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Revista de Ciencias Sociales

versión impresa ISSN 0797-5538versión On-line ISSN 1688-4981

Rev. Cien. Soc. vol.33 no.46 Montevideo jun. 2020  Epub 01-Jun-2020

 

Presentación

Suicidio y Sociedad


El suicidio es un fenómeno que ha estado presente históricamente y ha sido pensado de acuerdo con las distintas épocas, culturas, religiones, economías, etcétera. Así, toda referencia al suicidio refleja las actitudes y prejuicios inherentes a cada sociedad en su momento histórico concreto.

Según datos de 2014 de la Organización Mundial de la Salud, más de 800.000 personas se suicidan cada año en el mundo, lo que representa una muerte cada 40 segundos. A la vez, la mortalidad por suicidio es superior a la mortalidad total causada por guerras y homicidios, representando el 57% de las muertes por causas externas. El 75% de los suicidios se produce en países de ingresos bajos y medios, mientras que el restante 25% sucede en países de ingresos altos. Entre las personas de 15 a 29 años, el suicidio es la segunda causa de defunción. Por su parte, los hombres tienen una mayor tasa de suicidio que las mujeres, con una razón aproximada de 3,5 a 1. Por otra parte, en la región de las Américas ocurren alrededor de 65.000 defunciones anuales por suicidio.

En Uruguay, la tasa de suicidios en 2018 fue de 20,2 por cada 100.000 habitantes, con 710 suicidios en total, lo que significa, aproximadamente, una muerte cada once horas. A su vez, el suicidio es, desde hace décadas, la principal causa de muerte externa, triplicando los homicidios y superando en un 20% a los decesos por siniestralidad vial. No obstante, el tema continúa siendo tabú, lo que impide la posibilidad de repensarlo en nuestros días.

En el año 2018 se conmemoraron setenta años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo cumplimiento debe ser garantizado a toda la población, sin distinción ni discriminación alguna. La problemática del suicidio y el comportamiento suicida requiere un abordaje desde el enfoque de los derechos humanos por parte todos los actores sociales -académicos, gubernamentales o de la sociedad civil- para evitar la vulneración de los derechos de un conjunto importante de personas, entre ellas las afectadas por la muerte de un familiar y las que presentan riesgos de suicidio. En este sentido, la Universidad de la República tiene como tarea consolidar y coordinar acciones que deriven en la comprensión y el fortalecimiento de esta perspectiva, cumpliendo así con su función de garante de derechos.

El presente dossier es resultado de la articulación de diversos investigadores y centros de investigación latinoamericanos y españoles con el Grupo de Comprensión y Prevención de la Conducta Suicida, de la Universidad de la República, integrado por las facultades de Ciencias Sociales, Medicina, Información y Comunicación, Psicología y Humanidades y Ciencias de la Educación y del que es parte activa también la Dirección de Salud Mental y Poblaciones Vulnerables de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE). De este modo, la conducta suicida es abordada de manera holística, con una mirada que integra diferentes saberes y abordajes teóricos y metodológicos sobre la temática en Uruguay y la región.

Inicialmente, los focos de interés de las investigaciones del grupo se relacionaron con adolescencia, factores de riesgo y protección. Luego se amplió luego la población objetivo, incluyendo otras franjas etarias, como la tercera edad, y otros grupos poblacionales, como las personas privadas de libertad, entre otros. Por otro lado, el grupo mantiene una línea de abordaje sobre la producción y sistematización de los datos, que busca trascender los datos meramente epidemiológicos. Para ello combina diferentes fuentes: el Sistema de Información Integrada del Área Social (SIIAS), policía científica, morgues judiciales, Poder Judicial, entre otras.

En la actualidad, el Grupo de Comprensión y Prevención de la Conducta Suicida tiene cinco líneas de investigación, algunas de carácter internacional, financiadas por diferentes organismos y orientadas a ahondar en las representaciones sociales de la conducta suicida; profundizar en el análisis multidimensional y multifactorial; relevar aspectos médico-legales y políticas de gestión de riesgo; caracterizar el registro y las fuentes de datos de la conducta suicida en Uruguay y la región; y, por último, ofrecer una mirada sobre prensa escrita y suicidios, así como un análisis de notas póstumas, desde un enfoque tanto cuantitativo como cualitativo.

Las investigaciones realizadas en el marco del grupo aportan también al desarrollo de líneas de formación y extensión universitaria en dos áreas clave: la educativa y la sanitaria. En este sentido, se destaca el abordaje de estas temáticas a partir del taller central de investigación de la Licenciatura en Sociología titulado Precariedad vital, vulnerabilidad y exclusión. Muerte y suicidio.

A su vez, el grupo lleva adelante un importante trabajo de divulgación y formación en el tema en instituciones como ASSE y el Instituto Nacional de Rehabilitación del Ministerio del Interior y coordina acciones en los territorios con diversos actores sociales, culturales y sindicales. A su vez, participa en congresos, talleres e intercambios específicos sobre la temática y las disciplinas que la abordan, como las Jornadas Científicas de Psiquiatría, y, en tanto el suicidio y la conducta suicida son considerados un problema multicausal de salud pública, busca también fortalecer a quienes trabajan en contacto con la población mediante el aporte de herramientas para la prevención.

Es desde un proceso de diálogo y articulación que el Grupo de Comprensión y Prevención de la Conducta Suicida presenta el tema y a los colegas que, en los seis trabajos incluidos en este dossier, abren, interpelan, explican, comprenden y exponen el suicidio como fenómeno complejo y multifacético tanto en contextos localizados como en la aldea global.

El primero de los artículos, “No escribo más… se me nubló la vida”. Análisis de notas suicidas en la vejez, de Pablo Hein, Jimena Pandolfi y Gabriel Gómez, presenta el análisis de 196 notas suicidas escritas entre 2004 y 2015 por personas de 65 y más años en ocho departamentos de Uruguay. Mediante el análisis de correspondencias múltiples y la técnica de clúster jerárquico, los autores construyen una tipología compuesta por tres grupos para las notas suicidas de los adultos mayores uruguayos.

Desde la perspectiva antropológica, el trabajo de Nicolás Guigou, La otredad ausente. Las inscripciones del suicidio en el Uruguay contemporáneo, ofrece un análisis del suicidio en las sociedades actuales, en las que la muerte es negada, con especial énfasis cuando sucede mediante suicidio. En estas sociedades, la imposibilidad del reconocimiento de una otredad diferente dificulta la elaboración del duelo a los que quedan. Así, el artículo explicita la necesidad de racionalidades distintas, que trasciendan esa negación.

Por su parte, en La denuncia de la muerte en América del Sur. Suicidios, ruralidades y tiempos neoliberales, Andrea Lissett Pérez muestra las tasas de suicidio en poblaciones rurales y su evolución a partir de la década de los noventa, cuando cobraron fuerza las políticas neoliberales en los países de la región. A su vez, explica cómo los suicidios se han convertido en un agente de denuncia de las condiciones de vida actuales de estas poblaciones. Para ello, se vale de datos estadísticos, conceptos teóricos, estudios empíricos y registros etnográficos de cuatro países.

Jon García Ormaza titula su artículo Educando en prevención. Hablemos del suicidio. En él aborda el suicidio infantil, generalmente silenciado por las sociedades contemporáneas, y propone un abordaje que se vincula, por un lado, con el reconocimiento de la existencia del fenómeno como tal y, por otro, con la educación, la comunicación y la enseñanza de habilidades y estrategias orientadas a aumentar la resiliencia de esta población.

El suicidio en España. Respuesta institucional y social, de Cristina Blanco, incluye estadísticas oficiales sobre el suicidio en ese país y afirma que este tipo de muertes es prevenible, así como es posible mitigar el sufrimiento de los sobrevivientes. La autora mapea las respuestas institucionales y de la sociedad civil en España y las compara con las actuaciones en otros países europeos.

Finalmente, María Alejandra Otamendi, en Suicidios, femicidios-suicidios y armas de fuego en Argentina. La masculinidad hegemónica en debate, muestra cómo el enfoque de género contribuye a la comprensión de la mayor tasa masculina de suicidios y del suicidio de los femicidas, así como de la preferencia por las armas de fuego en estos casos. Presenta el caso argentino mediante un análisis estadístico de datos oficiales y no oficiales, cuyos resultados le permiten sugerir que la problemática debe ser abordada desde una perspectiva de desarme y género.

Este conjunto de artículos ofrece una visión amplia y profunda, tanto a escala local como internacional, en la que se moldean posibles interpretaciones de un fenómeno tan antiguo pero tan actual para la sociología como lo es el suicidio. Los textos dejan entrever cómo estas interpretaciones actuales son parte de un conjunto heterogéneo compuesto por viejas y nuevas teorías, pero también colocan al lector, de manera velada, ante un nuevo escenario social adverso para las construcciones colectivas.

En este sentido, el suicidio, así como la exclusión social, la precariedad y la vulnerabilidad, refleja las disfunciones y asimetrías más graves de las sociedades contemporáneas y permea todos los ámbitos de la vida en sociedad -ya sean estos sociales, políticos, culturales, sanitarios o económicos- y todas sus dimensiones -individual, familiar y colectivo-. Algunos autores lo conciben como una enfermedad social que puede condicionar y comprometer la conducta, el comportamiento y las decisiones individuales y colectivas y, por tanto, el devenir vital.

Por otra parte, también se señala que existe en las sociedades occidentales actuales un doble movimiento: por un lado, existe un declive de las capacidades que las instituciones de la modernidad -familia, escuela y Estado- tenían para ofrecerse como marco de referencia para la inserción social estable y confiable (roles, valores y estatus). Y, por otro lado, se favorece la percepción individualista de que cada uno es responsable tanto de sus logros como de sus fracasos.

Sin embargo, no todos los individuos cuentan con los soportes necesarios y suficientes para afrontar las pruebas que impone la sociedad actual. Desde el punto de vista del individuo, es importante remarcar la necesidad de reforzar la confianza, la autoestima y la automotivación, de manera que se puedan mantener unas relaciones sociales saludables, aplicando la responsabilidad y el compromiso con uno mismo y con los demás. Desde el punto de vista colectivo, la cuestión pasa por reforzar la confianza en el otro y en las instituciones u organizaciones que alguna vez sirvieron de soporte para afrontar la vida misma.

Pablo Hein Jimena Pandolfi Víctor Hugo González Coordinadores del dossier Miembros del Grupo de Comprensión y Prevención de la Conducta Suicida

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