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Archivos de Pediatría del Uruguay

versión On-line ISSN 1688-1249

Arch. Pediatr. Urug. vol.81 no.2 Montevideo jun. 2010

 

Editorial

 



Programa Nacional de Salud de la Niñez: reflexiones y desafíos


Resulta imposible plantear lineamientos programáticos sin antes reflexionar sobre la situación de la salud infantil en Uruguay. Lo que sigue a continuación representa una síntesis de los principales avances, problemas y desafíos. Sin duda el lector encontrará información objetiva pero a la vez crítica y por tanto cargada de la visión personal de quien asume transitoriamente la responsabilidad de conducir un Programa Nacional de Salud. Bienvenidas las diferencias y discrepancias ya que éstas representan aportes a la construcción colectiva. Para la infancia el futuro es hoy y exige esfuerzos que siempre serán insuficientes con metas por alcanzar.


El momento histórico. El año 2005 marcó un “quiebre” en la construcción del estado uruguayo a través de la reorientación de las políticas públicas promoviendo revertir el sesgo pro adulto y mayor equidad. La priorización de los hogares vulnerables con mayor número de niños y adolescentes se tradujo en aumento del gasto público social dirigido a la infancia, creación de un organismo estatal para la conducción de las políticas sociales (Gabinete Social) y separación de la contribución de la prestación de servicios sociales. Según informe de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, las reformas implementadas explican que Uruguay se encuentra en una fase de reducción sostenida de la pobreza y de la indigencia y de expansión económica. El Plan Nacional de Atención a la Emergencia Social contribuyó a disminuir la indigencia, mientras que la Reforma del Sector Salud y el Nuevo Régimen de Asignaciones Familiares dirigidas principalmente a la infancia y adolescencia contribuyeron a disminuir la pobreza.


La salud infantil. Entre 2005 y 2009 la tasa de mortalidad infantil (TMI) se redujo en un 25%, de 12,7 a 9,56‰. Considerando que la TMI es un indicador demográfico negativo relacionado con el nivel de desarrollo humano y la pobreza, indudablemente las políticas sociales tuvieron su impacto positivo. Entre ellas, la reforma sanitaria incluyó metas clave para la salud de niños y embarazadas en todos los prestadores del país. Se universalizó el acceso, se creó el Programa Nacional de Atención a la Niñez, se fortaleció ASSE (principal prestador público) y se reorientaron los servicios de los prestadores privados.


Principales problemas. Si bien en Uruguay la TM de menores de 5 años se encuentra entre las más bajas de la región, existen diferencias geográficas por departamentos, entre municipios de una misma ciudad y entre prestadores públicos y privados, que revelan inequidades sociales y problemas vinculados al sistema de atención a la salud. En los últimos años se observa que la mortalidad neonatal supera a la posneonatal. Las afecciones del periodo perinatal, principalmente la prematurez y las malformaciones congénitas continúan siendo las principales causas de mortalidad neonatal. En relación a la mortalidad posneonatal existe un número importante de muertes cuya causa no está bien establecida, entre las que se encuentran las muertes en domicilio, concentrándose en áreas geográficas vulnerables. En niños mayores de un año las causas externas y entre ellas los accidentes representan la principal causa. A estos problemas se suman los trastornos del desarrollo y la violencia.


Principales desafíos. Como lo señala la Estrategia Nacional Infancia y Adolescencia resulta imprescindible “Promover una infancia y adolescencia saludable para garantizar la sustentabilidad social, democrática y económica del país”. Las evidencias científicas señalan que una serie de intervenciones factibles y altamente rentables pueden contribuir a mejorar la salud infantil. Las mismas hacen énfasis en propiciar los cuidados centrados en la familia (enfoque basado en el ciclo de vida), y en la comunidad, fuera de los centros asistenciales de mayor complejidad. El desafío es traducir estas evidencias en esfuerzos programáticos y acciones concretas. Esto requiere el compromiso de la academia, las asociaciones de profesionales y los prestadores de salud en contribuir a redefinir el rol y perfil de los profesionales acorde a los objetivos sanitarios del país. Se necesitan recursos humanos comprometidos con el primer nivel de atención, que desarrollen actividades de prevención y promoción de salud, capaces de consolidar equipos interdisciplinarios y que desarrollen acciones integrales e intersectoriales. El Programa Nacional de Salud de la Niñez propone desarrollar acciones dirigidas a:

1.    Mejorar la salud perinatal con enfoque de riesgo y equidad territorial.

  • Promover el asesoramiento preconcepcional.
  • Revisar y actualizar normas de habilitación y acreditación de maternidades y unidades de asistencia neonatal.
  • Reorientar los servicios de atención perinatal incluyendo los traslados.
  • Desarrollar normas nacionales de atención perinatal.
  • Incluir la visita domiciliaria en el control del recién nacido.

2.    Implementar un Programa Nacional de Atención Integral a los niños con defectos congénitos.

  • Implementar el registro nacional de defectos congénitos.
  • Normatizar el diagnóstico, control y tratamiento así como las prestaciones asistenciales de las patologías actualmente incluidas en el Programa Nacional de Pesquisa y de aquellas que se encuentran en fase piloto.
  • Normatizar las prestaciones asistenciales de los niños con defectos congénitos.

3.    Disminuir el número de muertes en domicilio.

  • Fortalecer el Programa Muerte Inesperada del Lactante y promover su alcance nacional.
  • Utilizar la información derivada de este programa para identificar causas de muerte y factores de riesgo que permitan desarrollar estrategias de prevención.

4.    Fortalecer el Programa Nacional de Atención del niño.

  • Asegurar la cobertura de los controles y seguimiento del 100% de los niños de 0 a 12 años según pautas establecidas.
  • Incorporar la detección temprana de alteraciones del desarrollo y adecuar las prestaciones asistenciales para resolver los problemas detectados.
  • Incorporar la salud mental a las prestaciones integrales de los problemas prevalentes.
  • Identificación y seguimiento de los niños con enfermedades crónicas y de riesgo.
  • Desarrollar una estrategia nacional de prevención, diagnóstico y tratamiento de infecciones respiratorias agudas.

5.    Apoyar acciones de Promoción en Salud en el marco del Programa de Escuelas Saludables.

  • Buenas prácticas de alimentación; estimulación temprana del desarrollo; prevención de accidentes; hábitos de vida saludables

6.    Avanzar en el desarrollo de estrategias integradas e intersectoriales de prevención de accidentes.


Mejorar la salud infantil requiere avanzar hacia un Sistema Nacional de Protección Integral a la Infancia con el objetivo de acompañar, proteger y apoyar el crecimiento y desarrollo de los niños uruguayos.

Pienso, y me gustaría creer, que en Uruguay se están “generando túneles herméticos que atraviesan las distintas presidencias de los distintos partidos y que por allí,… corren intocadas las grandes líneas estratégicas de los grandes asuntos” y que la infancia es uno de los principales. Como lo señala la Convención de los Derechos del Niño: “todos los niños tienen derecho a la sobrevivencia y al pleno desarrollo a través del acceso a la salud, la alimentación, el cuidado, la protección y la educación”.



Prof. Dr. Gustavo Giachetto


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