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Lingüística

versão On-line ISSN 2079-312X

Lingüística vol.38 no.1 Montevideo jun. 2022  Epub 01-Jun-2022

https://doi.org/10.5935/2079-312x.20220009 

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Reseña

1Universidad de la República, Uruguay. pam.ungerfeld@gmail.com

LÓPEZ SERENA, ARACELI. 2019. La lingüística como ciencia humana. Madrid: Arco/Libros, 315p. ISBN: 978-84-7635-989-1.


«La lingüística como ciencia humana» es una obra de Araceli López Serena, autora con una amplia trayectoria en el ámbito de la lingüística, publicada en 2019. Se trata del producto de un conjunto de estudios epistemológicos publicados por la autora entre 2008 y 2019; estos tratan principalmente sobre la filosofía de la lingüística, que, como la misma autora establece en la Introducción, se trata de un campo escasamente tratado. Los trabajos originales están, en la mayor parte de los casos, adaptados para su publicación en el libro. El libro se divide en dos grandes partes: la primera, compuesta de tres capítulos, está dedicada a Eugenio Coseriu y Esa Itkonen. En la segunda parte, que contiene cinco capítulos, la autora se propone aplicar las ideas de estos dos lingüistas a debates abiertos en la lingüística actual.

El capítulo 1, «La filosofía de la lingüística como filosofía de la ciencia hermenéutica», es el primer capítulo de la primera parte del libro, en la que la autora se propone reivindicar el trabajo de Eugenio Coseriu y Esa Itkonen. En este capítulo, López Serena define la filosofía de la lingüística y se ocupa de trazar las diferencias entre materia de estudio, ciencia y filosofía de la ciencia, además de hacer énfasis en la diferencia de esta última con la filosofía del lenguaje. La autora plantea como primera dicotomía la existente entre un monismo metodológico y un enfoque hermenéutico, es decir, entre una consideración unificada de todas las ciencias y una diferenciada de las ciencias humanas frente a las ciencias naturales. López Serena plantea la necesidad de desarrollar una metodología propia para las ciencias humanas, dado que su objeto de estudio es esencialmente diferente al de las ciencias naturales. Aquí, y a lo largo de todo el libro, la autora realiza duras críticas a Bloomfield y a la gramática generativo-transformacional (GGT). La principal crítica en este capítulo es que la GGT insiste en tratar la lingüística como una ciencia natural, desde una epistemología positivista, ignorando la especificidad del lenguaje como objeto de estudio.

Sin embargo, sus métodos no son empíricos sino que se basan en la «introspección», que López Serena reemplaza por la «intuición», a pesar de no estar totalmente de acuerdo con ninguna de estas nociones para el estudio del lenguaje. La autora ilustra su postura con citas de Itkonen y de Coseriu, y el capítulo hace las veces de introducción a la temática que atraviesa el libro en su conjunto.

La exposición de las ideas de Coseriu e Itkonen cobra más protagonismo en el capítulo 2, «Eugenio Coseriu y Esa Itkonen frente a frente. Lecciones de filosofía de la lingüística». Aquí la autora se propone contraponer a Eugenio Coseriu y Esa Itkonen, exponiendo las ideas y propuestas de ambos respecto a la concepción epistemológica -y ontológica- de la lingüística y su objeto de estudio, el lenguaje. En este capítulo retoma las mismas críticas al generativismo y a la doctrina de Bloomfield que en el anterior, unificando ambas escuelas debido al monismo metodológico de su abordaje. Justifica y ejemplifica estas críticas, precisamente, con ideas y pensamientos de Coseriu y de Itkonen, que son suficientemente similares en este aspecto. Además, la autora expone otros puntos de acuerdo entre ambos lingüistas, como la imposibilidad de predicción de las ciencias humanas y la explicación de por qué estas son finalistas y no causalistas. En cuanto a la contraposición o «enfrentamiento» que propone el título, hay escasos puntos de desacuerdo en las ideas que presenta la autora para ambos lingüistas; se ocupa, más bien, de buscar puntos de encuentro.

La primera parte del libro termina con el capítulo 3, «La interrelación entre lingüística y filosofía en el pensamiento de Eugenio Coseriu». En este capítulo la autora se propone tres objetivos: el primero es comprobar si la fijación por la distinción entre disciplinas -por ejemplo, la distinción entre filosofía del lenguaje, filosofía lingüística y filosofía de la lingüística, que traza también López Serena en este capítulo- que mostraba Coseriu está tan presente en sus escritos filosófico-lingüísticos como en los puramente lingüísticos. El segundo objetivo es descubrir en qué medida esta fijación surge de su contacto con la filosofía. El tercer objetivo del capítulo es descubrir qué aspectos del pensamiento lingüístico de Coseriu tenían un origen filosófico. A partir de numerosas citas del autor y reflexiones y comentarios sobre estas, la autora cumple los tres objetivos y concluye que, en efecto, la fijación de Coseriu por la distinción en sus trabajos lingüísticos tiene su origen en su naturaleza epistemológica.

A partir del capítulo 4 comienza la segunda parte del libro, en la cual la autora expone debates que se encuentran abiertos en la lingüística actual y los contrapone a las ideas filosófico-científicas de los dos lingüistas a quienes está dedicado el libro. En el capítulo 4, «La tensión entre teoría y norma en la Nueva Gramática de la Lengua Española. Una falsa disyuntiva epistemológica», la autora aborda la tensión entre la teoría y la norma en los tratados gramaticales, y presenta el concepto de norma coseriano. Plantea que la dicotomía entre descripción y prescripción no es tal, ya que en la descripción es imposible desprenderse de nociones normativas y prescriptivas; a este respecto, la autora realiza una minuciosa descripción y comparación del término norma tanto según las gramáticas de la Real Academia Española como en la obra de Coseriu, además de comparar otros conceptos como el de corrección y gramaticalidad. Tanto en este capítulo como en todo el libro, los cuadros y figuras que presenta la autora para estas comparaciones son de gran utilidad a la hora de revisar los conceptos principales de la obra.

En el capítulo 5, «Empiricidad y análisis del discurso. El estatus epistemológico de la lingüística de la (des)cortesía y de los sistemas de unidades de análisis del discurso», la autora se cuestiona la empiricidad tanto del estudio de la que llama (des)cortesía como de las unidades de análisis del discurso. López Serena defiende la cientificidad y el avance de la investigación en pragmática, en particular de la investigación basada en el uso de corpus, frente a otros autores que la critican. Sin embargo, la autora vuelve, en este capítulo, a la cuestión de si las ciencias humanas deben atenerse a los mismos criterios que las ciencias naturales; en este caso, cuestiona los estándares de empiricidad y cientificidad. Defiende que los estudios de corpus en la lingüística de la (des)cortesía son, en el ámbito de las ciencias humanas, empíricos. En cuanto a las unidades de análisis del discurso, la autora concluye que los sistemas de unidades deben ser científicamente fructíferos y, en el caso de las ciencias humanas y en particular de la lingüística, permitir observar regularidades en la lengua.

Los últimos tres capítulos están dedicados al fenómeno de la gramaticalización, empezando por el capítulo 6, «De la selección natural a la explicación racional en la aprehensión epistemológica del cambio lingüístico». En este capítulo López Serena señala las fallas de la teoría de la gramaticalización: en primer lugar, se suele restringir esta perspectiva a explicar únicamente la innovación; en segundo lugar, vuelve al problema principal del libro, que es el afán por igualar los métodos de las ciencias humanas a los de las ciencias naturales. En las páginas de este capítulo, se ocupa de exponer estos dos problemas y critica a quienes adoptan una postura darwinista para el estudio del campo lingüístico, además de presentar y analizar la naturaleza ontológica del estudio de la gramaticalización a partir de diferentes investigaciones.

En el capítulo 7, «La conformación diacrónica de marcadores del discurso: Teoría de la gramaticalización y explicación racional», la autora explica que una explicación racional es aquella basada en el conocimiento de agente y en los principios de la filosofía de la ciencia hermenéutica. Nuevamente se centra en el fenómeno de la gramaticalización y en la crítica a quienes toman la metodología de las ciencias naturales. Defiende, por el otro lado, la explicación racional para este fenómeno, remarcando la necesidad de entender a los hablantes como agentes de cambio.

El último capítulo del libro es el capítulo 8, «Conocimiento de agente, teoría y datos en historia de la lengua. Las hipótesis sobre la gramaticalización del por cierto epistémico en español a la luz de la Filosofía de la lingüística». En este capítulo la autora presenta las hipótesis sobre la gramaticalización del por cierto epistémico a la luz de la filosofía de la lingüística, y lo corona como marcador de valor epistémico, sinónimo de ciertamente. Compara, además, dos métodos de abordar la gramaticalización de por cierto: por un lado, un estudio que se basa exclusivamente en los datos obtenidos de un corpus; como no es posible establecer analogías con otros elementos a partir de estos datos, la explicación deriva en un alejamiento teórico de la teoría de la gramaticalización.

A modo de resumen, la obra constituye una defensa del enfoque hermenéutico en el estudio de las ciencias humanas, y en particular de la lingüística. Si bien la primera parte del libro se plantea como dedicada específicamente al estudio de la filosofía de la lingüística como una filosofía de la ciencia hermenéutica, esta postura atraviesa la totalidad del libro.

La primera parte del libro es una defensa de corte reflexivo y teórico; en la segunda parte, la postura se ve reflejada en su aplicación a discusiones concretas y actuales. López Serena aboga por una metodología y epistemología propia, y critica duramente a quienes pretenden igualar los métodos de las ciencias humanas a aquellos propios de las ciencias naturales.

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