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Agrociencia (Uruguay)
versión impresa ISSN 1510-0839versión On-line ISSN 2301-1548
Agrociencia Uruguay vol.17 no.2 Montevideo dic. 2013
Crecimiento agropecuario e incidencia de la pobreza entre hogares rurales y agro-dependientes. Cambios y permanencias
Cardeillac Joaquín1
1Departamento de Sociología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República. Constituyente 1502, 11200 Montevideo, Uruguay. Correo electrónico: joaquin@fcs.edu.uy
Recibido: 9/1/13 Aceptado: 19/4/13
Resumen
En el Uruguay se ha instalado la idea de que el período de crecimiento económico ha permitido que la pobreza en general y en particular la pobreza en el ámbito rural ceda, alcanzando los niveles más bajos en varios años. Este trabajo se centra en los hogares rurales y agro-dependientes, profundizando el análisis de la relación entre el rendimiento económico acumulado del sector primario y la incidencia de la pobreza en las zonas rurales. El análisis se realiza en base a fuentes de datos secundarias: por un lado, se trabaja sobre las series de Producto Bruto Interno que reporta el Sistema de Cuentas Nacionales (SCN) para el período 1997-2009, y luego sobre las Encuestas de Hogares (EH) para el período de 2000 a 2009. El objetivo general del artículo es analizar las modificaciones en términos de crecimiento económico en tanto contexto para estudiar la evolución de la incidencia de la pobreza entre los hogares rurales y agro-dependientes. Las principales conclusiones son: 1. no ha habido cambios en la participación relativa de hogares con ingresos no agropecuarios entre 2000 y 2009, 2. la incidencia de la pobreza varía entre los diferentes tipos de hogares, 3. aunque los hogares rurales agro-dependientes los que están en peor situación relativa, son los que mejor sobrellevaron el período 2000-2006, en que se da un fuerte aumento de la pobreza.
Palabras clave: PBI AGROPECUARIO, POBREZA RURAL, HOGARES AGRO-DEPENDIENTES
Summary
Agricultural Growth and Poverty Incidence Among Agriculture Dependent Rural Households. Changes and Continuities
In Uruguay, it is widespread the conception that the period of economic growth has allowed a decrease in poverty in general, and a decrease particularly in poverty in rural areas, that would have reached the lowest levels in several years. This paper focuses on rural and agricultural dependent households, deepening the analysis of the relationship between the aggregate economic performance of the primary sector and the incidence of poverty in rural areas. The analysis is based on secondary data sources: on one hand, on the Gross Domestic Product series reported by the System of National Accounts (SCN ) for the 1997-2009 period, and then on the available Household Survey (EH) for the 2000-2009 period. The overall objective of the paper is to analyze the changes in terms of economic growth in both contexts for studying the evolution of the incidence of poverty among rural households. The main conclusions are: 1. there have been no changes in the relative share of households with farm income between 2000 and 2009, 2. the incidence of poverty varies among different types of households, 3. although agriculture dependent rural households are worse off relatively, they were the most resilient the period 2000-2006, in which there was a sharp increase in poverty.
Keywords: AGRICULTURAL GDP, RURAL POVERTY, AGRICULTURAL DEPENDENT HOUSEHOLDS
Introducción
En el presente artículo se analizan dos aspectos sobre el ámbito rural que han ocupado la atención pública en los últimos tiempos: por un lado, el crecimiento económico del sector en términos agregados, y por otro, la evolución de la pobreza rural entre los hogares rurales y agro-dependientes. Respecto del primero de los aspectos señalados, un análisis de la información disponible permite establecer que, en relación a la evolución del PBI sectorial y a diferencia de lo que sucede con otros países de la región, se observan en Uruguay tasas de crecimiento superiores entre las series deflactadas por los índices de precios (al consumo y mayoristas), en comparación a la serie a precios constantes.
En relación al segundo aspecto, la evolución de la incidencia de la pobreza, el análisis comienza por la comparación de los resultados que se obtienen para los hogares rurales y los urbanos, y luego avanza en la heterogeneidad a la interna de los hogares rurales, según sean estos agro-dependientes, mixtos o no agro-dependientes. Así, el trabajo mostrará que, en un contexto de crecimiento económico sectorial, no ha sido entre los hogares rurales agro-dependientes entre los que ha disminuido más la incidencia de la pobreza.
Materiales y métodos
Sobre las fuentes de información y la población bajo estudio
Se trabajó sobre las series de Producto Bruto Interno que reporta el Sistema de Cuentas Nacionales (SCN) para el período 1997-2009 (Banco Central del Uruguay, 2011), así como sobre las series de los índices de precios al consumo (INE, 2011a), y al productor nacional (INE, 2011b) que reporta el Instituto Nacional de Estadística .
En lo que hace al nivel de los hogares rurales, se utilizaron datos provenientes de la Encuesta de Hogares Rurales (EHR) 2000, de la Encuesta Nacional de Hogares Ampliada (ENHA) 2006, y de la Encuesta Continua de Hogares (ECH) de 2007, 2008 y 2009 (INE, 2011c).
El trabajo para llegar a las bases de datos que se utilizan implica construir una población de referencia. Para ello se procedió a identificar los hogares como agro-dependientes o no en función del CIIU (Clasificación Industrial Internacional Uniforme; INE, 2013a) de la empresa en la que realizan sus tareas los integrantes ocupados del hogar, así como del tipo de tarea realizada de acuerdo al CNUO-95 (Clasificación Nacional Uniforme de las Ocupaciones; INE, 2013b).
Como resultado, la población sobre la cual se estudia la incidencia de pobreza por el método de ingresos incluye los hogares en los que al menos uno de los integrantes se encuentra ocupado, y que a su vez fueron clasificados como agrodependientes, mixtos o no agrodependientes, según la rama de la empresa en la que se ocupan y/o de la tarea que declaran sus integrantes ocupados.
Aproximación a la medición de la pobreza
En relación a la medición de la pobreza, siempre que se trabajó sobre bases de 2006 o posteriores, se ajustó la línea de pobreza siguiendo la metodología de 2006 del INE (INE, 2006). Para el caso de la Encuesta a Hogares Rurales de 2000 se utilizó la metodología de la LP que se generó en ese mismo estudio (OPYPA, 2001).
Para aplicar la metodología de 2006 sobre los datos, se utilizaron los valores de la Línea de Pobreza (LP) publicados por el INE (INE, 2013c) para cada mes de cada año según región (Montevideo-Interior-Rural), los que fueron contrastados con el ingreso per cápita del hogar . El detalle del trabajo realizado para aproximar la medición de la pobreza por el método de ingreso se presenta más adelante, junto con los resultados de su aplicación.
Resultados y discusión
Presentación de los resultados del análisis de la evolución del PBI sectorial, o valor agregado agropecuario
Las tasas de crecimiento anual presentadas en la Figura 1 obedecen a un intento por establecer cuál ha sido el desempeño real del valor agregado agropecuario. Para eso, se sigue la metodología que Valdés et al. (2008, 2010) emplearon para el análisis de Brasil, Chile, Colombia, México y Paraguay . Como afirman, el PBI sectorial es una medida de la diferencia entre el valor de la producción y el costo de los insumos valorada a precios de mercado, y en las Cuentas Nacionales (SCN) "agricultura" corresponde solamente a la actividad primaria. Así, dado que el índice a valores constantes es un índice de volumen, Valdés et al. (2008, 2010) recomiendan, para evaluar el Valor Agregado sectorial en términos de su capacidad de compra, la utilización del IPC. Este procedimiento aproxima una idea del poder adquisitivo de los ingresos de los hogares dependientes de ingresos agropecuarios. En cambio, si se utiliza el IPPN, se obtiene es una aproximación a la evolución del ingreso agropecuario respecto a los precios mayoristas. Así, se obtiene por dos vías la evolución del poder adquisitivo del valor agregado sectorial primario, que no necesariamente refleja la evolución a precios constantes.
Otra medida que consideramos es la serie de PBI primario ajustado por términos de intercambio que resulta de la aplicación de la metodología sugerida por Paz et al. (2009). En este caso, lo que los autores proponen es medir el "desempeño del PBI primario" ajustándolo por los términos de intercambio de la agricultura ya que: "situaciones de "buen" desempeño agrícola, desde el punto de vista de la oferta interna de productos, a menudo pueden coincidir con "agricultores descontentos" debido a la reducción de su ingreso a causa de los precios más bajos. (...) Es necesario ajustar el PIB agrícola real utilizando la evolución de los precios relativos agrícolas a nivel interno (términos de intercambio agrícolas- TI AGR) con el fin de obtener un indicador del poder adquisitivo que proporciona el volumen de la producción agrícola obtenido durante el período" (Paz et al., 2009).
La propuesta de Paz et al. (2009) arroja resultados concordantes a los ya observados. En los dos casos, los resultados aportan evidencia en relación a dos períodos de fuerte crecimiento del poder adquisitivo de PBI agropecuario que, siguiendo la metodología tradicional a precios constantes, no se detectan, al tiempo que hay un período de caída (2004-2006) que analizando la serie a precios constantes tiene signo inverso, ya que sería un período de crecimiento de acuerdo a la evolución a precios constantes, mientras que es un período de caída del poder adquisitivo de ese PBI en relación a la evolución de los precios internos relevada por el IPC, y de caída también si se ajusta por los precios relativos de los productos primarios.
La serie de PBI a precios constantes muestra en todos los casos un crecimiento inferior al que se puede observar a partir de las series deflactadas por IPC y por el deflactor implícito del PBI total. Estas dos series alternativas muestran que el crecimiento en términos de la capacidad de compra del producto sectorial a precios del resto de la economía es mayor a la que se podría observar mediante la serie a precios constantes. La única información discordante es la que reporta la serie de PBI deflactada por el IPPN general que para el período 2001-2005 y para el período total de 1997 a 2009, que redunda en tasas de crecimiento anuales por debajo de las estimadas a partir del PBI a precios constantes. No obstante, incluso para el caso de esta serie, la tasa de crecimiento anual para el período que va de 2005 a 2009 supera la tasa de crecimiento que se puede estimar a precios constantes.
Así, como se observa en el Figura 1, el desempeño del sector en términos generales ha estado marcado por un crecimiento sostenido del poder adquisitivo (la tasa anual de crecimiento del PBI primario deflactado por IPC es de 2,7% para el período 1997-2009), que es subestimado por la serie de PBI primario a precios constantes (con una tasa anual de crecimiento del 1,1%). El análisis que sigue en base a encuestas de hogares para los años 2006 a 2009 deberá hacerse a la luz de las tendencias recién presentadas.
Presentación de los cambios registrados en la relación de los hogares rurales con el sector primario de la economía
La presentación seguirá el siguiente esquema: en primer lugar se presenta cómo ha variado la proporción de hogares en las zonas que permiten distinguir la EHR 2000, la ENHA 2006 y las ECH de 2007 a 2009. Luego, se presenta la evolución de la proporción de hogares según el grado de dependencia de actividades agropecuarias de los mismos y, por último, se analizan conjuntamente ambos criterios.
En relación al primer punto; puede observarse que la proporción de hogares ubicados en zonas rurales (menos de 5000 habitantes y hogares en zonas rurales dispersas) era de un 15,8% en el 2000. De acuerdo a la información disponible a partir de 2006, se observa que pasa luego a ubicarse en el entorno del 13% en el 2009.
Ahora analizaremos la información relativa a los tipos de hogares rurales, en función de su grado de dependencia del sector primario de la economía. Para construir dicha información se procedió a analizar si los ocupados de los hogares se emplean en la Rama 1 (con la misma definición de sector primario que maneja el SCN pero a partir del CIIU) o en otras ramas. Una vez clasificados los ocupados en función del sector, es posible construir una variable que es la razón entre los ocupados en el sector primario y los ocupados en otros sectores dentro de cada hogar. Dicha variable, continua, fue a su vez reagrupada en tres categorías: hogar agrodependiente (casos en que los ocupados lo están en el sector primario), hogares mixtos (siempre que existan ocupados en más de una rama o sector) y hogares no agrodependientes (hogares en los que todos los ocupados lo están ramas distintas de la 1). Dicha clasificación es aplicable a todos los hogares del país, siempre que estén integrados con al menos un ocupado.
Los datos obtenidos muestran la estabilidad que presenta el fenómeno. En el 2000, 47% de los hogares rurales (en localidades de menos de 5000 habitantes y rurales dispersas), son hogares que dependen de ocupados del sector primario, 39% dependen de ocupados de fuera del sector y 14% corresponde a hogares que tienen ocupados tanto en el sector primario como en otros. En 2009, la proporción de hogares agrodependientes es 46%, mientras que los no agrodependientes son 38%. La proporción de hogares mixtos resulta ser 16%.
Como gran tendencia resultante, puede afirmarse que se observan cambios de muy poca magnitud en relación a la dependencia de los hogares de ocupados en el sector primario de la economía para el período, lo que constituye un hallazgo simple pero de interés, sobre todo en relación a la discusión sobre los cambios en el espacio social rural uruguayo y el peso relativo de los hogares rurales que dependen de ingresos no agropecuarios o que combinan ingresos de distintas ramas, que no han variado su participación en los diez años que van de 2000 a 2009, a pesar de las grandes trasformaciones que se han dado en el agro.
Comparación de los resultados obtenidos en relación a la incidencia de la pobreza por ingresos de los hogares rurales y agro-dependientes
La metodología 2006 de la LP tiene algunas características que la diferencian de las anteriores. En concreto, el INE trabajó a partir de la información proporcionada por la Encuesta Nacional de Gastos e Ingresos de los Hogares 2005-2006. Dicha información permitió actualizar los patrones de consumo y obtener Canastas Básicas de Consumo para el Interior Rural.
En función de dichas características, se consideró oportuno hacer uso de la metodología 2006, en los casos en que fue posible contar con información comparable, para las Encuestas de los años 2006 a 2009. Para el caso de la información de la EHR de 2000, los datos resultan de aplicar la LP que se construyó en esa investigación, por lo que la comparación que se realiza debe leerse siempre con esto en mente.
Otra salvedad debe hacerse en relación a la metodología 2006. El INE encuentra que la construcción de una canasta rural específica puede servir para evitar lo que entienden una sobreestimación de las tasas de pobreza e indigencia, resultado de extender patrones de consumo urbanos al área rural. No obstante, se observa que dados los resultados obtenidos a partir de la metodología utilizada por el INE para su construcción, el valor de la LP para los hogares de la capital en comparación a los rurales es una vez y un quinto mayor. Es decir, de acuerdo a la metodología 2006 la LP de Montevideo vale 2,22 LP de hogares rurales. Adicionalmente, la LP de los hogares del interior no rurales es equivalente a una LP y media de hogares rurales, es decir que la LP del interior de más de 5000 habitantes es un 50% mayor que la del interior rural. Dadas estas diferencias, y en atención a varias críticas que ha recibido la LP 2006 en este aspecto particular, la información sobre la evolución de la pobreza por ingresos que se presenta será trabajada de dos formas: en un gráfico se presentará la evolución de la misma si se aplica la LP derivada de la CBA específica rural, lo que implica trabajar con tres umbrales distintos, y en otro se aplicará la LP del interior a los hogares del interior rurales, lo cual implica trabajar sólo con dos umbrales .
Este problema de construcción de líneas de pobreza sensibles a diferencias por zonas, es tratado también por Duclos y Araar (2006) quienes argumentan que, "When a common poverty line is used to compare the regions, rural areas are significantly poorer than urban ones. When region-specific poverty lines are used, these differences are much reduced, and the regional rankings are often even reversed" (Duclos y Araar, 2006).
Así, al aplicar la LP del interior a los hogares de zonas rurales dispersas, además de la rural dispersa, se espera brindar al lector una visión complementaria de la tendencia correspondiente al período 2006-2009.
La principal tendencia para el período 2006-2009 es una reducción de la incidencia de la pobreza. No obstante, también cabe detectar tendencias específicas. Según la LP 2006 con CBA específica rural (Figura 2), se puede ver que las distintas poblaciones se ordenan tanto por el factor ubicación geográfica como por su grado de dependencia de ocupados de sector primario. La incidencia de la pobreza es siempre mayor en los hogares de las tres sub-poblaciones urbanas que en las rurales, y además, es mayor cuanto mayor sea el grado de dependencia de los hogares urbanos de ocupados en el sector primario. En contraste, en el caso de las poblaciones rurales, cambia la relación entre el grado de dependencia del hogar de ocupaciones del sector primario, y la incidencia de la pobreza medida por ingresos. Para las poblaciones rurales la pobreza tiene mayor incidencia cuando estos dependen de ocupados que se insertan todos en sectores distintos del primario, y es un poco menor entre los que se insertan sólo en actividades del sector primario. Por último, alcanza los valores más bajos entre los hogares que diversifican la inserción de sus ocupados en términos de sectores económicos .
Si realizamos el mismo análisis aplicando la LP del interior (Figura 3), la imagen obtenida mantiene algunas cosas y modifica otras. Se mantiene la tendencia a la baja en la incidencia de la pobreza, si se analiza todo el período. No obstante, cambia el ordenamiento de los distintos tipos de hogares. Si bien los hogares en peor situación siguen siendo los urbanos agrodependientes, la población que le sigue pasa a ser la de hogares rurales agrodependientes.
Otro elemento importante es la variación en el resultado de comparar la incidencia de la pobreza entre la primera observación y la última. Dicha variación se muestra en al Cuadro 1.
El resultado que ha tenido para los hogares rurales el desempeño del sector agropecuario cambia mucho si se analizan los resultados en términos de incidencia de la pobreza sin ajustar la LP específica rural que propone la metodología 2006. Sin embargo, existe un elemento que se mantiene: los hogares rurales mixtos constituyen la población en la que más se ha reducido la incidencia de la pobreza. Esta reducción es la más importante en términos relativos con independencia de la línea que se utilice, y más allá de que sea también la población que parte al inicio del período de una situación más favorable .
Para ampliar el período bajo observación se presentan dos figuras más (Figuras 4 y 5) que ahondan en el estudio de la evolución de la pobreza por ingresos entre las poblaciones definidas. En este caso, se estudia sólo la evolución de las tres poblaciones rurales según grado de dependencia del hogar de ocupados en el sector primario.
En la Figura 4 se observa que la evolución de la incidencia de la pobreza describe una suerte de U invertida, cuando se analiza todo el período. Sin embargo, esa pauta de evolución general se especifica para las distintas poblaciones.
En particular, dado el aumento de la pobreza que se observa de 2000 a 2006, resulta claro que la población que sufrió en mayor medida los efectos de la crisis es la de hogares rurales no agro-dependientes. Estos hogares, que al inicio mostraban una incidencia de pobreza muy similar a la de los hogares rurales agrodependientes, ven aumentar la misma casi un 5% más que el aumento que registra entre los hogares agrodependientes. En el otro extremo, los hogares rurales mixtos son los que parten de una situación menos desfavorable y aunque ven empeorar su situación de 2000 a 2006, nunca alcanzan a estar en una situación tan comprometida como los agrodependientes o los no agrodependientes. Adicionalmente, es en los hogares rurales mixtos entre los que se observa la mayor reducción de la incidencia de la pobreza en el período 2006 a 2009.
Una segunda observación que se deriva de la Figura 4, es que la evolución de la incidencia de la pobreza está signada por una disminución de la misma a niveles significativamente inferiores a los del inicio de la serie para el caso de los hogares rurales mixtos y los hogares rurales agrodependientes. Entre los hogares rurales no agrodependientes, no resulta tan marcada la mejora, ya que la pobreza que se observa en 2009 es menos de 2% menor que la que se observaba en el año 2000. Así, tanto la mejora del desempeño económico del país y del sector, como las políticas sociales que se han desarrollado en los últimos años, parecen haber tenido un efecto diferencial según el tipo de inserción en el mercado de trabajo de los ocupados de los hogares rurales. Los resultados sugieren que se debería estudiar particularmente a este conjunto de la población. A continuación se presentan los datos relativos a la incidencia de la pobreza, pero ajustando ahora las líneas sin las CBA específicas para los hogares de población dispersa.
Los resultados en este caso aportan evidencia concurrente con la analizada para las Figuras 2 y 3 y el Cuadro 1. En este caso, muestran un ordenamiento distinto en términos de magnitud de la incidencia de la pobreza entre las tres poblaciones. Los hogares con una situación más comprometida al inicio de la observación resultan ser los agrodependientes seguidos por los no agrodependientes y por último los mixtos. No obstante, este cambio en la situación inicial no elimina el efecto diferencial que tuvo la crisis sobre los hogares rurales no agrodependientes que empeoraron radicalmente su situación y entre los que la incidencia de la pobreza en el período 2000-2006 aumenta de modo desmesuradamente marcado en relación a las otras poblaciones. En el otro extremo, la situación de los hogares rurales mixtos es nuevamente la mejor: si bien registran un aumento de la incidencia de la pobreza entre 2000 y 2006 siempre son los que mantienen una menor tasa de incidencia y además, es la población entre la que la disminución de la incidencia de la pobreza es mayor para el período 2006-2009 y también en relación a los valores de 2000, siendo la única población para la que los valores de incidencia de la pobreza son consistentemente menores al final del período (11,3%) que al inicio (17,3%). El Cuadro 2 ilustra este aspecto de modo que quede más claro a que cuadro se alude.
Como puede observarse, existe una relación clara entre los períodos de crecimiento y retraimiento de la economía, y la incidencia de la pobreza entre los hogares. Para todos, la incidencia de la pobreza medida por ingresos aumenta en el lapso 2000 a 2006, al tiempo que el PBI experimenta una caída importante, y de modo consistente, en el período 2006 a 2009, con un PBI total que crece a tasas importantes, la pobreza por ingresos disminuye. Pero, si se analiza lo que sucede dentro de cada uno de los grupos de hogares construidos, y se tiene presente que la evolución del PBI sectorial primario no ha sido siempre idéntica a la del PBI total, es posible ver que los efectos de la crisis (que se observan al comparar entre 2000 y 2006) fueron mucho más marcados sobre los hogares rurales no agrodependientes que sobre el resto. Del mismo modo, depender más del sector primario representó, para ese período, una forma de resguardo para los hogares, que se concretó en menores aumentos de la incidencia de la pobreza. De todos modos, también es claro que la incidencia aumentó para todos los hogares, un resultado consistente con los hallazgos de De Janvry y Sadoulet (2000), relativos a que el crecimiento que más efectos tiene sobre la pobreza no es el del sector primario.
Un resultado paradójico es que el aumento de la incidencia de la pobreza haya sido mayor entre los hogares agrodependientes que entre los mixtos, incluso en el período de crisis caracterizado por tasas de crecimiento relevantes del PBI primario .
Conclusiones
En relación a la discusión sobre el crecimiento económico de base agropecuario, los datos para Uruguay muestran que las series a precios constantes no están resumiendo adecuadamente la magnitud del crecimiento sectorial. Así, la tasa de crecimiento a precios constantes del sector primario en todo el período (1997-2009) es de un 1,1%, un resultado que relativiza la idea de un fuerte dinamismo del sector, al menos en términos de volumen. En cambio, si se toma en cuenta un indicador de la evolución de los precios domésticos se observa que las tasas de crecimiento del sector primario (deflactadas por IPC) son mucho más elevadas.
En síntesis, sí estamos frente a un período de bonanza, sobretodo en términos de aumento del poder de compra de los ingresos sectoriales agropecuarios, y sí tiene sentido preguntarse qué sucedió con los hogares más vulnerables en este contexto. Valdés et al. (2010) afirman que, para el caso de los países sobre los que trabajan:
Si es cierto que el crecimiento del sector, derivado de las medidas tradicionales se encuentra sobreestimado, entonces los efectos sobre la pobreza podrían ser inferiores a los usualmente esperados. Aún más, de tomar por 'correcta' la medición del VAag deflactado por IPC, por ejemplo, existen países donde no se debiera esperar reducciones de la pobreza como consecuencia de la actividad agrícola -incluso se podrían esperar incrementos en la pobreza-, dado que sus ingresos reales estarían cayendo (Valdés et al., 2010).
Siguiendo la misma lógica, dado que los resultados observados para el caso de Uruguay van en un sentido exactamente opuesto: los ingresos reales sectoriales (deflactados por IPC) están aumentando más de lo que muestra la evolución a precios constantes, cabe detenerse a estudiar la evolución de la pobreza rural, más allá de que no existe un vínculo mecánico entre ambos aspectos, y el trabajo que aquí se presenta va más allá de una descripción de grandes tendencias.
Para tal fin, avanzamos a nivel de los hogares. Una serie inicial de consideraciones acerca de los hogares rurales del Uruguay en la última década debe referir a las nuevas formas de ruralidad. Esto puede entenderse al menos en dos formas (Kay, 2007). En la primera forma, se la entiende aludiendo a los resultados que han tenido los procesos de globalización sobre la población rural, que suelen anclar en un creciente involucramiento de alguno de los integrantes del hogar en actividades rurales no agrícolas. Sobre ella, es posible arribar a algunas conclusiones. Primero, cabe resaltar que no se observa un cambio significativo en el período, ya que la imagen de cómo se dividen los hogares en función de su grado de dependencia del sector primario resulta estable. Así, el fenómeno del aumento de los hogares rurales con ocupados que se insertan sólo en otras ramas de la economía, o en la primaria y otras, no resulta corroborado .
La ausencia de grandes cambios es relevante además, en la medida en que existen diferencias bien marcadas en lo relativo a la incidencia de la pobreza entre estas distintas poblaciones. Así los hogares mixtos (los menos), han sido los que mejor desempeño han tenido en relación a su capacidad relativa para evitar caer en situación de pobreza de ingresos. En términos generales, De Janvry y Sadoulet (2000), marcan que el impacto del crecimiento, y también de la recesión económica, suele ser menos marcado entre los hogares "rurales", al menos en términos de incidencia de la pobreza. En esa línea, el presente trabajo permite mostrar que si bien los hogares rurales experimentaron un aumento de la incidencia de la pobreza por ingresos menor que los urbanos a nivel general en el período de la crisis (de 2000 a 2006), existieron también tendencias específicas. En particular, los rurales no agrodependientes resultaron ser muy vulnerables, mientras que los vinculados al sector primario lo fueron menos.
Un último hallazgo es que mientras entre los hogares rurales mixtos la reducción de la incidencia de la pobreza de ingresos ha sido mayor que en el resto, en el resto de los hogares rurales la disminución de la incidencia de la pobreza ha sido menos marcada incluso que entre los hogares urbanos.
Estas tendencias y regularidades, no accesibles hasta que no se distinguen los distintos tipos de hogares rurales y urbanos en función de su vínculo con el sector primario, representan un buen punto de partida para estudios que procuren profundizar en los mecanismos concretos que operan a nivel de los hogares, condicionando sus posibilidades de desarrollo, así como también un conjunto de evidencia relevante respecto de los impactos que tuvo el contexto de crecimiento experimentado por el agro uruguayo para el conjunto de los habitantes del campo, y en particular, para los hogares que dependen de los ingresos de quienes trabajan en el sector agropecuario.
Agradecimientos
El autor desea agradecer al Dr. Diego Piñeiro, tutor de la tesis de maestría de la que es parte de los resultados del presente artículo, así como a los compañeros del Núcleo de Estudios Sociales Agrarios (NESA), y del programa Grupos I+D "Cambios en la sociedad rural uruguaya a comienzos del siglo XXI". También agradece los atentos y pertinentes comentarios de los revisores del trabajo.
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