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Archivos de Pediatría del Uruguay

versión On-line ISSN 1688-1249

Arch. Pediatr. Urug. vol.86 no.3 Montevideo set. 2015

 

Estaba escrito en la pared
 

El azar es un concepto apasionante. 

La película Match Point del genial Woody Allen es una de mis preferidas. 

Trata sobre la influencia del azar en la vida de los protagonistas y esto, si lo pensamos un poco, se aplica continuamente en cualquier circunstancia de la realidad. 

A diario nos cruzamos con gente y con situaciones diversas que son de una manera pero bien podrían haber sido de otra. Al igual que en la película que mencionaba antes, en un partido de tenis la pelota cae un milímetro de un lado o del otro y entonces se gana o se pierde el partido. 

Y así también es con la medicina. 

Esta historia es la de una endemoniada tarde en la policlínica pediátrica, con el jolgorio de niños de tres pediatras atendiendo al unísono y entretanto una corriendo de un consultorio a otro como en carrera de obstáculos. 

Esa tarde y no otra, en un momento me siento en el escritorio y mientras terminaba de redondear una historia, levanto la mirada y lo veo… aquel cartel venido a menos, que quién sabe cuanto hacía que colgaba en aquella pared. 

Mis ojos lo miraron como la primera vez… es más, me fijé detenidamente en el punto 7 de ese cartel el cual nunca en mi vida había leído y que recordaba las variadas formas de presentación de la enfermedad celíaca. 

Es mas, mis ojos fueron directo al punto 7 que decía: cambios del carácter, tristeza, irritabilidad, apatía… 

Mirá vos… Es cierto, sí habrán machacado con esto cuando era residente. 

- “Doctora, tenés paciente en el consultorio 1 y en el 2”… la voz de la enfermera me sacó de mi memoria de la época del residentado y me trajo de un saque al momento actual. 

- “Ahí voy”…..le digo y allá fui… 

Al entrar al consultorio encuentro a Gonzalito de 6 anos, paciente que conozco desde que nació y a su madre, una señora muy inquieta y muy obsesiva con la salud de sus niños. Gonzalo estaba sentado quietito apretado al costado de su mama. 

- Hola Gonzalito ¿cómo andás? ¿vienen para el control? 

- Hola Gaby…, no… no es control , venimos porque anda más o menos, me contesta la mamá. Sabés… venimos a consultarte poque Gonzalo anda triste, irritable, con cambios del carácter, procediendo a recitarme el listado del cartel exactamente como si lo hubiera leído como yo hacía dos minutos… 

Juro que si no fuera por el cartel, en mi vida seguiría el interrogatorio como siguió, preguntando sobre cambios del tránsito digestivo, anorexia, etcétera, etcétera, ni tampoco me hubiera detenido a mirar si su abdomen estaba distendido, ni a preguntarle sobre antecedentes familiares de enfermedad celíaca. Y ahí sí… estaba la tía del padre, ¿pueden creer? 

Es que si no fuera por el famoso cartel hubiera interrogado problemas en la casa o en la escuela, qué se yo, tantas cosas… 

O quizás hubiera hecho el pedido de interconsulta con el equipo de salud mental y listo. 

Obviamente la madre se fue del consultorio algo desconcertada y con el pedido de los anticuerpos, por supuesto. 

Desde ahí no hace falta que les cuente que los anticuerpos fueron positivos, la biopsia positiva y que mejoró absolutamente con la dieta. 

Cuando pasó todo y el niño estaba bien, la madre me preguntó cómo me di cuenta… y la respuesta estaba allí colgando en la pared, solo había que verla. 


Dra. Gabriela Bellinzona 

 

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