La curiosidad del científico, el arte, la lucha por la libertad y la solidaridad son, sin duda, las mejores expresiones de lo que podemos llamar el “espíritu humano”. De alguna manera, estas expresiones han formateado cosmovisiones a lo largo de la historia de la humanidad y han forjado nuestra cultura.
Se podría pensar que 50 años es poco tiempo; sin embargo, al escribir esta editorial, hurgué en infinitos archivos que me contaran la historia de la Revista Médica del Uruguay (RMU) durante este medio siglo de vida. En esa búsqueda encontré un hilo conductor que da significado a la tarea del presente.
En un editorial publicado en la RMU en 1986, el profesor Washington Buño, con la colaboración del reconocido docente de pediatría e historia de la medicina, profesor Fernando Mañé Garzón, reseñó los antecedentes históricos de la propia revista.
En esta recopilación mencionan publicaciones desde la segunda mitad del siglo XIX hasta el primer cuarto del siglo XX. Me llamó especialmente la atención cómo destaca la calidad de los artículos científicos que fueron publicados en un tiempo caracterizado por un “denso ambiente cultural”, como él lo describe, y que fue impulsado por médicos nacionales y extranjeros.
Culmina su editorial destacando el “nuevo enfoque”, la “impecable” presentación y “el comienzo de una nueva época en esa tarea tan importante e inexcusable de presentar lo mejor de la producción médica uruguaya y de mantener informado al cuerpo médico uruguayo”.
En mi búsqueda de inspiración, encontré una nota publicada en nuestra web, más reciente en el tiempo, en ocasión del “cambio de mando” del responsable de la RMU, en el que asumía el Prof. Dr. Álvaro Danza en sustitución del Prof. Dr. Hugo Rodríguez. Ambos resaltaron el valor cultural y la responsabilidad que tenemos como Sindicato Médico del Uruguay (SMU). Hugo nos encomendó en ese momento que “el sindicato tiene que cuidarla, porque en un momento de mucha fractura y dificultad en el diálogo en la sociedad, el sindicato en general y la RMU, son espacios donde eso no ocurre, donde cada uno es quien es, y eso permite funcionar colectivamente”.
Por su parte, Álvaro, citó algunas editoriales de la revista que recogen la importancia de la responsabilidad que debe cumplir el SMU en el área de la cultura médica, y agregó que: “En definitiva, la revista médica es toda esta conjunción de esfuerzos que se han ido sumando de gente muy valiosa que ha pasado por acá…”.
No creo que sea casualidad que, a lo largo de los años y los siglos, siempre haya un grupo de colegas comprometidos con la cultura. Porque ofrecer un espacio para la publicación y la divulgación científica es, sin duda, un acontecimiento mayor en nuestra cultura médica.
Sacar la Revista Médica del Uruguay en plena dictadura supo ser un acto de resistencia. Quizás hoy, asombrados como estamos ante tantas señales de crisis en nuestra civilización, también lo sea.
Aproximarse a la verdad es un recurso escaso. La manipulación, las fake news, el cuestionamiento a la ciencia y el uso indebido de la tecnología y la inteligencia artificial generan desinformación creciente, descreimientos, apatía y también expresiones de intolerancia y violencia.
Desde nuestro lugar, como Sindicato Médico del Uruguay, apostar por la ciencia y su difusión, es administrar, mantener y siempre mejorar la Revista Médica del Uruguay, convencidos de que, al igual que hace 50 años, es un acto cultural de resistencia que nos llena de orgullo.