EDITORIAL

 

En sesenta y ocho años de existencia la Sociedad de Anestesiología obtuvo numerosos logros vinculados a diferentes aspectos de la vida anestesiológica (en lo gremial, en lo laboral, en lo científico, en las condiciones de   trabajo, en normas de equipamiento, etc.).

Todas estas conquistas se obtuvieron por la lucha de muchas generaciones de colegas que  vieron que  el buen desempeño de la labor anestesiológica  era el mejor argumento para lograr conquistas gremiales y laborales.

En esta lucha estuvieron juntas, más allá de eventuales discrepancias o diferencias más o menos circunstanciales, las dos instituciones más importantes de nuestro país vinculadas a la especialidad:  la Sociedad y la Cátedra de Anestesiología, cada una desempeñando su rol y compartiendo  diferentes áreas de actividad.

Si a lo largo de los años se fueron obteniendo reivindicaciones que hoy nos parecen obvias, fue porque los anestesiólogos siempre estuvimos unidos y fue esta unidad, sin lugar a dudas, la que abrió la puerta para muchos de esos logros.

Es por eso que es muy importante haber logrado superar el riesgo de división que nos amenazó últimamente. Este episodio demostró, una vez más, cómo conversando y buscando puntos de coincidencia puede llegarse a buenos resultados.

Ojalá que la unidad de la  anestesiología siga cosechando beneficios para nosotros, para nuestros pacientes y  para toda la comunidad.

Fraternalmente

 

El comité de redacción.