La función de la medicina es mantener la salud de los individuos y la sociedad en su conjunto. Los servicios de salud son (o deberían ser) estructuras organizativas donde los equipos de salud gestionen de una manera eficiente los recursos para lograr el objetivo enunciado. En el ámbito de nuestra Facultad, junto a sus funciones dentro del Sistema hay un elemento capital que es el de la formación de recursos humanos, para integrar los equipos de salud.
¿Qué papel debe cumplir la investigación en todos estos aspectos?
En primer lugar, parece claro que el sistema debe mirarse a si mismo, evaluarse para mejorar su gestión. Más allá de la recolección de datos estadísticos, es imprescindible que se analicen críticamente esos datos y se saquen conclusiones que permitan reafirmar o rectificar políticas de salud.
Por otra parte, es esencial para nuestro país mantener equipos de investigación que tiendan a identificar los problemas más comunes en nuestra sociedad y los métodos de diagnóstico y tratamiento más adecuados. También se hace imprescindible mantener la tarea de grupos capaces de generar conocimientos originales que aporten al conocimiento universal y formen individuos con capacidad de análisis crítico. Este “subproducto” de la investigación en el ámbito médico, permite mantener la calidad de las investigaciones mencionadas, pero además otorga a los actores del procesos sanitario (médicos, enfermeros, técnicos etc.) una formación crítica que se base en datos objetivos, procesos de razonamiento lógico y la capacidad de resolver problemas. Este tipo de formación es esencial para la investigación científica, pero también lo es para la propia práctica de la medicina y para la construcción y mantenimiento de sistemas de salud.
La Organización Mundial de la Salud ha reiterado en varias oportunidades, la necesidad de la investigación integrada a los sistemas de salud. Propone (desde 1990) que “al menos” un 2% del Producto Interno Bruto de cada país se destine a investigación en salud(1)
Puede parecer fuera del sentido común que los países subdesarrollados “desvíen” recursos destinados a la salud para la investigación. Sin embargo, múltiples estudios han demostrado que esa inversión lejos de “desviar” recursos para la salud la mejora, incluso desde el punto de vista económico. Por ejemplo, en su página WEB(2) la Organización Panamericana de la Salud dice entre otras cosas: "invertir en la investigación para la salud en los países en vías de desarrollo es una necesidad, no una extravagancia(…). El dinero que se invierte en la investigación para la salud es un impulsor de la economía, aumenta la competitividad y aborda los factores determinantes sociales de la salud"(los subrayados son nuestros).
En momentos en que en nuestro país se habla de una segunda etapa de reformas en el Sistema de Salud, parece oportuno iniciar el camino hacia la creación de una estructura que promueva la investigación en salud y administre recursos obtenidos de los fondos destinados al citado Sistema. Las tareas de investigación están indisolublemente ligadas a la comunicación de resultados; dentro de este marco AnFaMed ofrece un espacio para mostrar nuestros trabajos al mundo. La mejora en la visibilidad de la revista que nos otorga el ingreso a la base SciELO y al DOAJ (Directory of Open Access Journals), nos reafirma en el valor que tiene esta herramienta para comunicar las tareas de investigación de los integrantes de la Facultad de Medicina de la UdelaR.
El presente número integrado por artículos que se ocupan de temas quirúrgicos, apneas de sueño o una valoración del desempeño estudiantil, junto a la descripción de casos clínicos de gran interés; se publican asimismo una serie de guías sobre consentimiento informado de la Unidad Académica de Bioética de nuestra Facultad y un informe de las Jornadas científicas del Hospital de Clínicas. Así, este nuevo número de AnFaMed presenta una buena imagen del camino que siguen transitando nuestros docentes y que deseamos acompañar de la mejor manera posible.