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Archivos de Pediatría del Uruguay

versão impressa ISSN 0004-0584versão On-line ISSN 1688-1249

Arch. Pediatr. Urug. vol.94 no.2 Montevideo  2023  Epub 01-Dez-2023

https://doi.org/10.31134/ap.94.2.8 

Artículo original

Migraciones en países de América Latina. Una mirada desde la Pediatría

Migration in Latin American countries. A perspective from Pediatrics

Migrações em países da América Latina. Uma perspectiva desde a Pediatria

1Prof. Asociado. Depto. Pediatría y Cirugía Infantil Campus Centro. Facultad de Medicina. Universidad de Chile. Correo electrónico: rvasquezk@gmail.com


Resumen:

La migración es un fenómeno creciente y cambiante en todo el mundo, principalmente entre África y Europa. De manera más reciente se da en países de América Latina y el Caribe, principalmente desde países con bajo desarrollo socioeconómico hacia regiones con mayor desarrollo, pero con gran inequidad entre sus habitantes. En estos cambios en los patrones migratorios ha surgido la migración de menores de edad sin acompañamiento de sus padres o tutores lo que aumenta el grado de vulnerabilidad y abusos en este grupo. Uno de los grandes aportes de la migración es la modificación en la pirámide poblacional en continentes cada vez más envejecidos por una sobrevida mayor y una población pediátrica cada vez menor explicada por una tasa de fecundidad a la baja.

Palabras claves: Emigrantes e Inmigrantes; Niño; Adolescente; Embarazo; América Latina; Región del Caribe

Summary:

Migration is a growing and changing global phenomenon, mainly between Africa and Europe and more recently among Latin American and Caribbean countries, mainly from countries with low socioeconomic development to more developed regions, but with high levels of inequality. These changes in migratory patterns have led to the migration of unaccompanied minors, which has increased the degree of vulnerability and abuse that this group has experienced. One of the best contributions of migration is the change in the population pyramid in increasingly aging continents due to increased life expectancy rates and to a decreasing pediatric population resulting from a declining fertility rate.

Key words: Emigrants and Immigrants; Child; Adolescent; Pregnancy; Latin America; Caribbean Region

Resumo:

A migração é um fenômeno crescente e mutável em todo o mundo, principalmente entre a África e a Europa e, mais recentemente, entre os países da América Latina e Caribe, principalmente de países com baixo desenvolvimento socioeconômico para regiões com maior desenvolvimento, mas com grande desigualdade entre seus habitantes. Nessas mudanças nos padrões migratórios, surgiu a migração de menores sem o acompanhamento dos pais ou responsáveis, o que aumenta o grau de vulnerabilidade e abuso nesse grupo. Uma das grandes contribuições da migração é a modificação da pirâmide populacional em continentes cada vez mais envelhecidos devido a uma maior expectativa de vida e uma diminuição da população pediátrica explicada pela queda da taxa de fecundidade.

Palavras chave: Emigrantes e Imigrantes; Criança; Adolescente; Gravidez; América Latina; Região do Caribe

Introducción

La globalización, entendida como un proceso de integración mundial en los ámbitos económico, político, tecnológico, social y cultural, ha sido sin duda uno de los fenómenos que mayor impacto ha tenido en la transformación mundial, contribuyendo al desarrollo de los países al tener una relativa libertad económica, elevando en muchas ocasiones, el nivel de vida de sus habitantes aunque la brecha entre ricos y pobres sea cada vez más amplia1. El ser humano, con la intención de buscar mejores condiciones de vida para él y su familia, se ha desplazado a países con mejores condiciones que las que tiene en su propia nación, y como resultado de ello, los movimientos migratorios se han hecho más frecuentes sorprendiendo a muchos países que, con el pasar de los años, se convirtieron en países receptores de inmigrantes. En las últimas décadas han surgido nuevos flujos migratorios en América Latina y el Caribe, principalmente desde países de bajo desarrollo socioeconómico a otros de mayor desarrollo dentro de la región. Este fenómeno se ha conocido como migración sur-sur con un crecimiento sostenido. Muchos de estos migrantes son niños/niñas y adolescentes que, en forma cada vez más frecuente, migran solos sin un adulto responsable. Este fenómeno con un crecimiento sostenido preocupante por la vulnerabilidad mayor y por la falta de respeto de los derechos del niño/niña y adolescentes.

El objetivo de este trabajo fue dar a conocer el estado de inmigración en la región de América Latina y el Caribe y su impacto en la población pediátrica y su oportunidad para el desarrollo de muchos países de América Latina y el Caribe.

Generalidades sobre migraciones

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el término migrante abarca usualmente todos los casos en los que la decisión de migrar es tomada libremente por la persona concernida por “razones de conveniencia personal” y sin intervención de factores externos que le obliguen a ello. Así, este término se aplica a las personas y a sus familiares que van a otro país o región con miras a mejorar sus condiciones sociales y materiales y las de sus familias. A diferencia del desplazado, quien es una persona que ha tenido que abandonar su país o región debido a persecución, violencia generalizada, violación masiva de derechos humanos, conflictos armados u otras situaciones de esta naturaleza. Estos individuos huyen, a menudo, en masa. A veces también se les denomina “refugiados de facto”1,2.

Cualquiera sea la razón o calidad de la migración, se reconoce que la condición de inmigrante generalmente conlleva un alto grado de vulnerabilidad social y marginación de los sistemas de salud tanto en el país de origen como en el país de acogida3.

La migración está contemplada dentro de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 13. “Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país”4. Es interesante señalar que se tiene el derecho a migrar, pero no existe ninguna obligación por parte del país de acogida de recibir a las personas que migran. Esto ha llevado a una verdadera crisis migratoria, con ingreso irregular por pasos no habilitados ocasionando un colapso en las ciudades fronterizas impulsando la creación de campamentos para refugiados e inmigrantes irregulares sin respetar edad y con una importante desintegración familiar violando flagrantemente los Derechos Universales de los Niños/Niñas y adolescentes5. La migración internacional es un fenómeno constante y dinámico y refleja etapas del desarrollo por las que atraviesan los países.

Según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), para el 2020 el 3,6 % de la población mundial era inmigrante internacional (aproximadamente 281 millones de personas) 6 de estos, el 14,6 % son niños/as y adolescentes (aproximadamente 41 millones de personas)6. Dicho en otras palabras, 1 de cada 30 personas en el mundo es migrante y 1 de cada 8 personas migrantes es un niño/a o adolescente. Para el 2020, en América Latina y el Caribe, el porcentaje de la población migrante alcanzó el 5% de los habitantes de la región6) (aproximadamente 33.5 millones de personas).

Características de las migraciones en países de América Latina y el Caribe

Hasta el inicio de los años 2000, los flujos migratorios en América eran más o menos constantes y se producen principalmente desde los países considerados menos desarrollados hacia los países desarrollados. (Migración Sur-Norte), en forma importante hacia Estados Unidos. Como consecuencia de la recesión mundial de 2007, estos flujos migratorios han derivado en cambios sustanciales, tomando una gran relevancia los movimientos hacia países con economías emergentes (Migración Sur-Sur) cuyo ejemplo podría ser la reciente y constante migración desde países de la región hacia el Cono Sur, principalmente a Chile7. (Figura 1)

La mayoría de los países de América Latina y el Caribe tienen un saldo migratorio negativo (son más las personas que salen del país que las que entran). En la región, solo Chile, Costa Rica y Panamá presentan un saldo migratorio positivo en la Tasa Neta de Migración (TNM) (son más las personas que entran al país que las que salen) que generalmente corresponde a países con mejores condiciones de desarrollo8,9.

Para evaluar el desarrollo de un país no solo se tiene en cuenta el aspecto económico a través del cálculo del Producto Interno Bruto Percápita (PIB Percápita), también se usa el Índice de Desarrollo Humano (IDH) que es un indicador socioeconómico elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y que conjuga varios indicadores: esperanza de vida al nacer, tasa de alfabetización y el ingreso per cápita. En otras palabras, gozar de una vida digna, larga y saludable y tener acceso a la educación. Cada parámetro evaluado tiene el mismo peso y su resultado varía entre el 0 y el 1. Los valores más cercanos al 1, indican un alto desarrollo de un país o una región, por el contrario, los valores más alejados del 1 indica un mediano o pobre desarrollo de ese país o región.

  • • Desarrollo humano muy alto (“Very High Human Development”), aquellos con niveles superiores al 0.80.

  • • Desarrollo humano alto (“High Human Development”), cuyos niveles rondan entre 0.70 y 0.80.

  • • Desarrollo humano medio (“Medium Human Development”), cuyos niveles rondan entre 0.55 y 0.70.

  • • Desarrollo humano bajo (“Low Human Development”), con una valoración inferior a 0.55.

Se estima que el 41% de los inmigrantes del mundo residen en países en vías de desarrollo, 48% en países considerados como desarrollados pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y 11% en países con altos niveles de ingresos no pertenecientes a la OCDE. En la región de América Latina, Chile, Argentina, Uruguay, Panamá y Costa Rica presentan un IDH muy elevado (mayor a 0.8) que coincide con los tres países que tienen un saldo migratorio positivo. Desafortunadamente el tener un IDH alto no asegura que ese desarrollo sea equitativo para todos por lo cual surge otro índice, el Coeficiente de desigualdad Gini, que evalúa la equidad de distribución de ingresos en una sociedad. Este índice varía entre el 0 y el 1, siendo el 0 la máxima igualdad de distribución salarial entre habitantes, es decir, que todos tienen los mismos ingresos y la variable 1 que representa la máxima desigualdad. Dicho de otra forma, una sola persona posee todos los ingresos.

Figura 1: Estimaciones de la Encuesta Gallup sobre el contingente de migrantes adultos de primera generación, en las cuatro direcciones de la migración, 2009-2011. 

La Organización de Naciones Unidas (ONU) ha expresado que un Coeficiente de desigualdad Gini menor a 0.40 ya es una cifra altamente preocupante.

La situación de América Latina, a pesar de haber mejorado en la última década, sigue manteniendo cifras muy preocupantes. Según el Banco Mundial y el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS), América Latina es la segunda región más desigual del planeta (0.52 de Coeficiente de desigualdad Gini), apenas por debajo del África Subsahariana (0.56) seguida bastante lejos por Asia (0.44) y por Europa del Este y Asia Central (0.34).

Debido a la globalización, la idea que se tenía de Chile como un país lejano, aislado y de difícil acceso ha quedado en el pasado. En pocos años, el país ha pasado de ser un país de emigrantes a ser un país de inmigrantes con una Tasa Neta de Migración (TNM) positiva de 0.33 para 2010 la cual se triplica para 20188,9.

Con los datos consultados a los diferentes Organismos Internacionales y Agencias de Naciones Unidas y mostrados en la Tabla 1, se puede concluir que estos nuevos flujos migratorios, principalmente en países de América Latina y el Caribe, se dan desde países con un IDH medio bajo y bajo hacia países con un IDH alto y muy alto pero con una distribución del ingreso muy desigual que varía entre 0.444 y 0.504 para los 3 países con saldo positivo en la tasa neta de migración10. En la Tabla 1 se presentan las características sociodemográficas de los 20 países estudiados de América Latina y el Caribe. La migración es una oportunidad si se quiere mirar así. No se puede desconocer que produce un impacto importante en el país de acogida y hemos sido testigos que en ocasiones afecta el normal desarrollo de una comunidad en lo que respecta a atención en salud, educación, bienes de consumo, puestos de trabajo aumentando la informalidad entre otros aspectos. Sin embargo, la gran mayoría de los inmigrantes aportan al desarrollo del país receptor desde su rol laboral, pagando sus impuestos, aporte cultural, lingüístico, aumento de la población y como consecuencia una modificación positiva de la pirámide poblacional en países cada vez más envejecidos (las personas viven más y cada vez nacen menos niños). Con una buena gestión de recursos e inversión y teniendo una mirada a largo plazo de la realidad de cada país receptor de inmigrantes, tal vez sea el momento de invertir en adecuar los servicios básicos de atención en la comunidad para los tiempos actuales. Según el informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en 2015, la contribución de los migrantes al PIB mundial fue de aproximadamente 6,7 billones de dólares equivalentes al 9,4% del PIB mundial11.

Algunos países de América Latina y el Caribe, especialmente Chile, se han embarcado en un viaje sin retorno. Un viaje que traerá nuevas oportunidades de crecimiento y desarrollo si somos capaces de aprovechar esta ola de inmigración. En los últimos 35 años la migración hacia Chile ha aumentado su número en 12 veces pasando de 0,7 % de la población en 1982 a un 8.6 % en 2020 según las últimas estimaciones del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales DAES-Naciones Unidas, sin embargo, aún estamos muy por debajo del promedio de los 35 países miembros de OCDE que es del 14%. La población infantil alcanza el 12% del total de inmigrantes en el país, pero la cifra aumenta si sumamos a los hijos de inmigrantes nacidos en Chile12.

Los países receptores de inmigrantes han tenido que adaptarse y promulgar leyes para hacerse cargo de este fenómeno creciente. Es así como en Chile, por ejemplo, se han promulgado leyes que brindan protección al inmigrante independiente de su situación migratoria regular o irregular. Asegurando por ejemplo la atención en salud de todos los niños/niñas y adolescentes menores de 18 años, acceso a inmunizaciones del Programa Nacional de Inmunizaciones, las mujeres embarazadas y todas las atenciones de urgencias, control y atención del embarazo y parto, así como acceso a programas de control y tratamiento como la infección por VIH y otras de transmisión sexual. En otro ámbito, la educación escolar también está garantizada para los niños/niñas y adolescentes migrantes independiente de su situación migratoria13.

Tabla 1: Características sociodemográficas de 20 países de América Latina y el Caribe. 

Inmigración en tiempos de la pandemia por COVID-19

Desde que conocimos los primeros casos de COVID-19 en diciembre de 2019 en Wuhan, China y la posterior declaración de epidemia como una emergencia de salud pública de preocupación internacional por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 30 de enero de 2020 y posteriormente el 11 de marzo de 2020 como pandemia el mundo se paralizó. Nuestra vida cambió en diversas esferas: salud, seguridad, economía y por cierto en los flujos migratorios conocidos hasta ese momento. Empezaron las cuarentenas, se cerraron las fronteras y aeropuertos y esto frenó la migración disminuyendo hasta en un 60%. En la medida que la pandemia avanzaba, mejoraba el conocimiento de esta nueva enfermedad y se implementaban nuevas vacunas, empezaron a abrirse nuevamente las fronteras y se retomaron los flujos migratorios, probablemente a un ritmo menor a lo conocido antes del inicio de la pandemia. Solo el desplazamiento interno en los países aumentó.

En palabras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en su informe de 2022, COVID-19 se ha convertido en un evento global verdaderamente sísmico, poniendo a prueba la resiliencia de países, comunidades y sistemas. Muchos países tuvieron que implementar ayudas económicas para la población aumentando su deuda externa y ocasionando una verdadera crisis económica mundial que deberán asumir las generaciones venideras14. Muchos migrantes, principalmente irregulares, quedaron por fuera de esas ayudas sociales y económicas lo que empeoró el grado de precariedad que ya tenían en el país de acogida. Es conocido que, para muchos países, generalmente de renta media y baja, el envío de remesas por parte del grupo de inmigrantes a su país de origen contribuye a incrementar el ingreso nacional bruto en un porcentaje considerable. En estos años de pandemia muchos países han dejado de recibir miles de millones de dólares por este ítem.

En América Latina y el Caribe, se observa que el COVID-19 ha afectado de manera desproporcionada a las personas migrantes, probablemente debido a las actividades, que frecuentemente caen en la informalidad, a sus condiciones habitacionales y a la desprotección en materia de salud. Esto ha profundizado el riesgo de que estas personas se contagien y de que se las discrimine y sean excluidas sobre la base de las diversas estigmatizaciones que emergen en el marco de la pandemia. Además de los inmigrantes irregulares, se encuentran las mujeres, los niños, niñas y adolescentes migrantes y las personas de las diversidades sexuales, los cuales han sido especialmente afectados con la pandemia de COVID-19. A estos grupos mencionados se pueden agregar las que tienen determinados orígenes nacionales, las que pertenecen a pueblos indígenas y los afrodescendientes.

En este escenario de incertidumbre y vulnerabilidad (pérdida de empleo, pobreza, falta de redes de apoyo, etc.) ha surgido la migración de retorno a los países de origen como una estrategia de supervivencia. Así, hemos observado a grupos de familias migrantes realizando acciones de presión como por ejemplo acampar afuera de las embajadas y los consulados, con bebés, niñas y niños pequeños a la espera de la intervención de las autoridades de sus países o directamente en las aduanas y los pasos fronterizos, lo que ha causado impacto mediático con la finalidad que les autoricen el retorno a sus países.

Embarazo y parto en mujeres migrantes de América Latina y el Caribe

En la década de los 80 la migración en América Latina y el Caribe era principalmente masculina pero cambió radicalmente para finales de la década de los 90 en que se presenta una feminización de la migración. Esta feminización se inscribe en una nueva dinámica socioeconómica en la que las mujeres comienzan a desplazarse de manera independiente, se insertan en el mercado laboral y tienen la capacidad de aportar a través del envío de remesas a sus países de origen. Esto también ha dado paso al concepto de familias transnacionales que se refiere a hijos/as dejados atrás en sus países de origen a cargo de los abuelos lo que ha generado otras dificultades. Estos niños/niñas y adolescentes crecen y se hace más difícil el control de ellos lo que ha llevado al aumento de drogadicción, alcoholismo y suicidio en adolescentes convirtiéndose en un problema de salud pública en algunos países.

Actualmente, el 50% de los migrantes en ALC son mujeres. En general, las mujeres migrantes son mayores de 18 años y gozan de buena salud. En este grupo, la tasa de embarazo adolescente es menor que la población local15,16.

El continente americano está envejeciendo, explicado principalmente por la disminución de la tasa de fecundidad y por una mayor supervivencia, lo que llevará a la región a alcanzar su población máxima en el año 2058. En el caso de la población mundial, no se espera un crecimiento negativo en los próximos 80 años, a diferencia de ALC, donde se proyecta una disminución de la población a partir de 2059.

Tabla 2: Tasas de fecundidad de 20 países de América Latina y el Caribe. 

En el proceso de transición demográfica de la región sobresale la acelerada caída de la fecundidad, llegando a una tasa global de fecundidad de 2 hijos por mujer para el período 2015-2020, situándose por debajo del nivel de reemplazo. Actualmente en Chile, la tasa de fecundidad es de 1.6 hijos por mujer lo que impacta en forma importante la pirámide poblacional. Tras 4 años de disminución en el número de nacimientos en Chile, desde 2018 se aprecia un leve incremento. Actualmente el 14 % de los nacimientos en Chile son hijos de mujeres inmigrantes. Existen algunas publicaciones en Chile que evidencian una tasa de fecundidad más alta en mujeres peruanas migrantes en España y Chile lo que impacta e impactará favorablemente en la pirámide poblacional15,16. En la Tabla 2 se presenta la variación de las tasas de fecundidad de los 20 países de América Latina y el Caribe estudiados en un periodo de 10 años en donde se evidencia que 17 de los 20 países estudiados han disminuido su tasa de fecundidad.

Niños migrantes no acompañados en países de América Latina y el Caribe (ALC)

Como se mencionó, el 14,6 % de la población migrante a nivel mundial son niños/niñas o adolescentes. Muchos de estos menores de edad viajan acompañados por sus padres o tutores, pero cada vez es más frecuente que viajen solos. Estos menores de 19 años no acompañados que migran sin sus tutores legales están aumentando en todo el mundo siendo una situación crítica en el corredor de África a Europa y desde América del Sur y Centro hacia América del Norte a través de México.

El perfil del inmigrante que llega a los países de América Latina y El Caribe, como ejemplo a Chile, deja en evidencia que son generalmente adultos jóvenes entre 25 y 39 años, de sexo masculino en un 52%, que gozan de buena salud y, aunque es variable según la región, poseen un mayor nivel educativo secundario y técnico universitario que la población local17. Adicionalmente, los niños/niñas y adolescentes migrantes también gozan de buena salud física, sin embargo, enfrentan diferentes retos con un grado aun mayor de vulnerabilidad en comparación con un adulto presentando un importante deterioro en su bienestar psicosocial. Es importante recordar que entre más dure el viaje de traslado desde el país de origen al país receptor, mayor es el riesgo que el estado de salud se deteriore18.

En la Tabla 3 se presenta el porcentaje de niños migrantes menores de 19 años por Continente en la cual se observa la relevancia del tema en África principalmente. Comparando las cifras de 2010 y 2020, la discreta disminución en casi todas las regiones se podría explicar por la pandemia de COVID-19 y la restricción a los desplazamientos internacionales.

Como se puede apreciar en la Tabla 4, en la mayoría de los países estudiados en el periodo entre 2010 y 2020 ha habido una disminución en el flujo migratorio de niños/niñas y adolescentes menores de 19 años probablemente explicado por efectos de la pandemia de COVID-19 pero lo más probable es que en los próximos años veamos un incremento en estas cifras.

Con preocupación hemos sido testigos de las reiteradas violaciones a los derechos fundamentales de los niños/niñas y adolescentes proclamados por la ONU en 1959. En ella se expresa, entre otros: “el derecho a la igualdad, sin distinción de raza, religión y nacionalidad, “el derecho a estar entre los primeros en recibir ayuda en cualquier circunstancia, “el derecho a la protección contra cualquier forma de abandono, crueldad y explotación”. Todo el escrito pudiera quedar en un documento de buenas intenciones cuando vemos que muchos niños, principalmente de América Central, son separados de sus padres al pretender ingresar a Estados Unidos. El número de niños/niñas y adolescentes migrantes en ALC se estima en 3.5 millones para el año 2022 representando un 47% de aumento con respecto al año 202119. En las Américas, 4 de cada 5 niños/niñas y adolescentes migrantes viven en 3 países: Estados Unidos, México y Canadá. Muchos de estos menores de edad se ven obligados a emprender solos esta aventura de tratar de llegar a su lugar de destino que, en ALC principalmente es desde los países de América Central hacia Estados Unidos. Con las políticas restrictivas a la migración irregular muchos de estos menores han quedado recluidos en centros de detención para inmigrantes. Desafortunadamente esto no ocurre solamente en Estados Unidos. La presión ejercida sobre México para evitar la entrada de migrantes desde países de América Central y América del Sur ha llevado a que en el año 2019 se detuvieran a 40.500 niños/niñas y adolescentes que viajaban solos y esta cifra aumenta año tras año. Se estima que más del 80% de estos menores que emprendieron viaje solos, tienen algún familiar ya radicado en Estados Unidos, familiar que muchas veces se encuentra irregular en el país de acogida y no se hace presente para acompañar al menor por el temor de sufrir la misma suerte. En este conflicto migratorio, un gran número de estos menores de edad, según la legislación actual de Estados Unidos, quedan durante al menos 72 horas en celdas administradas por la Agencia de Aduana y Patrulla Fronteriza. Posteriormente pasan a cargo del Departamento de Salud y Servicios Humanos donde a cada niño se le asigna un trabajador social que contacta a sus familiares en el país de acogida en caso de existir o los deriva a una familia patrocinadora temporal. Todo este proceso en el que se ven involucrados los menores de edad inmigrantes no acompañados genera un estado de vulneración de sus derechos, ocasionando un aumento exponencial del riesgo de ser víctimas de trata de personas, abusos sexuales, de sufrir todo tipo de violencia o explotación de manos de las mafias u otros individuos.

Se estima que entre los meses de enero y octubre de 2022, unos 211.355 niños/niñas y adolescentes han cruzado por la selva del Darién en la frontera entre Colombia y Panamá para seguir su rumbo hacia países del norte privándolos de atención en salud, educación y una buena nutrición entre otros20.

No podemos ser espectadores pasivos de los abusos que se están cometiendo. Como sociedades científicas estamos llamados a denunciar este tipo de atropellos exigiendo la protección de los menores migrantes. No importa cuál sea el motivo para migrar, ningún ser humano se merece un trato indigno.

Tabla 3: Porcentaje de niños migrantes (<19) según continente. 

Tabla 4: Porcentaje de niños migrantes (<19) de 20 países de América Latina y el Caribe. 

Conclusiones

La migración es un fenómeno creciente, que no distingue edades, etnias ni condición social pero que reúne características comunes como es la vulnerabilidad, la soledad, el aislamiento social siendo aún mayor en el grupo de menores de edad.

Mientras exista la inequidad en el crecimiento y desarrollo de los países, las personas buscaran un mejor bienestar cruzando las fronteras, ya sea en forma regular o irregular, y el fenómeno migratorio continuará. Los países están llamados a atender esta situación velando por el respeto irrestricto a los Derechos Humanos incluidos los derechos de los niños/niñas y adolescentes. La responsabilidad es compartida, tanto del país que acoge como el país de origen por lo que se hace necesario implementar leyes en aquellos países en que no cuenten con una legislación acorde y volverlas más operativas y ajustadas a la realidad en aquellos países en que si cuenten con ellas para resguardar estos derechos. Al inmigrante se le debe asegurar los mismos derechos que se encuentran expresados en la Constitución Política del país receptor y que protegen a los nacionales. Invertir en la inmigración no debería ser visto como un gasto sino por el contrario como una ganancia ante un futuro promisorio con diversidad cultural, cambios demográficos que impactarán en la economía, aumento de la fuerza laboral entre otros aspectos. La migración no es una amenaza, es una oportunidad.

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Nota: Depto. Pediatría y Cirugía Infantil Campus Centro. Grupo de Trabajo Migración y Salud. Facultad de Medicina. Universidad de Chile

Nota: Rodrigo Vásquez: Pediatra Infectólogo. Grupo de Trabajo Migración y Salud

Nota: Trabajo inédito

Nota: El autor declara no tener conflictos de intereses

Nota: Este trabajo ha sido aprobado unánimemente por el Comité Editorial

Recibido: 08 de Julio de 2022; Aprobado: 22 de Marzo de 2023

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