La presente es apenas mi segunda experiencia como editor de la revista. Sin embargo, ha sido suficiente medida para ver una marcada diferencia entre los dos procesos a cargo, que, como me adelantaron mis predecesores, son permanentes, no tienen días libres. No hay solución de continuidad.
La revista es un frontón, cuanto más fuerte le pegas, más fuerte vuelve. Cada día de trabajo en la corrección de varios artículos, devuelve la misma cantidad de trabajo en breve. A esto se suma algo muy satisfactorio que comienza a ser costumbre en nuestros números, cada vez es mayor la cantidad de artículos que llegan al Consejo Editorial para ser considerados para su publicación. También han llegado en forma creciente trabajos originales extranjeros, seguramente debido a la presencia de la Revista Uruguaya de Cardiología en medios digitales.
En este número nos tocó (en forma impuesta) trabajar en forma no presencial, pero este fue el menor de los cambios a los que nos enfrentamos. Debido a la realidad imperante, con una pandemia de características sin precedentes, la investigación médica y su divulgación se modificó en todas las especialidades.
Nuestros editores propusieron publicar como preprints los artículos relacionados al nuevo coronavirus, en etapas de gran incertidumbre mundial. Estos artículos fueron ahora actualizados y recorregidos. En este número encuentran su versión definitiva y revisada.
Se incluyen cinco artículos originales nacionales de gran calidad, y estamos trabajando en una gran cantidad de manuscritos de las mismas características para su inclusión en los sucesivos números (varios de ellos de autores internacionales). El índice se conforma también por cartas científicas, editoriales, cartas al editor, artículos de opinión y artículos de revisión de gran valor tanto desde el punto de vista cardiológico convencional como desde lo relativo a la situación de emergencia sanitaria determinada por la pandemia, sus implicancias humanísticas, tecnológicas y científicas, actuales y a futuro.
Como sucede con un segundo hijo, ya sabíamos algunas cosas de “ser padre”, nos despertaba una ilusión diferente (ni mayor, ni menor) y surgieron nuevos desafíos. Aunque el amor es el mismo, el producto también tiene características diferenciales, determinadas como siempre por el aporte de los autores, materia prima y razón de ser de nuestra tarea.
La RUC es tuya.