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Lingüística

On-line version ISSN 2079-312X

Lingüística vol.36 no.1 Montevideo  2020  Epub June 01, 2020

https://doi.org/10.5935/2079-312x.20200006 

Artículos

MOTIVACIONES DISCURSIVAS PARA LA POSICIÓN DEL SUJETO INTRANSITIVO EN MOCOVÍ Y TOBA (GUAYCURÚES, ARGENTINA)

DISCOURSE MOTIVATIONS FOR INTRANSITIVE SUBJECT POSITION IN MOCOVI AND TOBA (GUAYKURUAN, ARGENTINA)1

1Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Universidad Nacional de General Sarmiento. mcalifa@ungs.edu.ar

2Universidad Autónoma de Querétaro. valeria.belloro@uaq.edu.mx


Resumen:

El objetivo de este trabajo es examinar la posición del sujeto intransitivo en mocoví y toba (guaycurúes, Argentina) desde la perspectiva de la interfaz sintaxis-semántica-pragmática. Para ello se analiza un corpus de textos de ambas lenguas considerando la animacidad, estatuto informativo y accesibilidad cognitiva de los referentes codificados como sujetos. Los resultados indican que en las dos lenguas la posición preverbal manifiesta una restricción por los referentes animados, dados y de alta accesibilidad, y en contra de los inanimados, nuevos y de baja accesibilidad, lo que sumado a su baja frecuencia textual sugiere que es el orden de palabras marcado.

La posición posverbal, en contraste, no exhibe esas restricciones, lo que junto con su mayor frecuencia sugiere un carácter no marcado. La inspección más detenida, por último, revela que las dos lenguas poseen idiosincrasias, con la motivación semántica como más influyente en mocoví y la pragmática como dominante en toba.

Palabras clave: orden de palabras; semántica; pragmática; mocoví; toba

Abstract:

The aim of this paper is to examine the position of intransitive subjects in Mocovi and Toba (Guaykuruan, Argentina) from the perspective of the syntax-semantics-pragmatics interface. To that end a text corpus from both languages is analyzed looking at the animacy, informational status, and cognitive accessibility of the referents coded as subject. The general results show that in both languages the preverbal position features a restriction favoring animate, given, and high accessibility referents, and disfavoring inanimate, new, and low accessibility ones, which coupled with its low textual frequency suggests this is the marked word order.

The postverbal position, in contrast, does not show those restrictions, which along with its greater frequency suggests this is the unmarked order. Lastly, closer inspection reveals that both languages exhibit idiosyncrasies, with the semantic motivation as more influential in Mocovi, and the pragmatic motivation with a dominant role in Toba.

Keywords: word order; Semantics; Pragmatics; Mocovi; Toba

1. Introducción

Las lenguas mocoví y toba, pese a poseer un orden relativamente libre, exhiben una pauta predominantemente AVO para las oraciones transitivas (1) y VS para las intransitivas (2).

En las descripciones de ambas lenguas, además, se constata la ocurrencia marginal (es decir, poco frecuente) de un orden SV (3) (Gualdieri 1998 y Grondona 1998 para el mocoví; Messineo 2003 y Carpio 2007 para el toba). Aparte de la diferencia de frecuencias, no se ofrecen mayores explicaciones para este patrón de variación.

1: Oraciones transitivas 

2: Oraciones intransitivas con orden VS 

3: Oracionesintransitivas con orden SV 

En el estudio de la variación de orden de palabras se ha asumido tradicionalmente que es posible identificar un orden básico no marcado, con las otras variantes atestiguadas como marcadas (aunque véase Brody 1984 y Mithun 1992 para problemas sobre esto). La baja frecuencia textual es de hecho uno de los criterios típicamente indicativos de la naturaleza marcada de una construcción (Greenberg 1966), que, como se dijo arriba, se ha apuntado sobre el orden SV del mocoví y toba. En este sentido, este orden aparece como “marcado”. Sin embargo, es sabido que, además de la baja frecuencia, en el estatuto marcado de una construcción también pueden intervenir restricciones de diverso tipo, como por ejemplo de índole semántica, pragmática y cognitiva (Payne 1992).

El propósito de este trabajo, entonces, es proponer una caracterización inicial de las motivaciones que subyacen a la posición del sujeto en cláusulas intransitivas en ambas lenguas, desde la perspectiva de la interfaz sintaxis-semántica-pragmática. Para ello, se analiza un corpus de datos naturales atendiendo a las restricciones semánticas y pragmáticas que se imponen sobre los referentes codificados como sujeto, con el fin de elucidar qué motivaciones pueden postularse para la variación de orden. La hipótesis de base del estudio es que la animacidad, el estatuto informativo y la accesibilidad cognitiva juegan un rol central en esto.

El resto del artículo se organiza como sigue. En la sección 2 se proporciona un breve perfil descriptivo del mocoví y el toba. En la sección 3 se abordan los aspectos metodológicos y analíticos del estudio. Aquí se brinda información sobre la composición del corpus por analizar, se delinea la unidad sintáctica de análisis y se introducen y explican las categorías de análisis, explicitando en cada caso las decisiones de codificación adoptadas. En la sección 4 se presentan y sistematizan los resultados de cada una de las categorías de análisis.

En la sección 5 se integran los resultados en una discusión general enfocada en caracterizar el orden SV en ambas lenguas. En la sección 6, por último, se precisan las conclusiones.

2. Las lenguas mocoví y toba

Las lenguas mocoví y toba pertenecen a la familia guaycurú junto con el pilagá, el caduveo y las ya extintas abipón y mbayá. El mocoví se habla en el norte de la provincia de Santa Fe y sur de la del Chaco en la Argentina (Carrió 2009). El toba se habla en las provincias del Chaco, Formosa y Salta, en el sudeste de Bolivia y cerca de la localidad de El Cerrito, Paraguay (Messineo 2003). Según los datos de la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas 2004-5, se estima que unas 13.946 y 60.267 personas poseen algún tipo de competencia en mocoví y toba, respectivamente (Censabella 2009); de acuerdo al Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas Argentina del 2010, los números de personas que se autodefinen como mocovíes y tobas alcanzan los 22.439 y 126.967 respectivamente.

Las dos son lenguas de marcación en el núcleo, con tendencia a la polisíntesis (Gualdieri 1998; Messineo 2003)2. En el verbo se sufijan el aspecto y direccionales/locativos, así como también se indexan los participantes S y A y, bajo ciertas condiciones, el participante O. Respecto de esto, ambas lenguas se caracterizan por exhibir una escisión en los índices pronominales correspondientes a S que ha sido generalmente interpretada como la manifestación de un sistema activo-inactivo. Los nombres, por su parte, muestran una marcación de número tripartita, distinguiendo singular, paucal y plural. Estos siguen, además, un patrón de marcación de posesivos organizado en términos de (in)alienabilidad; los posesivos manifiestan un notable isomorfismo con los índices pronominales del verbo. En la frase nominal el núcleo suele estar precedido por un grupo de morfemas libres llamados, según las distintas autoras, demostrativos (Carpio 2007), clasificadores (Gualdieri 1998; Grondona 1998), raíces deícticas (Messineo 2003) o determinantes (Carrió 2009); en aras de una mayor consistencia expositiva, aquí adoptamos la última denominación. Estos determinantes forman un paradigma de seis miembros que indican información de tipo deíctica (acercándose, alejándose, no visible) y configuracional (extendido vertical, extendido horizontal, no extendido tridimensional)3.

3. Aspectos metodológicos y analíticos

3.1. El corpus

Tabla 1: Características generales del corpus 

La Tabla 1 resume las características principales del corpus utilizado para el análisis. El corpus mocoví está compuesto en su totalidad por textos narrativos, entre los que se hallan relatos míticos, chistes y cuentos. El corpus toba es significativamente más grande y genéricamente más diverso que el del mocoví. Las narrativas incluyen relatos míticos, anécdotas personales, una historia de vida y un recuento de “la historia de la pera” (Chafe 1980). Asimismo, hay algunos textos breves donde se enuncian consejos. El total de cláusulas indica la cantidad de cláusulas independientemente de su transitividad, con el fin de dar una idea del tamaño del corpus. En ambos casos se extrajeron textos de fuentes diferentes, incrementando la validez y representatividad del conjunto total. Pese a las diferencias, se verá que ambos corpus ofrecen datos consistentes según las categorías de análisis presentadas en la sección 4.

3.2. Unidad sintáctica de análisis

Como se expuso en la sección 1, las cláusulas intransitivas (es decir, que toman solo un argumento con función de sujeto sintáctico) en las que se ha advertido variación de orden de constituyentes constan de un sujeto realizado por una frase nominal y un predicado verbal. En efecto, esas son las características del grueso de los ejemplos de nuestro corpus. Sin embargo, este perfil morfosintáctico no describe todas las intransitivas que aparecen en los textos consultados. Por un lado, el predicado puede ser no verbal, algo frecuente para la expresión de los llamados conceptos de propiedad o conceptos adjetivales en ambas lenguas (Vidal y Klein 2002). Por el otro, el sujeto puede ser, además de una FN, un pronombre libre o un constituyente de naturaleza clausal. En términos metodológicos, entonces, se impone decidir cuáles de estos tipos de intransitivas deberían incluirse en el análisis.

Respecto del tipo de predicado, se consideraron todos los tipos de cláusulas intransitivas: con predicado verbal (2, 3), con predicado existencial (4) y con predicado no verbal (5).

4: Toba 

5: Mocoví 

Distinto es el caso de las cláusulas ecuativas del tipo en (6). Estas cláusulas se caracterizan por la yuxtaposición de dos constituyentes referenciales, ninguno de los cuales predica nada del otro, sino que sencillamente se asevera su identidad (Mikkelsen 2011: 1807). Cristina Messineo y Paola Cúneo (comunicación personal) observan que el primer constituyente podría asimilarse a un predicado nominal, lo que llevaría a asignarles el orden VS. El problema para nuestro análisis, sin embargo, es que eso supondría fijar de manera no inequívoca la variable cuyo comportamiento precisamente buscamos caracterizar. En consecuencia, juzgamos más prudente excluir estos casos del corpus de análisis4.

6: Toba 

Respecto del tipo de sujeto, se incluyen en el corpus todos los tipos de sujetos morfológicamente independientes del verbo, tanto frases nominales (2, 3, 4, 5), como cláusulas (7), pronombres personales (8) y pronombres demostrativos5 (9). El fundamento de tal decisión es que, dado que la forma de codificación morfosintáctica de un referente típicamente se correlaciona con su accesibilidad cognitiva (Ariel 1990), y que esta es una de las variables pragmáticas a analizar (ver abajo), los patrones de distribución de los diferentes tipos de sujeto respecto del verbo pueden arrojar luz sobre las motivaciones para la variación de orden aquí examinada.

7: Mocoví 

8: Toba 

9: Toba 

Una vez conformado el corpus de este modo, las cláusulas fueron diferenciadas según su orden de constituyentes y codificadas según las categorías de análisis que presentamos a continuación.

3.3. Categorías de análisis semánticas y pragmáticas

Para el análisis semántico de los sujetos adoptamos el rasgo de animacidad. La razón principal para esta elección es la vinculación que frecuentemente se ha señalado entre referentes animados y “topicalidad inherente” (Givón 1976; Li y Thompson 1976), que podría caracterizar a los sujetos preverbales. Como se verá adelante, este rasgo da cuenta efectiva de gran parte de la variación, aunque subsisten excepciones que justifican el análisis complementario en términos de variables pragmáticas.

Para el análisis pragmático, escogimos las nociones de dado vs. nuevo en el discurso (discourse-old vs. discourse-new) de Prince (1992). A diferencia de otras conceptualizaciones sobre el estatuto informativo de los referentes, esta refleja exclusivamente su mención en el discurso, sin considerar las representaciones que puedan conjeturarse en el oyente debido a su familiaridad personal o cultural con la entidad, tal como distinguen las nociones también propuestas por Prince de dado vs. nuevo para el oyente (hearer-old vs. hearer-new).

Es importante subrayar que lo que se analiza mediante el parámetro de dado vs. nuevo es el estatuto pragmático del referente en el discurso y no la expresión referencial bajo la que se manifiesta. Esto significa que puede haber dos expresiones referenciales distintas que remitan al mismo referente, en cuyo caso la primera sirve como antecedente de la segunda. Considérese el siguiente ejemplo. El pasaje en (10) está tomado del comienzo de un relato humorístico que toma lugar en un baile. En (10.a) se introduce el referente ‘bailarines’ a través de la construcción posesiva rasotaɢairipi ‘de los bailarines’. Inmediatamente a continuación, en (10.b), se dice que los que van a participar del baile empiezan a llegar, aludiendo al mismo referente mediante la expresión na qom ‘la gente’. Es decir, en el segundo caso se utiliza una descripción nueva del referente ya mencionado. En la medida en que lo que se rastrea es el estatuto informativo de los referentes (y no de las descripciones que lo denotan), el sujeto de (10.b) es dado.

10: Mocoví 

De modo inverso, también puede ocurrir que una misma expresión referencial remita a distintos referentes en diferentes secciones del texto. Por ejemplo, en (11.a) se introduce un referente mediante la expresión som kasique ‘el cacique’ en una historia de vida. Mucho más adelante, se introduce otro referente con la misma expresión, como se ve en (11.b). Dado que no hay identidad referencial entre ambas menciones, las dos fueron codificadas como nuevas.

11: Toba 

Por último, puede suceder que aparezca un referente en el discurso estrechamente ligado a otro en términos de expectativas de asociación. Prince llama a estos inferibles, que define como:

…(); technically Hearer-new (and, therefore, Discourse-new) but, unlike Hearer-new entities, their existence is assumed to be inferrable by the hearer on the basis of some trigger entity, itself Discourse-old, in combination with some belief the hearer is assumed to have which says that entities like the trigger have associated with them entities like the Inferrable. (Prince 1992: 307)

Bajo esta categoría entran casos como los de (12), donde aparece una parte del cuerpo de un personaje previamente introducido en el discurso.

12: Toba 

Prince admite que no es sencillo decidir qué descripción asignarle a este tipo de menciones. En efecto, los casos de esta naturaleza evidencian las limitaciones de las caracterizaciones dicotómicas sobre el estatuto informativo de los referentes. En este trabajo resolvimos codificar estos referentes como nuevos debido a que, en rigor, su aparición no tiene antecedentes en el discurso.

No obstante, los inferibles no son los únicos referentes que, si bien nuevos en el discurso, pueden evocar algún tipo de familiaridad o expectativa informativa. Por ejemplo, en la historia de vida a la que se aludió arriba, el hablante comienza narrando lo arduo de la cotidianidad de su familia y comunidad, haciendo hincapié en las numerosas carencias y sacrificios que debían atravesar. En un momento, cuenta cómo un tío lo incentiva a ir a la escuela señalándole que ‘tu pobreza hay’, como se ve en (13).

13: Toba 

En sentido estricto, al ser la primera mención, el referente de ɾa Ɂaɾaʧaʁoʒek ‘tu pobreza’ resulta nuevo en el discurso. Sin embargo, sería extraño no reparar en que, dado el tema general de su contexto de aparición, es en alguna medida “esperable” para el oyente. Nótese que, a diferencia de los inferibles, aquí no tiene que haber necesariamente una “entidad disparadora” (trigger entity) en otro referente efectivamente mencionado, sino que puede ser el marco informativo textual y contextual el que dé lugar a expectativas de esta índole.

A menudo apareen en el contexto otras pistas lingüísticas que indican que referentes que son en sentido estricto nuevos en el contexto se consideran, sin embargo, familiares (y por tanto cognitivamente accesibles) para el interlocutor. Un ejemplo interesante de este fenómeno se presenta en (14):

14: 

Este ejemplo es parte un texto en el que el narrador cuenta cómo se perdió una vez en el monte. A medida que pasan las horas, se hace de noche y, en medio de la oscuridad, comienzan a escucharse ruidos extraños. Lo que hace ruido, dice el narrador, parece una víbora llorando. Si bien se trata de la primera mención de una víbora en el texto, esta (codificada como sujeto preverbal en la subordinada) remite a un referente familiar. En primer lugar, porque las víboras son un exponente típico de la fauna chaqueña, y en el contexto de un paseo por el monte, en la oscuridad y con amenazas inminentes, su aparición es previsible. Pero, además, como observa agudamente Cúneo (comunicación personal) porque en el contexto sintáctico aparece una constelación de marcadores que reflejan la accesibilidad que se asume de este participante: tanto el demostrativo anaɁana que le sirve de antecedente e indica su accesibilidad situacional, como el evidencial egoɁ y el verbo reportativo qoyiitega, formas que son utilizadas para transmitir conocimiento compartido culturalmente (del que el hablante no es testigo directo).

Es por este tipo de fenómenos que el análisis en términos estrictos de la presencia o ausencia de un antecedente correferencial es complementado con una visión que incorpora fuentes extra-textuales de familiaridad o accesibilidad cognitiva. Con base en propuestas como las de Chafe (1987) y Gundel et al. (1993), en Belloro (2012) se proponen los niveles de accesibilidad cognitiva que se presentan en la Figura 1.

Figura 1: Niveles de accesibilidad cognitiva (Belloro 2012)  

Debe advertirse que la relación entre los estatutos informativos de Prince y los niveles de accesibilidad es solo parcialmente congruente. Un referente activo puede ser dado en el discurso, aunque no necesariamente; piénsese en una entidad que el hablante le señala al oyente antes de decir algo sobre ella por primera vez: está activa para ambos, pero es nueva en el discurso. Un referente inactivo, por su parte, puede ser nuevo en el discurso, pero no por necesidad: pudo haber sido efectivamente mencionado antes, pero, como resultado de la aparición posterior de otros referentes, su prominencia cognitiva pudo haber decaído a punto tal de haberse retirado de la atención del interlocutor. Solo los nuevos de la accesibilidad siempre se corresponden con los nuevos en el discurso, aunque la relación opuesta no se obtiene. Más pertinentes para la discusión de los ejemplos de arriba son los accesibles, definidos como los referentes que se conjeturan en la periferia atencional del interlocutor. Los inferibles de Prince son un subconjunto de estos, pero también lo integran ejemplos como el de ‘tu pobreza’ en (13) o ‘víbora’ en (14), o el caso de referentes mencionados en el contexto previo no inmediato, que se han desactivado relativamente pero aún permanecen en la atención periférica del interlocutor.

La desventaja de los niveles de accesibilidad desde el punto de vista analítico reside en que a menudo el carácter de “accesible” depende de la familiaridad que se tenga con las convenciones culturales de los interlocutores o con las circunstancias concretas de enunciación de un texto. Puede ocurrir que el personaje de una narrativa forme parte del universo temático de otro y que el hablante dé esto por sentado. Por ejemplo, en un relato donde se menciona a “Caperucita Roja” es esperable que en el algún punto aparezca “El Lobo”, plausiblemente accesible. Para el analista no involucrado en profundidad con el mundo cultural del hablante, o que no participó del registro del texto, esto es algo difícil de recuperar.

Sin embargo, como ilustra el ejemplo de (14), a menudo aparecen otros marcadores que evidencian la accesibilidad que se asume de ese referente.

Decidimos adoptar como categorías de análisis tanto el estatuto informativo en términos de dado vs. nuevo en el discurso como los niveles de accesibilidad cognitiva. La virtud de esto es que, pese a los potenciales problemas de ambas categorías, su contribución conjunta fortalece y refina las conclusiones a las que se pueda arribar. Como se verá, los dos ángulos de análisis habilitan resultados notoriamente convergentes.

4. Resultados y análisis

4.1. La distribución de órdenes en intransitivas

Tabla 2: Distribución de intransitivas 

La Tabla 2 ilustra la distribución para los órdenes VS y SV que arroja el análisis del corpus en ambas lenguas. Debe recordarse que las cláusulas aquí contabilizadas son las que responden a los criterios explicitados en la subsección 2.2. Nótese que los resultados corroboran lo observado en las descripciones de las dos lenguas acerca de la menor frecuencia del segundo orden (26,3% y 33,4% respectivamente), con una diferencia ligeramente más pronunciada en el caso del toba.

4.2. El rasgo animado

Tabla 3: Distribución del rasgo animado 

La Tabla 3 muestra la distribución para el rasgo animado según los dos órdenes. Para el corpus mocoví, los resultados indican que mientras que el rasgo animado virtualmente se neutraliza en el orden VS, en la posición preverbal solamente aparecen sujetos animados. De un modo menos pronunciado, esa tendencia se repite en el corpus toba (80%). Preliminarmente, entonces, podemos decir que el orden SV exhibe una preferencia por los referentes animados en ambas lenguas.

No obstante, es sabido que los sujetos animados son mayoritarios en el discurso en general (Givón 1983), algo por lo demás confirmado por los datos del corpus (el 67,8% de los referentes para el mocoví y el 67% para el toba en ambos órdenes). Por lo tanto, la mera preferencia por este tipo de referentes no es explicativa para el orden SV. Para despejar este punto es conveniente examinar el comportamiento de los referentes inanimados. Estos no son solo minoritarios en las dos lenguas (32,2% y 33% respectivamente), sino que además tienden fuertemente a aparecer en la posición posverbal (100% de los casos para el mocoví y 79,7% para el toba) o, dicho de otro modo, tienden muy considerablemente a eludir la posición preverbal. En consecuencia, el patrón que emerge para el orden SV según el rasgo animado no es una preferencia por los referentes animados, sino una restricción a favor de los animados y en contra de los inanimados.

Como se vio, en el toba esta tendencia no se ve desprovista de excepciones. Una cantidad no despreciable de los inanimados ocupan la posición preverbal (16 de 79 instancias, un 20,3%); esto constituye un 20% del total de los referentes en orden SV. Es de interés, entonces, observar qué es lo que ocurre con estas. La inspección de la interacción de estas excepciones con las variables pragmáticas resulta reveladora. De las 16, 9 son referentes dados en el discurso y 7 son discursivamente nuevos. De estos 7, sin embargo, 6 califican como accesibles. Un ejemplo de estos accesibles es el caso de (12) arriba, en el que se establece una relación entre una mujer y su vientre, un inanimado. Otro caso es el de (15), parte de la historia de vida en la que el hablante relata su experiencia en la escuela y la insistencia de su maestro de que tuvieran buena caligrafía. En ese contexto, el referente na lɁeraqa ‘estas sus letras’ (las del maestro), aunque nuevo en el discurso, cuenta como accesible.

15: 

Entre los otros nuevos en discurso, hay un referente activo. Este es el caso de na Ɂam sademaɁ ‘esto que te aconsejo’ de (16), que surge en un texto en el que una madre le aconseja a su hija no recibir consejos de mujeres extrañas.

El referente, si bien estrictamente nuevo en el discurso, remite directamente al acto de habla en el que se enmarca, por lo que puede considerarse cognitivamente activo.

16: 

Solo uno de los 16 referentes inanimados en posición preverbal en toba es nuevo tanto en el discurso como en términos de accesibilidad cognitiva. Este, en (17), aparece en un breve texto en el que un padre aconseja a su hijo sobre cómo comportarse con los mayores y, para mostrarle el valor de escuchar sus palabras, le dice que ‘los peligros no tienen fin’.

Aquí no resulta tan claro que pueda atribuírsele un nivel de accesibilidad cognitiva al referente ‘peligros’6.

17: 

En síntesis, en ambas lenguas el orden VS muestra una relativa neutralización del rasgo de animacidad, más evidente en el mocoví. El orden SV, en contraste, exhibe una restricción por los referentes animados. En el caso del mocoví esta es total. En toba varios casos escapan al patrón, pero muchos son dados, y los que no lo son resultan accesibles o activos. Solo un caso de sujeto preverbal evade la tendencia de animacidad y es nuevo tanto en el discurso como en términos de accesibilidad cognitiva. Tal vez en este punto es relevante recordar que el corpus toba es genéricamente más diverso que el mocoví, solo compuesto de narrativas.

El paso siguiente consiste en observar la distribución de las variables pragmáticas en los dos órdenes para ver si surgen también sesgos de esta naturaleza para el orden SV. Ese es el objetivo de las siguientes subsecciones.

4.3. El rasgo de estatuto informativo dado vs. nuevo

Tabla 4: Distribución del rasgo de estatuto informativo dado vs. Nuevo 

La Tabla 4 sistematiza la distribución del rasgo de estatuto informativo dado vs. nuevo en los dos órdenes. En mocoví la oposición no da lugar a grandes contrastes en el orden VS. En el orden SV, en cambio, se observa un sesgo muy fuerte por los referentes dados (86,9%). En toba, la distinción establece un contraste considerable en el orden VS (68,1% a favor de los dados), que se pronuncia mucho más en el orden SV (87,5%).

Como sucede con la animacidad, los dados también son naturalmente mayoritarios en el discurso (Givón 1983), por lo que su predominio en la posición preverbal no puede aducirse como explicativa de esta. Cabe preguntarse, entonces, qué ocurre con los referentes nuevos. En el caso del mocoví, de los 30 referentes nuevos, solo 3 (13%) se manifiestan en orden SV.

En toba, de los 61 referentes nuevos, solo 10 (16,3%) aparecen en posición preverbal. Como resultado, el modo más atinado de formular la pauta que manifiesta el orden SV respecto del estatuto informativo no es una preferencia por los referentes dados, sino una restricción a favor de los dados y en contra de los nuevos.

Frente a este patrón, resulta de interés ver qué ocurre con las excepciones. En mocoví, los 3 referentes nuevos en orden SV son animados (recuérdese que el patrón de animacidad se cumple en todos los casos). Uno de ellos es el personaje central de la narrativa “La mujer y el pato”. Su protagonismo y el título sugieren que, pese a aparecer por primera vez en el discurso en (18), el hablante conjetura que está concebiblemente en la periferia atencional de su interlocutor, por lo que es accesible.

18: 

Los otros dos referentes que escapan al patrón de dado en posición preverbal son también nuevos en términos de accesibilidad. Esto puede parecer anómalo respecto de las tendencias que venimos revisando, pero se verá que no es necesariamente así. Dejamos la exposición de estos dos casos para la subsección 4.2 y una posible explicación para la sección 5.

En toba las excepciones son más numerosas, pero representan un porcentaje menor del total (12,5%). De los 10 casos, solo 3 son animados. Téngase presente además que en la subsección 2.2 se vio que esta lengua exhibe excepciones a la tendencia de animacidad para la posición preverbal, mientras que en el mocoví no es así. Estos dos hechos indican que el rasgo de animacidad no tiene el mismo peso que en mocoví para el orden SV. En términos de accesibilidad, 7 de los 10 referentes nuevos en el discurso son accesibles y uno activo (el ejemplo (16)). Los dos restantes son nuevos en términos cognitivos, aunque con cierta reserva de nuestra parte. Uno de ellos es el ejemplo (17), que en la nota 5 sugerimos que tal vez podría considerarse accesible. El otro referente nuevo en posición preverbal es nmanaɁ yaʁaykyolek ‘aquel ancianito del hogar’. Se trata del esposo de la Nsogoi, una mujer antropófaga que con su complicidad busca infructuosamente matar a los dos jóvenes héroes del relato. En (19) se manifiesta su primera mención.

19: 

Este es uno de los casos donde, como argumentamos hacia el final de la subsección 2.3, la accesibilidad del referente en el marco de un texto tal vez esté vinculada con el conocimiento de las convenciones culturales.

Si, en la tradición del relato de la Nsogoi, esta frecuentemente se ve acompañada por su marido, la accesibilidad de este último naturalmente es mayor que si sencillamente es un personaje que el narrador introduce de manera creativa. Admitimos que no tenemos el conocimiento para hacer tal evaluación, pero es una hipótesis que podría explicar su aparición en la posición preverbal de acuerdo a la restricción por los referentes altamente accesibles.

En resumen, en ambas lenguas el orden VS se caracteriza por admitir referentes tanto dados como nuevos, con una ligera inclinación a favor de los primeros en toba, plausiblemente atribuible a tendencias discursivas generales. El orden SV, por su lado, exhibe una restricción por los referentes animados y dados y en contra de los referentes inanimados y nuevos. En mocoví, la restricción del rasgo de animacidad es más contundente que la de estatuto informativo, puesto que da cuenta del 100% de los casos, mientras que la segunda tiene excepciones. En toba, por su parte, la restricción también se da para los dos rasgos. Se vio, no obstante, que si bien en los pocos casos donde hay sujetos inanimados estos son siempre dados, el caso opuesto no se obtiene. Esto último sugiere que en toba, al contrario que en mocoví, la variable pragmática de estatuto informativo parece ser más relevante que la semántica. Asimismo, se constató que, salvo algunos casos, los sujetos que escapan a estas restricciones en ambas lenguas suelen ser accesibles o activos. Esto suscita la pregunta de cuál es exactamente el rol de la accesibilidad cognitiva para caracterizar el orden SV. A esto nos abocamos en la subsección siguiente.

4.4. El rasgo de accesibilidad cognitiva

Tabla 5: Distribución del rasgo de accesibilidad cognitiva 

La Tabla 5 sistematiza los resultados para los niveles de accesibilidad cognitiva. En el mocoví, el orden VS tiene referentes dentro de los cuatro niveles de accesibilidad, aunque con un claro predominio en los niveles más altos, especialmente los accesibles. El orden SV, por su lado, muestra un pronunciado sesgo hacia los referentes en los niveles altos de accesibilidad (98,2%), con la mayoría como accesibles. En el toba, el orden VS también tiene referentes a lo largo de toda la escala de accesibilidad, aunque con la mayoría confinados a los dos niveles más altos.

En el orden SV este patrón se agudiza aún más, con la mayor parte de los referentes concentrados en los niveles más altos (91,2%). Nótese, además, que la relación entre accesibles y activos se invierte respecto del orden VS, con el grueso como activos (67,5% vs. 23,6%).

Del mismo modo que con el estatuto de dado, no sorprende que la mayoría de los referentes del discurso graviten en los niveles altos de accesibilidad. Los accesibles y activos del corpus mocoví son el 78% del total de las cláusulas intransitivas, mientras que en el corpus toba constituyen el 86,5%. Por esto, nuevamente, la caracterización más explicativa para el orden SV en ambas lenguas no parece ser una preferencia por este tipo de referentes, sino una restricción a favor de los referentes dentro de los niveles altos de accesibilidad (activos y accesibles) y en contra de los referentes dentro de los niveles bajos (inactivos y nuevos). En otras palabras, es esperable que la función sujeto se asocie, en términos generales, con referentes activos o accesibles. Lo que muestran los datos es que en los casos menos frecuentes en los que el sujeto denota un referente inactivo o nuevo, se evita de modo virtualmente absoluto la posición preverbal.

Si la posición preverbal en ambas lenguas presenta tal restricción, es menester dar cuenta de los casos que eluden el patrón. En el corpus mocoví, de los 19 referentes de bajo nivel de accesibilidad, solo 2 son preverbales, calificando como nuevos (un 8,8% del orden SV). Estos son los dos ejemplos a los que aludimos en la subsección 4.3 como excepciones a la tendencia de dado en el discurso.

20: 

21: 

Estas cláusulas forman parte de una narrativa llamada “El cuento del zorro y el tigre”, formada por varios episodios en los que alguno de estos dos animales se involucra en un conflicto con otros. Los referentes ka chalo qo’olipi ‘muchos pájaros’ de (20) y ka chivo ‘el chivo’ de (21) no tienen mención previa (o sea, son también nuevos en el discurso) y no hay ningún elemento previo que pueda anticipar su aparición7. Debe advertirse, sin embargo, que los dos son animados, en cumplimiento con la pauta semántica que se vio en la subsección 4.2. Aventuramos una posible explicación para estos casos en la sección 5.

En el corpus toba, de los 38 referentes inactivos y nuevos, solo 2 se manifiestan en posición preverbal (un 1,8% del orden SV). Estos son los ejemplos (17) y (19). En la subsección 4.3 argumentamos que hay razones para pensar que quizá sean accesibles, aunque se optó por codificarlos como nuevos.

La restricción a favor de los referentes de alta accesibilidad en posición preverbal en toba puede observarse con suma claridad en los siguientes ejemplos, tomados de una narrativa.

22: 

23: 

Como puede verse, en (22) y (23) los dos pares de cláusulas intransitivas alternan el orden en una sucesión de VS-SV. En ambos casos, los referentes so nyoqolqa ‘los niños’ y aso nsoʁoy ‘aquella Nsogoi’ ya tienen mención previa en el discurso, por lo que son dados en las dos posiciones. Sin embargo, lo que diferencia las segundas apariciones en posición preverbal es que están inmediatamente precedidas por menciones del mismo referente, lo que les confiere el estatuto de cognitivamente activas.

En síntesis, los resultados muestran que ambas lenguas permiten la aparición de referentes de distinto tipo accesibilidad en la el orden VS. El orden SV, en contraste, exhibe una restricción respecto del nivel de accesibilidad cognitiva de los referentes. El mejor modo de caracterizar tal restricción parece ser como el favorecimiento de los niveles de accesibilidad altos (activos y accesibles, en los que el hablante juzga que el referente ocupa el centro o periferia atencional del interlocutor) y el desfavorecimiento de los niveles de accesibilidad bajos (inactivos y nuevos, donde el hablante juzga que el referente escapa a la atención del interlocutor). Esta restricción, sin embargo, no está libre de unas escasas excepciones. En el caso del toba hay indicios para pensar que estas podrían asimilarse al patrón dominante, aunque en el mocoví parecen ubicarse definitivamente en la parte inferior de la escala de accesibilidad.

5. Discusión general

Como se mostró en las subsecciones anteriores, la posición preverbal es la que exhibe restricciones considerables sobre la animacidad, estatuto informativo y accesibilidad cognitiva de los referentes.

El propósito de esta sección es, por tanto, integrar la discusión de los resultados para evaluar cuál es la mejor caracterización del orden SV en cada una de las dos lenguas.

En mocoví se vio que los tres rasgos tienen peso, pero con algunas diferencias. La animacidad da cuenta del 100% de los casos, mientras que el estatuto de dado cubre el 86,9% y la alta accesibilidad cognitiva el 91,2%. En esta lengua, por tanto, si bien puede decirse que el orden SV está motivado por restricciones tanto semánticas como pragmáticas, las primeras parecen tener un rol más definitorio.

La intersección recurrente de los rasgos animado y dado (o una variante de este último, como la alta accesibilidad) en una posición sintáctica es fuertemente sugerente de una caracterización en términos de topicalidad (Li y Thompson 1976; Givón 1976, 1983). Esta noción no tiene un sentido único en la literatura (véase Belloro 2012 para un panorama de esto), pero siguiendo a Givón (1983) puede definirse como la continuidad (menciones previas) y persistencia (menciones posteriores) de un referente; así, la topicalidad es una propiedad variable en grados. Los referentes animados son inherentemente más topicales que los inanimados (aunque véase Ariel 2010: 161 para una relativización de esto), mientras que los tópicos continuos son necesariamente dados, de ahí que la aparición conjunta de los dos rasgos favorezca un alto grado de topicalidad.

En el caso del mocoví una caracterización de este tipo para la posición preverbal permitiría echar luz sobre las dos excepciones a la restricción de alta accesibilidad de los ejemplos (20) y (21). Como se explicó arriba, estas oraciones inauguran episodios dentro de una narrativa más larga, introduciendo los referentes que se involucrarán en conflictos con los protagonistas. Si bien nuevos, estos referentes tienen una notable persistencia, es decir, son profusamente mencionados en el discurso subsiguiente. En términos de Givón (1983: 9), son un buen ejemplo de “tópico inicial”.

No obstante, es importante recalcar que el presente estudio no está diseñado para evaluar la topicalidad de los sujetos preverbales. Por más atractiva que parezca a la luz de los resultados, esta caracterización de la posición preverbal no es una conclusión que podamos extraer aquí. Ciertamente hay fuertes indicios, pero solo una investigación específicamente centrada en el tema puede confirmar si la topicalidad es una propiedad del orden SV.

En cuanto al toba, si bien los tres rasgos evidencian restricciones importantes, la restricción de accesibilidad cognitiva es la que da cuenta de la mayor cantidad de sujetos preverbales: un 98,2% del corpus analizado (vs. un 80% de animados y un 87,5% de dados). Crucialmente, el rasgo semántico de animacidad parece incidir mucho menos que en el caso de la otra lengua, permitiendo hasta un 20% de sujetos preverbales inanimados. Así, la caracterización más sólida para el orden SV de cláusulas intransitivas en el toba parece ser una restricción pragmática por referentes de alto nivel de accesibilidad cognitiva. En otras palabras, la posición preverbal intransitiva solo admite referentes que el hablante juzga ocupan el centro o periferia atencional del interlocutor, con relativa independencia de su animacidad.

La virtud de esta explicación es que es consistente con otros hechos de la lengua advertidos independientemente. Como mencionamos arriba, sabemos que el nivel de accesibilidad de un referente se correlaciona con su codificación morfosintáctica (Ariel 1990). Así, las formas tenues (fonológicamente reducidas) como los pronombres libres y los demostrativos se asocian con niveles de accesibilidad altos. De estos, los pronombres de 1 y 2 persona remiten a la parte más alta de la escala, puesto que codifican los participantes del acto de habla, inherentemente activos. La caracterización que proponemos de la posición preverbal en toba predice no solo que las expresiones referenciales tenues en general deberían preferir tal posición, sino que debería haber una preferencia más marcada con los pronombres de 1 y 2 persona. En efecto, en el corpus analizado el 100% de los pronombres de 1 y 2 persona (28 casos en total) se manifiestan en posición preverbal.

Pese a que nuestro estudio está enfocado exclusivamente en las cláusulas intransitivas, la restricción de alta accesibilidad de los referentes preverbales parece verificarse más allá de la transitividad del predicado y el rol sintáctico del referente. Recuérdese que en la sección 1 se observó que el orden canónico de transitivas es AVO. En este sentido, Carpio señala que esto es así cuando O es una FN, pero que cuando este argumento es realizado por un pronombre de 1 y 2 persona, este ocurre obligatoriamente en posición preverbal (2007: 105); idéntica situación se obtiene con los recipientes de las ditransitivas (2007: 150). De hecho, en su estudio de la estructura focal, Cúneo observa que en el toba “parece haber una restricción respecto a los sujetos focales preverbales” (2016: 78). Los sujetos focales suelen codificar información nueva (aunque no siempre es así; véase Belloro 2012 para esto). Esto tiene como corolario que en las oraciones de foco oracional (donde todo el contenido proposicional es nuevo) en discurso libre muy frecuentemente se recurre a la construcción escindida presentacional con verbo existencial, una oración biclausal de tipo VS-VO (Cúneo 2016: 72). Nótese que el sujeto focal de la primera cláusula aparece en la posición posverbal.

Respecto de la construcción existencial con función presentacional, Cúneo (2015: 304, 305) argumenta que, aunque principalmente introduce referentes nuevos, también es posible que reintroduzca referentes accesibles. La autora también señala que el orden típico de esta construcción es VS. Nuestros resultados confirman esto, pero con algunas excepciones: 4 de las 37 existenciales tienen orden SV. En estos casos, no obstante, los referentes son invariablemente accesibles. Uno de ellos es el ejemplo (13). Otro es el de (24).

24: 

En este punto el narrador está contando su traumática experiencia en la escuela. Algunas líneas antes expresa el mismo contenido proposicional que en el ejemplo, pero con el orden VS woɁo aɾa ikolanaʁa ‘hay este mi miedo’ (Carpio 2007: 182), por lo que cuando profiere (24) el referente aɾa ikolanaʁa ‘mi miedo’ es dado en el discurso.

Esta cláusula aparece, además, cuando el narrador está relatando que el director de la escuela, que solía maltratarlo, se le acerca y él se pone a temblar. El referente, entonces, no es solo dado, sino también accesible.

En la subsección 2.2 dijimos que excluimos de nuestro corpus las oraciones ecuativas del tipo ‘su nombre + nombre propio’ como las de (6). Sin embargo, a la luz de lo considerado es posible caracterizar los constituyentes en términos pragmáticos y dar cuenta de eventuales alternancias en el orden de los mismos. En nuestros textos siempre ocurren a continuación de la mención de un referente con la función de especificar su nombre, como en (25). Allí la FN lɁenaʁat ‘su nombre’ cuenta como accesible debido al anclaje del posesivo con el referente seɁeso inspektor ‘aquel inspector’; la FN matibio obides ‘Matibio Ovídez’, en contraste, aporta información nueva8.

25: 

La única excepción al orden de estas ecuativas es el ejemplo (26).

26: 

En este punto del texto se está hablando de un lugar, General San Martín, para luego agregar en el orden usual ɾa toɣeʃek lɁenaʁat sapaʎar ‘su anterior nombre (es) Zapallar’. De un modo similar a lo observado en los ejemplos (22) y (23), acto seguido se repite la misma cláusula, pero esta vez con el orden de los constituyentes invertido: ɾa toɣeʃek lɁenaʁat sapaʎar ‘Zapallar (es) su antiguo nombre’. Nótese que en este caso el cambio de orden coincide con el cambio de estatuto pragmático de los referentes. Esto es reminiscente del estudio de Birner (1997) sobre la inversión en inglés, que muestra que lo que condiciona que un constituyente sea antepuesto no es que denote información dada en términos absolutos, sino que no sea “más nueva” que la denotada por el constituyente pospuesto. En la segunda aparición de la cláusula en (26), sapaʎar ‘Zapallar’ acaba de ser mencionado, por lo que está activo, o sea, está más alto en la escala de accesibilidad que ɾa toɣeʃek l-Ɂenaʁat ‘su antiguo nombre’.

6. Conclusiones

El propósito de este trabajo fue proponer una primera caracterización de las motivaciones que subyacen a la posición del sujeto intransitivo en el mocoví y toba desde la perspectiva de la interfaz sintaxis-semántica-pragmática. Para ello se analizó un corpus de textos según los rasgos de animacidad, estatuto informativo y accesibilidad cognitiva. Los resultados mostraron en primer lugar que el orden SV es considerablemente menos frecuente que el orden VS, algo ya señalado por las descripciones de las lenguas (Gualdieri 1998; Grondona 1998; Messineo 2003; Carpio 2007). En segundo lugar, se vio que la posición preverbal exhibe una marcada preferencia por los referentes animados, dados y altamente accesibles (activos y accesibles). Argumentamos que el mejor modo de explicar este patrón es mediante una restricción a favor de ese tipo de referentes y en contra de los inanimados, nuevos y de baja accesibilidad (inactivos y nuevos).

Como mencionamos en la sección 1, los estudios sobre la variación de orden de palabra toman la baja frecuencia textual como uno de los criterios indicativos del estatuto marcado de una construcción (Greenberg 1966), a lo que se suelen agregar restricciones de naturaleza semántica, pragmática y cognitiva (Payne 1992). Es en este sentido, entonces, que se puede caracterizar el orden SV como “marcado”, tanto en términos de las restricciones que pesan sobre su ocurrencia como de su consecuente baja aparición. Esto contrasta con lo que acontece con el orden VS: no solo es más frecuente, sino que los datos indican que está relativamente libre de ese tipo de restricciones, lo que sugiere que es el orden “no marcado”.

Aunque ambas lenguas se emplazan en la misma tendencia, encontramos una diferencia sustancial entre ellas. En mocoví la motivación semántica para el orden SV parece tener una incidencia mayor que las motivaciones pragmáticas. Mientras que las últimas tienen algunas excepciones, la primera se observa en la totalidad de los sujetos preverbales. En toba, a la inversa, la motivación dominante para el orden SV parece ser de naturaleza pragmática, puesto que la restricción que da cuenta del mayor número de instancias de este orden es la de alta accesibilidad cognitiva, dejando un margen significativo para la aparición de referentes inanimados. Debe recordarse que mientras que el corpus de textos mocovíes está compuesto solo por narrativas, el del toba es genéricamente más diverso. Esto podría haber contribuido a acentuar estas diferencias.

A partir de estas conclusiones se perfilan algunos interrogantes adicionales a explorar. Por empezar, si bien las descripciones reconocen que en ambas lenguas el orden canónico de transitivas es AVO, también admiten que el orden de palabras en general puede ser bastante flexible. Sería interesante, entonces, observar si tal variación también está condicionada por los factores semánticos y pragmáticos aquí analizados. En segundo lugar, tal como notamos, la concentración de referentes animados y dados (o de alta accesibilidad) en posición preverbal en mocoví sugieren que podría tratarse de una posición topical. Este es un tema que amerita atención en ambas lenguas. Por último, sería pertinente indagar sobre la interacción de las motivaciones aquí presentadas con la estructura focal de ambas lenguas.

Arriba mostramos que los patrones elaborados por Cúneo (2016) son consistentes con nuestros resultados. Cabe preguntarse, entonces, qué otros aspectos de la estructura focal se vinculan con la variación de orden de palabras.

Abreviaturas: 1/2/3 = primera/segunda/tercera persona, ac = activo, agt = agentivo, al = alativo, adv = adverbio, clas = clasificador, con = conector oracional y discursivo, coord = coordinante, det = determinante, dim = diminutivo, dir = direccional, dur = durativo, ev = evidencial, fem = femenino, hith = morfema hither (‘hacia aquí’), imp = impersonal, it = iterativo, masc = masculino, med = voz media, neg = negación, nmlz = nominalizador, pc = paucal, pl = plural, pos = posesivo, pro = pronombre personal, pro.dem = pronombre demostrativo, prog = progresivo, prox = proximativo, sg = singular, sub = subordinante, t = tema.

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1Queremos expresar nuestro sincero agradecimiento a Cristina Messineo, Paola Cúneo y Cintia Carrió por sus valiosos y atinados comentarios y observaciones sobre una versión avanzada de este artículo. Vale señalar que todos los errores que puedan haber subsistido son de nuestra exclusiva responsabilidad. También queremos agradecer a Belén Carpio por permitirnos incorporar a nuestro corpus textos del toba incluidos en su tesis (algunos de ellos a su vez recolectados por Marisa Censabella). Este trabajo contó con el apoyo del proyecto CONACYT-Ciencia Básica 0256785 a cargo de la segunda autora.

2A menos que se indique lo contrario, para la mayoría de las características tipológicas aquí expuestas tomamos estas dos referencias como las principales para el mocoví y el toba, respectivamente.

3Esta sucinta caracterización puede dar la impresión de que las lenguas no tienen diferencias entre sí, lo que es erróneo. Este panorama de rasgos generales es incompleto y diseñado solo en función de que se comprenda la exposición posterior. Para más detalles sobre las lenguas, véanse las referencias incluidas en esta sección.

4No obstante su exclusión del corpus de análisis, en la sección 5 nos detenemos brevemente en la observación de las ecuativas para integrarlas a la línea de indagación más general.

5El toba cuenta con un paradigma de pronombres demostrativos (Messineo 2003: 119), formados sobre la base de los determinantes que normalmente preceden a los nombres (véase la sección 2). Como estos, pueden acompañar también a los nombres o, como se ve en este ejemplo, aparecer solos. Una situación similar se constata en mocoví (Gualdieri 1998: 195).

6Quizá podría decirse que el tipo de acto de habla en el que se enmarca también favorece su aparición, como argumentamos para (16), pero nos inclinamos por un análisis más conservador que lo tome como nuevo. Es de notar, además, que esta cláusula está seguida por otro predicado que toma el mismo sujeto, saʒaloɁogeta ‘(los peligros) no los soportamos’. En efecto, este tipo de paralelismo es un rasgo típico de los consejos en toba (Messineo 2009). Agradecemos a Cristina Messineo y Paola Cúneo por habernos señalado este punto.

7Nótese que en ambos casos se emplea el determinante ka ‘no visible, alejado’ (Gualdieri 1998: 181). Agradecemos a Cristina Messineo y Paola Cúneo esta observación. Podría especularse que este relato se enmarca en una tradición narrativa en la que los pájaros y el chivo son personajes recurrentes y fuertemente asociados a las peripecias del zorro y el tigre, lo que los volvería accesibles. No obstante, esto escapa a nuestro conocimiento y no podemos afirmarlo.

8Lo nuevo no es la mención del referente (que ya había sido codificado en el discurso), sino el hecho de que la expresión referencial ‘Matibio Ovídez’ sirva para aclarar la identidad de ‘aquel inspector’.

Nota: Martín Califa y Valeria Belloro se han encargado del 50% de las tareas del trabajo cada uno.

Nota de aceptación: Este texto ha sido aceptado para publicación por el único Director-Editor de la revista, Adolfo Elizaincin, quien ha actuado de acuerdo a lo establecido en la “Declaración de comportamiento ético de la revista Lingüística (https://www.mundoalfal.org/sites/default/files/revista/Declaración_comp_etico.pdf), primer párrafo del capítulo “Obligaciones del Director-Editor. A esta declaración deben adherir, explícitamente, el Director-Editor, los árbitros y los autores.

Recibido: 08 de Enero de 2018; Aprobado: 20 de Junio de 2018

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