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Agrociencia (Uruguay)

versión impresa ISSN 1510-0839versión On-line ISSN 2301-1548

Agrociencia Uruguay vol.23 no.2 Montevideo dic. 2019  Epub 01-Dic-2019

https://doi.org/10.31285/agro.23.93 

Articles

Influencia de los precios fundiarios en la reproducción de los ganaderos familiares de Barriga Negra (Lavalleja, Uruguay)

Land Market Influence on Reproduction of Family Production Systems in Barriga Negra (Lavalleja, Uruguay)

1Universidad de la República, Facultad de Veterinaria, Área Economía y Administración, 11600, Alberto Lasplaces 1620, Montevideo, Uruguay, Email g.benitezcastro@gmail.com

2UFSM, Centro de Ciencias Rurales, 97105-900, Av.Roraima No. 1000, Santa Maria, RS, Brasil


Resumen:

Desde el año 2000 Uruguay presentó un dinámico mercado de tierras que se acompañó con una disminución del 20 %de los establecimientos, principalmente los de pequeña escala. El objetivo del trabajo fue comprender cómo ha influido el mercado de tierras en la configuración de los sistemas de producción ganaderos en una región tradicionalmente pecuaria del país. A partir del Análisis-Diagnóstico de Sistemas Agrarios, se realizó el estudio de la influencia del mercado como un factor de diferenciación de los sistemas de producción familiares de la zona de Barriga Negra (Lavalleja). Se construyó una tipología de los sistemas de producción, encontrándose empresas forestales, estancias ganaderas, productores ganaderos de reproducción simple a ampliada y semiasalariados (productores pluriactivos). Se seleccionaron casos típicos de estos últimos dos grupos sobre los que se realizó el estudio económico. Los principales resultados mostraron que el precio de la tierra oficia de barrera para los productores que no tienen una escala productiva acorde al modelo. Algunos sistemas que sí consiguen una acumulación, sin embargo, lo hacen a partir del arrendamiento, y por lo tanto, el precio de la tierra también implica una barrera para la compra e independencia. Así, las empresas forestales captan tierras, presionan para el aumento de los precios y se apropian de la renta fundiaria a partir del arrendamiento de estas pequeñas unidades. En ese contexto, sin una intervención pública parece poco probable que estas unidades encuentren mecanismos de acceso a la tierra, para viabilizar sus sistemas, por lo que tienden a abandonar la producción.

Palabras clave: Sistemas agrarios; Resultado económico; Método Valor Agregado; Mercado de tierras

Abstract:

Since 2000 in Uruguay was evidenced a significant dynamism in land market accompanied by the 20 % decrease in total establishments, mainly small-scale. The main objective of the research is to understand how the land market has influenced the configuration of livestock production systems in a traditionally livestock region of the country. The study of market influence as a factor of differentiation of the family production systems in Barriga Negra (Lavalleja, Uruguay) was carried out from the method of Analysis-Diagnosis of Agrarian Systems. A typology of the production systems was constructed and typical cases were selected for the accomplishment of economic studies. The types found were forestry companies, livestock ranches, livestock farmers from simple to extended reproduction, and wage-laborers. The main results showed that the price of land acts as a barrier for producers who do not have a productive scale, according to the model. Some systems that do get an accumulation, however, do so from the lease, and therefore, land prices imply a barrier to the purchase and independence. Thus, forest enterprises capture land, push for price increases and appropriate land rent from the lease of these small units. In this context, without public intervention, it seems unlikely that these units will find access mechanisms to land, to make their systems viable, so they tend to abandon production.

Keywords: Agrarian Systems; Economic Result; Value-added method; Land market

1. Introducción

El sector agropecuario en Uruguay viene sufriendo un proceso de disminución de la cantidad de productores agropecuarios. Entre los años 2000 y 2011 desaparecieron más de 12.000 unidades productoras, lo que representa la pérdida de un 20 % de los establecimientos comerciales del país; 11.000 de ellos eran predios menores de 100 ha1. Ese fenómeno fue acompañado por una importante dinámica en el sector agropecuario y en el mercado de tierras del país. El precio de venta de la tierra aumentó más de 600 % y los precios de los arrendamientos más de 400 % en el período comprendido entre 2000 y 2011. En ese mismo período se produjo la venta de casi 7 millones de ha y del arrendamiento de casi 8 millones de ha, sumando entre ellos casi la totalidad de la superficie productiva del país. Además, la mayor parte de las unidades involucradas en estas ventas fueron pequeñas unidades familiares menores a 500 haa 1)(2)(3)(4)(5)(6.

Florit y Piedracueva7 afirman que el precio de la tierra en Uruguay se sitúa en niveles inferiores a los de países vecinos (Argentina y Brasil) para un determinado tipo de producción, lo que atrae a capitales extranjeros. El creciente interés por la compra y arrendamiento de tierras es motivado por el crecimiento del mercado de los commodities, las inversiones extranjeras y reforzado por las políticas de atracción de capitales7.

La expansión agrícola, si bien ha contribuido fuertemente con el crecimiento del producto bruto interno (pbi) y el valor bruto de producción (vbp), también ha generado efectos negativos en los productores, principalmente los familiares8. En ese sentido, la coyuntura actual del campo en Uruguay revela un proceso de crecimiento continuo del precio de la tierra, asociado a la disminución de la cantidad de unidades de producción familiares y la transformación de los sistemas productivos.

Para comprender la influencia de los diferentes elementos del entorno en la diferenciación de los sistemas de producción se recurre a la Teoría de Sistemas Agrarios que será descrita en la siguiente sección. Posteriormente se presenta experiencia de los ganaderos familiares de la zona de Barriga Negra, situada en el departamento de Lavalleja, Uruguay. Se definió en primera instancia este departamento por presentar una gran concentración (la mayor de todo el país) de productores familiares orientados a la producción ganadera, principalmente de cría. En este departamento se registró el mayor número de operaciones de compra-venta entre los años 2000 y 2011; sin embargo, en el período se evidenció la menor evolución de precios de la tierrab de todo el país, lo que constituye un efecto contrario a la teoría; además, es una de las zonas del país de mayor crecimiento del sector forestalc. La 6.ª seccional policial de Lavalleja y en particular la zona definida como Barriga Negra presentan características particulares de los sistemas de producción y concentran a ganaderos familiares con un histórico de producción ovina y vacuna, que ha sido sustituida por forestación, determinando un cambio significativo en la región.

El artículo plantea dos interrogantes: 1) ¿cómo incide el mercado de tierras en la evolución de las unidades de producción?; 2) ¿cómo contribuye a una modificación de los sistemas de producción y condiciona la configuración de un territorio? El objetivo principal de la investigación es comprender cómo ha influido el mercado de tierras en la configuración de los sistemas de producción ganaderos en una región tradicionalmente pecuaria del país (Barriga Negra, Lavalleja), haciendo énfasis en las interacciones entre los distintos sistemas de producción que disputan el recurso tierra y las estrategias desarrolladas en respuesta al mercado y precios fundiarios.

2. Materiales y métodos

A partir de información secundaria se conocieron los datos del mercado de tierras en relación con el número de operaciones, superficies transadas, precios de ventas y arrendamientos y destinos de producción de estas áreas. Las fuentes fueron datos de las Estadísticas Agropecuarias (diea) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (mgap). El método elegido para el análisis del contexto del departamento, del entorno particular de la región y de la situación de las unidades de producción fue el Análisis -Diagnóstico de los Sistemas Agrarios (adsa) propuesto por Dufumier9, sustentado en la teoría de los Sistemas Agrarios de Mazoyer y Roudart10 y descrito por García Filho11. El método implica la realización de etapas sucesivas, comenzando por los fenómenos generales para que, en seguida, sean aprehendidas las realidades particulares9. Según Mazoyer y Roudart10, el enfoque da un papel central a la evolución del espacio agrario considerando la trayectoria de las unidades de producción, lo que explica en gran medida el estado actual de estas ante las transformaciones del medio rural.

El ADSA comprende la caracterización regional (recursos naturales, sociales, económicos, su marco legal, etc.), la descripción de su evolución histórica y la comprensión de los factores socioeconómicos y agroecológicos, para entender y explicar los fenómenos que se producen en una determinada región11. Las fuentes de información fueron los datos secundarios correspondientes al Censo General Agropecuario de 200012 y de 201113, que determinaron el período de estudio de las dinámicas del mercado de tierras; censos nacionales de población y vivienda14)(15; fuentes secundarias de la historia de la región16, de la infraestructura, y variables económicas14. La información fue complementada a partir de seis entrevistas exploratorias e históricas a informantes calificados del departamento de Lavalleja que contribuyeron con la identificación de tres microrregiones (zonas homogéneas)d. Tanto la información del país como del departamento se procesó y analizó antes de proseguir con las siguientes etapas, de forma de ejecutar el estudio en forma progresiva.

Barriga Negra se encuentra en la zona central del departamento («zona criadora de la sierra»). Sus condiciones físico-naturales, la dinámica de los sistemas de producción y la trayectoria histórica la configuran como una zona homogénea si se la compara con otras del departamento. Hasta la década de 1990 predominaba la cría ovina y la ganadería de carne, posteriormente ingresó fuertemente la producción forestal. En el departamento, la superficie destinada a vacunos de carne se redujo en 35.000 ha, mientras que los ovinos cedieron 8.400 ha que fueron ocupadas, principalmente, por las producciones agrícola y forestal. Esto condujo a una competencia por el recurso tierra, generando de esta forma una interrelación entre las grandes empresas y los pequeños productores familiares ganaderos. Por esta despecuarización con aumento de la forestación, la zona es característica y es considerada representativa de la producción ganadera del departamento.

En Barriga Negra, se realizaron cinco entrevistas con informantes calificados para delimitar el espacio geográfico, identificar la población residente, establecimientos de la zona, rubros de explotación, rango de superficie ocupada y otras fuentes de ingresos. Esto permitió interpretar las diferencias locales y construir las tipologías de los sistemas de producción, en conformidad con la metodología de adsa.e Se seleccionaron, para estudios en profundidad, tres unidades de producción que, al entender de los informantes calificados, son representativas entre los sistemas que integran productores ganaderos familiares. Con entrevistas semiestructuradas se colectó información de estas Unidades de Producción Agropecuaria (upa) con el objetivo de comprender las características estructurales, el funcionamiento y la trayectoria de cada upa y se realizó un análisis económico para evaluar la capacidad de reproducción17. Se utilizó el método de Valor Agregado para identificar el valor generado en las upa en un año agrícola y su distribución en el conjunto de la sociedad. Se utilizan los conceptos de Producto Bruto (pb), Consumo Intermediario (ci), Valor Agregado Bruto (vab), Valor Agregado Líquido (val) e Ingreso Neto (in)f. El in se compara con el Nivel de Reproducción Simple (nrs), establecido en 13 salarios rurales mínimos por trabajador familiar17 g. Esta instancia fue complementada a partir de la observación de los entrevistados y su entorno18)(19.

3. Marco teórico

Un sistema agrario es un «modo de organización históricamente constituido y sustentable, adoptado por una sociedad rural para explotar su espacio y administrar sus recursos. Es el resultado de las interacciones entre los factores biofísicos, socioeconómicos y técnicos»20. Del desarrollo del conjunto de sistemas agrarios surge la configuración del espacio actual de una región. Mazoyer y Roudart10 en su Teoría de los Sistemas Agrarios observan que tal desarrollo puede ser general si todas las unidades crecen económicamente; desigual si solo algunas lo hacen; o contradictorio, si algunas se mejoran y otras empeoran su condición. Los sistemas agrarios siguen un comportamiento de desarrollo desigual acumulativo, en el que las diferencias originales (de productividad natural del suelo, localización, acceso a recursos hídricos, etc.) son continuamente expandidas por diferencias suplementarias (inversiones en capital, tecnología, etc.), que apenas son una función de las primeras21.

Mazoyer22 analiza las múltiples fuentes de diferenciación social: acceso al crédito, capacidad de inversión propia, tendencia general a la caída de los precios agropecuarios debido a un aumento de la productividad (y como ese aumento suele ser más acelerado que en el resto de la economía, en general se acompaña de un aumento de los salarios reales), el costo elevado de las tecnologías y equipamientos, la infraestructura proporcionada por el Estado, las condiciones de propiedad, y las políticas públicas, agrarias, comerciales, cambiarias. La propiedad de la tierra es apuntada por De Janvry23 como una causa importante de desigualdad social y productiva, debido a que condiciona el acceso al crédito y al capital circulante. Consecuentemente, esto lleva a desigualdades en la posibilidad de arrendamiento de tierras y en el tamaño de las tierras a las que se accede.

Para Silva Neto, Lima y Basso24 frecuentemente es la competencia por el mercado la que lleva a una acumulación de capital, a partir de las diferencias en la asignación de los recursos, lo que redunda en una diferenciación social aún mayor. Aquellos sistemas que se encuentren mejor equipados que el resto consiguen apropiarse de algunas ventajas, en detrimento de los sectores más descapitalizados y que producen en peores condiciones.

Deere y De Janvry25 apuntan que existen «patrones de extracción de los excedentes», es decir, formas en que puede ser apropiada una parte de la producción, y que pueden operar como mecanismos de diferenciación social. Entre ellos se encuentran: la renta de la tierra, el mercado de trabajo, el mercado de insumos y productos, los intereses de préstamos y el pago de impuestos al Estado. De todas estas, el presente trabajo se centra en los aspectos relacionados con la renta de la tierra.

La concepción marxista de la renta de la tierra define que la apropiación privada de un pedazo del globo terrestre por una clase social determina que los propietarios tengan la opción de ceder sus tierras o no para la producción, a cambio de un tributo. Con esto, la tierra puede ser valorizada, esto significa: cotizarse como si fuese una mercancía y, así, tener un precio (aunque en el sentido estricto no tenga valor por no ser producto del trabajo humano). De esta forma, la determinación del precio del arrendamiento no se debe exclusivamente a criterios económicos (que tengan relación con la renta capitalizada y esta con la producción del suelo), sino también al hecho de que la tierra es monopolizada y enajenable.

La apropiación de la renta fundiaria es la forma económica en que se realiza la propiedad fundiaria. La renta fundiaria en todas sus formas, dice Marx, es plusvalía, o sea, producto del trabajo excedenteh. Por lo que, el monto de esa renta fundiaria «no es determinado por la intervención del beneficiario, sino por el desarrollo del trabajo social, que no depende de él y en el cual no participa»26. En el mismo sentido, Oliveira27 indica que la renta fundiaria es una «categoría de estudio de la agricultura» compuesta por el lucro extraordinario, suplementario, permanente, que ocurre tanto en el campo como en la ciudad.

La cuantía de la renta fundiaria es fundamental en la determinación del precio de la tierra. Marx26 identifica que ese precio no es más que la capitalización de las rentas que esa tierra puede proporcionar, siendo regulado de acuerdo con la tasa de interés corriente. El precio deriva de la existencia de las rentas de la tierra, y no al contrario, que sea el precio de la tierra el que determine el valor de las rentas. Así, estas rentas son independientes de que exista venta de la tierra.

En el proceso de producción capitalista, las rentas adoptan básicamente dos formas importantes: la renta diferencial y la renta absoluta. La renta diferencial es producto del carácter capitalista de que se manifiesta como la diferencia entre el precio de mercado (determinado por las peores condiciones, peores suelos) y el precio de producción individual26. Por tanto, «funciona entonces como cualquier otra plusvalía surgida de las diferencias de productividad al interior de un mismo sector de producción», por lo tanto, el monto es determinado por la competencia intrarramal28. En cambio, la renta absoluta no es fracción del trabajo excedente de los trabajadores a la interna del sector agrícola, sino que es parte de la plusvalía del conjunto de los trabajadores26.

4. Resultados y discusión

Caracterización de los sistemas productivos del departamento de Lavalleja

El departamento de Lavalleja posee una superficie total de 10.016 km2 y 950.000 ha destinados a la producción agropecuaria. En el año 2000 existían en el departamento entre 4.500 y 5.000 productores, distribuidos en 3.888 establecimientos,i cantidad que disminuye a 2.976 establecimientos en 2011. La Tabla 1 presenta la estructura fundiaria del departamento y su evolución en los últimos años. La información del Registro de Productores Familiares para el año 2014 indica la existencia de 1.424 productores familiares en el departamento, de los que 1.326 declararon que su principal actividad es la ganadería de carne29.

Tabla 1: Número de establecimientos en Lavalleja y superficie utilizada, según el tamaño de la explotación entre 2000 y 2011. 

La disminución en cantidad de establecimientos y superficie total de los estratos hasta 500 ha acompaña la tendencia nacional; sin embargo, en esta región, hubo una mayor disminución de las unidades menores a 20 ha que en el resto del país. Los datos de la Tabla 2 muestran las tendencias en el departamento: disminución de la cantidad total de establecimientos en todos los rubros, acompañada de concentración y/o sustitución de actividades. La ganadería (principalmente la ovina) cedió espacio para la agricultura y la forestación. En estas últimas se verifica una significativa concentración (aumentan en superficie y simultáneamente disminuye la cantidad de establecimientos). Pese al desarrollo forestal, solamente está plantada el 35 % del área de prioridad forestal, siendo que el 42 %de la superficie del departamento puede ser destinada a este rubro productivo según la ley forestal30. Esto indica que las empresas forestales aún tienen mucho margen para continuar creciendo en esta región y seguir desplazando a los otros sistemas productivos.

Tabla 2: Número y tamaño de los establecimientos de Lavalleja, según su principal fuente de ingresos, entre los años 2000 y 2011. 

Las actividades productivas no están distribuidas de manera uniforme en el departamento. Se identificaron tres microrregiones (Figura 1) con base en sus características naturales, sistemas productivos, historia y organización fundiaria. En ellas, el mercado de tierras y los precios de la tierra también se manifestaron de forma diferente. Las tres zonas identificadas son: la zona suroeste de minifundios, identificada con la fosa tectónica del río Santa Lucía y con la región centro sur del país;j zona central ganadera criadora, cuya base son las sierras del este; y la zona nordeste agrícola-arrocerakk que abarca parte de las colinas y lomas del este y la fosa de la Laguna Merín, conforme la clasificación geomorfológica de Panario31. De estas tres, la zona central presenta las características que se adecuan a los objetivos de la investigación, por lo que se optó por profundizar el estudio en la zona de las sierras. Sin embargo, como esta zona aún se presentaba como demasiado amplia para abarcar para esta investigación, se optó por realizar sucesivas aproximaciones hasta la identificación de una zona relativamente más homogénea desde el punto de vista de la dinámica social, la interacción de los sistemas productivos y las relaciones económicas.

Figura 1: Mapa geomorfológico de Lavalleja, Uruguay. Fuente: elaboración propia. 

Caracterización de los sistemas productivos de Barriga Negra

La zona, conforme se presenta en la Figura 2, comprende la mayor parte de la 6.ª seccional policial del departamento.l Existe solo una localidad definida, Barriga Negra, donde se localiza la escuela pública, el local de la 6.ª seccional policial, el local de la Agremiación Ruralista Francisco Cal y un comercio local. Abarca aproximadamente 19.000 ha de un relieve fuertemente ondulado con suelos de más de 40 % de afloramientos rocosos32 y, en su mayoría, suelos aptos para la producción forestal y secundariamente para la ganadería con base en pasturas naturales. Esos tipos de suelos ocupan aproximadamente el 90 % de la zona delimitada. No obstante, existen espacios reducidos, valles entre las sierras y porciones de suelos más profundos, permitiendo algún tipo de mejoramiento o pequeños cultivos (datos de campo en entrevista a informante calificado).

Figura 2: Zona de Barriga Negra en la 6.ª seccional de Lavalleja. Fuente: elaboración propia. 

La zona, que aún presenta una gran proporción de productores familiaresm, era una de las mayores productoras ovinas de cría de todo el país hasta la crisis de la lana en los años noventa. Esta zona abastecía de corderos para las invernadas de Villa del Rosario (Lavalleja) y de los Bañados del Este (Rocha). Posteriormente los ovinos pasaron a ser un rubro principalmente de autoconsumo. Con el desarrollo de las plantaciones forestales, que en 2012 ocupaban aproximadamente 8.000 ha (datos de campo), se profundiza la competencia directa por el recurso tierra. Hasta la irrupción de la forestación la estructura fundiaria se caracterizaba principalmente por establecimientos de hasta 300 ha aproximadamente (con algunas estancias ganaderas), modificándose posteriormente por la sustitución y principalmente la concentración fundiaria por parte de las empresas forestales.

Las producciones actuales que se desarrollan en la región son principalmente ganadería de carne vacuna y ovina, y forestación. A partir de las observaciones realizadas a campo, se destaca el despoblamiento rural, una descuidada infraestructura vial, escasos servicios de transporte y una electrificación rural que al año 2012 recién llegaba a la mayor parte de la zona.

En el período 2000-2011, se registraron 28.564 transacciones de compraventa en Uruguay, con un total de más de 6,8 millones de ha que cambiaron de propietario y casi 8 mil millones de dólares en venta de tierras, aumento de los precios de venta y de arrendamiento y cambio en el rubro de destino de las nuevas tierras1)(2)(3)(4)(5)(6. En el departamento de Lavalleja se registró la mayor cantidad de operaciones de compraventa de tierra, con 2.470 transacciones realizadas entre 2000 y 2011, lo que representa el 8,65 % de las ventas totales del país. Sin embargo, también presentó algunas particularidades interesantes. Entre 2000 y 2006, período en que los precios aumentaron muy poco, la 6.ª seccional presentó un precio promedio de US$/ha 1.000 a 1.500, siendo de esta forma las tierras más caras de todo el departamento, a pesar de ser de las zonas de menor potencial productivo33. Este hecho parece reflejar una dinámica anticipada respecto al mercado de tierras nacional, promovida por la aparición de las empresas forestales en el departamento antes que en el resto del país. Así, es posible que el mayor volumen de compras y la elevación de los precios hayan ocurrido en los primeros años de la década o, inclusive, antes del año 2000. Entre 1998 y 2000, fueron plantadas más de 25.000 ha en el departamento y, según el patrón de acceso a tierra de las empresas forestales, es muy probable que fueran compradas (entrevista a informante calificado n.° 1).

El 40 % de la superficie de Barriga Negra está destinada a la forestación, mientras que el resto está destinado a la ganadería de vacunos y ovinos (datos de campo). En esta región central, de suelos más pobres, se produjo el mayor volumen de ventas del departamento (y no en las regiones de suelos más productivos), para lo que es importante tener en cuenta la estructura fundiaria de pequeñas superficies que caracterizan la zona. Esto podría explicar la gran cantidad de operaciones de compraventa de Lavalleja (la mayor del país) y, simultáneamente, la menor evolución de los precios de venta, si se comparan los datos a nivel nacional. Así, en el año 2009, en un contexto de descenso general en los precios de la tierra en Uruguay34, el precio de la tierra en la región central del departamento no superaba los US$/ha 1.000, lo que la situaba en ese momento entre los suelos más baratos de todo Lavalleja. Esto también puede ser explicado por la disminución en las transacciones en la zona, reflejando que las tierras vendidas en ese año (2009) fueron principalmente las más baratas, es decir, los suelos más pobres. Sobre el final de la década, los precios en la zona podían superar los US$ 2.500 por cada hectárea según los datos de campo (informantes calificados), mientras que los datos oficiales muestran un nivel de precios medio para el departamento de US$/ha 2.161 en 2009; US$/ha 2.634 en 2010 y US$/ha 2.362 en 20111)(4)(5)(6.

Los arrendamientos se situaban en 2009 entre US$/ha 15 y 704, mientras que en 2011 rondaban los US$/ha 60 a 80 para suelos rocosos y US$/ha 120 para los suelos más profundos. En los campos de forestación para silvopastoreo, el arrendamiento en 2013 era de aproximadamente US$/ha 20, con una tendencia al aumento (entrevista a informante calificado n.º 3).

Análisis de los sistemas de producción de Barriga Negra

Para la comprensión de los efectos del mercado de tierras en los establecimientos, primeramente, se construyó una tipología de sistemas, de modo de abordar el estudio de un universo amplio. Si bien se reconoce que no existe uniformidad entre los productores, es posible subdividir las poblaciones heterogéneas y agruparlas en conjuntos más o menos homogéneos, lo que permite estudiarlas de forma diferenciada. Así, se identifican tipos de sistemas de producción que presentan potencialidades y restricciones semejantes, como una forma de reducir la heterogeneidad17. Se identificaron cuatro tipos de sistemas de producción: empresas forestales, estancias ganaderas, ganaderos familiares de reproducción ampliada y productores familiares con múltiples fuentes de ingresos, semiasalariados (pluriactivos).

1) Las empresas forestales son establecimientos empresariales (sociedades anónimas principalmente), generalmente de más de 1.500 ha en propiedad que fueron concentrando tierra a partir de varias unidades. La lógica de funcionamiento imperante es la de maximización de las ganancias y la utilización de la tierra como reserva de valor. Generalmente, la actividad es complementada con silvopastoreo, utilizando animales propios o cediendo la tierra en arrendamiento a productores (medianos y pequeños) de la zona, obteniendo así una nueva fuente de ganancia. Por las características de la zona, es muy probable que sigan ampliando superficie y concentrando la tierra. Los precios de la tierra alcanzados en el final de la década (próximo a los US$/ha 2.500) parecen haber sido una barrera circunstancial para continuar su expansión.

2) Las estancias ganaderas corresponden a productores de ganadería extensiva de ciclo completo que explotan entre 2.000 y 2.500 ha. Pueden identificarse tres subgrupos: los «estancieros clásicos» nacidos en la zona; los «estancieros ausentes», nuevos productores que compraron campo y lo explotan, pero que no viven en la zona; y las estancias ganaderas con forestación. Este subtipo, aunque no sea muy representativo, podría estar marcando una tendencia de los sistemas. Corresponde a estancias tradicionalmente ganaderas que incorporaron la forestación como una estrategia económica, y podría representar una transición con las empresas forestales.

3) Los ganaderos familiares de reproducción simple a ampliada (ganaderos familiares I) son establecimientos de base familiar que explotan entre 250 y 800 ha (variable según el tipo de suelos que utilizan) para la cría o ciclo completo bovino y ovino. Considerando la calidad de los campos y la actividad ganadera extensiva de cría, estas superficies pueden permitir desde apenas el mantenimiento (sobrevivencia) hasta una reproducción ampliada. En este grupo, hay productores que son propietarios completos del área y propietarios parciales que combinan área propia con arrendada.n Existe, en este grupo, gran diversidad en los manejos y en la utilización de mejoramientos extensivos.

4) Productores pluriactivos, principalmente asalariados parciales que complementan sus ingresos con ganadería o con actividades no agrícolas (ganaderos familiares II). Son principalmente criadores ganaderos bovinos que explotan hasta 300 ha con predominio de suelos rocosos y poco productivos. La producción puede proveer los ingresos principales o secundarios, pero necesariamente deben complementarse con otros ingresos fuera del establecimiento, en general, salario como peones rurales en las estancias de la zona, o jubilaciones. Son productores con poca o sin tierra que suelen ampliar la producción arrendando tierras de las empresas forestales para realizar silvopastoreo a precios muy bajos (US$/ha 20).

Se encontraron 56 establecimientos: 8 empresas forestales; 11 estancias ganaderas; 25 ganaderos familiares (tipo I) y 12 productores familiares con pluriactividad (ganaderos familiares II). Para los objetivos de esta investigación se concentró el estudio en los productores familiares ganaderos, y así se eligieron para el análisis económico diferentes Unidades de Producción Agropecuaria (upa) como representativas de cada tipo, según la información suministrada por los informantes calificados.

El análisis del resultado económico permite comprobar cómo se posicionan los productores ante el mercado de tierras y la posibilidad de adquirir nuevas superficies. Los resultados resumidos de las tres unidades analizadas son presentados en la Tabla 3.

Tabla 3: Principales indicadores del análisis económico de las tres unidades de producción estudiadas 

La unidad de producción 1 (upa 1) es un caso representativo del grupo de los pluriactivos (ganaderos familiares tipo II), donde la principal fuente de ingresos es el trabajo extra-predial por parte de todos los integrantes de la familia (matrimonio y un hijo). Consiste en un predio de 16,5 ha propias más 415,5 ha que arrienda de las empresas forestales y por las cuales paga un total de 8.300 dólares anuales. Se dedican a la cría vacuna (raza Hereford), cuyo destino es la venta de terneros machos en ferias o a consignatarios. El objetivo productivo de la familia es aumentar el rodeo y la producción total; sin embargo, se presenta como una gran limitante el área destinada para expandirse.

Los resultados evidencian que la unidad productiva no permite un ingreso suficiente como para mantener a la familia (nrs mayor que el Ingreso Neto anual), por lo que la familia se mantiene principalmente por los ingresos extra-prediales. El pago por arrendamiento constituye la mayor proporción (70 %) de todos los costos y el equivalente al 60 % del producto bruto generado. Esto evidencia un vínculo de subordinación de los productores ganaderos ante las empresas forestales de quienes arriendan tierra. Con estos resultados económicos, la familia no consigue siquiera la reproducción del sistema y mucho menos tiene la posibilidad de comprar tierra para independizarse del arrendamiento.

Los otros dos casos, seleccionados por su forma especial de acceso a tierra, corresponden a productores representativos del tipo de ganaderos familiares I. Se trata, en ambos casos, de campos en sucesión, por lo que la tierra la mantienen de forma precaria. Ambos logran un nivel de acumulación dado principalmente por la propiedad de la tierra (donde logran apropiarse de la renta), la escala productiva y la calidad de la tierra que utilizan.

La upa 2 corresponde a un sistema de cría vacuna y ciclo completo ovino, en superficie propia (sucesión de cinco hermanos), con pasturas mejoradas y las instalaciones básicas para las actividades que realiza. En el área de la upa no se paga arrendamiento; sin embargo, las rentas son repartidas entre los propietarios (en función de la propiedad y trabajo que aporta un solo hermano). Del total de costos se destacan los originados por el proceso de comercialización, donde los intermediarios se apropian de más de US$ 2.000 anuales por concepto de comisiones. El análisis arroja ingresos netos superiores al nivel de reproducción simple de la unidad, lo que indica una situación de reproducción ampliada (acumulación). Los ingresos por renta de la tierra (a precio de mercado de US$/ha 80) se estiman en US$ 34.480 anuales, es decir, US$ 10 por encima del in actual. Esto indicaría que lo único que puede apropiarse el productor es la renta de la tierra, sin ganancia ni remuneración de su mano de obra. A su vez, teniendo en cuenta que la tierra está en sucesión, existe cierta precariedad en la tenencia por parte del productor. Esto es particularmente importante en este sistema que se encuentra en sucesión y que posiblemente afronte la decisión de venta por parte de algunos herederos. La capacidad de compra del sistema es de 13,8 ha/anuales y, en caso de que el productor quiera independizarse de sus hermanos, se requieren más de 13 años para la compra de la superficie actual (comparando el in con el precio de la tierra).

La upa 3 corresponde a un ganadero dedicado al ciclo completo vacuno y ovino que ocupa 241 ha en total (159 ha de sucesión y 82 ha arrendadas). De las 159 ha en sucesión, 83 ha corresponden al productor, debiendo pagar un arrendamiento a los otros herederos por las restantes 76 ha (con el beneficio de ser un arrendamiento muy bajo). Las otras 82 ha arrendadas pertenecen a una empresa forestal. Los principales costos corresponden a pasturas y a los dos arrendamientos. La renta de la tierra que se apropia el productor (por la propiedad de las 83 ha) corresponde a US$ 6.640, bastante inferior al in anual de US$ 27.753. Esto indica que el productor se apropia de una parte de la renta de la tierra (ha propias), la remuneración de su mano de obra (equivalente al nrs) y de una ganancia de US$ 15.532, obteniendo la upa una reproducción ampliada (acumulación). Sin embargo, la preocupación del productor es la incapacidad de pago para la compra del campo (en el caso que la familia decidiese vender). Con el nivel de ingresos netos actual, el productor tiene un poder de compra de 11 ha anuales, lo que implicaría 14 años para hacerse propietario de la superficie que actualmente explota.

Por la baja capacidad de compra, los productores de las upa 2 y 3, buscaron otras vías de acceso a la tierra. Ambos participan de un grupo que accedió a tierras del Instituto Nacional de Colonización, con lo que buscan complementar sus ingresos en otras actividades agrícolas (sin embargo, es una actividad que aún no había tenido ventas de la producción al momento de la colecta de datos).

Los casos demuestran que las empresas forestales, además de aportar tierras mucho menos productivas, logran apropiarse de una porción muy importante del resultado obtenido, haciendo prácticamente inviable producir en estas áreas. Sin embargo, algunos productores (Ganaderos familiares I) no tienen otras alternativas y acceden debido a que son precios de arrendamiento más bajos. Aun en los sistemas que aseguran una reproducción ampliada, la capacidad de compra de tierra es muy baja y, al no existir opciones concretas de crédito específico, no tienen posibilidad de adquirir nuevas tierras en el mercado. De esta manera, optan por otras alternativas, como la venta de mano de obra y otras fuentes de ingreso extra-prediales, o apuntan a opciones colectivas (como las upa 2 y 3) de producción y acceso a tierras públicas.

5. Conclusiones

El diagnóstico realizado en la zona de Lavalleja, en general, y de Barriga Negra, en particular, muestra una trayectoria histórica de disminución de unidades de producción, dinamismo en los rubros productivos y despoblamiento rural muy marcado desde 1990. A esto se suman condiciones de deficiente infraestructura y servicios (algunas zonas aún no tienen energía eléctrica, por ejemplo). La crisis de la lana y la introducción de la forestación condicionaron, al menos en parte, el desarrollo o permanencia de la ganadería en general y provocaron la reconversión de algunos sistemas. El mercado y precio de la tierra (venta y arrendamiento) posiblemente contribuyeron con esta tendencia. En este contexto de desaparición de productores a nivel nacional y local, las pequeñas unidades (menores a 200 ha) y los rubros que estas explotaban (cría ovina) han sido los más afectados.

La tipología de sistemas de producción de Barriga Negra, de acuerdo con el diagnóstico planteado, mostró la existencia de cuatro sistemas diferentes. Las empresas forestales comenzaron a comprar y concentrar tierras, elevando el precio de estas en la zona. Esto afectó la configuración del territorio, ya que muchos productores que explotaban otros rubros vendieron sus tierras. Las estancias ganaderas lograron mantenerse o incluso parecieron adaptarse mediante la incorporación del rubro forestal. Los otros tipos de sistemas hallados (ganaderos familiares y pluriactivos) se encuentran parcialmente subordinados a las empresas forestales y estancias.

A partir de los casos estudiados en profundidad, típicos de la zona de Barriga Negra, se evidencia que la producción ganadera, si la escala es suficiente (entre 250 y 800 ha según el tipo de suelo), permite la generación de ingresos suficientes para la reproducción y acumulación de las familias. Esto se verificó en un grupo bastante importante y representativo de la región (45 % de los predios). En cambio, en los sistemas pluriactivos de menor escala (inferiores a las 300 ha de suelos más pobres), la viabilidad económica se obtiene por ingresos extra prediales, ya que el Ingreso Neto anual no alcanza para la reproducción del sistema.

El precio de mercado del arrendamiento de la tierra juega un rol importante en la estructura de costos, comprometiendo el ingreso neto de los productores arrendatarios; no obstante, a partir del caso estudiado, puede suponerse que en aquellos que consiguen arrendamientos familiares, el efecto es menor. Respecto al arrendamiento para silvopastoreo, se evidencia una captura de la renta de la tierra por parte de las empresas forestales a las pequeñas unidades ganaderas, condicionando la viabilidad de los sistemas por el impacto en su estructura de costos. De estas formas interaccionan los sistemas productivos que disputan el recurso tierra en la zona de Barriga Negra: las forestales determinan los precios y capturan renta ajena, mientras que otros pequeños arrendatarios no pueden alcanzar los ingresos necesarios para la compra de tierra.

Las condiciones de tenencia de la tierra son determinantes para la viabilidad de estos sistemas. Los sistemas de producción estudiados que detentan la propiedad de la tierra o que acceden a arrendamientos familiares no se ven mayormente afectados, en primera instancia, por los elevados precios de mercado. Sin embargo, cuando se evalúa la posibilidad de compra de tierra por parte de estos productores, aun cuando sus sistemas permitan una reproducción ampliada (acumulación de capital), resulta muy dificultosa e inviable la compra de tierra y, por tanto, su expansión. En los tipos de productores ganaderos familiares y pluriactivos, que representan 66 % de los establecimientos de la zona, la capacidad de compra de la tierra (y de disputa del recurso) es muy baja o nula. Los sistemas pueden llegar a ser económicamente viables en la coyuntura actual, pero son muy frágiles en el largo plazo al no tener la propiedad de la tierra ni la capacidad de compra.

Sobre una estructura fundiaria ya diferenciada, el precio de la tierra opera en Barriga Negra como un mecanismo que acentúa las diferencias entre los sistemas de producción. El mercado de tierras afecta la evolución de los sistemas, pero, en definitiva, son los propietarios de los sistemas de producción quienes operan y afectan al mercado de la tierra. Estos vienen forzando a los pequeños productores al abandono de la actividad o a buscar alternativas de viabilidad, lo que reconfigura el espacio geográfico por la transformación de los sistemas de producción. Los sistemas ganaderos (familiares y estancieros) han desarrollado diversas estrategias que apuntan en general a una diversificación de ingresos y/o a la expansión a tierras estatales. Es posible que, en los próximos años, sin mediar una intervención pública que limite el precio de la tierra o el fomento de créditos fundiarios diferenciados para los productores ganaderos de pequeña escala, las empresas forestales sigan expandiéndose y concentrando tierra.

Este es el primer trabajo que explora las interacciones entre el mercado y precios de la tierra con los sistemas de producción en Uruguay. Se marca como una limitante que, si bien los tres casos seleccionados son típicos de los sistemas de la zona de Barriga Negra, los resultados no deben ser generalizados ni al departamento de Lavalleja ni tampoco al país. Son necesarios más estudios en profundidad para corroborar y profundizar estos resultados.

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1La legislación uruguaya establece, entre otros criterios, una superficie máxima de 500 ha coneat 100 para la definición de «productor familiar».

2El precio de la tierra en Lavalleja aumentó de US$/ha 582 en 2000 a US$/ha 2.362 en 2011, lo que representa una evolución de 306 %, mientras que para el promedio del país, el aumento fue de US$/ha 448 para US$/ha 3.196 en el período, representando una suba del 613 %1)(2)(3)(4)(5)(6.

3La forestación tuvo un desarrollo importante en Lavalleja, donde se comprueba un aumento del área plantada, abarcando en 2010 unas 133 mil ha.

4En esta etapa, se realizaron entrevistas con técnicos, seleccionados por su trayectoria histórica y conocimiento de la región y de los habitantes.

5Los informantes fueron dos técnicos, un comerciante local (que también es productor) y dos productores que viven en la zona delimitada e integran la Agremiación Ruralista Francisco Cal (organización local de productores).

6En la bibliografía se utiliza el término «Renta Agrícola» para hacer referencia a este concepto.

7Para este trabajo se optó por el salario mínimo de capataz, en el entendido de que puede representar mejor el nivel de reproducción de las familias y ser más próximo a su costo de oportunidad.

8«La renta de la tierra (...) es un componente particular y específico de la plusvalía»27.

9Esa diferencia surge principalmente de los productores sin tierra que poseen ganado y arriendan para producir, pero también por la razón social que se utiliza al registrar al productor.

10Esta zona concentra productores agrícolas, lecheros y pequeñas invernadas ganaderas. Presenta una dinámica más relacionada e influenciada por el noroeste de Canelones que con el resto de Lavalleja.

11La zona noreste se identifica más con el sur del departamento de Treinta y Tres y norte de Rocha, donde se concentra gran parte la producción arrocera del país.

12Está delimitada al este por la Cuchilla Juan Gómez y Cuchilla del Cerro Partido y por los arroyos Fea y Barriga Negra; al norte por el arroyo Polanco; al oeste por la Cuchilla Grande, arroyos Laureles, Cangallero, Cimbra y Del Soldado y por el Camino de Barriga Negra; y al sur por el río Santa Lucía.

13En esta seccional, existen, actualmente, cerca de 106 productores familiares registrados como tales, lo que representa el 8 % del total departamental29.

14Es decir, son a la vez productores y terratenientes.

Contribución de los autores: GB participó en el diseño de la investigación, la colecta de datos, procesamiento de la información y análisis e interpretación de los resultados. JR participó en la colecta de datos. PN participó en el diseño de la investigación e interpretación de los resultados. Todos participaron de la redacción.

Recibido: 29 de Noviembre de 2017; Aprobado: 18 de Febrero de 2019

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