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Odontoestomatología

versión On-line ISSN 1688-9339

Odontoestomatología vol.12 no.15 Montevideo set. 2010

 

 

Dolor Cráneo-facial como Síntoma Aislado de Isquemia Cardíaca.

Estudio prospectivo y  multicéntrico.



Marcelo Kreiner1, Jeffrey P. Okeson2, Virginia Michelis3, Mariela Lujambio4, Annika Isberg5

mkreiner@netgate.com.uy

 

 

RESUMEN       

Antecedentes.

El dolor craneofacial puede ser el único síntoma de una isquemia cardíaca. El fracaso en reconocer el origen cardíaco de dicho dolor puede poner en riesgo la vida del paciente. Los autores realizaron un estudio para revelar la prevalencia, la distribución y las diferencias entre sexos en lo que respecta al dolor craneofacial de origen cardíaco.

Métodos.

Los autores seleccionaron de forma prospectiva pacientes consecutivos (n= 186) que habían presentado un episodio isquémico cardíaco verificado. Estudiaron en detalle la localización y distribución del dolor craneofacial e intraoral.

Resultados. El dolor cráneofacial fue el único síntoma durante el episodio isquémico en 11 pacientes (6%), tres de los cuales presentaron un infarto agudo de miocardio (IAM). Otros 60 pacientes (32%) comunicaron dolor cráneofacial concomitantemente a dolor en otras regiones. Las localizaciones más frecuentes del dolor cráneofacial fueron la garganta, la región mandibular izquierda, la región mandibular derecha, la articulación temporomandibular izquierda / oído y dientes. El dolor cráneofacial se manifestó de forma predominante en mujeres (P= 0,031) y fue el síntoma dominante en ambos sexos en ausencia de dolor torácico.

Conclusiones.

El dolor cráneofacial es inducido frecuentemente por isquemia cardíaca. Esta causa debe tenerse en cuenta en el diagnóstico diferencial del dolor dental y orofacial.

 Implicaciones clínicas.

Debido a que los pacientes que tienen un IAM sin dolor torácico corren un mayor riesgo de no ser correctamente diagnosticados y de muerte, el alerta del clínico sobre esta sintomatología puede ser crucial para el diagnóstico precoz y un rápido tratamiento.

 

Palabras clave.

Angina de pecho, isquemia cardíaca, infarto de miocardio, dolor orofacial, odontalgia.



ABSTRACT

 

Background. Craniofacial pain can be the only symptom of cardiac ischemia. Failure to recognize its cardiac source can put the patient’s life at risk. The authors conducted a study to reveal the prevalence of, the distribution of and sex differences regarding craniofacial pain of cardiac origin.

 Methods. The authors prospectively selected consecutive patients (N = 186) with a verified cardiac ischemic episode. They studied the location and distribution of craniofacial and intraoral pain in detail.

 Results. Craniofacial pain was the only complaint during the ischemic episode in 11 patients (6 percent), three of them who had acute myocardial infarction (AMI)  Another 60 patients (32 percent) reported craniofacial pain concomitant with pain in other regions. The most common craniofacial pain locations were the throat, left mandible, right mandible, left temporomandibular joint/ear region and teeth. Craniofacial pain was preponderantly manifested in female subjects (P = .031) and was the dominating symptom in both sexesin the absence of chest pain.

 Conclusions. Craniofacial pain commonly is induced by cardiac ischemia. This must be considered in differential diagnosis of toothache and orofacial pain.Clinical Implications. Because patients suffering AMI without chest pain run a higher risk of missed diagnosis and death, the clinician’s awareness of this symptomatology can be crucial for early diagnosis and timely treatment.

 

Key words. Angina pectoris; cardiac ischemia; myocardial infarction; orofacial pain; toothache.

 

1 Profesor de la Cátedra de Fisiología General y Buco-dental, Facultad de Odontología, Universidad de la República, Montevideo, Uruguay.

2  Director del Programa de Dolor Orofacial, Facultad de Odontología, Universidad de Kentucky, Lexington, EEUU.

3  Cardióloga, Asistente del Departamento Clínico de Medicina, Servicio de Cardiología, Hospital de Clínicas, Universidad de la República y Cardióloga del Departamento de Cardiología, Hospital Central de las Fuerzas Armadas, Montevideo, Uruguay.

4 Cardióloga, profesora adjunta del Departamento Clínico de Medicina, Servicio de Cardiología, Hospital de Clínicas, Universidad de la República, Montevideo, Uruguay.

5  PhD y Profesora de Radiología Oral y Maxilofacial, Departamento de Odontología, Facultad de Medicina, Universidad de Umeå.





Introducción
 

Un significativo número de pacientes con síntomas atípicos de enfermedad coronaria aguda muere antes de recibir atención hospitalaria apropiada como resultado de errores en el diagnóstico y retraso en el tratamiento (1, 2). Como se ha descrito en reportes de casos clínicos, el fracaso en el diagnóstico del dolor cardíaco que es referido a la cara, cabeza, cuello y dientes puede conducir al retraso en la instauración del tratamiento, mientras que el tratamiento se dirige de forma equivocada al lugar del dolor en vez de a su verdadero origen cardíaco (3,4). El error en el tratamiento pone en riesgo la vida del paciente.

 

La dificultad en diagnosticar correctamente el infarto agudo de miocardio (IAM) se refleja en la frecuencia comunicada de fallos diagnósticos en los servicios de urgencias, que varía entre el 2 y el 27% en los países desarrollados (1, 2,5). Un estudio encontró que una cuarta parte de los fallos diagnósticos resultaba en complicaciones letales o potencialmente letales para el paciente.(1) En otro estudio se encontró que los pacientes con síntomas atípicos eran más frecuentemente dados de alta de los servicios de urgencias que los pacientes con síntomas típicos (2). La ausencia de dolor torácico y la falta de elevación del segmento ST en los electrocardiogramas (ECGs) han demostrado ser los factores predisponentes fundamentales para el fallo diagnóstico (5). En línea con esto, se demostró que los pacientes con sospecha de IAM pero que nunca experimentaron dolor torácico presentaban un riesgo de muerte tres veces superior a los pacientes que solicitaron atención por dolor torácico durante la evaluación en el servicio de urgencias (6). Estos mismos pacientes, que nunca desarrollaron dolor torácico, tenían un riesgo de muerte ocho veces superior que aquellos pacientes cuyo dolor torácico se resolvió antes de recibir atención hospitalaria. En otro estudio, la tasa de mortalidad en un año de los pacientes con síntomas distintos al dolor torácico fue dos veces mayor que el de pacientes con dolor torácico (7).

 

Aunque varios estudios han reportado la prevalencia de dolor en diferentes localizaciones durante la isquemia cardíaca (8-13),  la posibilidad de dolor referido a la cara, cabeza, cuello y boca no ha sido bien documentada. En este momento, la literatura científica liga el dolor que es limitado a las estructuras cráneofaciales a la isquemia cardíaca basándose fundamentalmente en reportes de casos clínicos (3, 4,14-17).   

       

   Llevamos a cabo una investigación prospectiva con tres objetivos:                                              

_ determinar la prevalencia y distribución del dolor inducido por la isquemia cardíaca y referido a la cara, cuello, cabeza y boca;

_ revelar la prevalencia de dolor cráneofacial que tiene lugar en ausencia de dolor torácico y que constituye el único síntoma de la isquemia cardíaca;

_ analizar las diferencias entre sexos y comparar a pacientes con y sin IAM.

 

Materiales y métodos

METODOLOGÍA 

Población de estudio. Seleccionamos los sujetos de un total de 215 pacientes que fueron ingresados con signos y/o síntomas que sugerían isquemia cardíaca en tres departamentos de Cardiología en tres hospitales distintos en Montevideo, Uruguay, y fueron incluidos de forma consecutiva en cada unidad. Los períodos de estudio se extendieron durante las cuatro estaciones. Incluimos pacientes en el estudio si cumplían el criterio de sufrir un episodio cardíaco isquémico verificado de acuerdo con la definición del American College of Cardiologists (ACC) (18). El IAM fue diagnosticado por los cardiólogos cuando un paciente cumplía los criterios diagnósticos de la definición del ACC (18).

 

 Los criterios de exclusión fueron isquemia asintomática, dolor cráneofacial de origen no cardíaco y trastorno psiquiátrico grave. Excluimos a 29 pacientes que presentaban ECGs y angiografías normales (n= 15), isquemia asintomática que había sido detectada en un ECG preoperatorio de rutina (n= 8), trastornos por dolor en la articulación temporomandibular (ATM) (n= 3), cefalea crónica (n= 2) y dolor cráneofacial crónico debido a neoplasia (n= 1). El grupo del estudio comprendió 186 pacientes, 76 mujeres y 110 varones, que cumplieron los criterios de inclusión. Su edad media fue de 64 años (mediana 65 años), con un intervalo de 42 a 88 años.               

 

Recolección de datos.

Tres investigadores (M.K, V.M, M.L) recogieron los datos utilizando un cuestionario que incluía detalles demográficos sobre edad y sexo. En un intento por optimizar la comunicación de síntomas atípicos por parte del paciente, el investigador animó a éste a describir no sólo los síntomas que constituían el síntoma fundamental, sino también cualquier otro. El investigador marcó estos síntomas en un dibujo del cuerpo dividido en regiones anatómicas numeradas que representaban el tórax, estómago, espalda, hombros, brazos, cara, cabeza, cuello y boca (Figura 1). El investigador mostró el dibujo del cuerpo marcado al paciente y discutió con él para asegurar que las áreas marcadas eran correctas.

 

Aprobación ética. El protocolo del estudio fue aprobado por la Facultad de Odontología de la  Universidad de la República y el Comité de Ética del Hospital Central de las Fuerzas Armadas, Montevideo, Uruguay. Todos los pacientes dieron su consentimiento informado para participar en el estudio.

 

Métodos estadísticos. Utilizamos tests de  χ2 para explorar las diferencias en distribución de los síntomas en varones y mujeres. Realizamos análisis estadísticos utilizando el software SPSS (SPSS, versión 9, Chicago).

                   

Resultados 

El dolor en la región cráneofacial se presentó en 71 pacientes (38%) durante su episodio de isquemia cardíaca y fue significativamente más prevalente en mujeres que en varones (P= 0,031). Sesenta de los pacientes con dolor cráneofacial referido (85%) comunicaron presentar un dolor concomitante en regiones típicas de angina como pecho, hombro, espalda o brazos, mientras que 11 de estos pacientes (15%) experimentaron únicamente dolor cráneofacial (Figura 2). El episodio isquémico se asoció a IAM en 74 pacientes (40%). Durante el IAM, 27 de estos pacientes (36%) experimentaron dolor cráneofacial, tres de los cuales eran varones (4%) sin otros síntomas concomitantes (Figura 2).  

 

   Fig. 2   Prevalencia del dolor cráneofacial referido durante la isquemia cardíaca y el infarto agudo de miocardio.

                            

 

   La Figura 3 muestra la distribución de las áreas cráneofaciales afectadas por dolor inducido por la isquemia cardíaca (n= 71). Las áreas más frecuentemente afectadas fueron la parte superior de la garganta (n= 58, 81,7%) y la región mandibular izquierda (n= 32, 45,1%), seguidas de la región mandibular derecha (n= 29, 40,8%) y la región auriculotemporal izquierda (n= 13, 18,3%). El maxilar y la región posterior del cuello fueron los sitios menos frecuentemente afectados por el dolor cráneofacial referido.

 

Fig 3 Distribución del dolor cráneofacial referido durante la isquemia cardíaca y el infarto de miocardio (n=71). ATM: Articulación temporomandibular

 

 

Apareció dolor dental en tres de los pacientes, afectando a los dientes mandibulares de forma bilateral en dos pacientes y a la dentadura maxilar izquierda en un paciente. El dolor en la región auriculotemporal fue bilateral en 11 pacientes y unilateral (izquierdo) en dos. La proporción de patrón de dolor referido bilateralmente a las estructuras cráneofaciales versus unilateralmente fue 6:1. La relación de dolor referido a los brazos bilateral versus unilateral fue 1:1. Cuando el dolor de brazo era unilateral, se refería al brazo izquierdo en 22 pacientes y al brazo derecho en cuatro. El dolor torácico estaba ausente en 25 pacientes (13%), sin diferencias estadísticamente significativas entre varones y mujeres. En ausencia de síntomas torácicos, el dolor se comunicaba más frecuentemente ubicado en la región cráneofacial (Figura 4) (n= 15, 60%), seguido del brazo izquierdo (n= 5, 20%) y del hombro izquierdo (n= 5, 20%). El estómago y la espalda (n= 3, 12%) y el brazo derecho (n=2,8%) fueron las localizaciones menos frecuentemente afectadas en pacientes sin dolor torácico.

Fig 4 Distribución del dolor durante la isquemia cardíaca en ausencia de dolor torácico (n=25).

  

Discusión                                                                                                                                          

La presentación típica del dolor cardíaco se comunica en el lado izquierdo del pecho, frecuentemente irradiado al brazo izquierdo y al cuello.(8) Los resultados de este estudio prospectivo amplían el espectro diagnóstico de los síntomas frecuentes revelando que el dolor cráneofacial puede esperarse en aproximadamente el 40% de los pacientes durante un acontecimiento isquémico cardíaco y que éste fue el único síntoma de isquemia cardíaca en el 6% de los pacientes. La distribución relativa de los pacientes con IAM fue la misma.

 

La localización de dolor cráneofacial más frecuente fue la garganta, seguida de la mandíbula, las articulaciones témporomandibulares (ATM) y oídos, el cuello y los dientes. Estas mismas regiones son típicas del dolor referido odontogénico (19). Debe reseñarse por tanto que el dolor referido odontogénico raramente cruza la línea media (19), en contraposición al dolor cráneofacial inducido por la isquemia cardíaca, que, como reveló este estudio, es mayoritariamente bilateral.

 

En contraste con el dolor cráneofacial, el dolor en el brazo tuvo lugar bilateralmente sólo en la mitad de los pacientes. La complejidad del procesamiento central del dolor cardíaco en niveles diferentes puede explicar estas diferencias clínicas (20).

 

El dolor por angina limitado a la mandíbula se ha demostrado en informes previos de casos clínicos que conducen a un tratamiento dental erróneo y a un  retraso en la atención médica apropiada (3). Nuestros resultados indican que el dolor referido sentido en la mandíbula puede esperarse hasta en uno de cada 6 pacientes con isquemia cardíaca. El dolor en el oído, la ATM y en la cabeza se ha asociado en casos clínicos a la isquemia cardíaca (4,12,15). Nuestros resultados indican que el dolor referido desde una isquemia coronaria a la ATM y región auricular puede esperarse en uno de cada 14 pacientes. La prevalencia de dolor dental y cefalea causados por isquemia cardíaca fue menor, pero estos síntomas, como ocurre con el dolor en otras áreas cráneofaciales, constituye un desafío para el diagnóstico diferencial debido al riesgo de que el clínico no lo asocie a la isquemia cardíaca (3, 16,21). Se ha comunicado que el desenlace fatal es frecuente en la isquemia cardíaca cuyo único síntoma es la cefalea (15).                          

 

Hay una creciente conciencia de que un considerable número de pacientes desarrollan un IAM sin presentar dolor torácico (6, 7, 22).  Nuestros resultados se encuentran en línea con esas comunicaciones, ya que el 13% de nuestros pacientes con isquemia cardíaca carecieron de síntomas torácicos típicos y dos tercios de ellos sólo comunicaron dolor cráneo facial referido durante el episodio isquémico.

 

Uno de cada tres pacientes sin dolor torácico desarrolló un IAM. Otros investigadores (6,7,22) han hallado que en comparación con los pacientes que experimentaron dolor torácico, aquellos que presentaron un IAM pero no dolor torácico tenían un riesgo de complicaciones con riesgo vital cinco veces superior y un riesgo de muerte entre dos y ocho veces mayor.

 

En ausencia de dolor torácico, no esperábamos hallar que fuese el área cráneofacial la localización más prevalente del dolor, esto es, tres veces más frecuente que el brazo izquierdo y cuatro veces más frecuente que el estómago y la espalda. Se ha demostrado que cuando el diagnóstico de IAM se pierde, el fallo se asocia con la presentación de síntomas atípicos por parte del paciente (1,23). La alta frecuencia de fallos diagnósticos en el IAM ha sido fundamentalmente comunicada en los servicios de urgencias (1, 2, 5). Sin embargo, es probable que los pacientes con dolor únicamente en la cabeza, cara o boca busquen tratamiento en un médico de atención primaria o una consulta dental, aumentado el riesgo de retraso en el diagnóstico.

 

Debido a que el reconocimiento público del dolor cráneofacial como síntoma de la isquemia cardíaca es escaso (24), la prevalencia hallada en este estudio sobre síntomas atípicos (dolor cráneo-facial referido) durante la isquemia cardíaca y durante el IAM probablemente constituye una subestimación. En ningún estudio previo, dentro de nuestro conocimiento, los investigadores han indagado sistemáticamente la prevalencia de dolor referido cráneo facial de origen cardíaco. Asimismo, el cuestionario habitualmente utilizado para evaluar el dolor cardíaco en estudios epidemiológicos fue el Cuestionario de Angina de Rose de la Organización Mundial de la Salud (OMS) (25). Su tabla esquemática no incluye las estructuras cráneofaciales. Por consiguiente, habitualmente no se ha dado la oportunidad a los pacientes de comunicar la presencia de dolor cráneofacial. Además, antes del año 2000 los autores solían utilizar los criterios de la OMS de 1979 en el diagnóstico del IAM (26). Esto puede haber excluido a un número importante de pacientes con síntomas atípicos.

 

Durante la última década se ha desarrollado una creciente conciencia acerca de las diferencias entre sexos en la presentación de síntomas inducidos por la isquemia cardíaca (26). Nuestros hallazgos apoyan los de artículos previos sobre que síntomas atípicos de isquemia cardíaca son significativamente más prevalentes en mujeres que en varones (9, 11,12).

 

Conclusiones 

El dolor en las estructuras cráneofaciales puede ser el único síntoma durante la isquemia cardíaca y el IAM. Esta presentación clínica puede esperarse en uno de cada 15 pacientes.

 

El dolor en la articulación temporomandibular y en la mandíbula inducidos por isquemia cardíaca tiende a ocurrir bilateralmente en contraposición al dolor referido odontogénico.

 

En ausencia de dolor torácico, el dolor cráneofacial es mucho más frecuente que el dolor en ninguna otra área.

 

Dado que los pacientes que tienen un infarto de miocardio sin dolor torácico corren un mayor riesgo de ser mal diagnosticados y de muerte, el alerta del clínico sobre esta sintomatología puede ser crucial para el diagnóstico precoz y un rápido tratamiento.

 

 

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AGRADECIMIENTOS

 

Los autores agradecen al Instituto Nacional de Cirugía Cardíaca, Montevideo, Uruguay y su equipo por su valiosa participación en este estudio. Agradecen a Anders Waldenström, MD, PhD, Departamento de Cardiología, Universidad de Umeå, Suecia por su constructiva discusión y la revisión crítica de este artículo y al profesor adjunto Ramón Álvarez, Instituto de Estadísticas, Universidad de la República, Uruguay por el análisis estadístico

 

Fuentes de apoyo:

La Universidad de la República (Comisión Sectorial de Investigación Científica y la Facultad de Odontología), Montevideo, Uruguay;

La Facultad de Medicina, Universidad de Umeå, Suecia: Consejo de Investigación Médico Sueco (Proyecto 6877), Estocolmo, Suecia.

 

 El presente trabajo fue publicado en el Journal of the American Dental Association (JADA), 2007. Permiso de republicación de Spanish Publishers Associates, S.L, Madrid, Marzo 2010.

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