La Sociedad Uruguaya de Cardiología ha transitado por diferentes etapas a lo largo de sus casi 70 años de vida. Poder descifrar las claves y establecer las prioridades de cada período para avanzar como especialidad constituye un verdadero desafío.

Cada momento tiene sus particularidades, del equilibrio entre la continuidad y la búsqueda de respuestas a nuevas situaciones surgirán las principales acciones a desarrollar en nuestra Sociedad.

En los últimos tiempos hemos presenciado diferentes iniciativas producto del esfuerzo de destacados colegas que han logrado revitalizar la Revista Uruguaya de Cardiología, estimularon la educación médica continua, organizaron excelentes congresos, mantuvieron los comités por subespecialidades o áreas temáticas, reformaron los estatutos e impulsaron la reivindicación de los aspectos laborales mediante la aprobación de un laudo cardiológico a ser negociado en el Consejo de Salarios por el Sindicato Médico del Uruguay.

Los logros de la Sociedad Uruguaya de Cardiología deberían continuar y profundizarse en el futuro.

Por otra parte, surgen nuevas necesidades como consecuencia de un tiempo en el que resulta esencial combinar la capacitación y la actualización tecnológica con las condiciones laborales y las condicionantes éticas en el ejercicio de la profesión.

En este proceso deberemos incorporar los principales criterios para implementar la recertificación en cardiología. En este sentido es necesario evaluar las experiencias de las sociedades de cardiología de la región y el mundo, así como observar el avance en esta materia de otras especialidades

La introducción de las nuevas tecnologías de la comunicación deberá revitalizar la planificación de la educación médica continua para mantener informados y actualizados a todos los cardiólogos del país.

Debemos retomar el planteo de crear la Fundación de Cardiología, para estimular la investigación y el desarrollo de la cardiología en Uruguay.

Otro de los aspectos que nos debe exigir especial atención es la consolidación de los diferentes comités. En este contexto, el Programa Nacional de Cardiopatía Isquémica, que se viene discutiendo con el Fondo Nacional de Recursos y el Ministerio de Salud, resulta de gran importancia para la implementación de estrategias comunitarias que logren resultados sanitarios satisfactorios en el control de una de las principales causas de morbimortalidad.

En este año nos hemos propuesto diseñar un Congreso Uruguayo de Cardiología diferente. A impulsos de un conjunto de jóvenes y prestigiosos cardiólogos estamos trabajando en una oferta que esperemos logre la aceptación y adhesión del mayor número posible de colegas.

En estas líneas hemos trazado de manera sucinta algunas líneas de acción que a nuestro entender pueden constituir una agenda que, sin lugar a dudas, debe ser abierta y flexible, pero orientada al desarrollo de la cardiología al servicio de nuestra población.