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Revista Uruguaya de Cardiología

versión On-line ISSN 1688-0420

Rev.Urug.Cardiol. vol.30 no.1 Montevideo abr. 2015

 

Obituario 

Dr. Jorge Pouso Ponciolo (1945-2015) 

Hemos perdido a una personalidad relevante de la Medicina Nacional: el Dr. Jorge Pouso, especialista en medicina intensiva, dedicado desde hace muchos años a la bioestadística y la investigación. 

Personalidad relevante porque combinaba lo más importante a que puede aspirar un médico: humildad, responsabilidad social, rigor científico y ética, elementos que se están perdiendo en el mundo en que vivimos. 

Fue un investigador de estirpe, esa que se trae en los genes y que se alimenta de una profunda vocación por conocer la verdad escondida debajo de las piedras de lo conocido. 

Pero ello requiere trabajo y dedicación, y un deseo de aprendizaje para enfrentar desafíos cada vez más complejos. 

Pertenecía a una generación de médicos que se enfrentaron a cambios en la tecnología de la información a la que tuvieron que abordar “desde el pie” y aplicando un estricto rigor científico, priorizando la evidencia por encima de la intuición. Jorge abordó este mundo desconocido, fue audaz y se mimetizó con una metodología progresivamente más compleja y llena de promesas. 

Fue un avanzado para su época, nos hablaba en un lenguaje cuasi desconocido, siendo capaz de desmenuzarlo en ideas simples y claras que nos permitía esclarecer las dudas y llevarnos a su terreno a medida que nos enseñaba poco a poco su interpretación. 

Su caudal enorme de inteligencia y su extremo rigor científico permitió que diseñara un sinnúmero de protocolos de investigación clínica. El área de la cardiología, y en especial la cardiopatía isquémica, fue una de sus áreas más proficuas, participando en el mayor seguimiento del infarto de miocardio en Uruguay. 

Ello le permitió además ser conferencista a nivel mundial y publicar en revistas internacionales de alto impacto de las que además era árbitro. 

Brindó cursos de capacitación en bioestadística y metodología de la investigación científica en numerosas instituciones y era el mentor conceptual de la enseñanza de bioestadística en la Universidad CLAEH (Centro Latinoamericano de Economía Humana). 

Se constituyó en el pilar de todos los trabajos científicos de instituciones tanto públicas como privadas que pidieron su colaboración. Tuvo una especial dedicación al sustento de un número importante de trabajos publicados en revistas nacionales e internacionales del Departamento de Cardiología de Casa de Galicia y de todas sus subespecialidades: ecocardiografía, electrofisiología, hemodinamia y cirugía cardíaca, constituyéndose en base del prestigio científico logrado por la institución en la cardiología nacional y mundial. 

Era el escalón que debíamos sortear para publicar un trabajo por su rigurosidad de la aplicación del método científico. 

 

Nos enseñó a ser críticos y celosos con los resultados que debían responder a los objetivos planteados y no nos permitía que el entusiasmo cegara el horizonte de la verdad. 

No convalidó con la medicina servil propugnada por administradores de salud y menos aún con la que persigue un fin estrictamente económico-comercial. Ello le valió momentos de angustia, preocupación y despecho por un entorno desalineado con sus principios. 

Pero su mente preclara era capaz de incursionar en la historia, el arte, las letras y escudriñar en la conducta de los hombres destacados con perspicacia y sentido crítico. 

Era curioso, habilidoso con la palabra y recio en sus gestos cuando se trataba de definiciones o plasmar conceptos. Pero era dueño de un humor refinado e incisivo utilizando licencias poéticas, reflejo de su enorme cultura, con un poderoso manejo de lo absurdo. 

Era capaz de ironizar acerca de la conducta humana al punto que un coloquio de ida y vuelta con esa práctica le hacía experimentar una risa contenida de apnea a ojos cerrados con gestos que nunca olvidaré. 

Fue un verdadero Maestro de la medicina y la cardiología uruguayas, un científico sin igual y además un compañero entrañable. 

Una figura que seguirá transitando nuestros pasillos con la luz de su alma brillando por siempre en nuestros corazones. 

Gracias Jorge, te respetamos, te queremos, te extrañaremos por siempre. 

 

 

Dr. Juan Bautista González Moreno
Cardiólogo 

 

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