por el productor, transformándolas en preguntas de investigación, con la utilización de dispositivos en red basados en el trabajo colaborativo. Se establecieron ciclos anuales de trabajo a lo largo de los cuales se realizaron experimentaciones con los productores en sus fincas, utilizando la metodología de iap. Estos ciclos incluyeron las siguientes etapas: 1- Diagnóstico y planificación participativa; 2- Acuerdo de protocolo de trabajo; 3- Ejecución; 4- Análisis de los resultados; 5- Socialización de los resultados. Una vez que llegaba a su fin, con la socialización de los conocimientos generados y la formulación de nuevas interrogantes, el ciclo volvía a iniciar (1’, 2’, 3’, 4’, 5’; 1», 2», 3», 4», etc.); de este modo, se brindó continuidad al proceso de coconstrucción (Figura 1). A continuación, se describen las etapas del proceso.
La primera etapa de diagnóstico y planificación participativa consiste en una entrevista con el productor-experimentador en su propia finca, durante la cual todos los actores presentes proponen posibles soluciones a los problemas planteados, para posteriormente transformarlas en preguntas de investigación que guían el resto de las actividades.
Una vez consensuadas las preguntas de investigación, se acuerda el diseño experimental y se redacta un protocolo de trabajo. En él se describe el contexto de la pregunta y se establecen los acuerdos para la realización de las pruebas.
La siguiente etapa es la ejecución del ensayo, en la que se prioriza la participación activa de los productores, haciendo la toma y el registro de las mediciones, estableciendo una relación de intercambio de saberes entre los actores (extensionistas, productores-experimentadores, investigadores). Asimismo, se intercalan talleres de capacitación ante demandas puntuales (por ejemplo, identificación de insectos vinculados a la producción, características y formas de aplicación de bioinsumos, elaboración intrapredial de los mismos). Una vez finalizada la etapa experimental, se procedió al análisis estadístico de los datos a cargo de los investigadores. De allí emergieron los resultados que son presentados y discutidos entre productores, extensionistas e investigadores para la coconstrucción de conocimientos, generando de este modo un ciclo de aprendizaje.
Una vez finalizadas estas etapas se realiza un gran taller de cierre al que se invita a otros productores y asociaciones, con el fin de mostrar y multiplicar los aprendizajes. Las nuevas interrogantes que surgen retroalimentan el ciclo de aprendizaje, dando continuidad a las acciones de investigación participativa.
Las dimensiones de gestión y comunicación recaen sobre el conjunto del equipo de manera transversal. A partir de este proceso se concretó la investigación acción participativa en bioinsumos para el manejo de plagas (extractos vegetales comerciales y de elaboración predial), enfermedades (uso de Trichoderma) y la mejora de las cualidades edáficas (elaboración y uso de enmiendas orgánicas como bokashi y compost).
3. Resultados y discusión
Durante el estudio exploratorio bibliográfico se confrontaron cada una de las problemáticas vinculadas al abordaje de problemas que atraviesa la producción hortícola en el cvc. Se presentan a continuación las reflexiones que surgen en cada uno de los aspectos analizados.
3.1 Estudio exploratorio bibliográfico
3.1.1 Contexto actual del sistema hortícola del cvc
El cvc se encuentra atravesado por las mismas problemáticas descritas en la introducción para los sistemas productivos periurbanos. «Es un espacio que está en permanente transformación. De aquello que se conocía como cinturón verde tradicional en torno a la ciudad, hoy solo se pueden contabilizar alrededor de tres mil hectáreas: un polígono al norte de la ciudad (en la zona de Villa Esquiú y Villa Retiro) y otro al sur (camino a San Carlos, San Antonio, 60 Cuadras). Según datos del propio Mercado de Abasto, en la actualidad existen alrededor de 160 productores que llevan allí su mercadería diariamente. Este número es alarmante si se considera que hace diez años eran 400. Los principales factores que contribuyen a esta situación son: la presión inmobiliaria por la tierra, el conflicto surgido a partir de las zonas libres de pulverizaciones, el avance de la agricultura extensiva, la insuficiente cantidad de agua y la falta de mano de obra disponible»3)(44. Otros factores que también han contribuido a la desaparición de productores son: la falta de valoración de los productores de alimentos de proximidad por parte de muchos sectores de la sociedad, y la cadena productiva, elevada vulnerabilidad frente al cambio climático, dificultades para acceder a financiamiento, ya que muchos no son sujetos de crédito, lo que impide adoptar tecnologías más sustentables (riego por goteo, reservorios de agua, maquinaria e infraestructura). Solo algunos programas de extensión estatales (ProHuerta, Cambio Rural) ayudan a financiar infraestructura y asesoramiento.
A partir de algunas entrevistas realizadas a integrantes de la Asociación de Productores Hortícolas de la provincia de Córdoba (aproduco) se confirmó que los productores que no tienen posibilidad de emprender producciones extensivas, es decir, aquellos propietarios que no superan las 10-15 ha, son quienes continúan con la producción hortícola y proveen de alimento a las ciudades44.
Además, en el caso particular de la provincia de Córdoba, se han implementado nuevos marcos legales que limitan el uso de agroquímicos en áreas periurbanas (Ley Provincial 9164/15, Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentos)45, y restricciones en la disposición de residuos avícolas (Resolución 29/17 del Ministerio de Agua, Ambiente y Servicios Públicos)46 comúnmente utilizados por los productores hortícolas como enmienda o fertilizante de suelos. Ambas han sido prácticas adoptadas ampliamente en el manejo de sistemas hortícolas en el cvc, lo que pone de manifiesto la necesidad de encontrar rápidamente alternativas tecnológicas para su sustitución. Esto requiere de la sinergia de actores comprometidos con un proyecto compartido, integrados con el fin de generar estrategias para la acción.
Tomando como modelo la agroecología para el desarrollo rural y la soberanía alimentaria15)(16, la sustitución de insumos aparece como un paso obligado en la transición hacia sistemas alimentarios sustentables9. Sin embargo, un alto porcentaje de productores del cvc aún producen de manera «convencional» con alta dependencia de agroquímicos44, lo que genera conflictos con la ciudadanía que se manifiesta en contra de lo que se denomina genéricamente «fumigaciones». Como respuesta a este conflicto, a partir de la Ley Provincial 9164 de Productos Químicos o Biológicos de Uso Agropecuario aprobada en 200445, 30 municipios han promovido ordenanzas para generar «Zonas de Resguardo Ambiental» (zra). La búsqueda de alternativas de manejo para los sistemas productivos convencionales que quedan dentro de estas zonas de resguardo sigue siendo un desafío.
En el cvc existen predominantemente productores convencionales que, si bien manifiestan interés en incorporar prácticas productivas más sustentables, encuentran pocas alternativas concretas para aplicarlas en sus sistemas. Por lo tanto, el gran desafío hacia la transición tecnológica de los sistemas productivos se presenta con esta tipología de productores. Los bioinsumos aparecen entonces como una opción concreta para la transición hacia sistemas basados en tecnologías de procesos, pero aún precisan de ajustes y conocimiento local para su aplicación. Esta situación requiere igualmente un abordaje interdisciplinario y participativo, en el que las capacidades institucionales en extensión e investigación generen espacios de diálogo, legitimados por los actores para la construcción participativa de soluciones, conocimientos e innovaciones.
3.1.2 Extensión rural e investigación científica
Los diferentes momentos históricos de la extensión rural han concebido al extensionista como un sujeto difusor de conocimientos y paquetes tecnológicos desde los centros de investigación hacia los productores, o bien como un educador, un operador sistémico y de empoderamiento de productores o un comunicador, entre otras tantas funciones y definiciones atribuidas. Torrado y Catullo36 postulan que el rol de la extensión rural en la actualidad se orienta hacia la promoción de la acción colectiva a través de plataformas de conocimientos, aprendizaje y coordinación que faciliten y promuevan innovaciones en procesos de desarrollo regional y territorial. Ello requiere replantear las formas de gestión del conocimiento e implica repensar los roles, las capacidades y las competencias requeridas en la práctica cotidiana. En ese sentido, Uranga y Vargas38 consideran que se trata de construir consensos intersubjetivos, es decir, acuerdos provisorios acerca de la manera como se comprende el escenario de actuación y sus relaciones. Lo «real» no es un dato objetivo, sino el producto de una negociación entre las diferentes miradas, una pugna entre los sentidos interpretativos presentes en un ámbito y, finalmente, un consenso que expresa una descripción sobre el escenario que será la base para el entendimiento común y punto de partida para la generación de conocimiento.
Son varias las causas que pueden originar los desacoples entre investigadores y extensionistas: diferentes horizontes temporales, la fragmentación disciplinaria de la investigación, las inercias institucionales y la necesidad de nuevas lógicas en la gestión del conocimiento, así como las fuentes de financiamiento y los propios sistemas de evaluación contribuyen a la desarticulación32. Estos autores agregan la diferenciación en la «jerarquía de saberes» que subyace en el modo de construir conocimiento que presume un saber superior, soslayando la necesaria conjunción de saberes en procesos de co-construcción de alternativas innovadoras, limitando la capacidad de intervención. En él se abandonan las perspectivas individuales, las miradas cartesianas y los enfoques lineales que privilegian el saber científico como garante de las transformaciones.
El desafío permanente consiste, entonces, en gestionar procesos, dinamizando redes en las que participan organizaciones públicas y privadas, integradas por actores comprometidos con un proyecto compartido. Estos procesos deben ser sostenibles en el tiempo e inclusivos de las diferentes aspiraciones sociales e intereses presentes en un territorio, y que contribuyan a los procesos de gobernanza territorial. Para ello la articulación multiactoral implica generar las condiciones para alcanzar acuerdos entre organizaciones que aporten estrategias para la acción, sumando las capacidades en investigación y extensión. Se requieren abordajes complejos, miradas múltiples, integradas e integradoras, que solo emergen en el encuentro con otros y la acción en red para pensar en equipos de extensión con capacidades de abordar la complejidad37. El trabajo en equipo se construye a partir de la realidad social que se aborda en el quehacer cotidiano, en la experiencia personal de cada uno de los integrantes y del grupo como tal38.
El aprendizaje continuo juega un papel central en la construcción de conocimientos que aporten soluciones a las crecientes complejidades de los sistemas agroalimentarios y de la agricultura familiar. La integración efectiva entre la investigación y extensión requiere profundizar esquemas y dispositivos de articulación entre ambos de acuerdo con las características, historia e institucionalidad de cada región36. Existen antecedentes importantes de las contribuciones que inta (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), inti (Instituto Nacional de Tecnología Industrial), conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), unc (Universidad Nacional de Córdoba) y safc y dt (Subsecretaría de Agricultura Familiar, Construcción y Desarrollo Territorial) realizan en el Cinturón Verde de Córdoba4, a través de sus valiosas capacidades disciplinarias. Sin embargo, no se dispone aún de dispositivos de coordinación de las intervenciones. Las agendas de investigación y extensión rural requieren un esfuerzo permanente de articulación y es poco frecuente que los productores participen activamente en el desarrollo de tecnologías apropiadas.
3.1.3 Enfoque sistémico e interdisciplinar de distintas problemáticas del sistema agroalimentario
Desde el punto de vista conceptual, el abordaje de un sistema complejo requiere un enfoque inter y transdisciplinario que sostiene el trabajo colaborativo por parte del equipo, desarrollando un modelo operativo reticular basado en la cooperación de las capacidades específicas, generando una suerte de asociación que persigue gestionar y potenciar las actuaciones que faciliten procesos de innovación.
El enfoque sistémico e interactivo de la innovación es entendido como un entramado en el que se integran de manera compleja hechos heterogéneos (artefactos, instituciones, reglas, conocimientos, etc.) con actores diversos (organizaciones, instituciones, empresarios, productores, agentes políticos, etc.) de forma no lineal41. Bajo un enfoque sistémico, es posible conceptualizar la totalidad (de ahí la denominación de sistema), en donde los elementos presentes en la interacción no son separables y por lo tanto no pueden ser estudiados aisladamente34. Los sistemas complejos se caracterizan por ser continuos y acumulativos, y se respaldan en el fortalecimiento de vínculos multidireccionales y simultáneos entre actividades y agentes. La delimitación de un sistema complejo requiere de una concepción común entre los miembros del equipo de investigación (investigadores, técnicos, extensionistas, productores, gestores públicos, etc.) sobre la problemática general a estudiar, y también una base conceptual común, una concepción compartida de la investigación científica y de sus relaciones con la sociedad34.
Es relevante la participación, entendida como un proceso social a partir de equipos de trabajo con capacidades colaborativas para una gestión integrada, que considere la realización de diagnósticos sistémicos, la evaluación de los efectos en los procesos, la dinamización de procesos grupales, comunitarios y asociativos, la gestión interinstitucional, la investigación-acción, la educación y la comunicación. De ese modo la investigación se vincula al proceso de desarrollo, como parte misma del conjunto de factores del desarrollo, influenciando y siendo influenciado en el proceso de interacción que construye este40. La apuesta está centrada en los vínculos que capitalizan conocimientos y acciones colectivas con objetivos de transformación. Como dice Barbetta39, «se trata de rescatar la articulación entre la dinámica de los sujetos y los procesos que se vinculan directamente con las prácticas».
Un ejemplo de la tendencia actual a la integración sistémica y transdisciplinar es el reporte redactado por representantes de varios países reunidos en el G20 en 2019, en el que describen la metodología de «Agroecosystem Living Laboratories» (all), con el que proponen que los enfoques tradicionales de investigación deben ser repensados42. La magnitud de estos desafíos complejos como lo son los sistemas agroalimentarios requiere enfoques integrales que involucren a los productores y otros actores en el desarrollo de prácticas y tecnologías efectivas y económicamente viables. Los institutos nacionales de investigación agrícola están considerando aplicar el enfoque de all como una forma de mejorar y proteger los agroecosistemas. Prevén que estos enfoques puedan acelerar la adopción de nuevas prácticas y tecnologías a través de la participación directa y explícita de todos los productores, científicos y otros socios interesados en el desempeño de actividades científicas en entornos experimentales de la vida real.
Asimismo, la agroecología se propone como un paradigma necesariamente transdisciplinario. Méndez y otros18 definen la agroecología como un enfoque que busca integrar la ecología con otras disciplinas académicas (por ejemplo, agronomía, sociología, historia, etc.) y diferentes sistemas de conocimiento (por ejemplo, local, indígena, etc.) para guiar la investigación y las acciones hacia la transformación sostenible del sistema agroalimentario actual. Plantean, a su vez, la integración de diferentes sistemas de conocimiento como aspecto necesario en la búsqueda de soluciones a los desafíos actuales del sistema agroalimentario17.
3.2 Experiencias de investigación acción participativa (iap)
Planteado el marco teórico y epistemológico de trabajo, se describen a continuación las experiencias desarrolladas hasta el momento por el Equipo.
Desde el año 2015, el Equipo Interinstitucional participa relevando las principales demandas tecnológicas de este sector productivo, buscando dar respuesta a problemas fitosanitarios47. En la primera etapa de desarrollo de las actividades se determinaron las principales limitantes productivas, entre las que se destacaron: la avanzada degradación de los suelos, la sustitución de insumos químicos para el abordaje de plagas y enfermedades de los cultivos35)(48. El foco hacia cuestiones sanitarias y de manejo de la fertilidad de los suelos obedece al resultado de la interacción entre las demandas de los productores y las capacidades de respuesta de los actores institucionales. De esta interacción se definió abordar puntualmente la problemática sanitaria y de manejo de la fertilidad de los suelos, pautando una transición hacia una producción con enfoque agroecológico. En este marco surge la necesidad de algunos productores de sustituir insumos químicos por opciones ecológica y socialmente aceptables. Los conocimientos previos, así como el capital humano, intelectual y relacional de sus integrantes, permitieron la conformación de redes de trabajo conjunto entre grupos e instituciones con similares intereses. Estas acciones participativas posibilitaron la generación de sinergias, optimizando la utilización de los recursos disponibles, accediendo a nuevas fuentes de financiamiento, facilitando el intercambio de información y apoyando iniciativas y actuaciones en otros periurbanos de la provincia de Córdoba (Argentina).
El «Equipo Interinstitucional de apoyo para la Intensificación Ecológica en la Producción de Alimentos de Proximidad» está conformado por representantes de inta, de la safc y dt (Subsecretaría de Agricultura Familiar, Construcción y Desarrollo Territorial), de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la unc (fca-unc), el imbiv (unc-conicet) e inti. Mediante la aplicación de un enfoque agroecológico de carácter integral, transdisciplinar y pluriepistemológico49 se desarrolló un trabajo conjunto con productores hortícolas del cvc. En una primera etapa se propuso facilitar la adopción de prácticas e insumos agroecológicos para la sustitución de agroquímicos, fomentando procesos de transición desde la agricultura convencional hacia la agroecología.
Los resultados e innovaciones más importantes alcanzados hasta el presente en relación con los objetivos planteados son:
i) En el desarrollo de tecnologías:
• Manejo de plagas: Se generaron conocimientos sobre el comportamiento de los extractos vegetales de ajo (Allium sativum)50)(51 y paraíso (Melia azedarach)(52) de elaboración intrapredial y un producto comercial a base de ajo (Alicina 1 mg/l). Se evaluaron en relación con la repelencia sobre: pulgones, trips y en el control de chinche roja (Athaumastus haematicus) en cultivos de lechuga (Lactuca sativa), tomate (Licopersicum esculentun)53, berenjena (Solanum melongena) y pimiento (Capsicum annuum).
• Mejoramiento de condiciones edáficas: Se determinaron los efectos del uso del abono orgánico fermentado bokashi, sobre las características químicas y microbianas de los suelos54, su efecto sobre rendimiento, la acumulación de pigmentos fotosintéticos (carotenos, xantofilas y clorofilas a y b) y sobre la productividad de cultivo de frutilla (Fragaria.sp) y lechuga (Lactuca sativa)55. A partir de diversas experiencias de elaboración, se logró optimizar la elaboración de bokashi y establecer una producción dentro de los parámetros establecidos por la Resolución Conjunta 1/19 - «Marco normativo para la producción, registro y aplicación de compost» para presencia de Coliformes fecales, Salmonella spp y Escherichia coli, y Resolución senasa 264/11- «Registro de Fertilizantes, Enmiendas, Sustratos, Acondicionadores, Protectores y Materias Primas en la República Argentina».
• Se caracterizó la eficacia de Trichoderma como promotor del crecimiento en Aliáceas56 y Solanáceas57, y como potencial controlador de enfermedades de suelo.
A partir de estas experiencias, se generaron nuevos interrogantes sobre la incorporación de bioinsumos en el proceso de transición agroecológica, promoviendo nuevas demandas de conocimientos adecuados a las condiciones del cvc (principios para el manejo de la biodiversidad en predios productivos, uso de cultivos trampa, diseño de paisaje, etc.). Las nuevas competencias adquiridas generan cambios en las prácticas y viceversa. Se trata de una relación diádica, de ida y vuelta entre ambas variables, que va creando un círculo virtuoso, plasmado en una amplia gama de beneficios innovadores58.
ii) En la adaptación, apropiación y difusión de las tecnologías:
• Aprendizaje colectivo entre productores y profesionales a partir de los diálogos de saberes. El incremento de la capacidad de análisis y extracción de conclusiones de manera colaborativa y participativa, permitiendo abordar las barreras de adopción de prácticas y tecnologías en forma efectiva, acelerando los procesos de apropiación de las mismas. El cambio y la profesionalización de las prácticas productivas son en sí una innovación socio-tecnológica.
Al momento de iniciar las actividades (2016), en el cvc se contabilizaban 7 experiencias en transición hacia la intensificación agroecológica (2019 conversation with Luis Narmona; unreferenced), con diferentes objetivos y modalidades, dentro de un contexto fuertemente dominante de sistemas convencionales de producción que abastecen los mercados de abasto de la ciudad de Córdoba y San Miguel. En el transcurso de los 3 años se contabilizaron 14 procesos de Investigación participativa con productores experimentadores, de los que el 50 % se produjo en fincas en transición, pero el 50 % restante se promovió en huertas/quintas convencionales (Figura 2). Con estas acciones el equipo interinstitucional ha contribuido de manera decisiva a la sustitución de insumos de síntesis química por bio-insumos, como estrategia de abordaje de problemas sanitarios en sistemas productivos convencionales. Consolidando, además, el fortalecimiento de las experiencias de transición hacia la agroecología. De ese modo se ha generado una red de productores experimentadores a partir de los que se acrecientan los procesos de sustitución de insumos y se promueven transiciones agroecológicas con otros productores del cv de la ciudad de Córdoba. Actualmente se trabaja en la multiplicación de experiencias con asociaciones de productores, como la Asociación de Productores Hortícolas de Córdoba (aproduco), que nuclea a 200 productores convencionales del cvc, y con productores en transición de la Feria Agroecológica de Córdoba.
• Capacitación de agricultores en reconocimiento de plagas, enemigos naturales y enfermedades de cultivos hortícolas.
• Publicación y difusión de resultados en talleres, congresos, jornadas y seminarios.
iii) En lo institucional y organizacional:
• Incremento de las relaciones entre diferentes instituciones, grupos de trabajo, asociaciones de productores y agricultores generando sinergias, que logran movilizar la complementariedad de experticias al incorporar becarios de posgrado, acceso a proyectos del Ministerio de Ciencia y Tecnología de Córdoba y de la Agencia para el Desarrollo Económico de la ciudad de Córdoba (adec), y nuevas articulaciones con el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Córdoba y la Dirección Provincial de Producción Agropecuaria Familiar que acrecientan el trabajo cooperativo.
• Puesta en valor de la importancia de los procesos de aprendizaje y la construcción colectiva de conocimientos, aumentando la calidad de las conclusiones realizadas.
• Los agricultores participan directamente en la formulación del problema y el desarrollo de las actividades.
• La metodología propuesta ha generado demandas para acompañar procesos similares en otros cinturones verdes de la provincia de Córdoba.
• Acceso a nuevas fuentes de financiamiento gracias a la generación de sinergias, optimizando la utilización de los recursos disponibles (innovación económico-financiera)
iv) Algunas reflexiones finales el proceso
• En la dimensión de la interdisciplina creemos que es necesario incorporar actores de las disciplinas sociales (antropología, sociología y ciencias de la comunicación). Sumar actores que puedan reflexionar desde estas áreas sin duda mejorará de manera cualitativa los procesos y los conocimientos generados.
• En relación con la innovación institucional, es necesario generar nuevas herramientas desde las áreas de vinculación tecnológica que puedan dar formalidad e institucionalidad a este tipo de procesos de manera flexible.
• También en el sentido de la innovación institucional sería beneficioso para este tipo de procesos establecer las agendas de investigación/extensión de las instituciones de manera participativa con los actores de los territorios.
• Tal como lo plantean Mendez y otros18, la retroalimentación en ciclos de iap es esencial para establecer puntos de reflexión (interna y externa), reformular y avanzar hacia la profundización de los procesos de aprendizaje. Con la metodología planteada en el presente trabajo estos ciclos son anuales, ya que se encuentran vinculados a la estacionalidad de la producción. Sin embargo, esta periodicidad podría ser modificada a horizontes de investigación estratégica, más que a un cronograma anual.
4. Conclusiones
La complejidad del desarrollo rural en Argentina exige (re)pensar y readecuar los formatos de vinculación entre los organismos de ciencia y tecnología e innovación del Sistema Agroalimentario Argentino (saaa). En este sentido, la experiencia del «Equipo interinstitucional de apoyo a la intensificación ecológica de la producción de alimentos de proximidad» ha demostrado la utilidad de la articulación con instituciones que poseen experticias complementarias, a fin de contribuir a la solución de problemas complejos. La experiencia presentada pone de manifiesto la relevancia de fortalecer alianzas estratégicas con organismos del sistema científico y tecnológico, con instituciones de educación, con organizaciones de productores con empresas y con los gobiernos locales, poniendo en valor el trabajo cooperativo y respetando los procesos territoriales previos. Dicha trayectoria no es fácil de recorrer, es necesario entender el conjunto y dejar de lado muchas veces el rol protagónico que muchas instituciones han respaldado a lo largo de su historia. El riesgo que existe (y es una tentación latente) es replegarse hacia adentro, fragmentando el sistema territorial de innovación.
En relación con la innovación, los conocimientos adquiridos se ven reflejados en la acción a partir de la incorporación de nuevas prácticas en la labor diaria, una actitud reflexiva y valorativa de la posibilidad de intercambiar opiniones y tomar decisiones por parte del productor. A partir del enfoque territorial y endógeno del desarrollo, el territorio y los actores locales que lo integran cobran un rol primordial para la promoción de propuestas de cambio tecnológico, contribuyendo a mejorar la calidad de vida de las personas. Este enfoque permite centrar la atención en un aspecto fundamental del desarrollo, analizando y reflexionando en forma permanente, que es la intencionalidad de contribuir al aprendizaje y el cambio de mentalidad necesarios para la innovación en todas sus tipologías. Asimismo, esta modalidad de trabajo permite agilizar la apropiación de estas tecnologías, con el consecuente cambio de prácticas en los productores.
Por último, pero no de menor importancia, es el desafío que significa para las organizaciones que componen el sistema científico-tecnológico de nuestro país generar las condiciones para que los equipos de trabajo se animen a «avanzar» sobre los nuevos paradigmas, orientando la conceptualización, los enfoques y las metodologías del trabajo en terreno. Resulta necesario realizar un trabajo constante y paciente que invite a abandonar las rutinas y las fórmulas que otrora dieron resultados, para proponer nuevos recorridos y metodologías que habiliten a la transformación de los equipos transdiciplinarios en consonancia con la realidad que quieren cambiar.