Introducción
En diciembre de 2019 se notificaron en Wuhan (China) pacientes con infección respiratoria baja causada por un coronavirus no identificado hasta ese momento, el posteriormente denominado SARS-CoV-2.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró una Emergencia de Salud Pública de interés internacional el 30 de enero de 2020 y pandemia el 11 de marzo de 2020. El 13 de marzo siguiente fueron registrados los primeros casos de infección por SARS-CoV-2 en Uruguay.
El SARS-CoV-2 pertenece a la familia Coronaviridae, virus envueltos de ARN de sentido positivo, no segmentados, que se distribuyen en humanos y otros mamíferos, originando patologías de diferente severidad1-3.
Su letalidad varía de 0,3% a 5,8% en distintos países, siendo estos valores aproximados por el elevado subregistro de información y por la novedad de la infección. Se estima que esta letalidad es significativamente más alta que la de la influenza estacional (0,1%)4.
Desde el comienzo de la pandemia se observó que los niños presentan habitualmente formas pauci o asintomáticas, desarrollando una enfermedad más leve que los adultos. Entre la sintomatología más frecuente se encuentra la tos, la rinorrea y la fiebre5,6.
Otra observación es que los niños se encuentran al final de la cadena epidemiológica, siendo generalmente contagiados por contactos intrafamiliares. En nuestro país desde el 13 de marzo al 31 de agosto se reportaron 90 casos en menores de 15 años, 53 de ellos eran sintomáticos (59%) y 37 asintomáticos (41%), representan un pequeño porcentaje (5,64%) del total de contagiados (1.595 casos), en todo el territorio nacional. Ninguno presentó complicaciones ni requirió internación en cuidados moderados ni en cuidados intensivos. Todos evolucionaron favorablemente, con recuperación completa2,3.
Entre las medidas de prevención tomadas en nuestro país para evitar la propagación del virus se encuentra la declaración del estado de emergencia sanitaria con el consiguiente cierre de fronteras, cuarentena obligatoria a viajeros provenientes del exterior, cierre de centros educativos, espacios públicos y confinamiento voluntario. Además se exhortó a la población al uso de mascarillas, al distanciamiento social y a medidas de higiene personal más rigurosas.
En cuanto a nuestro Servicio, consultan niños, niñas y adolescentes hasta los 14 años provenientes de familias con un trabajo considerado esencial como es la policía, por lo que se decidió realizar el estudio diagnóstico por PCR a todo paciente que cumpliera la definición de caso según las pautas del MSP para pediatría, sea en el Departamento de Emergencia Pediátrico o en el domicilio7.
La planta física debió reestructurarse para no compartir áreas respiratorias y no respiratorias. Se contó con equipo de protección adecuado para cada consulta y se instauró un seguimiento telefónico desde la emergencia para el apoyo del paciente y su familia.
Colegas de Europa han reportado un dramático descenso en las consultas en emergencia pediátrica, lo que evaluaremos en este trabajo8,9.
Objetivo
Describir las características de las consultas en el Servicio de Emergencia Pediátrica del Hospital Policial durante el periodo 14/3/2020-14/07/2020 a causa de la situación epidemiológica actual y compararla con el mismo período de 2019.
Metodología
Se realizó un estudio observacional descriptivo retrospectivo. Se consideraron los períodos desde el 14 de marzo al 14 de julio de 2019 y 2020. Se incluyeron todos los niños de 0 a 14 años inclusive que concurrieron al Servicio de Emergencia del Hospital Policial.
Fuente de datos: historias clínicas. Las variables consideradas fueron número de consultas, sexo, edad, diagnóstico, destino y reconsulta al servicio dentro de las 48 horas.
Análisis estadístico: distribución de frecuencias, medidas de resumen y significancia.
Consideraciones éticas: se garantiza la privacidad y anonimato de los pacientes implicados.
Resultados y discusión
La frecuencia absoluta de consultas en el período analizado fue de 2.765 en año 2019, y de 576 en 2020.
En cuanto a los diagnósticos de 2020, 107 fueron infecciones respiratorias altas y bajas (18,57%), 23 crisis broncoobstructivas (3,99%), 88 lesiones (traumatismos, heridas cortantes y quemaduras, 15,28%), 14 gastroenterocolitis (2,43%), 17 con dolor abdominal (2,95%), 20 infecciones del tránsito urinario (3,47%), 14 dermatitis (2,43%), 11 escabiosis (1,91%), 19 infecciones de piel y partes blandas (3,30%, impétigo, celulitis ), 27 repetición y cambio de recetas (4,69%), cuatro maltrato y abuso (0,70%) y 232 otros (40,28%).
En relación al sexo hubo 301 consulta de niños (52,26%), y 275 niñas (47,74%). En cuanto a la edad, siete fueron recién nacidos (1,21%), 135 lactantes (23,43%), 129 prescolares (22,40%), 191 escolares (33,16%), 114 adolescentes (19,80%), sobre su destino 519 (90,10%) fueron altas a domicilio, 54 (9,38%) ingresaron a piso de cuidados moderados y tres (0,52%) a cuidados intensivos (por crisis de cianosis, neumonía con insuficiencia respiratoria y cetoacidosis diabética). Hubo 24 reconsultas, un 4,17%.
Se hicieron un total de 205 seguimientos telefónicos desde emergencia en el período de estudio y un total de 18 test diagnósticos a pacientes ambulatorios, todos negativos.
En comparación en 2019, 1.065 fueron infecciones respiratorias altas y bajas (38,52%), 183 crisis broncoobstructivas (6,62%), 228 lesiones (traumatismos, heridas cortantes y quemaduras, 8,25%), 239 gastroenterocolitis (8,64%), 43 con dolor abdominal (1,55%), 33 infecciones del tránsito urinario (1,20%), 26 dermatitis (0,94%), 10 escabiosis (0,36%), 52 infecciones de piel y partes blandas (1,88%, impétigo, celulitis), 74 repetición de recetas (2,68%), siete maltrato y abuso (0,25%) y otros 805 (29,11%).
En relación al sexo hubo 1.418 consulta de niños (51,28%) y 1.347 niñas (48,72%). En cuanto a la edad, 12 fueron recién nacidos (0,43%), 746 lactantes (26,98%), 697 prescolares (25,21%), 947 escolares (34,25%), 355 adolescentes (12,84%), en ocho no contamos con datos (0,29%). Sobre su destino, 2.608 (94,32%) fueron altas a domicilio, 152 (5,50%) ingresaron a piso de cuidados moderados y cinco (0,18%) a cuidados intensivos (crisis asmáticas, neumonía viral, cetoacidosis diabética, traumatismo encefalocraneano y exposición a agentes tóxicos). Hubo 135 reconsultas, correspondiendo a un 4,88%.
Existió una reducción de consultas de 79% en 2020 con respecto a 2019, se destaca la disminución significativa de las infecciones respiratorias en 53% (p=0,000000), y las gastroenterocolitis en 75% (p=0,00003), no así las crisis broncoobstructivas en las que no existió una disminución significativa (p=0,03). Lo inverso pasó con las lesiones y la escabiosis las que aumentaron significativamente en 87,5% (p=0,005) y 427% (p=0,0008) respectivamente. El aumento del dolor abdominal (93%, p=0,038) no fue significativo, como las consultas por maltrato y abuso (200%, p=0,202).
Conclusiones
Las consultas en emergencia pediátrica en 2020 disminuyeron 79% con respecto al año anterior, lo que puede estar relacionado con las medidas de confinamiento planteadas por el MSP, la suspensión de clases presenciales en todos los niveles educativos y el temor de los usuarios por la pandemia.
En cuanto a los diagnósticos de las consultas, podemos observar que las infecciones respiratorias altas y bajas, las crisis broncoobstructivas y las lesiones continuaron siendo los motivos de consultas más frecuentes en el DEP. Existió un aumento porcentual en las consultas por traumatismos, heridas cortantes y quemaduras, lo que nos confirma que el domicilio es un entorno frecuente de accidentes en la infancia.
Las consultas por escabiosis aumentaron en forma significativa. Esto podría explicarse por una mayor frecuencia de hacinamiento, que aumentó en este período debido a las medidas de prevención tomadas.
Si bien las consultas descendieron, hubo un aumento porcentual en el ingreso a cuidados moderados, debiéndose esto a la menor consulta de patologías banales y a consultas tardías por una resistencia de los padres y/o cuidadores en concurrir a la emergencia para así evitar la exposición al virus.
Se puede ver un aumento porcentual en cuanto a las consultas vinculadas a casos de abuso sexual, que no fue significativo a pesar que las medidas como el confinamiento potencian los factores de riesgo para estas situaciones aumentando el aislamiento, el tiempo con el victimario y dificultando los pedidos de ayuda y denuncias.
El porcentaje de reconsultas presentó un cambio mínimo.
No hubo diferencia en relación al porcentaje del sexo entre el año 2019 y 2020.
Los escolares siguen siendo el grupo más prevalente en las consultas.