Introducción
José Verocay fue un médico anatomopatólogo uruguayo, cuya formación personal y científica se desarrolló principalmente en Europa a fines del siglo XIX y principios del XX, en la Universidad Carolina de Praga. Adoptó reconocimiento internacional al describir en 1910, por primera vez, la estructura que más tarde fue nombrada “cuerpos de Verocay” y se considera clave en el diagnóstico del Schwannoma, (a pesar de que estas estructuras no son exclusivas de dichas lesiones)1)(2)(3
En un fragmento de la carta que escribiera a su hermano, el 22 de enero de 1908, Verocay expresa su convicción de que su trabajo no pasará desapercibido1)(2, en el expresa: “(…) Estoy aquí haciendo otro trabajo sobre los nervios, con la base del que acabo de hacer, no sé si saldrá algo, pero si llego a demostrar lo que pienso, será verdaderamente algo hermoso y mi nombre quedará vivo en la patología para siempre (…)” (Figura 1)
El Schwannoma es un tumor benigno de las células de Schwan derivadas de la cresta neural, que al microscopio muestra una mezcla de dos patrones de crecimiento: el patrón celular denso Antoni A y el patrón Antoni B con una red celular laxa.
En el patrón Antonini A, las células alargadas con terminaciones citoplasmáticas se disponen en fascículos con escasa matriz estromal y las zonas libres de núcleos de las prolongaciones, que están entre las regiones de empalizada nuclear, se denominan cuerpos de Verocay4 (Figura 2).
José Verocay nació el 16 de junio 1876 en la calle Carreras Nº 908 entre Sarandí e Ituzangó de la ciudad de Paysandú, en un hogar de padres inmigrantes; su padre Silvino Verocay, del Tirol, (región que actualmente abarca sur de Austria y parte del noreste de Italia) y su madre Rosalía Garrone, de la región italiana del Piamonte. El apellido Verocay se presume deriva de la localidad de Verocai próxima a Cortina D'Ampezzo en el noreste de Italia (región de Véneto), según relatos de la época: "Nel 1909 fu inaugurata la cappella di Verocai”1) (2)(5. Como dato a considerar la calle “Carreras” actualmente lleva su nombre por resolución de la Intendencia Municipal de Paysandú.
Sus estudios primarios se desarrollaron bajo la supervisión familiar, con un maestro español llamado Manuel G Álvarez6. En 1887 a los 11 años de edad su padre lo llevó a Cortina D'Ampezzo, villa del Tirol, donde quedó al cuidado de su tío Fortunato Verocay, cura de la parroquia, quien le enseñara italiano, alemán y latín. Continuó sus estudios en Trento, culminados en 1897. Ese mismo año ingresó en la Facultad de Medicina de la Universidad Carolina de Praga, que en aquel entonces formaba parte del imperio Austro-húngaro (actualmente República Checa), una de las más antiguas y prestigiosas universidades de toda Europa1)(3)(7.
Ingresó al Instituto de Anatomía Patológica, que dirigía entonces el profesor Hans Chiari (1835-1915), calificado como el primer patólogo de Austria, quién influyó decisivamente en la trayectoria científica de Verocay1)(8 (Figura 3).
En 1904 obtuvo el título Doctor Medicinae Universae, a partir de ese momento continuó con su carrera científica y actividad docente, en 1905 publicó sus primeros artículos: “Actinomicosis de los órganos pélvicos en una niña de 14 años” (Aktinomykose der Beckenorgane eines 14 jahrigen Madchens Verh. Deutsch. Path. Ges., Jena, 9: 139-42 1905), y “Corazón múltiple (heptacardia) en una gallina” (Multiplicitas cordis (Heptacardia) bei einem Huhn Verh. Deutsch. Path. Ges., Jena, 9: 192-8. 19052
En 1906 regresó de Austria para permanecer 6 meses en Uruguay. En nuestro país, el Decano de la Facultad de Medicina de Montevideo, Dr. Navarro, le ofreció la dirección del Instituto de Anatomía Patológica, creado recientemente. Verocay aceptó la propuesta, regresando a Praga con la finalidad de planificar su retorno a Uruguay1
Meses después de su llegada a Austria, sin recibir noticias sobre su nombramiento en Montevideo, Verocay escribió al Dr. Navarro, manifestándole:
Ignoro cuanto suceda en Montevideo y si de mi nombramiento se habla todavía, (…) Con la oferta del Decanato he conseguido el más alto honor que como extranjero me era posible conseguir y hasta creo poderme vanagloriar de ser el primer extranjero a quien se haya hecho la propuesta de tener oficialmente lecciones en una Universidad austriaca. Para tener título y carácter de Profesor tendría que renunciar a la calidad de súbdito uruguayo haciéndome austriaco, (...) y a esto como Oriental no pienso de veras1)(2 (Figura 4).
El cargo de Profesor ofrecido al Dr. Verocay en el Instituto de Anatomía Patológica en la Universidad Carolina de Praga implicaba renunciar a su nacionalidad oriental para convertirse en austriaco, pero el Dr. Verocay lo consideró inadmisible1.
La respuesta de Montevideo nunca llegó, por lo que decidió continuar trabajando como jefe del Instituto de Anatomía Patológica en la Universidad Carolina de Praga1)(2.
En 1910 publicó el artículo por el que fuera reconocido mundialmente, titulado “Sobre el conocimiento de los neurofibromas" (“Zur Kenntnis der Neurofibrome”). En el trabajo describió la histogénesis de los “neurinomas” a partir de las células de Schwann, analizó su polimorfismo microscópico y describió las estructuras que hoy llevan su nombre: “los cuerpos de Verocay”1)(8)(9)(10 (Figura 5).
Cabe destacar que Harvey W. Cushing, padre de la Neurocirugía, lo consideró como uno de los trabajos más completos sobre los tumores de los nervios, dedicándole un par de páginas en su libro sobre los tumores del nervio acústico5
El 15 de diciembre de ese mismo año el Colegio de Profesores de Praga decidió conferir a Verocay el nombramiento de Profesor Agregado (Privat Dozent), del Instituto de Anatomía Patológica de la Universidad de Praga. Se confería una excepción, por tratarse de un extranjero, representaba el cargo previo al de Catedrático en la materia1.
En Uruguay no eran ajenos a los logros que obtuvo el Dr. Verocay, constatado en publicaciones como las del diario “El día”, que en la edición del 21 de agosto de 1911 publicó el artículo “Los triunfos en Europa del Dr. José Verocay” que expresaba:
Por los diarios y revistas científicas que hemos recibido del viejo mundo, sabemos que nuestro compatriota, el Dr. José Verocay de Paysandú, ha contado con la aprobación de muchas de las eminencias medicas acerca de un trabajo suyo sobre los tumores múltiples de los nervios,(...) algunos diarios de Praga nos dan la noticia de que el Dr. Verocay ha sido nombrado Privat docent (profesor sustituto) de la universidad alemana de aquella ciudad,(…) El Dr. Verocay es el primer extranjero que ha conseguido esos títulos y grados en la universidad susodicha10 (Figura 6).
Verocay quería regresar a su natal Uruguay para impulsar el estudio de la patología. Su regreso se retrasó debido al inicio de la Primera Guerra Mundial, es llamado a Viena; ingresó a la Sanidad militar del ejército Austriaco trabajando en el Hospital de guerra para enfermedades infecciosas como Prosector. Finaliza la guerra, con el grado de coronel, en 1918 se le distinguió con la placa honorifica de Oficial de la Cruz Roja1)(8.
En 1919 decidió regresar a Uruguay, se radicó en la estancia de su familia en Paso de los Mellizos, Río Negro. Allí trabajó en el comercio familiar, como médico general. Su pasión por la investigación continuó presente, es así que improvisó un laboratorio en un galpón de la estancia en donde realizó la disección de vísceras que presentaban alguna alteración1)(5.
En 1920 a los 44 años se casó con Carlotta Ruhr, que conociera en Viena, con quien tuvo cuatro hijos, radicándose en Montevideo5.
En 1921 se crea la Sub-sección de Anatomía Patológica, Citología, Histología y Autopsias de la Sanidad Militar en el Hospital Central de las Fuerzas Armadas, en Montevideo. Verocay ingresó como Médico Ayudante el 1ero de marzo de 1921, ascendió al grado de Médico de 1a. Clase asimilado a Mayor el 13 de julio de 1921 y finalmente ocupó el cargo de Jefe de Subsección el 1º de noviembre de 19215.
El laboratorio integraba todas las clínicas de este centro asistencial, Verocay estableció la autopsia sistemática de los enfermos fallecidos, con el relato anatomo-clínico; el diagnóstico biópsico, así como el preoperatorio de las lesiones que lo requerían. Continuó con sus investigaciones y va formando el museo del Hospital2.
En 1922 gestionó, y obtuvo, la autorización ante las autoridades de la Facultad de Medicina de Montevideo para dictar un curso libre de Anatomía Patológica, curso que por diferentes razones tuvo poco Éxito, “…me aseguraron (los estudiantes) que nadie había visto el anuncio y que absolutamente no se había anunciado un curso mío”5.
En el año 1924 aspiró al cargo de Profesor de Anatomía Patológica en la Facultad de Medicina, cargo que no obtuvo, el puesto fue adjudicado al Dr. Lasnier; con un informe que despertó muchas críticas, entre médicos, estudiantes y el propio Dr. Verocay1)(2)(5)(13
Los Estudiantes de Medina se hicieron eco, apoyándolo con varias publicaciones en “El Estudiante Libre” donde se expresa: “Sobre el Concurso de la Dirección del Instituto de Anatomía Patológica existió una inmensa arbitrariedad cometida contra el Dr. Verocay”5 “Se mencionan enérgicos conceptos referidos a la protesta del Dr. Verocay y sobre la actitud del Decano de la Facultad”14. Se hizo referencia al involucramiento del doctor Scremini en el asunto, así como “la constatación de afirmaciones reñidas con la verdad14”.
En los textos referidos se transcriben parte de los pedidos de reconsideración del fallo, que Verocay decidió solicitar al Consejo Nacional de Administración; dicha solicitud fue desestimada1.
Se desprende de la lectura que Verocay responsabilizó al Dr. Quíntela (en ese momento Decano de Facultad de Medicina), de la manipulación del nombramiento, en un párrafo que expresa: “El Decano estaba moralmente inhibido de formar parte del tribunal, a intervenir, por su opinión preconcebida y manifestada a favor de uno de los candidatos (...) por su mala voluntad demostrada en repetidas ocasiones (...) por haber sido él hace poco reelegido a Decano por el voto de su candidato el Dr. Lasnier”12.
Verocay también involucró al Dr. Scremini en tal decisión, quien habría afirmado ante el Consejo que: “el Dr. Verocay no había publicado ningún trabajo científico en los últimos diez o doce años” y “La otra observación de la cual no hay rastro en el acta de la sesión del Consejo (…) Dijo el Doctor Scremini que Verocay a pesar de todo el esplendido material del Hospital Militar no había hecho nada en Montevideo. Esta observación digo la verdad, que por el mismo Doctor Scremini prefiero abstenerme de clasificarla” (14.
Verocay hizo referencia en su reclamo a que su último trabajo data de 1920, trabajo que no señaló al presentar la enumeración cronológica de sus trabajos porque no tenía copia de la revista, pero que igualmente del trabajo que si tenía referencia era de 1915 “…Ya teniendo en cuenta sólo este trabajo no hubieran sido ni doce ni diez años de 'inactividad' sino nueve”14.
Verocay culmina este reclamo con una reflexión que manifiesta que:
Este nombramiento, no digamos el modo como se ha procedido para obtenerlo, significa simplemente la bancarrota de los concursos y dejar pasar esto sin la más formal protesta seria contribuir a que la Facultad de Medicina, patrimonio de todos los orientales, se convierta en una especie de feudo medieval (…), seria no fomentar el estudio y el progreso científico, no el espíritu de sacrificio, sino la corrupción de carácter, la adulación rastrera, y la intrigante burocracia. Esto no puede ser. Ya en el extranjero renuncie por amor al terruño natal, a cargos altamente honoríficos y a una posición económica holgada: hoy en mi patria, viendo un juego de intereses más altos que los personales, desprecio las ventajas materiales que un vil silencio pudiera procurarme, y aun sabiendo que mi situación mucho empeorará frente a los gobernantes de la Facultad, grito a las autoridades del pueblo el alerta del pueblo romano videant consules, ne quid detrimenti Respublica capiat12.
En el año 1924 se vinculó con la Escuela de Odontología a partir de la invitación de su director el Dentista Santiago Sartori1)(2)(5) (período 1922-1925). En ese momento no existía la Facultad de Odontología de forma independiente, sino que pertenecía a la Facultad de Medicina como Escuela de Odontología. Ubicada en la calle General Flores frente por frente a la Facultad de Medicina (edificio donde en la actualidad funciona la Facultad de Química).
En ese momento la carrera se regía por el plan de estudios 1923, tenía una duración de cuatro años, obteniéndose el título de “Dentista”15. En primer año se incluían materias como Anatomía, Fisiología, Química, Disección, entre otras. En segundo los cursos donde participaba Verocay (Anatomía Patológica), así como Prótesis y Clínica odontológica. En tercero, aparecían las Clínicas de Quirúrgica y Radiología, así como la Patología Especializada. En el cuarto, y último año, se cursaba la Odontología legal y la Ortodoncia, mientras se mantenían las llamadas Clínicas Odontológicas y las Clínicas de Quirúrgica (Figura 7).
El Dr. Verocay concursó en 1925 por el cargo de Profesor de Anatomía Patológica, en la Escuela de Odontología, obteniendo el cargo el 18 marzo de 1925, permaneció un año a prueba como lo indicaba el reglamento; desempeñó su función como docente dictando clases los días martes y jueves, hasta agosto de 1926 momento en el cual por motivos de salud decide viajar a Europa1)(15 (Figura 8) (Figura 9) (Figura 10) (Figura 11).
En 1927 es nombrado, por iniciativa del Prof. Ricaldoni, Jefe del Laboratorio de Anatomía Patológica del Instituto de Neurología, cargo que ocupó durante 64 días; ese mismo año debido al deterioro de su salud, producto del asma y un corazón enfermo, decidió viajar a Viena para consultar a cardiólogos de su amistad1.
El 24 de agosto, dos días antes de su partida a Europa por iniciativa de los estudiantes de odontología y medicina se le realizó un Homenaje público en el Salón de Actos de la Facultad de Medicina. Allí los propios estudiantes lo proclamaron “Maestro insigne de la generación medica actual”, “Profesor por derecho propio de la Juventud Médica”16.
En dicha ocasión Verocay planteó: “lamento alejarme del Uruguay sin haber realizado la obra que me proponía; no he podido ofrendarle al país, en la medida que hubiera deseado, mis conocimientos y mi energía espiritual”, agregando “el destino no quiere que vuelva a mi patria; moriré allá”16.
Dos días después el 26 de agosto, embarco a Europa; con la esperanza de encontrar en el cambio de clima una mejoría de su salud. Al llegar a Hamburgo su estado de salud empeoro. En la navidad de 1927 fallece en Eichwald, distrito de Teplitz, Bohemia, con 51 años de edad8.
En 1928, por Iniciativa del Consejo Nacional de Administración, sus restos son repatriados y sepultados el 10 de abril de 1930 en el Panteón de los Servidores de la Patria en el Cementerio del Buceo en Montevideo1.
“El Estudiante Libre” publicó con respecto a este hecho: “Han sido reintegrados a Montevideo e inhumados el 10 de abril en el cementerio del Buceo los restos del Dr. Verocay (...) Ha sido señalada su vida como digna de ser tenida de ejemplo: su personalidad de investigador laborioso, realizador, modesto y talentoso por modelo, su muerte como una de las perdidas más sensibles para la ciencia médica nacional16.
“El Estudiante Libre” anuncia la realización de “un homenaje organizado por nuestra Asociación, y en el que participaron estudiantes, profesores y médicos”17. Su señora donó a la Facultad de Medicina todo el material bibliográfico y neuropatológico de su marido cayendo en el abandono y perdiéndose5.
Posteriormente se publicaron algunos artículos y trabajos con respecto al Dr. Verocay. Uno de los artículos es publicado por el diario “El día” a comienzos de la década de 1970 que se titulara "Un médico sanducero que nos hizo conocer en toda Europa" escrito por José Laurino. El mismo trata de una resumida bibliografía en recuerdo de Verocay, destacan la calurosa despedida realizada por los estudiantes y las palabras en representación de los médicos de Hospital Militar de Musso Founier, “no venimos a homenajear a un médico que brillo por su elocuencia (...) esta fiesta es al silencio, a la modestia, al sabio grande por su genio y por su fe”. Laurino reflexiona al final del artículo “Él, un sabio sandudecero que alcanzó renombre universal sin abjurar de su patria. El eminente médico sudamericano que llegó a escalar tan altos sitiales como ningún otro”6) (Figura 12).
En "La investigación científica en Uruguay (1969-1970)” el Dr. José Luis Morador escribe acerca de Verocay:
tuvo que conformarse con un escenario parco y frio: la sala de autopsias del Hospital Pasteur o la de Sanidad militar. Viejos anaqueles con frascos para colorantes, un microscopio antiguo, una mesa de mármol y una percha para colgar los puños almidonados de su camisa. Una detexridad maravillosa, una técnica depurada (no había otro prosector igual había dicho Chiari) y un amplio dominio del tema hicieron inolvidables, para quienes tuvimos la suerte de estar en ellas presentes, aquellas lecciones de Anatomía Patológica. Fue un sabio y un maestro de excepción18.
Con motivo del 70 aniversario de su muerte, el Correo Uruguayo emite un sello postal para la serie de “Médicos Ilustres”1(Figura 13).