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Archivos de Pediatría del Uruguay

Print version ISSN 0004-0584On-line version ISSN 1688-1249

Arch. Pediatr. Urug. vol.91 no.4 Montevideo  2020  Epub Aug 01, 2020

https://doi.org/10.31134/ap.91.4.1 

Editorial

¿La pandemia de COVID-19 y las medidas de confinamiento aumentan el riesgo de violencia hacia niños/as y adolescentes?

Do the COVID-19 Pandemic and lockdown measures increase the risk of violence against children and teenagers?

Pode a pandemia de COVID-19 e as medidas de contenção acrescentar o risco de violência contra crianças e adolescentes?

Gabriela Garrido

Gabriel González


La pandemia de COVID-19, desatada a comienzos del 2020, ha determinado una conmoción para las personas y familias a nivel mundial. El confinamiento social y el cierre escolar han sido medidas drásticas adoptadas por los países afectados, para prevenir la propagación de la enfermedad. Si bien en Uruguay se optó por el confinamiento voluntario, hubo un alto acatamiento por parte de la población. Estas medidas, que sin duda contribuyeron en el control de la epidemia, determinaron cambios profundos en la vida cotidiana y en las rutinas básicas de las familias, con un importante impacto en otros componentes de la salud, psicosociales y económicos. Estos fenómenos asociados se han llegado a denominar pandemia secundaria o parapandemia.

Para los adultos, el no concurrir a los lugares de trabajo habitual, el teletrabajo, la inseguridad laboral, el desempleo y la disminución o pérdida de ingresos, suponen gran incertidumbre y un alto nivel de estrés. A esto se agrega el cuidado de los hijos a tiempo completo, asumir la responsabilidad de la tarea escolar en la casa y las actividades domésticas.

En niños/as y adolescentes la restricción de la concurrencia a los centros educativos limita los procesos de socialización, el intercambio con pares, el juego compartido, la actividad física y los aprendizajes formales, además de otros beneficios que brindan las escuelas. Estos cierres educativos y su reapertura en condiciones de extrema precaución sanitaria generan temor, tristeza e inseguridad en las nuevas generaciones. Riesgos que no son mitigados con la educación virtual, que además de sobrecargar tareas en los padres y obligarlos a cumplir un rol educativo activo, atentan contra el derecho sagrado del niño de socializar y jugar libremente con sus pares.

Debemos resaltar que estos factores impactan en forma no equitativa, siendo aquellos niños/as en situación de discapacidad, trauma, con problemas de salud mental o pertenecientes a familias disfuncionales o en situación de pobreza, los más vulnerables. En este sentido, se menciona que las familias en estos contextos de confinamiento padecen una gran presión interna que requiere de mecanismos de afrontamiento potentes para regular emociones y controlar comportamientos para adaptarse a las nuevas situaciones. Las fallas en estos mecanismos y el agravamiento de los problemas de salud mental de los adultos incrementan la posibilidad de violencia doméstica y exponen a niños/as y adolescentes a un mayor riesgo de sufrir distintas formas de maltrato. De acuerdo a la opinión de expertos del Reino Unido, someter a los niños vulnerables exclusivamente al contacto familiar durante un período prolongado, establece las condiciones perfectas para una falla de protección.

En nuestro país, de acuerdo a los informes de la Estrategia Nacional Infancia Adolescencia (ENIA) y otros estudios posteriores, el maltrato infantil está dentro de los problemas de salud más prevalentes en la infancia. Podríamos anticipar que esta situación pueda agravarse en el contexto de la crisis actual.

En un estudio nacional reciente realizado por UNICEF y el Espacio Interdisciplinario de la Universidad de la República, sobre los conocimientos, actitudes y comportamientos de las familias uruguayas en relación con el COVID-19, se evidencia una marcada prevalencia de sentimientos y estados de ánimo negativos, tales como preocupación, miedo y ansiedad. En relación con los cambios en la vida familiar, más del 90% de las familias señalan que han sufrido cambios, dentro de los cuales nos interesa señalar que el 18% refiere “aumento de castigo físico hacia sus hijos” y el 26% “aumento de frecuencia de gritos”.

Factores como el cierre escolar y las limitaciones en el acceso a servicios de salud y de apoyo social a las familias en territorio, como ocurrió en nuestro país, disminuyen las barreras de control social frente a las situaciones de violencia hacia la infancia durante el confinamiento.

En otro estudio cualitativo reciente realizado a través de grupos focales en Montevideo y Canelones por la Comunidad Consultora Nómade, se señala que niños y niñas constituyen uno de los grupos más afectados por el encierro y que son los blancos más fáciles de los estallidos emocionales de los adultos. Las madres mencionan que han incrementado los gritos y los rezongos hacia sus hijos. Los autores presumen que también se han incrementado los maltratos físicos y los abusos.

Si bien es prematuro sacar conclusiones sobre los cambios en las consultas por violencia hacia la infancia en los servicios de salud, constatamos que en los meses de abril y mayo de 2020 las interconsultas a Psiquiatría Pediátrica en el Centro Hospitalario Pereira Rossell disminuyeron en un 50%. Sin embargo, observamos con alarma que la frecuencia de consulta por sospecha de abuso sexual fue el único motivo que se incrementó, si lo comparamos con el mismo período del año anterior.

Sabemos que las situaciones de violencia de distinto tipo en el ámbito de la familia (maltrato físico, abuso sexual, psicológico, violencia de género, etc.) son factores ambientales de alto riesgo para la salud física y mental en niños/as y adolescentes a corto, mediano y largo plazo. Por este motivo, entendemos que es fundamental alertar sobre la importancia de lograr un retorno seguro y pleno a los centros educativos, el acceso a los servicios de salud y de salud mental, a los tratamientos de rehabilitación suspendidos total o parcialmente y a los equipos de apoyo a las familias en situación de vulnerabilidad económica y social, para prevenir un daño mayor en esta generación de niños/as y adolescentes poco considerados a la hora de las decisiones frente al control de la pandemia por COVID-19.

Atender y priorizar recursos para esta problemática, que tendrá mayor impacto en poblaciones vulnerables, será clave para mitigar los efectos colaterales de esta pandemia en niños/as y adolescentes.

Gabriela Garrido ORCID 0000-0002-7397-9067 Gabriel González ORCID 0000-0002-9375-0913

Nota: Este trabajo ha sido aprobado unánimemente por el Comité Editorial.

Nota: Todos los autores declaran haber colaborado en forma significativa.

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