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Anestesia Analgesia Reanimación

versión On-line ISSN 1688-1273

Anest Analg Reanim vol.26 no.1 Montevideo  2013

 

HOMENAJE

Prof. Dr. Martín Marx Strauss
(4 de noviembre de 1936 -15 de mayo de 2013) 


La redacción de la Revista solicitó a los Dres. Yolanda González, Shirley Toledo, Néstor Fornaro y Eduardo Wilson la redacción de un texto en memoria del Profesor Martín Marx. 


YOLANDA GONZÁLEZ: 

Nació en Frankfurt (Alemaria). Siendo niño emigró a Uruguay junto a su familia. 

Graduado en nuestra Facultad de Medicina realiza el Postgrado de Anestesiología. Consideró a León Chertkoff como su maestro. 

En 1969 estuvo becado en Liverpool y Birmingham (Inglaterra)y en el Servicio del Profesor Gordon Jackson-Rees se especializó en anestesiología pediátrica. 

También estuvo becado en Suiza, Israel y Alemania. 

Obtuvo el título de “Fellow of the Royal College of Anesthetists”. 

A su vuelta al país se dedicó especialmente a la anestesia pediátrica y a la anestesia en neurocirugía. 

Se desempeñó en la Cátedra de Anestesiología llegando a ser Profesor. 

Ejerció la Jefatura de varios Servicios de Anestesiología en el sector público y en instituciones de asistencia médica colectiva.. 

Fue Presidente de la SAU y ésta lo designó Presidente Honorario. 

Fue Presidente del XVIII Congreso Latinoamericano y IV Congreso Uruguayo de Anestesiología. 

Fue Secretario de CLASA y Vicepresidente de la Federación Mundial de Sociedades de Anestesiología. 

Fue miembro de la Asociación de Anestesiólogos de Gran Bretaña e Irlanda. 

Ocupó diversos cargos, entre los que cabe mencionar el de Secretario de CLASA y Vicepresidente de la Federación Mundial de Sociedades de Anestesiología (WFSA). 

Fue miembro corresponsal del Ministerio de Salud Pública de Cuba. 

Integró Comités de varios Congresos Mundiales de Anestesiología (Montreal 2000; París 2004). 

Publicó numerosos trabajos científicos y fue premiado por la Academia Nacional de Medicina. 

Fue corrector de la Revista “Paediatric Anaesthesia”. 

SHIRLEY TOLEDO: 

Un puntal excepcional en la anestesia de nuestro país fue el aporte que el Prof. Martín Marx hizo de sus conocimientos adquiridos en Gran Bretaña, en la Clínica del Prof. Jackson Rees. Conocimientos que se vincularon en la evolución de la anestesia pediátrica, elevando la misma a niveles de mayor seguridad, posibilitando la realización de técnicas quirúrgicas más avanzadas. La introducción del circuito de Jackson Rees y su aplicación lo convierten en uno de los circuitos anestésicos más utilizados en la anestesia pediátrica. 

El manejo anestésico y de la reposición sanguínea de las malformaciones craneofaciales (en particular las craneosinostosis) fue otro campo en que el Dr. Marx realizó importantes aportes técnicos. 

Sus conocimientos los trasmitió en su actividad docente y los extendió en todo momento y lugar, a los interesados en mejorar la anestesia pediátrica, tanto en Uruguay, como en otros países de Latinoamérica, donde fue llamado a dar conferencias. 

Estos métodos con intubación, ventilación artificial con el circuito Jackson Rees y luego ventiladores asociados al control del equilibrio hidroeléctrico y temperatura, hicieron que se lograra un nivel anestésico nacional de vanguardia. 

 

NÉSTOR FORNARO: 

A Martín lo conocí en el año 1969, en un ómnibus de línea, me manifestó que iba a un procedimiento anestésico con el Dr. León Chertkoff (su maestro), consideraba esta una magnífica oportunidad que él agradecía y valoraba en su formación. 

Martín procedió igual, aparte de la formación académica que el ejercía (agregado, adjunto, profesor titular) muchos compañeros y yo, fuimos con él a procedimientos anestésico- quirúrgicos, donde desempeñaba el magisterio de su profesión y especialidad como Profesor de Cátedra o Jefe de Departamento (Hospital de Clínicas, CASMU, Hospital Pereira Rossell). 

Es innumerable la cantidad de congresos a los que concurrió, eventos en los que participó como ponente (invitado) o asistente: Congreso Uruguayo de Anestesiología (SAU), Jornadas del Interior, Confederación Latinoamericana de Sociedades de Anestesiología (CLASA), World Federation of Societies of Anaesthesiologists (WFSA), etc. 

Además intervino desde la SAU, en la organización de alguno de sus Congresos y Jornadas del Interior. A manera de ejemplo, en 1985 fue el Presidente del IV Congreso Uruguayo de Anestesiología y XVIII Congreso Latinoamericano de Anestesiología. 

Fecha histórica para nuestro país, reiniciando el período democrático, fue este Congreso organizado por la SAU (sin Empresas intermediarias) un éxito científico/económico, el más importante en cuanto a participantes (más de 400 colegas) bajo la presidencia del Profesor Marx. 

Martín supo representar a todos sus compañeros y colegas de la SAU, como integrante de la CLASA (Secretario general), la WFSA (Comité Pediátrico y Comité Ejecutivo) y demás, habiendo establecido vínculos científicos y fraternos con colegas de todos los países de América Latina y el mundo en general, cimentando lazos y uniéndonos a ellos. 

Las líneas precedentes pretenden mostrar diferentes facetas de quien fuera nuestro maestro y amigo. 


EDUARDO WILSON: 

La anestesia general en neurocirugía tuvo dos etapas claramente definidas, cada una de ellas en un determinado lugar y alrededor de una determinada persona. La primera transcurrió en el Hospital Maciel, teniendo a José I. Villar como centro. La segunda en el Hospital de Clínicas, con Martín Marx como figura principal. 

La primera etapa fue precedida por varios años, desde 1937 hasta 1947, en que la neurocirugía, practicada por el pionero Alejandro Schroeder en el primitivo local del Instituto de Neurología en el Hospital Maciel, se llevaba a cabo con anestesia local. Luego que Román Arana Iñiguez, retornara de su prolongada estadía formativa en Chicago en 1947, a sus impulsos se comenzó a operar con anestesia general. 

La anestesia como disciplina estaba en pleno desarrollo, Eduardo Palma en la década del treinta no solo había introducido la anestesia general con gases sino que además había despertado vocaciones en estudiantes de medicina, que se acercaron a las clínicas quirúrgicas para aprender y colaborar con las nuevas técnicas anestesiológicas que habían sido incorporadas sucesivamente, como los circuitos cerrados, la intubación orotraqueal, los barbitúricos y la curarización. Ejemplos de estos casos fueron Alfredo Pernin, quien iniciado en la Clínica del Prof. Del Campo, luego de recibido continuó desarrollando la anestesiología transformándola en una especialidad médica y José Ignacio Villar, en la Clínica del Prof. Domingo Prat, quien en 1938 había traído de Buenos Aires uno de los primeros aparatos de circuito cerrado para ciclopropano. 

Para realizar las anestesias generales, Arana recurrió a quien sería su gran amigo durante el resto de su vida, José I. Villar, con la colaboración de otro estudiante de la Clínica de Prat, Atilio García Güelfi, se incorporó al equipo quirúrgico del Instituto de Neurología, imponiendo la anestesia general al punto que a los pocos años el propio Schroeder abandonó la anestesia local para sus operaciones. Villar acompañó a Arana en sus asistencias a congresos internacionales para enterarse de los adelantos en la anestesia neuroquirúrgica e incluso realizó una pasantía en 1952 en el Instituto de Neurología de la Universidad de Columbia, en Nueva York, para aprender la técnica de hipotensión intraoperatoria controlada en el manejo quirúrgico de los aneurismas intracraneanos y tumores sangrantes. 

Cuando en 1958 el Instituto de Neurología se trasladó al novel Hospital de Clínicas, inicialmente hubo un retroceso en la anestesia para neurocirugía. El Hospital había organizado entre sus servicios centralizados, un Servicio de Anestesiología dirigido por Alfredo Pernin y con un equipo de técnicos que se encargaba de realizar todas las anestesias de los distintos servicios quirúrgicos, incluido el neuroquirúrgico. José Villar no integraba ese equipo y dejó de asistir a los neurocirujanos en calidad de anestesista dentro del Hospital, no así en la actividad mutual y privada, donde continuó colaborando con ellos. Dentro del Hospital, los anestesistas rotaban por neurocirugía, la mayoría de las veces sin mayor interés ni conocimiento de los últimos adelantos de la especialidad, con los consecuentes malentendidos y desavenencias entre cirujanos y anestesiólogos. 

La segunda etapa de la anesteisa neuroquirúrgica se inició con la presencia de Martín Marx, en el Servicio de Anestesiología. Graduado como médico en 1964, Marx se inclinó rápidamente por la anestesiología y tuvo en León Chertkoff, su maestro siempre admirado y recordado. Chertkoff, tempranamente desaparecido, era un excelente anestesiólogo, con una innata habilidad técnica y un sorprendente conocimiento clínico del paciente bajo anestesia, que en una época carente de monitores, fueron armas fundamentales para lograr un resultado positivo. Posteriormente, en 1969, Marx estuvo becado en Gran Bretaña, donde prestó especial atención a los dos aspectos que en Montevideo le habían resultado más problemáticos: la anestesia pediátrica y la neuroanestesia. De vuelta en Montevideo, con su nuevo bagaje de conocimientos, Marx optó por enfrentar esos desafíos de la anestesia. En ambos casos fue exitoso y marcó rumbos. 

En lo que respecta a la neurocirugía, durante su extensa carrera docente, siempre estuvo atento a todos los adelantos vinculados a la neuroanestesia y promovió y logró interesar a muchos de sus alumnos, futuros colegas, en la naciente subespecialidad, logrando así la confianza de los neurocirujanos, incluso de Arana en sus últimos años, confianza que en muchos casos se transformó en estrecha amistad. Sus conocimientos de la fisiopatología encefálica y de las múltiples variables que alteran el aspecto del cerebro que el cirujano tiene bajo sus manos, hacían que las intervenciones cursaran por sendas de tranquilidad, sabiendo el cirujano que estaba a cubierto de sorpresas. Cuando estuvo a cargo de la Cátedra de Anestesiología, estableció la necesidad de las visitas preoperatorias por parte del anestesiólogo y su participación en los ateneos de neurocirugía. La seguridad de Marx en especial se trasmitía cuando en el paciente coincidían sus temas preferidos, o sea en la neurocirugía pediátrica. 

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