Introducción
En la agricultura de Uruguay los cultivos de verano realizadosen secano son los que presentaron en la últimadécada mayor crecimiento e importancia económica. Elmaíz y la soja son los principales cultivos estivales desarrolladosen secano y el área de siembra actual es cercana a1.300.000 ha, siendo la leguminosa responsable del 88 %de dicha superficie (DIEA, 2016).
En los últimos años en maíz y soja se han realizadotransformaciones tecnológicas significativas, que no incrementaronel rendimiento pero permitieron un apreciablecrecimiento de la superficie sembrada. En ese sentido, sedestacan los cambios en el laboreo, donde la labranza convencionalfue sustituida íntegramente por la siembra directa.Asimismo, las modificaciones en los materiales genéticoshan sido sustanciales: las variedades convencionales fueronsustituidas por variedades genéticamente modificadascon resistencia a herbicidas totales y al ataque de lepidópteros(Arbeletche, Coppola y Paladino, 2012). Ambas transformacionesfueron adoptadas en un alto porcentaje de lasuperficie de soja y maíz. Por otra parte, es importanteseñalar que la soja presenta un lugar significativo en lasexportaciones agropecuarias y en los últimos años alternóen el primer lugar con la carne vacuna (Uruguay XXI, 2015).
La producción de maíz en cambio tiene por objeto abastecerel mercado interno y su uso principal es en racionespara alimentación animal. La inclusión de esta gramínea enlos sistemas productivos agrícolas tiene un rol principal,dado el elevado potencial de producción de biomasa de altacalidad para el mantenimiento productivo de los suelos,aportando a incrementar el carbono (C) orgánico y a mejorarla sustentabilidad de los sistemas de producción (Mazzilliet al., 2015).
Por otra parte, se destacan las diferencias entre el maízy la soja en relación a las características fisiológicas y a losrequerimientos ambientales. El maíz es una especie concrecimiento determinado, por el contrario, la soja poseecrecimiento indeterminado. Esta característica hace que lascondiciones de estrés de origen biótico y abiótico a las cualesestán sometidos los cultivos afecten en forma diferencialla producción de biomasa y rendimiento. El crecimientodeterminado provoca que el maíz sea altamente susceptiblea la variabilidad ambiental, en cambio la soja presentacierta flexibilidad ante situaciones de estrés.
Los requerimientos del ambiente y la eficiencia de utilizaciónde los factores de producción en ambas especies sondistintos por diferentes razones, entre las que se destaca elmetabolismo del carbono. El maíz es una especie de tipoC4 con elevada eficiencia en la transformación de la radiaciónfotosintéticamente activa en biomasa y grano. En cambio, lasoja es una especie C3, con un proceso de fotosíntesismenos eficiente que maíz por la existencia de fotorrespiración.Este es uno de los motivos por los cuales el potencialde producción es menor en soja que en maíz y los valoresde eficiencia de uso de la radiación son mayores en elcereal (Cárcova, Borrás y Otegui, 2003). La composiciónquímica de los granos es otro aspecto diferencial: mientrasen el grano de maíz dominan los carbohidratos, principalmentealmidón, en la soja existen elevados contenidos deproteína y aceite en el grano, lo cual implica distintos costosmetabólicos (Cárcova, Borrás y Otegui, 2003) a favor delmaíz y a su vez requerimientos diferentes de los nutrientesprincipales. La soja requiere cuatro veces más nitrógenoque el maíz por tonelada de grano producida.
No obstante las diferencias mencionadas entre maíz ysoja, la disponibilidad hídrica durante el ciclo de desarrolloes la principal limitante ambiental que determina el rendimientoy la variabilidad del mismo en ambos cultivos realizadosen secano (Sawchik y Ceretta, 2005; Giménez yGarcía Petillo, 2011).
Las características por las que la disponibilidad de aguaafecta la determinación y la variabilidad de los rendimientosson: 1) la baja capacidad de almacenamiento de agua disponible(AD) de los suelos en relación al consumo de loscultivos, que cubre aproximadamente entre 20 y 30 % delas necesidades hídricas de maíz y de soja (Molfino y Califra,2001; Giménez y García Petillo, 2011); 2) las elevadasdemandas evaporativas atmosféricas durante los mesesde verano, en los que se determina mayoritariamente elrendimiento (Baethgen y Terra, 2010; Castaño et al., 2011);3) la variabilidad en volumen, intensidad y distribución delas precipitaciones (PP) que son la principal fuente de recargahídrica de los suelos (Castaño et al., 2011).
El efecto de las deficiencias hídricas sobre la producciónde biomasa y rendimiento en maíz y soja fue estudiadoanteriormente en las temporadas 2009 y 2010 (Giménez,2012, 2014), no obstante, la evaluación se desarrolló encondiciones climáticas extremas: en la primera temporadapor la ocurrencia de excesos hídricos (año «Niño»), encambio en la segunda temporada se presentaron deficienciashídricas intensas (año «Niña»). Por este motivo y dadala relevancia de la disponibilidad de agua en la determinacióndel rendimiento en ambos cultivos, en este trabajo planteamoscomo objetivo principal cuantificar el impacto de lasdeficiencias hídricas en distintas etapas de desarrollo sobreel rendimiento de maíz y soja.
Materiales y métodos
El trabajo se desarrolló en el campo experimental deriego de la Estación Experimental «Dr. Mario A. Cassinoni»de la Facultad de Agronomía, ubicado en el departamentode Paysandú, Uruguay a 32º 22' S y 58º 03' W, durante lastemporadas 2011 y 2012.
El suelo se caracterizó como un Brunosol sub-éutricotípico (Fine, thermic, superactive, mixed, Pachic Argiudoll),perteneciente a la formación Fray Bentos.
Los ensayos de maíz fueron fertilizados en ambas temporadassólo con nitrógeno, ya que de acuerdo a los análisisde suelo no hubo necesidad de agregar otros nutrientes.La dosis de nitrógeno fue de 300 kg ha-1 aplicados manualmente,la mitad se agregó en el estadio V6 (Ritchie y Hanway,1982) y la otra mitad en V10, usando como fuente urea(46-0-0). En la temporada 2012 se fertilizó con la mismadosis, momento y fuente que la utilizada en la temporadaanterior. Los ensayos de soja no fueron fertilizados por losmotivos anteriormente indicados. El laboreo fue de tipo convencionaly se realizó con dos pasajes de rastra excéntricay rastra de dientes.
Los parámetros hídricos y físicos del suelo del campoexperimental se muestran en el Cuadro 1.
Las siembras fueron realizadas con una sembradoraexperimental el 29 y el 27 de octubre de 2011 y 2012 respectivamenteen maíz y el 11 de noviembre de 2011 y el 3de diciembre de 2012 en soja. Los materiales genéticosutilizados fueron en maíz el híbrido DK 692 de ciclo intermedioy en soja la variedad DM 5.1 RR del GM V.
Las parcelas estuvieron compuestas por cinco surcosde 5 m de longitud, y la distancia entre hileras en maíz fue de0,7 m y en soja de 0,4 m. La población objetivo en maíz fuede 100.000 plantas ha-1 y en soja 350.000 plantas ha-1, enambos casos se logró en forma ajustada.
El control químico de malezas en maíz se realizó con elherbicida Atrazina a dosis de 1 L ha-1 PC, la aplicación serealizó antes de la siembra. En soja se realizaron dos aplicacionesde herbicida glifosato por temporada a razón de1,5 L ha-1 cada una.
Los tratamientos de maíz evaluados fueron:
T1 = Sin deficiencias hídricas.
T2 = Deficiencias hídricas en el PC, definido como 15 díasantes del inicio de la floración femenina a 15 días despuésde la misma. En 2011-12 el PC se ubicó entre el23/12 y 21/01 y en 2012-13 entre el 26/12 y 24/01.
T3 = Deficiencias hídricas en el llenado de grano, definidocomo la etapa entre la finalización del PC y la madurezfisiológica. En 2011-12 las deficiencias hídricas en estetratamiento se ubicaron entre las fechas 22/01 y 13/03 yen la temporada 2012-13 se ubicaron entre 25/01 y 28/02.
T4 = Deficiencias hídricas durante la fase vegetativa y elPC, estas etapas se ubicaron desde la emergencia delcultivo, la cual ocurrió 14 y 7 días después de la siembraen 2011 y 2012 respectivamente, y la finalización del PC.
T5 = Secano.
Los tratamientos en soja evaluados fueron:
T1 = Sin deficiencias hídricas.
T2 = Deficiencias hídricas en el PC definido entre las etapasR4 a R6 (Fehr y Caviness, 1977). En 2011-12 el PC seubicó entre el 24/01 y el 23/02 y en la temporada 2012-13 entre el 12/02 y el 12/03.
T3 = Deficiencias hídricas en las etapas no críticas (ENC)previas al PC las que abarcaron las etapas vegetativasy desde R1 a R3. En 2011-12 la ubicación de estasetapas fue entre el 25/11 y el 23 /01 y en la temporada2012-13 entre el 10/12 y el 11/02.
T4 = Deficiencias en la etapa vegetativa y el PC, en 2011-12ubicada desde el 25/11 y el 26/12 y desde el 24/01 al 23/02y en 2012-13 desde el 10/12 hasta el 24/1 y desde el12/02 al 12/03.
T5 = Secano.
Los T1, T2, T3 y T4 de los ensayos fueron generadosmediante dos tipos de intervenciones en la disponibilidadhídrica de los cultivos: a) riego suplementario y b) intercepciónde las PP por medio de la colocación de simuladoresde sequía, en los tratamientos definidos con deficienciashídricas. Los simuladores de sequía parcelarios y móvilesfueron construidos en estructuras de acero cubiertas delona impermeable. En maíz la dimensión de los simuladoresfue de 3,5 m de ancho 5 m de longitud y 2,5 m de alturamáxima. En el caso de soja la dimensión fue de 2 m deancho, 5 m de longitud y 1,5 m de altura. Las estructuraspresentaron techos a dos aguas, dos paredes laterales,una frontal y una trasera. Los simuladores fueron colocadosinmediatamente antes de cada evento de PP y retiradosinmediatamente después, intentando no modificar lascondiciones de radiación solar y temperaturas.
El riego se realizó por un sistema de goteo con cintasubicadas en cada hilera de cultivo con goteros cada 0,2 my un caudal por gotero de 1,49 L h-1, se aplicó riego en lostratamientos con deficiencias hídricas de acuerdo a la variacióndel porcentaje de AD, el cual fue estimado a través deun balance hídrico de suelos simplificado de paso diario.Los mm de riego totales fueron calculados por el tiempo deriego y el riego efectivo fue considerado el 90 % del riegototal. Las variaciones del contenido de agua en el suelofueron calculadas mediante la expresión: ΔS = PP efectiva+ R efectivo - ETc, siendo: ΔS = variación de AD (mm),R = riego (mm). Las PP totales fueron medidas en un pluviómetroubicado en el campo experimental y las PP efectivasfueron estimadas para cada evento y valoradas comoel máximo de mm hasta alcanzar la capacidad de campo ala profundidad radicular estimada. La ETc (mm) fue calculadadiariamente de la siguiente manera ETc = ETo x Kc,siendo ETo la evapotranspiración del cultivo de referencia(mm), la cual fue estimada utilizando la ecuación de FAOPenman-Monteith (Allen et al., 1998) y Kc = coeficiente decultivo se utilizaron los propuestos por FAO (Allen et al.,1998), en ausencia de información nacional. Los parámetrosclimáticos para estimar la ETo fueron medidos a travésde una estación meteorológica automática Vantage Pro 2TM,modelo 6510 (Davis Instruments, Hayward, CA), ubicada a2000 m del campo experimental de riego de la EEMAC.
El inicio del riego durante el PC fue determinado cuandoel contenido hídrico del suelo descendió por debajo de 60 %AD y en las ENC por debajo de 40 % AD, a 0,7 m que fuela profundidad máxima radical estimada. La finalización delriego se realizó cuando el AD llegó a 90 %. En los tratamientoscon deficiencias hídricas, el AD se dejó descenderhasta 20 % y luego se regó hasta el 40 % en ENC y hastael 60 % de AD en PC.
En los Cuadros 2 y 3 se presentan las PP totales yefectivas y el riego total y efectivo, en cada tratamiento ytemporada de estudio, para maíz y soja, respectivamente.En la Figura 1 se muestra la radiación solar (RS) incidenteentre los meses de noviembre y febrero para ambas temporadasestudiadas y para la serie histórica entre 1988 y2012. Para corroborar la evolución del agua disponible enel suelo y posibles ingresos de PP en las etapas planificadascon deficiencias hídricas se midió el contenido hídricodel suelo mediante un equipo de sonda de neutrones CPNmodelo 503DR HIDROPROBE.
En las Figuras 2 y 3 se muestra la evolución del porcentajede AD para los diferentes tratamientos evaluados, en lasdos temporadas de estudio en maíz y soja, respectivamente.Cabe aclarar que en el T4 de maíz en la temporada2010 por errores en la intercepción de PP se produjerondos ingresos de agua no planificados durante la etapa vegetativa.
Las cosechas de maíz fueron realizadas el 13/3/12 y el28/2/13, el rendimiento fue estimado a partir de 9 m linealesde plantas de los tres surcos centrales de cada parcela. Enla superficie de cosecha se determinó el número de plantasm-1, el número de espigas por planta y el número degranos (NG) por espiga, y con esa información se calculóel NG m-2 y se midió el peso de mil granos (PG) promediode cada parcela.
En soja las cosechas se realizaron el 09/04/12 y el15/04/13, el rendimiento fue estimado a partir de la cosechade 9 m lineales de plantas de los tres surcos centrales decada parcela. En la superficie cosechada se determinó elNG m-2 y se midió el PG promedio.
El diseño experimental utilizado en los cuatro ensayosfue bloques completamente aleatorizados, ajustándose elmodelo Yij= μ + ti + βj + εij donde: μ es la media general, t esel efecto de los tratamientos, β es el efecto de los bloques,ε es el error experimental, siendo i: tratamientos 1, 2, 3, 4y 5 y j = bloques 1, 2 y 3. Las variables estudiadas fueron:rendimiento, NG por m2, PG promedio y biomasa de laparte aérea, y se realizaron análisis de varianza considerandolos efectos de tratamientos, los años y la interacciónentre ambos. Las diferencias de medias fueron comparadasmediante el test de Tukey con un nivel de significacióndel 5 %. El paquete estadístico utilizado fue SAS v 9.2.
Resultados y discusión
Maíz
En la Figura 4 se muestra el rendimiento y la biomasaaérea total obtenidos en los tratamientos evaluados, paraambas temporadas. El rendimiento promedio del T1 fue de14,6 t ha-1 y la biomasa total producida promedio fue de25 t ha-1. El rendimiento con bienestar hídrico se encuentraen el rango de los máximos logrables sin limitaciones hídricasni nutricionales y con manejo óptimo, dados los valoresde RS incidente promedio de la región (Andrade et al.,1996).
En las temporadas 2011 y 2012 la RS incidente totaldurante los meses de noviembre a febrero fue de 3026 y2864 MJ m-2, respectivamente, estos valores fueron 9 y4 % superiores al promedio para la localidad. Los valoresde RS elevados en ambas temporadas (Figura 1), sustentanla obtención de rendimientos altos en los T1, ya quecuando se controla la disponibilidad hídrica y el manejo delcultivo no presenta deficiencias, los rendimientos dependenmayoritariamente de la radiación fotosintética activainterceptada, que correlaciona positivamente con la RS incidente(Cárcova, Borrás y Otegui, 2003).
Los tratamientos con deficiencias hídricas provocadas(T2, T3 y T4) presentaron diferencias estadísticas significativascon el tratamiento de bienestar hídrico (T1), no detectándoseen el análisis conjunto interacción entre tratamientoy año. Asimismo, los tratamientos que incluyeron deficienciasde agua en el PC (T2 y T4) fueron los que mostraronlas disminuciones en el rendimiento mayores en relación alT1, sin embargo, no se detectaron diferencias significativasentre el T3 y el T2. Las pérdidas de rendimiento en lostratamientos con deficiencias en el PC variaron aproximadamenteentre 30 y 40 % y los valores mayores fueronconstatados en el T4. En maíz el entorno de la floración esla etapa crítica en la productividad del cultivo; las deficienciasde agua en esta etapa disminuyen el rendimiento debidoa que afectan negativamente el crecimiento del cultivo,causando trastornos fisiológicos y afectando el NG fijados.
En la Figura 5 se muestra la tasa de crecimiento decultivo (TCC) durante el PC en los diferentes tratamientosevaluados, se constató que en los T2 y T4 fueron sensiblementemenores a las obtenidas en el T1, no obstante, el T1presentó diferencias significativas solo con el T4 y el T5. ElNG logrado por unidad de superficie es función del crecimientodel cultivo durante el PC y las TCC son indicadoresde la capacidad del cultivo para fijar granos (Andrade et al.,1996). Esto ocurre porque en el maíz existe una fuertedominancia apical y en situaciones de estrés hídrico la espigaes relegada en la translocación de fotoasimilados antela panoja masculina y por ese motivo es afectada negativamentela diferenciación y la viabilidad de los granos con laconsecuente disminución del rendimiento (Hall, Lemcoff yTrápani, 1981; Westgate y Boyer, 1985; Grant et al., 1989).La literatura sugiere que las deficiencias hídricas durante elPC pueden provocar disminuciones de hasta 40 y 50 %del rendimiento en maíz (Cakir, 2004; Giménez, 2012).
La biomasa aérea total fue afectada por las deficienciashídricas en porcentajes menores que el rendimiento, en elT2 la biomasa total se redujo 21 % y en el T4 las disminucionesfueron de aproximadamente 30 %, y se detectarondiferencias significativas de ambos tratamientos en relaciónal T1.
Las deficiencias hídricas provocadas durante el llenadode grano (T3) generaron disminuciones del rendimiento yla biomasa de 20 y 21 % respectivamente; se detectarondiferencias significativas para ambas variables con el T1.No se encontraron diferencias en rendimiento y biomasaentre el T3 y el T2, y entre el T3 y el T4 se detectarondiferencias significativas en el rendimiento y no en la biomasa.Importa aclarar que el T4 presentó dos ingresos deagua no planificados durante la etapa vegetativa que posiblementeincrementaron la producción de biomasa, sinembargo se estima que no afectaron el rendimiento dada lamenor influencia de esta etapa del ciclo en la producción degranos. El estrés hídrico en el llenado de granos poseemenores efectos sobre el rendimiento que el PC debido aque no afecta directamente al NG, pero sí tiene efectos en elPG. Las deficiencias en la etapa de llenado de granos ademásreducen la fotosíntesis y aceleran la senescencia foliardel cultivo (Fisher y Palmer 1984; Ouattar, Jones y Crookston,1987).
Los tratamientos en secano (T5) presentaron los menoresrendimientos y las producciones de biomasa más bajas,sin embargo, en ninguno de estos parámetros se detectarondiferencias con el T4. Como se observa en laFigura 3 en una parte importante del ciclo de los T5 hubo uncontenido de AD por debajo del 40 %, es decir con deficienciashídricas. Los secanos en la región en general nocubren las necesidades hídricas de los cultivos y los rendimientosbajo estas condiciones son variables y dependientesde las PP de cada temporada.
En el Cuadro 4 se muestran los componentes numéricosdel rendimiento, es decir el NG m-2 y el PG promedio,en los diferentes tratamientos y temporadas evaluadas. LosT1 y T3 lograron el NG por superficie más elevado, estosresultados se explican debido a que, en ambos tratamientosdurante el PC de determinación del rendimiento, no presentarondeficiencias hídricas, por tanto, no fue afectado elNG m-2.
Los efectos de las deficiencias de agua en el PC sobrelos rendimientos se deben a que la disponibilidad hídricaafecta el estado fisiológico del cultivo y el mismo es determinanteen la fijación de los granos. La TCC en el PC es unbuen indicador del estado fisiológico del cultivo, si no selogran TCC elevadas en esta etapa el NG fijado disminuyeen relación al potencial y existe una afectación negativa delrendimiento. En la temporada 2011 se fijó un mayor NG m-2que en 2012 y el PG promedio presentó una tendenciainversa. Esto se explicó por ser el PG un componenteresidual del rendimiento. En la temporada 2012 se fijó unNG menor que el potencial y es posible que posteriormenteen la etapa de llenado de grano la disponibilidad de fotoasimiladosfuera abundante posibilitando de esa manera obtenerun PG elevado.
El T2 mostró una disminución del NG en relación al T1de 39 % dadas las deficiencias hídricas provocadas duranteel PC, las cuales afectaron el crecimiento del cultivo y laspérdidas de rendimiento fueron de 31 % (Cuadro 4 y Figura4). Las TCC del T2 fueron inferiores a las obtenidas en elT1, afectando directamente la fijación del NG y el rendimiento.Como era de esperar, el T4 presentó un NG por superficiebajo, debido a las deficiencias hídricas provocadasdurante el PC. Las disminuciones del NG fueron de 38 %en relación al T1, y las pérdidas en el NG del T4 y del T2fueron similares debido a que ambos tratamientos presentarondeficiencias de agua en el PC.
El T5 mostró un NG por superficie bajo, en concordanciacon la escasa disponibilidad hídrica durante el PC. Nose detectaron diferencias significativas en este parámetroentre T2, T4 y T5.
El T3 presentó el PG menor entre los tratamientos evaluados.Esto se debió a que el PG se define principalmenteen la etapa de llenado de granos. Como componente residualdel rendimiento, el PG depende también del NG determinadoen el PC. El T3 mostró un NG elevado y lasdeficiencias hídricas provocadas en la etapa de llenado degranos produjeron disminuciones en el crecimiento del cultivo.Como consecuencia el PG fue afectado negativamente.En cambio, en los T2 y T4 el PG fue elevado, inclusomayor que el obtenido en el T1, dado que el NG fue bajo y ladisponibilidad hídrica elevada durante el llenado de granos,lo que posibilitó un mayor crecimiento del cultivo en estaetapa y como consecuencia la obtención de un PG alto. Sinembargo, el rendimiento fue bajo debido a la menor importanciadel PG en la determinación del rendimiento.
De acuerdo a los resultados, se puede inferir que elrendimiento no se relacionó con el PG en maíz. Los T2 y T4presentaron un PG elevado y un rendimiento bajo en relaciónal T1 y T3. Este comportamiento se debió a que elcomponente principal del rendimiento es el NG por m-2 y elmismo no se compensa por un PG alto. El T1 mostró PGintermedios y la residualidad de este componente del rendimientofue notoria. En la medida que el NG fue alto, el PGpromedio fue bajo o medio. Se infiere que este comportamientose debió a la escasez de fotoasimilados durante laetapa de llenado de grano. En el T5 el PG varió principalmentede acuerdo a las PP ocurridas en la etapa de llenadode granos, ubicándose en 2012 con menores PG que el T3debido a una menor disponibilidad hídrica en la etapa (Figura3).
Soja
En la Figura 6 se muestran los resultados obtenidos derendimiento y biomasa total aérea de soja para los diferentestratamientos evaluados. El rendimiento promedio deltratamiento con bienestar hídrico durante todo el ciclo (T1)fue de 6,2 t ha-1 aproximadamente. El T1 presentó el mayorrendimiento y mostró diferencias significativas con los restantestratamientos evaluados, y no se detectó interacciónentre tratamiento y año. Si bien en la localidad se han logradorendimientos experimentales superiores en temporadascon RS incidente y temperaturas elevadas (Giménez, 2014),se considera que la productividad obtenida en el T1 es cercanaa los rendimientos máximos posibles para los ambientesde producción del litoral norte. De acuerdo a Salvaggiottiet al. (2008), el rango del rendimiento potencial desoja a nivel mundial es de 6 a 8 t ha-1. Por tanto, se constatóa nivel experimental nuevamente que levantando las limitanteshídricas y con manejo óptimo y elevado potencialgenético de las variedades utilizadas, los ambientes productivosdel litoral norte permiten lograr rendimientos cercanosa los potenciales de la especie, en el entorno de 6 t ha-1(Canosa y Prieto, 2013; Giménez, 2014).
En la temporada 2011 en el T1 se logró producir 16 t ha-1de biomasa aérea total, en cambio en la temporada 2012 elmáximo volumen fue de 13,7 t ha-1: se infiere que esta diferenciase debió a la mayor RS incidente total que hubo en laprimera temporada del estudio (Figura 1). El T1 presentó lamayor producción de biomasa total y mostró diferenciassignificativas con los restantes tratamientos. En situacionesde agua no limitante se destaca la respuesta productiva queposee la soja a valores elevados de temperaturas y RS(Cooper, 2003). Los resultados obtenidos muestran coincidenciacon este aspecto. A pesar que la soja es una especiede tipo fotosintético C3, se detectó mayor producción debiomasa en condiciones de RS incidente elevadas. Laspérdidas de rendimiento evaluadas por deficiencias hídricasdurante el PC (T2) ubicado entre las etapas R4 y R6fueron de 1,4 t ha-1 aproximadamente, implicando reduccionesde 23 % del rendimiento en relación al T1. En la temporada2011 se constató en este tratamiento un ingreso deagua a las parcelas debido a PP no interceptadas duranteel PC en el día 76 postemergencia. Esto hizo queel cultivo a partir de la mitad del PC presentara contenidosde AD en el suelo superiores al 60 %, es decir queen la segunda mitad del PC no se registraron deficienciashídricas en el T2.
Por ese motivo, se estima que en la temporada 2011, ladisminución del rendimiento del T2 fue menor a la que sehabría obtenido si el tratamiento se hubiera ejecutado deacuerdo a la planificación realizada. Andriani et al. (1991)detectaron pérdidas de rendimiento de 40 % por deficienciashídricas en el PC de soja y Giménez (2014) constatódisminuciones de 45 a 50 % del rendimiento por causa deestrés hídrico en la misma etapa.
En el caso del T3 en que las deficiencias de agua noincluyeron al PC pero se acumularon en la etapa vegetativay entre las etapas R1 y R3, la disminución del rendimientofue de 1,2 t ha-1, implicando pérdidas de 20 % en relaciónal T1. Las pérdidas de rendimiento del T4 con deficienciasacumuladas en la etapa vegetativa y el PC fueronde 1,9 t ha-1 aproximadamente y las disminuciones porcentualesde 30 % en referencia al T1. Las disminuciones derendimiento constatadas en el T4 fueron las mayores ensoja, aunque se detectaron diferencias significativas solocon el T1 y el T5. En trabajos anteriores, las mayores pérdidasde rendimiento se obtuvieron en los tratamientos condeficiencias sólo durante el PC (Giménez, 2014). Sin embargo,los resultados coinciden en que cuando las deficienciasde agua se ubican entre las etapas R4 y R6 solamenteo acompañadas por deficiencias también en la etapa vegetativa,las pérdidas de rendimiento son máximas.
En el T5 las diferencias en rendimiento con el T1 fueronde 0,9 t ha-1 aproximadamente, implicando pérdidas sólo de15 %. En las dos temporadas evaluadas, durante los mesesde febrero, en los que se ubicó mayoritariamente el PC,ocurrieron PP abundantes. Esta situación, que causó buenadisponibilidad hídrica en esta etapa, justificó que el rendimientode los secanos fuera elevado en 2011 y también en 2012.
En el Cuadro 5 se muestran los componentes numéricosdel rendimiento, es decir el NG m-2 y el PG promedio,en los diferentes tratamientos. El T1 presentó el NG m-2más elevado y diferencias significativas con los restantestratamientos evaluados. Como se indicó, el rendimientoobtenido fue el más alto en ambas temporadas, sin embargoel PG logrado fue bajo.
En cambio, en el T2 y el T4 con deficiencias hídricas enel PC, el NG fue bajo y el PG relativamente elevado. Seconcluyó que la compensación que se presentó entre loscomponentes numéricos del rendimiento fue notoria. Ensoja, al igual que en maíz, se constató la importancia del NGpor superficie en la determinación del rendimiento y la jerarquíade la disponibilidad hídrica durante el PC en la definiciónde este componente.
Por el contrario en el T2 y en el T4 con deficienciashídricas durante el PC los efectos negativos en la fijación delNG fueron significativos. En el T3 con deficiencias acumuladasen la etapa vegetativa y la floración, el NG por superficiefue mayor que en el T2 y en el T4 aunque no se detectarondiferencias significativas. Se presentaron diferenciascon el T1, debido a que en el T3 fueron afectadas por estréshídrico las etapas entre R1 y R3.
El NG en soja se determina definitivamente entre lasetapas R4 y R6, es decir en la etapa de llenado de granos,esto ocurre debido al crecimiento indeterminado de la especie.Durante esta etapa, la competencia por fotoasimiladosde las vainas de distinto tamaño es elevada, y en la medidaque no existan suficientes fotoasimilados ocurre un ajustedel número de vainas. Las más pequeñas pueden llegar aabortar, afectando directamente el NG m-2, por lo tanto el NGdefinitivo se determina entre R4 y R6. En ese sentido, elestado fisiológico de las plantas es clave. En la medida enque la planta se encuentre en buen estado, es decir sindeficiencias en los diferentes factores de crecimiento, podrádisponer de los fotoasimilados suficientes y mantener unnúmero superior de vainas, y con ello fijar un NG m-2 máselevado. Las deficiencias hídricas en las etapas reproductivasanteriores a R4-R6, es decir entre R1 y R3, que incluyenla floración, provocan cierta afectación del NG. Estaafectación es menor que cuando las deficiencias ocurrenentre R4 y R6, por ello esta etapa es el período más críticode determinación del rendimiento.
En el T5 el NG por superficie y el PG promedio fueronvariables de acuerdo a la distribución y ocurrencia de lasPP debido a la jerarquía que presenta la disponibilidad hídricaen el estado fisiológico del cultivo. Pero como se dijoanteriormente, en ambas temporadas las PP fueron relativamenteelevadas, permitiendo obtener rendimientos altosen secano.
Conclusiones
El bienestar hídrico durante todo el ciclo permitió rendimientospromedio para ambas temporadas de 14,6 t ha-1en maíz y de 6,2 t ha-1 en soja. En ambos cultivos, lasdeficiencias hídricas acumuladas entre la etapa vegetativa yel PC mostraron las mayores disminuciones del rendimiento.En maíz las pérdidas durante estas etapas fueron de40 %, en tanto que en soja la disminución del rendimientofue de 30 % en relación a los cultivos sin limitantes hídricas.Las disminuciones porcentuales en la biomasa total de maízfueron menores que las constatadas en el rendimiento, encambio en soja las pérdidas porcentuales en biomasa delos tratamientos que incluyeron deficiencias en el PC fueronsuperiores que las ocurridas en el rendimiento. El componentenumérico del rendimiento más afectado por lasdeficiencias hídricas en ambos cultivos fue el NG por superficie,excepto cuando las deficiencias se ubicaron en elllenado de grano de maíz, en que el componente que disminuyómás fue el PG.
La capacidad de compensación de la soja hizo que lasdisminuciones del rendimiento ante deficiencias hídricas fueranmenores que las obtenidas en maíz. El maíz no poseela plasticidad vegetativa y reproductiva característica de lasoja, que provoca que las disminuciones del rendimientono sean mayores cuando las etapas con estrés alternancon etapas de bienestar hídrico. La información generadahasta el presente no permite concluir que el aporte de aguaen el PC sea una alternativa válida para planificar riegosuplementario. Sin embargo, los resultados de estos ensayospueden ser útiles para generar y evaluar estrategias deriego deficitario controlado en maíz y soja, atendiendo aldiferente comportamiento productivo de los cultivos antedeficiencias hídricas en las distintas etapas de desarrollo.