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Revista Uruguaya de Ciencia Política

On-line version ISSN 1688-499X

Rev. Urug. Cienc. Polít. vol.15 no.1 Montevideo Dec. 2006

 

HOMENAJE A CARLOS FILGUEIRA *

 

 


El viernes 19 de agosto de 2005 falleció Carlos Filgueria, referente intelectual y personal de varias generaciones de cientistas sociales.

 

Carlos formó parte de la generación que impulsó las ciencias sociales en América Latina en la década del 60. Estudió en FLACSO-Chile, junto a otros destacados intelectuales como Octavio Cintra, Simón Schwartzman, Fabio Wanderley, Mora y Araújo, Carlos Tobar y Suzana Prates (quien fuera su esposa). Esta generación impulsó la ética profesional y una visión 'científica' con el propósito de superar el ensayismo dominante y separar a las ciencias sociales de la política partidaria.

 

En 1975 fundó el Centro de Investigaciones y Estudios Sociales del Uruguay (CIESU), lugar donde se creó teoría social sobre Uruguay en muy diversos campos: demografía, políticas sociales, ciencia y tecnología, género, empresarios, movimientos sociales, cultura política, democracia y política. Este centro permitió la consolidación sociológica de un grupo de jóvenes investigadores (iniciada por algunos en el Centro Latinoamericano de Economía Humana), e impulsó a muchos de ellos a completar sus estudios fuera del país. En la convicción propia de Carlos, 'salir' era la mejor manera de conocer el lugar en donde vivíamos. Durante la dictadura el CIESU albergó a muchos cientistas sociales que tenían vedado pisar la Universidad de la República, y durante la transición a la democracia se transformó en un marco institucional para el aterrizaje de muchos intelectuales que retornaban del exterior, luego del exilio.

 

Para quienes aquí firmamos, el CIESU fue nuestra casa, en esa dimensión, tan rara en Uruguay, que se llama 'comunidad científica'. Fue el lugar en donde aprendimos en clave pluralista a trabajar con los 'diferentes', porque esta institución cultivó el pluralismo y nunca fue un proyecto político. Sólo nos unían nuestras profundas convicciones democráticas, nuestras investigaciones, y el hecho de compartir una visión sobre cómo debían desarrollarse las ciencias sociales en nuestro país. Como decía Carlos, allí no teníamos padrinos, ni una iglesia, ni un partido.

 

Para Carlos Filgueira, la ciencia era un fin en sí mismo, aunque a veces y utilizando sus palabras, era apenas 'una penosa reconstrucción de lo obvio'. En ese proceder estaba el rescate de la dimensión crítica, la búsqueda de una teoría apegada a la evidencia empírica, y el cuidado (y creatividad) en la construcción de los datos (que siempre debían estar al servicio de la teoría). Si había algo de 'imaginación sociológica' en la construcción de un discurso científico, ésta podía encontrarse en los escritos de Carlos.

 

En cada uno en sus trabajos siempre se evidenciaba una idea original, que se unía a una vasta teoría sociológica propia, que armaba y rearmaba constantemente, con la sabiduría de quienes saben y pueden cambiar. Eso le permitió transitar por varias áreas de ciencias sociales, sentando las bases de una sociología política nacional, en la que los grupos de presión y diversos actores colectivos eran analizados en relación al sistema político vigente. Sabía unir la 'vieja teoría' sin desecharla en términos de formulaciones recientes. Así, uno podía encontrar a Barrington Moore, Peter Heinz, Robert Merton entre sus referentes más comunes. Por eso Carlos siempre producía acumulación científica, cualquiera fueran las condiciones de producción material de su trabajo. Pero además era un comparativista nato, y miraba a Uruguay 'desde el mundo', superando el parroquianismo tan propio de estas latitudes. Quizás por eso se atrevió a comparar en 1981 el desarrollo de Uruguay con Nueva Zelanda, mucho antes de que la primera ministra de ese país viniera a darnos lecciones sobre cómo debe reformarse el Estado.


Entre sus innumerables investigaciones -imposibles de reseñar aquí- deben destacarse los estudios sobre estratificación y movilidad social en Uruguay, sobre el desarrollo de las ciencias sociales (y en particular la sociología) y sus enfoques y estudios metodológicos. Trabajó activamente e impulsó investigaciones sobre demografía (incluyendo los pioneros estudios sobre migración), y sus aportes sobre familia, jóvenes, activos y capital social (una de sus construcciones más recientes) constituyen hoy un referente inevitable para generaciones de estudiantes y profesionales. Y también impulsó los estudios de ciencia y tecnología, estudios urbanos e historia comparada. Además en el CIESU se realizaron los primeros estudios de género en Uruguay, que luego encontrarían una solución institucional propia, con la creación del GRECMU.

 

Los estudios sobre políticas sociales, tan habituales en la actualidad, tuvieron entre sus precursores a los proyectos que se desarrollaron bajo su coordinación. En esta área impulsó una visión crítica sobre los enfoques que abordaban las políticas sociales simplemente como un problema de formatos e instrumentos y dejaban de lado los fines políticos de la integración social y la responsabilidad del Estado en esta materia. 

 

Y no faltaron, claro, los estudios políticos, inspirados al calor de la transición democrática. Fue él quien acuñó el término 'restauración democrática' para denominar el proceso que vivió el país a la salida de la dictadura. Sus ideas y originalidad influyeron en la decisión de que varios de nosotros continuáramos nuestra formación de postgrados en sociología y ciencia política en Brasil, e hiciéramos de esta profesión nuestra vocación principal.

 

En los últimos años, Carlos se dedicó intensamente a los estudios sobre la educación, y trabajó activamente en diversos programas del Estado en el marco de los procesos de reforma educativa.


Carlos fue en términos intelectuales inmensamente generoso y asumió el esfuerzo invalorable de formar varias generaciones de cientistas sociales.

 

En los últimos tiempos se desempeñaba como director del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Católica y era miembro del Consejo Directivo del CIESU. También desplegaba una importante labor docente en la Facultad de Ciencias Económicas y en la Maestría de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República. Activo hasta el último día de su vida, terminó de trabajar a las dos de la tarde y murió apenas unas horas más tarde.

 

 

Eduardo de León, Mariana González, Carmen Midaglia, Constanza Moreira y Jorge Papadópulos

 


* Una versión primigenia de este texto fue publicada en el Semanario Brecha el 26 de agosto de 2005.

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