EDITORIAL
Arch Pediatr Urug 2009; 80(1)

Reflexiones sobre el futuro de la pediatría uruguaya

Con el reciente impacto mundial de la crisis económica internacional, que se ha comparado con la sucedida en el año 1929, creemos trascendente reflexionar, desde la presidencia de la Sociedad Uruguaya de Pediatría, sobre el futuro. Frente a dicha crisis o amenaza, creemos importante repasar la trayectoria de la pediatría uruguaya y ver el camino de las oportunidades y certezas para los niños.

Los médicos siempre aprendimos y enseñamos que la niñez es una etapa muy importante de la vida y el aprendizaje personal como estudiante lo hicimos en los hospitales Pedro Visca y Pereira Rossell, junto al niño, lactante o recién nacido más pobre. A pesar del sesgo que ello significaba, nuestros docentes, supervisores, jefes, amigos fueron consolidando, con inteligencia,  transformaciones y cambios que los situamos en forma artificial con el retorno a la democracia en el año 1985. En lo personal, allí nos tocó realizar la residencia de pediatría, que entonces era toda hospitalaria y en los siguientes años, al cambiar el programa, empezó a salir del hospital, impulsada por la profesora Irma Gentile y el profesor Mañé Garzón.

En estos últimos 24 años los cambios han sido muy importantes, y destacamos la enseñanza en comunidad, de estudiantes, posgrados y residentes y el inicio de múltiples formas de atención y aprendizaje en el primer nivel de salud. La pediatría puede manifestar con orgullo que ha concretado un cambio de prioridades y que el país sabe que es necesario para niños, madres y adolescentes.

Sin embargo en tiempos de crisis potenciales, es importante avanzar en las propuestas. Creemos que actualmente sería importante que ASSE y el sistema público continuara el camino de unir y simplificar la atención integral de todos los sectores públicos en un único subsistema que le diera coherencia y globalidad a todas las prestaciones del estado. Creemos que la Facultad de Medicina de la Universidad de la República debe estar incluida.

El actual Programa de la Niñez, que recoge la tradición y las mejores prácticas de la pediatría uruguaya y mundial, es un ejemplo de estímulo al cuidado ideal de nuestros niños. Los indicadores de resultados en salud de la niñez, que se han pedido por parte del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), son en parte integrantes de dicho programa y no incluyen por ahora los resultados de ASSE y tampoco los resultados de indicadores de morbimortalidad mundiales. Creemos que deben ser incorporados a la brevedad para todo el SNIS. Como primera evaluación creemos que son necesarios, muchos de ellos mejorables, y requieren de un trabajo mayor de las áreas administrativas que acompañen el esfuerzo en la solución de los problemas sociales y de pobreza. Las crisis entonces deben ser un estímulo para actuar mejor y más coordinadamente.

Nuestro futuro inmediato para el año 2009, es la realización de nuestros congresos (Pediatría, Neonatología, Enfermería, Adolescencia y Pediatra Joven) del 8 al 10 de octubre próximo, cuyo anuncio y programa preliminar se difunden más adelante y traducen el aporte científico y las inquietudes de la pediatría nacional. Finalmente creemos que la epidemiología y la metodología científica son objetivos a incrementar en forma permanente junto al desarrollo profesional médico continuo.  

Dr. Gonzalo Giambruno
Presidente de la Sociedad Uruguaya de Pediatría