Introducción
Desde el inicio de la pandemia por SARS-CoV-2 y hasta el momento, se ha observado a nivel mundial que los niños y adolescentes se han afectado en menor proporción en comparación con la edad adulta1.
Numerosas publicaciones señalan que los niños, en especial los menores de 10 años, se presentan más frecuentemente con formas pauci o asintomáticas o con enfermedad más leve que los adultos, siendo los casos graves excepcionales2.
No obstante, el aumento de casos en el país y la situación actual con alta circulación y transmisión comunitaria del virus han provocado un predecible aumento en la incidencia de contactos y casos pediátricos3,4.
De acuerdo a datos del Departamento de Vigilancia en Salud, División de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (MSP) de Uruguay, desde el inicio de la pandemia el 13 de marzo de 2020 hasta el 27 de abril de 2021, el total de casos confirmados de COVID-19 en menores de 15 años es de 22.718. Requirieron internación 127 menores (0,6%), de los cuales 24 ingresaron por otra causa y el hisopado identificó SARS-CoV-2. Ingresaron a cuidados intensivos 10 pacientes, de los cuales uno falleció5.
La detección precoz de todos los casos compatibles con COVID-19 es uno de los puntos clave para controlar la transmisión de la enfermedad. Por ello los servicios de vigilancia de salud pública y el sistema sanitario asistencial deben adaptarse para asegurar la detección precoz de casos y el control de la transmisión por SARS-CoV-26,7.
La vigilancia epidemiológica permite orientar la aplicación y ajuste de las medidas de control, al tiempo que posibilita la reanudación de las actividades económicas y sociales en condiciones de seguridad. Por otra parte, la vigilancia activa permite evaluar las consecuencias de la pandemia para los sistemas de atención de salud a través de la monitorización de las tendencias epidemiológicas a corto y mediano plazo de la evolución del virus SARS-CoV-2 y las tendencias de la mortalidad por COVID-19. También permite conocer la cocirculación del SARS-CoV-2 con otros virus respiratorios y otros microorganismos patógenos8-11.
Desde la declaración de emergencia sanitaria por COVID-19 son numerosas las estrategias y recomendaciones realizadas por la autoridad sanitaria para la detección precoz de casos y el control de la transmisión de la enfermedad, entre las que se encuentra la vigilancia activa de la infección en los ingresos hospitalarios12.
Cabe señalar que, dado el dinamismo de la situación epidemiológica, estas recomendaciones pueden requerir modificaciones en un futuro13,14, por lo que es importante la comunicación periódica de los hallazgos a partir de investigaciones nacionales.
Objetivo
Describir los resultados de la estrategia de vigilancia activa de infección por SARS-CoV-2 en los menores de 15 años con indicación de ingreso hospitalario durante la pandemia de COVID-19 en un prestador integral de salud privado del interior del país.
Metodología
Estudio observacional, descriptivo, prospectivo, de los menores de 15 años con indicación de ingreso a cuidados moderados del 1/4/2020 al 30/4/2021 en CRAMI-IAMPP, un prestador integral de salud del Departamento de Canelones.
La estrategia de vigilancia activa de infección por SARS-CoV-2 en menores de 15 años con indicación de ingreso a sala de cuidados moderados de CRAMI-IAMPP se elaboró en conjunto entre el Comité de Infecciones y el Servicio de Pediatría en el mes de marzo de 2020. Se analizó toda la evidencia científica disponible a la fecha y las recomendaciones del MSP para la elaboración de los protocolos institucionales de actuación. Para implementar la estrategia se capacitó a todo el personal de salud en los protocolos establecidos, en un corto período de tiempo, a través de diferentes modalidades.
Se solicitó PCR para SARS-CoV-2 previo al ingreso hospitalario ya sea de coordinación o de urgencia a todos los menores de 15 años. Al momento de la indicación de la PCR se realizó un breve interrogatorio sobre noción de contacto con caso confirmado de COVID-19 y/o presencia de síntomas sugestivos.
Durante la internación se aplicaron los protocolos de prevención de infecciones intrahospitalarias ajustados para la infección por SARS-CoV-2 (lugares de aislamiento, señalización para circulación, identificación de pacientes en espera de resultados y pacientes positivos, equipos de protección personal adecuados a cada situación clínica, entre otros). Para la detección precoz de casos sospechosos durante la internación se aplicó una lista de verificación de síntomas en forma diaria, solicitando PCR ante la aparición o cambios en la sintomatología. En internaciones prolongadas se solicitó PCR cada 7 días, independientemente de la presencia o ausencia de síntomas.
Se registraron datos patronímicos: edad; sexo; causa de ingreso hospitalario (médica o quirúrgica); tipo de ingreso (coordinado, urgencia o traslado interhospitalario), para la vigilancia de síntomas se realizó una lista de verificación de síntomas de COVID-19: fiebre, síntomas respiratorios, digestivos, cutáneos y generales. Para el registro y procesamiento de las variables se desarrolló una base de datos anonimizada con los registros del equipo de seguimiento y la historia clínica de los pacientes.
Se calculó la incidencia de infección por SARS-CoV-2 en la cohorte, frecuencias absolutas y porcentajes.
El estudio contó con autorización institucional.
Resultados
En el período de estudio se indicó ingreso hospitalario a sala de cuidados moderados a 231 menores de 15 años, lo que constituye un descenso de 37% en comparación con igual período del año previo (369 ingresos). La distribución por sexo fue: 129 varones (56%) y 102 niñas (44%). El promedio de edad fue de 6,5 años con un rango entre 7 días y 14 años-10 meses.
El ingreso fue desde la urgencia pediátrica en 150 casos (65%), 70 coordinados (32%) y en el 5% (11 casos) se debió a un traslado interhospitalario, desde Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de otro prestador de salud. La distribución mensual de los ingresos a cuidados moderados según tipo de ingreso se muestra en la (Figura 1).
La causa de ingreso fue en 60% de los casos patología quirúrgica (131 niños) y en 40% patología médica (89 niños).
En la (Tabla 1) se muestran los ingresos por causas médicas según grandes grupos de la Clasificación Internacional de Enfermedades 10 (CIE-10) y los resultados de la PCR para SARS-CoV-2.
De los 13 niños que ingresaron por patología respiratoria, los diagnósticos nosológicos fueron: bronquiolitis (cinco niños, no se identificó virus en ninguno de los casos), crisis asmática (tres niños), infección respiratoria aguda baja (dos), neumonía adquirida en la comunidad (uno), laringitis (uno) y tos convulsa (uno).
Todas las PCR para SARS-CoV-2 solicitadas a los menores de 15 años ingresados por causa médica fueron negativas.
Los ingresos por causa quirúrgica fueron coordinados en 53% de los casos (70/131) y de urgencia en 47% (61/131). En la (Tabla 2) se muestran los ingresos quirúrgicos por especialidad y tipo de ingreso (coordinado o urgencia) y los resultados de la PCR para SARS-CoV-2.
De los pacientes con ingreso coordinado ninguno tenía antecedente de contacto reciente con caso positivo de COVID-19 ni síntomas sugestivos. Fue positiva la PCR para SARS-CoV-2 en un niño coordinado para un procedimiento cardiovascular que se suspendió previo al ingreso. No tenía antecedente de contacto ni síntomas sugestivos; el rastreo y estudio de sus contactos fue negativo.
En los 11 pacientes que fueron trasladados desde otro prestador de salud la PCR para SARS-CoV-2 fue negativa.
Durante la internación, la vigilancia diaria de síntomas sugestivos de infección no determinó la solicitud de nuevas PCR. A cuatro niños con internación prolongada se les realizó nuevas PCR siendo todas negativas. No hubo ningún caso de infección intrahospitalaria.
Durante este período de estudio se diagnosticaron 336 menores de 15 años con infección por SARS-CoV-2 en CRAMI-IAMPP, ningún caso requirió ingreso hospitalario.
De acuerdo a los resultados de la vigilancia activa de infección por SARS-CoV-2 en los menores de 15 años previo al ingreso a cuidados moderados, se detectó un caso positivo, por lo que la incidencia de infección por SARS-CoV-2 en la cohorte estudiada es de 0,4 casos por cada 100 ingresos hospitalarios.
Discusión
Dentro de las medidas recomendadas por la autoridad sanitaria para la contención de la pandemia en nuestro país, se incluyó la adecuación de los servicios asistenciales, priorizando la telemedicina, las consultas domiciliarias y la disminución de las intervenciones quirúrgicas de coordinación. Al igual que en otras publicaciones15,16, esto determinó un descenso marcado de las consultas en los servicios de urgencia pediátrica y de los ingresos hospitalarios. Como se observó en nuestro estudio, la mayor caída de los ingresos a cuidados moderados se vio en los meses de abril y mayo de 2020, y en los meses con mayores ingresos, setiembre y noviembre de 2020, el aumento se debió principalmente al componente de ingresos coordinados. Se destaca la notoria disminución de los ingresos por causas respiratorias, incluso en los meses de invierno, que son habitualmente la primera causa de internación en la población pediátrica17.
La finalidad de la vigilancia epidemiológica activa de la COVID-19 es precisamente buscar la reducción de la transmisión del SARS-CoV-2 y con ello limitar la morbilidad y la mortalidad asociadas. De esta manera, sus objetivos apuntan a la detección, aislamiento, diagnóstico y atención temprana de los casos, así como detectar y contener los brotes, en particular en los grupos de población vulnerables7,8.
La preparación del sistema de salud para la contingencia, con adecuación de la infraestructura y los recursos humanos y la elaboración de protocolos institucionales con la debida capacitación de todo el personal de salud, es una de las medidas destacadas por la autoridad sanitaria para la contención de la pandemia18. De acuerdo a las observaciones en la vigilancia activa de nuestra cohorte podemos considerar que la preparación para la pandemia a nivel institucional fue adecuada, con la elaboración, capacitación e implementación de los protocolos previo al aumento de casos comunitarios de COVID-19.
Tal como lo muestran investigaciones internacionales, los niños con infección por SARS-CoV-2 tienen menos probabilidad de infección grave y de requerir ingreso a cuidados moderados o intensivos en comparación con la población adulta2,10,19. En nuestro caso, hasta finalizado este estudio, ningún niño con infección con SARS-CoV-2 diagnosticada en la institución requirió ingreso hospitalario, lo que puede explicarse por la menor gravedad de la infección así como por la adecuación de la asistencia domiciliaria de estos pacientes.
La vigilancia activa previa al ingreso hospitalario permite además la detección incidental de casos asintomáticos de SARS-CoV-2 que requieren ingreso por otra causa. En la vigilancia en seis hospitales infantiles en los Estados Unidos durante julio y agosto de 2021, aproximadamente 20% de los niños con una prueba de SARS-CoV-2 positiva tuvieron detección incidental (infección asintomática o leve no relacionada con el motivo de la hospitalización)20.
En el caso de los niños que requieren ingreso para una cirugía coordinada, se sugiere que la decisión con respecto al testeo universal debe individualizarse de acuerdo con la prevalencia regional de COVID-19, la capacidad de prueba local y la disponibilidad de equipo de protección personal. En nuestro estudio un solo niño presentó una PCR positiva previa al ingreso coordinado, lo que determinó una incidencia de 0,4 casos cada 100 ingresos hospitalarios, similar a un estudio de cribado preoperatorio universal de SARS-CoV-2 en tres hospitales infantiles de atención terciaria, donde la incidencia global fue <1%21.
Conclusiones
La vigilancia activa de la infección por SARS-CoV-2 en los pacientes con criterio de ingreso hospitalario fue adecuada y permitió identificar un caso positivo asintomático en el que se re coordinó el procedimiento. La incidencia de infección en la cohorte estudiada fue muy baja; no hubo ingresos de pacientes con infección por SARS-CoV-2 y no se constató transmisión intrahospitalaria de la infección.