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InterCambios. Dilemas y transiciones de la Educación Superior

versão impressa ISSN 2301-0118versão On-line ISSN 2301-0126

InterCambios vol.7 no.2 Montevideo dez. 2020  Epub 01-Dez-2020

https://doi.org/10.2916/inter.7.2.9 

Investigaciones y experiencias

Análisis de egresos de posgrado en una universidad argentina2

Analysis of graduate graduates at an Argentine university

Análise de graduados em uma universidade argentina

1Universidad Nacional de San Juan, Argentina. Contacto: silvanaaliciaperalta@gmail.com


Resumen:

La expansión de las carreras de posgrado en Argentina ha tenido un desarrollo sostenido en las últimas décadas. Sin embargo, el proceso de crecimiento entra en discordancia cuando se advierten los escasos egresos que se presentan en el periodo 2000-2019, los cuales no alcanzan el 10 %. En la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes (FFHA) de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), Argentina, el panorama no resulta diferente.

Este trabajo presenta un análisis descriptivo de los egresos de las carreras de maestría de la FFHA-UNSJ, considerando el periodo 2000-2019. El recorte temporal es arbitrario y la selección de carreras obedece al hecho de tener la elaboración de tesis como requisito académico para obtener la titulación correspondiente.

En una primera instancia se presentan algunos abordajes teóricos que revisan la producción en el campo académico sobre la temática a abordar, en un segundo apartado se presenta una breve caracterización de las carreras mencionadas, en el tercer apartado se exponen cuantitativamente (por carreras) los egresos para el periodo considerado y el tiempo real que emplearon los estudiantes para recibirse, y en un último apartado se abordan cualitativamente algunas percepciones y significaciones que tienen los egresados sobre las carreras mencionadas, para cerrar con algunas conclusiones provisorias.

Palabras clave: análisis; egresos; posgrados; Argentina

Summary:

The expansion of postgraduate careers in our country has had a sustained development in the last decades, however, the growth process falls into disharmony when we notice the few graduates that occur in the same period referred to, which does not reach 10 %. At the Faculty of Philosophy, Humanities and Arts (FFHA) of the National University of San Juan (UNSJ), Argentina, the picture is no different.

This work presents a descriptive analysis of the FFHA-UNSJ master’s degree discharges, considering the period 2000-2019. The temporary cut is arbitrary and the selection of careers is due to having the thesis preparation as an academic requirement to obtain the corresponding degree.

In the first instance, some theoretical approaches are presented that review the production in the academic field on the subject to be addressed, in a second section a brief characterization of the careers mentioned in the third section is presented quantitatively (by careers) the graduates for the period considered and the actual duration that the students used to graduate, and in a final section some perceptions and meanings that graduates have on the mentioned careers are qualitatively addressed, closing the article with some provisional conclusions.

Keywords: analysis; expenditure; postgraduate; Argentina

Resumo:

A expansão das carreiras de pós-graduação em nosso país teve um desenvolvimento sustentado nas últimas décadas, no entanto, o processo de crescimento entra em desacordo quando são notados os poucos graduados que ocorrem no mesmo período mencionado, o que não chega a 10 %. Na Faculdade de Filosofia, Humanidades e Artes (FFHA) da Universidade Nacional de San Juan (UNSJ), Argentina, o quadro não é diferente.

Este trabalho apresenta uma análise descritiva das descargas de mestrado FFHA-UNSJ, considerando o período 2000-2019. O corte temporário é arbitrário e a seleção de carreiras deve-se à preparação da tese como requisito acadêmico para obtenção do grau correspondente.

No primeiro caso, são apresentadas algumas abordagens teóricas que revisam a produção no meio acadêmico sobre o tema a ser abordado, em uma segunda seção é apresentada uma breve caracterização das carreiras mencionadas, na terceira seção são apresentados de forma quantitativa (por carreiras) os egressos do período considerado o tempo real que os alunos costumavam terminar seus estudos, e em uma seção final abordam-se qualitativamente algumas percepções e significados que os egressos têm sobre as carreiras mencionadas, encerrando o artigo com algumas conclusões provisórias.

Palavras-chave: análise; despesas; pós-graduação; Argentina

Introducción

La expansión de las carreras de posgrado en nuestro país tuvo un desarrollo sostenido en las últimas décadas. De 792 carreras de posgrado en 1994, se pasó a 2.977 en 2019 en universidades estatales (Ministerio de Educación, Secretaría de Políticas Universitarias, 2018). Concomitantemente, el ingreso de estudiantes a los estudios de posgrado también aumentó notablemente. En el Anuario de Políticas Universitarias consta que al año 2018 se registraba una cantidad de 156.476 estudiantes de posgrado en las universidades argentinas, gestión estatal y gestión privada.

Sin embargo, estas condiciones contextuales, que parecerían marcar un proceso sostenido, entran en discordancia cuando se advierten los escasos egresos, los cuales no alcanzan el 10 % en el periodo referido (10.281 egresos).

En la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes (FFHA) de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), Argentina, el panorama no resulta diferente. Este trabajo presenta un análisis de los egresos de las carreras de maestría de la FFHA-UNSJ, considerando el periodo 2000-2019. El recorte temporal es arbitrario y la selección de carreras obedece al hecho de tener la elaboración de tesis como requisito académico para obtener la titulación correspondiente. Si bien la unidad académica posee dos doctorados que actualmente están en vigencia, son de reciente creación y aún no se registran egresados.

En una primera instancia se presentan algunos abordajes teóricos que revisan la producción en el campo académico sobre la temática a abordar, en un segundo apartado se presenta una breve caracterización de las carreras mencionadas, en el tercer apartado se exponen cuantitativamente (por carreras) los egresos para el periodo considerado y el tiempo real que emplearon los estudiantes para recibirse y en un último apartado se abordan cualitativamente algunas percepciones y significaciones que tienen los egresados sobre las carreras mencionadas, para cerrar el artículo con algunas conclusiones provisorias.

Algunos abordajes

El problema de la baja graduación en carreras de posgrado ha sido objeto de varias investigaciones que recuperamos en este apartado a modo de estado del arte.

La expansión de las carreras de posgrado ha sido notoriamente sostenida en las últimas décadas, tal como enunciamos líneas arriba. Las carreras de maestrías y especializaciones fueron dominantes en estos procesos expansivos en un primer momento, hasta que entraron en escena las políticas de promoción de formación en doctorado, principalmente impulsadas por organismos nacionales como el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET).

Sin embargo, varios estudios examinan la subsistencia de temas no resueltos y aún en debate que atentan contra el sistema de posgrados y sus resultados en términos de egresos. Realizaremos un abordaje de los principales problemas y sus interrelaciones.

Un origen poco objetivado

El surgimiento del nivel de posgrado en el sistema universitario argentino es producto de una reestructuración de las relaciones entre Estado, universidades y sociedad civil, tal como señalan De la Fare y Lenz (2012). A pesar de la existencia de varios trabajos sobre el tema, el “microcosmos” de los posgrados ha sido escasamente objetivado. Esta falencia se debe en gran parte a que, como apuntan las autoras, el sistema universitario no priorizó la formación del posgrado en su conformación como tal, como sí lo fue la enseñanza de grado (De la Fare y Lenz, 2012).

Baja tasa de egreso y disparidad de resultados según áreas disciplinares

Los aportes que realiza A. Bartolini (2017) sobre el fenómeno de la baja graduación en posgrados según áreas disciplinares resulta muy interesante. Sostiene que en los países de habla inglesa las bajas tasas de finalización de posgrados en ciencias sociales y humanas se aproximan al 50 %, mientras que en Argentina se estima que oscilan entre el 6 % y el 14,8 %, lo que resulta especialmente preocupante. Esa diferencia se advierte también en la inversión de tiempo empleado para obtener un título de posgrado; en ciencias sociales y humanas la inversión es notablemente mayor en comparación con el empleado en las ciencias exactas y naturales.

Y en este sentido, el trabajo de Ambrosini y Ruggiero (2017) profundiza la idea de que los modos de investigar difieren no solamente entre las ciencias naturales y sociales, sino también entre disciplinas próximas.

Si bien la praxis científica implica una dialéctica entre teoría y empiria, los sesgos teóricos y empíricos imponen diferentes modalidades, que a la postre generan prácticas y discursividades no siempre afines. Los ámbitos de producción discursiva también son heterogéneos entre disciplinas y dentro de las mismas disciplinas, en relación con las prácticas disciplinares. (p. 5)

De este modo, la elaboración de tesis de posgrados individuales, tal como se plantea en Argentina, conlleva modalidades de trabajo solitarias y difíciles de sostener, muy distantes de aquellas que se generan en ámbitos colectivos de trabajo, como pueden ser los equipos de investigación.

Un perfil híbrido en algunas carreras de posgrados

En nuestro país, la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), mediante la resolución ministerial 160/11, establece la diferencia entre especializaciones, maestrías y doctorados. Según esa normativa, la especialización apunta a una profundización de los dominios en los desempeños profesionales. La maestría lo mismo, pero con alcance profesional y/o académico. Mientras que la orientación profesional apunta a profundizar prácticas y saberes profesionales, la académica apunta a la formación para la investigación científica y la producción de conocimientos en distintas áreas disciplinares. El doctorado exige la producción de aportes originales en un área específica. Según Ambrosini y Ruggiero (2017), “estas definiciones nos ponen frente a un viejo problema que surge en la misma formación de grado, ¿una educación universitaria con un perfil profesional o académico? ¿Una preparación para la práctica profesional o para la investigación científica?” (p. 100).

El diseñar carreras con perfiles profesionales y/o académicos supone modos de estudio, estructuraciones y lógicas curriculares diferentes. El problema se presenta cuando esas lógicas se funden no siempre armoniosamente en un campo laboral que demanda profesionales capaces de tomar decisiones no solo con respecto a determinadas técnicas, sino además en relación con ese universo cambiante que es su producción teórica disciplinar. “Un profesional no está obligado a producir conocimientos como un científico, pero tiene la obligación de poder interpretar adecuadamente la producción teórica de su área” (Ambrosini y Ruggiero, p. 109). De ahí que se podría enunciar que de la conjunción de demandas del campo laboral y del campo académico se desprende una construcción híbrida en el perfil de los egresados de carreras de posgrados, en especial de maestrías.

La tesis de posgrado, un trabajo muchas veces inconcluso

Se ha comprobado a lo largo de varias investigaciones (Carlino, 2005; Damus, 2017; Rietveldt de Arteaga y Vera Guadrón, 2012) que los bajos índices de finalización de las tesis es uno de los factores cruciales en la terminación de carreras de posgrado. El abandono producido al momento del desarrollo de la tesis, tras haber completado todos los cursos, ha sido denominado por la psicóloga venezolana Elizabeth Valarino como el síndrome de TMT (“todo menos tesis”).

La tesis es entendida, en términos de A. Bartolini (2017), “como una práctica social compleja llevada a cabo por el sujeto dentro de un programa que tiene un currículo y en el marco de un campo disciplinar que opera a través de comunidades, tradiciones y reglas” (p. 5). El estudio de la construcción de esta práctica social admite el análisis de los múltiples aspectos que la atraviesan.

Por un lado, el tipo particular de escritura académica que comporta una tesis supone un entramado peculiar entre teoría y empiria, el manejo de procedimientos metodológicos anclados en fundamentos epistemológicos y la capacidad discursiva para argumentar reflexivamente. Todo un desafío epistémico.

Por otro lado, la dirección de las tesis suele ser “una práctica que habitualmente se da por naturalizada, y por tanto no es puesta en cuestión o sometida a interrogación” (Follari, 2001, p. 1). Es uno de los saberes tácitos, casi artesanales, del campo académico y por eso mismo no existen formación específica ni reconocimiento en tiempo o dinero. Al respecto resulta de suma importancia el trabajo de Mancovsky (2013), quien problematiza la práctica del director de tesis, analiza los saberes que se ponen en juego en la formación de posgrados y los sistematiza en el marco de una relación formativa en que intersectan aspectos subjetivos y objetivos.

En relación con este último aspecto, el trabajo de D. Vivas (2017) ofrece un buen recorrido acerca del vínculo director-tesista, las representaciones sociales de la acción tutorial, las tensiones que la atraviesan, entre otros temas relacionados.

Breve caracterización de las carreras de maestría en la FFHA-UNSJ

Las carreras analizadas son la Maestría en Historia y la Maestría en Lingüística, ambas vigentes.

La Maestría en Historia fue aprobada por una ordenanza de 1983 del Consejo Superior y registra evaluaciones y actualizaciones de sus reglamentaciones en los años 1995, 1998 y 2016. Actualmente está acreditada por CONEAU. Contempla una formación de 1.200 horas reloj distribuidas en dos ciclos formativos, desarrollo de tareas de investigación y elaboración de una tesis, requisito final para obtener el título de posgrado. El despliegue está previsto para cinco semestres académicos.

La Maestría en Lingüística fue autorizada por una ordenanza del Consejo Superior del año 2001 y su plan de estudios fue modificado en el año 2012. Está acreditada por CONEAU. El programa formativo contempla 745 horas reloj, distribuidas en cursos y seminarios, tareas de investigación y la realización de un taller de tesis (cinco semestres académicos).

Ambas carreras fueron diseñadas como maestrías académicas. (Tabla 1)

Tabla 1:  Egresos por carreras y por año 

Egresos por carrera y por año.

En el periodo considerado, la Maestría en Historia registra veintiocho egresos. Existen tres años (2004, 2008 y 2011) en los que no registraron egresados.

En el mismo periodo, la Maestría en Lingüística presenta catorce egresados. Los primeros en recibirse se registran en el año 2008, aunque durante cinco años discontinuos (2012, 2013, 2014, 2017 y 2018) no hubo egresos.

Tiempo empleado en culminar las carreras

Para analizar la duración real de las carreras, se han tomado el año de ingreso y el año de egreso. En el caso de la Maestría en Historia, el 17 % de los egresados terminaron la carrera en entre tres y cinco años, un porcentaje igual la terminó en entre diez y trece años, al 42 % le insumió entre seis y nueve años culminarla y un 14 % empleó más de diecisiete años para egresar.

En el caso de la Maestría en Lingüística, el 71 % empleó entre seis y nueve años en culminar la carrera, el 14 % invirtió entre diez y trece años y un porcentaje similar la terminó en entre catorce y diecisiete años.

Esto permite observar que el mayor porcentaje de egresados tarda el doble del tiempo previsto en la duración teórica de las carreras. (Tabla 2)

Tabla 2: Tiempo empleado en culminar las carreras. 

Percepciones y voces de egresados de carreras de posgrado

Iniciar, transitar y finalizar carreras de posgrado conlleva dinámicas y procesos significativos para cada uno de los estudiantes. En los tres relatos que se presentan, si bien hay notables diferencias en las condiciones objetivas y subjetivas de cada uno de los egresados, resulta notoria la crucial importancia que cobra, en la formación de posgrado, la etapa de elaboración de la tesis.

Relato de Alicia: “La tesis se facilita cuando está claro el punto de llegada”

Alicia es profesora de Inglés. Ingresó a la Maestría en Historia en el año 1997. No tuvo ningún tipo de ayuda económica ni beca para solventar los gastos de la carrera. Actualmente ocupa un cargo de gestión en la facultad.

Tardó ocho años en culminar la carrera. Refiere que en los dos primeros años logró acreditar, sin inconvenientes, los cursos y seminarios obligatorios e inmediatamente comenzó con el trabajo de tesis.

Sin embargo visualiza a este último requisito como el más difícil de acreditar. Debido a ello tuvo que solicitar dos veces prórroga para poder continuar la carrera.

Las dificultades que observa con relación al trabajo de tesis son de diferente orden.

Dificultades de orden curricular. Un primer obstáculo lo relaciona con el tema elegido y la ausencia de correlación con los trabajos realizados en el curso de Metodología.

… fueron de gran ayuda los cursos de posgrado de especialidad y complementación como Introducción a la Historia, yo soy profesora de Inglés, y fueron de gran ayuda los cursos. Sin embargo la elección del tema fue difícil, no tuvo nada que ver el tema presentado en Metodología con el tema que realmente fue…

Dificultades de orden personal. El tiempo disponible para realizar el trabajo de campo aparece como el gran condicionante, ya que entraba en tensión con los tiempos para atender a la familia, los hijos y el trabajo.

Vi muy dificultado el proceso de tesis por los tiempos que requería, necesitaba asistir al archivo, implicaba mucho relevamiento archivístico, eso fue una gran dificultad, pedí dos prórrogas. La mayor dificultad fue el tiempo real y físico en el archivo. Hasta que en 2004 me dije a mí misma “tengo que hacer algo”, trabajo (mañana y tarde), familia, hijos, era mucho. Pedí licencia por estudio tres meses, iba todos los días al archivo, todas las mañanas y era un trabajo arduo…

Las dificultades de orden personal fueron abordadas por la entrevistada cuando solicitó licencia en su trabajo y pudo dedicarse por completo a la tesis, los últimos seis meses.

La licencia fue fundamental, ya que el relevamiento archivístico es muy lento y no lo hubiese podido hacer. Eso me permitió concluir con el relevamiento y en seis meses (continuando en las vacaciones) ponerme a escribir (noviembre, diciembre y enero fueron meses de mucha redacción) y al mismo tiempo la revisión de la directora. Al principio no pude dedicarle tiempo completo, los últimos seis meses sí.

Otro aspecto que recupera como facilitador del trabajo de tesis es la relación con su director.

… la relación con mi director fue excelente. El único inconveniente es que mi director no manejaba demasiado las herramientas informáticas, necesitaba para todas las lecturas el trabajo impreso.

A pesar de las dificultades encontradas y el tiempo que le insumió, la entrevistada valora positivamente el trabajo de tesis en dos aspectos. Por un lado, la vinculación que le permitió establecer entre la historia y su formación específica en inglés. Por otro lado, el impacto de esta en sus prácticas profesionales, ya que…

Me abrió muchísimo el panorama. Gracias a la maestría fui investigadora desde el año 2006 al 2017 en el Proyecto de Investigación de Historia Regional y Argentina Dr. Héctor D. Arias. Comenzar un gran desafío que se facilita cuando uno tiene claro el punto de llegada.

Relato de Marcelo: “La tesis es una instantánea de la investigación”

Marcelo es egresado de la Maestría en Historia. Culminó la carrera en 2015, luego de tres años de iniciarla. Durante el tiempo que cursó la maestría tuvo una beca de posgrado, otorgada por la universidad, con la cual financió la matrícula de la carrera. Actualmente tiene un cargo simple (auxiliar de primera), integra un proyecto de investigación y es becario del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET).

Reconoce que si bien está previsto teóricamente que la carrera dure dos años, existen “usos y costumbres” que enlentecen su desarrollo, lo cual advierte como dificultad académica.

El tema es que tiene una serie de pasos, estratos y requisitos, que no quedan muy claros… cuando uno se inscribe. Qué requisitos tiene que cumplir, qué hay que hacer… Muchas cosas que son usos y costumbres que no están reguladas por normativas, muchas potestades que tiene el consejo académico en la maestría que resuelve o no resuelve en función de si le parece o no le parece Y entonces fue complicado…

Los usos y costumbres parecen reemplazar o reinterpretar la normativa que regula la carrera.

Igual que hubo que modificar lo que a tribunales compete, por los usos y costumbres, también estaba el director de tesis que formaba parte del tribunal, con lo cual era como una doble evaluación porque el director ya había dado el visto bueno anteriormente. Era como una anomalía de la costumbre. La normativa era una gran caja negra.

Dentro del orden de dificultades académicas, visualiza aquellas propias de la estructura curricular de la carrera. En este aspecto advierte que la cantidad de requisitos curriculares y el modo de acreditarlos tornaban burocrática la tarea.

… La maestría sumamente demandante en carga horaria de seminarios. En la cantidad de papeles que hay que presentar, la cantidad de requisitos durante el cursado de la maestría: por ejemplo acreditar horas de investigación en un proyecto acreditado por la universidad. Y eso hay que llevárselo al director del proyecto y tiene que firmarlo, ahí tiene que verlo la comisión, etc… insume tener que estar encima de los expedientes. Lo mismo pasaba con acreditar los idiomas, no quedaba muy claro cómo se acreditan los idiomas, si era como un concurso, por un tribunal, si la persona venía siendo evaluada.

En el mismo sentido, advierte que algunos cursos y seminarios no presentaban explícitamente un “eje articulador” que le permitiera conocer su sentido y profundidad. Ello lo llevaba a indiferenciar la formación del grado y la del posgrado, a invisibilizar las posibilidades de resignificar lo aprendido y/o vincularlo con la formación anterior.

En algunas ocasiones los cursos no tenían diferencia con lo que nos habían dado en el grado los mismos profesores, eran los mismos contenidos, de la misma forma, pero era bastante monótona por momentos, como el cursado las lecturas eran repetitivas. Y no había gran variedad. Había personas que ahí venían y daban un tema que a la gente le interesara y cada uno lo aplicaba como se le diera la gana, después otro que daba lectura, lecturas y que cada uno tome lo que pueda, no había un eje articulador. Tenía que ver con los intereses propios de esa persona, no lo daba abierto para que el otro pueda ver y apropiarse de esas herramientas sino que lo daba como un paquete cerrado.

Paralelamente a las dificultades mencionadas, reconoce aquellas de orden personal, dentro de las cuales la disponibilidad de tiempo para el estudio entra en colisión con los tiempos laborales.

Como trabajaba en la secundaria en esa época, aproveché las vacaciones de invierno para darle como un avance importante, pero sí, era un trabajo prácticamente de todos los días o por lo menos día por medio. El problema es que si uno tiene una cantidad de tiempo dedicado también tiene una producción menor, uno empieza a escribir algo y ya tiene que irse y se corta y después tenés que volver a comenzar.

Durante la etapa de elaboración de tesis, Marcelo ensayó diversas estrategias que le permitieron sortear algunos de los obstáculos que fue encontrando en su carrera:

- Construir sentidos y relaciones entre las producciones parciales de la tesis.

Lo que fui haciendo es que la producción tuviera un propósito. Si yo quería participar en un congreso pensaba con el tema de ponencia alguna parte de lo que después iba a ser un capítulo. Entonces iba redactando por fragmentos que luego juntaba, que luego lo releía y articulaba, como una producción fragmentada, siempre pensando como un mapa general de lo que uno quería escribir.

- Establecer una dinámica de trabajo con el director de tesis.

En mi caso era autónomo en la redacción de la tesis, o sea yo redactaba lo que iba trabajando y luego él lo leía y me daba la devolución. Pero esperó que terminara de redactar todo el cuerpo de la tesis y lo leyó de un solo tirón e hizo las observaciones, después algunas conversaciones, pero sé de directores, que algunos de los colegas han tenido, con presentaciones parciales.

- Desarrollar e implementar modos de validación a medida que se produce.

… utilizaba como termómetro de evaluación los congresos. Llevaba y veía lo que me comentaba la gente que estaba ahí… Las devoluciones de la gente, las críticas, las lecturas y bueno… y ahora en el doctorado en algunos temas que yo tenía duda, lo que hice fue mandar a una revista muy importante, cosa que lo leyera alguien que tuviera la voluntad de bocharme de entrada, entonces lo mandé en esta oportunidad a la Universidad de La Sorbona, a una revista de la U de La Sorbona de estudios hispánicos. Si no, ser caradura y escribir mails… buscar en internet cada autor y escribirle y decirle “mire, usted podría…”.

- Desarrollar la reflexión y mirada crítica como estrategia.

… era como la actitud que nuestro pequeño grupo de investigación, de los más jóvenes notábamos, como que la facultad es muy reactiva a la crítica… entiende como un agravio personal, entonces es complicado porque nadie quiere escuchar que se equivoca… Eso lo advertí durante el cursado de la maestría, la necesidad de advertir el error y corregirlo antes de que ese error tenga hijos… uno puede tomar un error y derivar en cualquier conclusión.

Para Marcelo, las dificultades percibidas y las estrategias para sortearlas se conjugan metafóricamente en una “instantánea” de la investigación, imagen con la que simboliza la tesis.

Diría que la tesis es una instantánea de la investigación, en mi caso la tesis es a lo que uno ha podido llegar en un momento dado de la investigación que se supone continúa y viene de antes; y como instantánea tiene cosas que uno considera que están concluidas pero puede ser que posteriormente uno no esté de acuerdo con eso o hay cosas que están incipientes y luego se van a desarrollar o luego se van a morir… y nunca las va a continuar.

Esa “instantánea” simboliza un recorte en la producción de conocimientos, habla de la provisionalidad de estos, surcado por desafíos, emociones y sentimientos encontrados.

Es un momento de zozobra en algún punto, por el tema de cumplir con los plazos, porque hay que producir una cantidad de cosas… Pero pienso que también va en el ejercicio previo, si una persona nunca se ha visto en la necesidad de articular un pensamiento y que exceda un paper de dos páginas, verse en la obligación de redactar 150 que tengan una cierta lógica interna ya se convierte en una gran cuesta arriba, porque tiene un doble conflicto, porque no maneja el instrumento ni tampoco maneja la técnica, ni el contenido que tiene que acceder… entonces tiene que aprender todo a la vez… después uno sale con un título que no está valorado, que le dan dos puntos a uno, entonces al final el que lo hace es por algo personal…

Relato de Valeria: “Hacer una tesis es como… subir al Aconcagua”

Valeria realizó la Maestría en Letras de la FFHA. Tardó trece años en culminarla. Más tarde ingresó al Doctorado en Lingüística de la UBA. Actualmente es profesora con dedicación exclusiva de la facultad.

Refiere que al iniciar la maestría le reconocieron varios de los cursos realizados en el CONICET, aunque advierte que la cursada fue irregular, “no era sólida”. Esto último lo visualiza como una gran dificultad en el estudio de posgrado.

Sí, hubo obstáculos. Estaba caracterizado por la irregularidad, tanto lo académico como la organización misma de la carrera. Y por supuesto que lo personal, laboral, también obstaculiza.

Dificultades de orden curricular. Un primer obstáculo lo relaciona con las exigencias de la disciplina, detallista y con mucha lectura en inglés. El grabado y desgrabado “también dificulta la tarea”.

Dificultades de orden personal. No se advierte como gran dificultad. Se visualiza que las condiciones laborales eran favorecedoras para la realización del trabajo de tesis. El hecho de poseer un cargo con dedicación exclusiva y tener equipo de cátedra le facilitaba tiempos para su estudio.

trabajaba de día y a la noche me dedicaba a la tesis… no pedí licencia. El tener una exclusiva permite desligar trabajo en tu equipo de cátedra. Eso ayudó mucho.

Reconoce como factor facilitador en el trabajo de tesis la relación con su director, aunque observa que una experiencia anterior con otro director no fue favorecedora por la dedicación total que este último exigía.

Empecé con una directora muy buena, pero exigía dedicación total y era imposible, luego la cambié y por suerte tuve muy buena relación con ella. Me acompañó en la tesis de la maestría y en la del doctorado.

Recupera asimismo como factor altamente positivo las ayudas económicas recibidas de la UNSJ.

Hubo una beca del Rectorado. Y en ese momento había ayudas económicas para viajar al exterior, entonces te encontrabas con tu directora por ejemplo en México, eso fue de gran ayuda también.

La entrevistada valora positivamente el trabajo de tesis en dos aspectos. Por un lado, el aprendizaje de la metodología específica que la tarea requiere y por otro, el impacto de esta en sus prácticas profesionales, ya que…

da mucha más seguridad, mayor reconocimiento por parte de los pares, de los colegas, de los alumnos. En investigación cambiaron totalmente mis prácticas, son mucho más fructíferas. Aprendí mucho de la metodología específica. Dirijo equipos de investigación en el Departamento de Letras.

Algunas conclusiones

La problemática de la culminación de las carreras de posgrado es una constante en varias universidades de nuestro país. La FFHA-UNSJ comparte este panorama en sus carreras de maestría. La carrera de Maestría en Historia presenta en un periodo de dieciocho años tan solo veintiocho egresos y la Maestría en Lingüística, en el mismo periodo, presenta catorce egresados. Una tasa de egreso baja y comparativamente similar a las de otras universidades nacionales.

Este fenómeno se complejiza al advertir el tiempo que tardan los estudiantes de posgrado en culminar sus carreras. En el estudio realizado ningún estudiante culminó la maestría en el tiempo previsto por su formulación teórica (cinco semestres académicos, equivalentes a dos años y medio).

En la Maestría en Historia, un 42 % de los egresados emplearon entre seis y nueve años en terminar la carrera. Resulta altamente notable que un 15 % de los egresados emplearon más de diecisiete años en finalizar sus estudios. El extremo más alto lo registra un egresado que empleó veinte años en terminar. En la Maestría en Lingüística, el 71 % empleó entre seis y nueve años para finalizar la carrera y un 14 % lo hizo en entre catorce y diecisiete años.

Al triangular con información cualitativa, observamos que los egresados manifiestan haber cursado y cumplido con las obligaciones académicas (cursos y seminarios) de acuerdo a los tiempos teóricos establecidos, sin embargo, resulta coyuntural la etapa de realización de la tesis, la cual aparece como la responsable de la dilación de los tiempos.

La realización de una tesis, ya sea de grado o de posgrado, constituye una instancia primordial para el alumno, no tanto porque es el requisito final para cumplimentar su formación académica, sino porque implica una tarea de investigación en la cual se deben poner en juego saberes y competencias de diversa índole, integrados y puestos en acción para generar nuevo conocimiento o resolver cuestiones de orden práctico; podríamos encuadrar la elaboración de tesis dentro de los aprendizajes de prácticas y procedimientos complejos (Carlino, 2005).

Esta tarea y sus condiciones facilitadoras u obstaculizadoras se vinculan con aspectos pertenecientes a la dimensión individual como así también a la institucional.

En el entramado que se teje entre ambas dimensiones aparecen las responsabilidades familiares y la gran carga laboral, la escasez o nulas becas o ayudas económicas, la imposibilidad de tomar licencias con goce de sueldo como las dificultades más recurrentes para culminar la tesis y a la vez yuxtapuestas con “usos y costumbres” que alejan o anulan las regulaciones de las normativas, la burocracia de los mecanismos para acreditar los cursos y en algunos casos la ausencia de ejes estructurantes que fortalezcan el sentido pedagógico de la formación de posgrado.

Sin embargo, resulta notable como indicador de persistencia1 (Bartolini, 2017, p. 13) el hecho de construir sentidos y relaciones entre las producciones parciales de la tesis, la capacidad para establecer una dinámica de trabajo con el director de tesis, la habilidad para desarrollar e implementar modos de validación a medida que se produce y desarrollar la reflexión y mirada autocrítica.

Creemos que el diseño de políticas de carácter institucional que tiendan a ajustar las demandas de los estudiantes de posgrados, junto con los recursos institucionales, puede contribuir a que el proceso de elaborar una tesis culmine en tiempos favorecedores tanto para los estudiantes como para la vida académica. Superar cierta orfandad en la que los tesistas quedan a la “deriva” para emprender una tarea que requiere un tiempo adecuado de aprendizaje debería ser una responsabilidad institucional.

Las instituciones parecen haber naturalizado las dificultades y adversidades en las cuales se transitan los cursados y culminaciones de tesis, trayectos en los cuales están ausentes estrategias pedagógicas y de acompañamiento que mitiguen esa orfandad. El acompañamiento depende exclusivamente del director de tesis, quien puede soslayar los aspectos didácticos y pedagógicos de la construcción de una tesis, aspectos estos que podrían asegurarse mediante dispositivos institucionales que conciban a las tesis como una instancia pedagógica.

Una alternativa a fin de concebir a la tesis como instancia pedagógica sería la de vincular a los tesistas con los diferentes proyectos de investigación del área. De modo tal que los/las tesistas trabajen en el contexto de los equipos de investigación, superando una instancia burocrática con acompañamientos que enriquezcan y amplíen la mirada casi exclusiva de los directores.

Como plantea P. Carlino (2005): “las dificultades suelen ser comunes cuando no se dispone de una estructura de sostén institucional adecuada a los desafíos inherentes a la producción de una tesis” (p. 7). Esto, sin dudas, se convierte en un gran desafío institucional, que seguramente impactará en los tiempos establecidos y “esperados” y en percepciones más positivas por parte de los tesistas.

REFERENCIAS

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Nota Editor: La editora Beatriz Diconca aprobó el artículo

1A. Bartolini (2017) recupera el concepto de persistencia de Vincent Tinto (1993) para dar cuenta de las decisiones, los ajustes, las estrategias y las prácticas realizados por los estudiantes de posgrados encaminadas a persistir en los procesos formativos, aunque en algunos casos no logren finalizarlos.

2Contribución de autoría: . Diseño e implementación del estudio, 2. Recolección de información, 3. Análisis de información, 4. Redacción del artículo. Silvana Alicia Peralta: 1, 3, 4. Silvina Carelli: 1, 2, 4. Marcia Miguel: 2, 3. Alicia Millani: 2, 3. Patricia Zuliani: 2, 3. María Inés Díaz: 2, 3.

Recibido: 03 de Agosto de 2020; Aprobado: 20 de Noviembre de 2020

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