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Dixit

versión impresa ISSN 1688-3497versión On-line ISSN 0797-3691

Dixit vol.36 no.2 Montevideo dic. 2022  Epub 01-Dic-2022

https://doi.org/10.22235/d.v36i2.3117 

Dossier: Panorama audiovisual documental latinoamericano. Obituario

Ser fuera del tiempo: Gregorio Rocha in memoriam

A being out of time: Gregorio Rocha in memoriam

Um ser fora do tempo: Gregorio Rocha in memoriam

Pablo Martínez-Zárate1 
http://orcid.org/0000-0001-7219-0665

1 Universidad Iberoamericana, México, pablo.martinez@ibero.mx


Era difícil saber a qué época pertenecía Gregorio Rocha. Por un lado, fue un visionario que iba siempre un paso adelante, trazando mundos posibles como parte de su andar cotidiano. Por otro, se asemejaba a un fantasma decimonónico, rodeado de aparatos antiguos y rollos de películas de antaño. Verlo vestido de Dr. Goio, con sombrero de copa y frac, operando su hermosa linterna mágica que compró con Ginés, su hijo pequeño, en un mercado callejero, era sin duda una suerte de viaje en el tiempo.

Y sí, Gregorio también fue, quizás más que nada, un hombre de su tiempo, alguien profundamente conectado con el espíritu del momento. De alma punk, Gregorio, hasta el día de su trágica muerte a los 64 años, fue una fuerza de juventud. Vivió y murió al borde. Enclavado desde muchos años atrás en la meca de la industria fílmica mexicana -los Estudios Churubusco- representaba un ser limítrofe en ese gigante del canon, siempre dispuesto a incomodar. Figura 1

Figura 1: Gregorio Rocha impartiendo el 12º Curso sobre Lenguaje Audiovisual e Investigación Social, 27 septiembre 2019, Parque España, CDMX 

Sus películas revelan estos tiempos múltiples de su personalidad. Por un lado, una afinidad profunda por el cine como dispositivo de memoria. No en el sentido más lineal (o tradicional) del documento fílmico como depósito del pasado. Más bien, le interesaba senti-pensar al cine como un territorio abierto desde el cual proyectar temporalidades varias que permiten imaginar nuevos territorios. Un cine histórico en un sentido renovado donde, como diría la pensadora y creadora Ariella Azoulay (2014), la historia es siempre potencial. Por otro lado, el impulso de rebeldía que cualquiera que lo conocía percibía en su energía vital, el cual marcó sus primeras películas y estuvo presente hasta el final de su producción.

Esta versatilidad de su mirada se percibe desde cintas como Sábado de mierda (1988) o De placazos, vírgenes y tatuajes (1996), donde el arrebato y la libertad técnica marca la mirada; pasando por Los rollos perdido de Pancho Villa (2003) y Acme & Co. (2006), en las que pasajes históricos de México se entretejen con visiones de ruptura; hasta llegar a su última película, Muros (2014), donde conocemos una versión más íntima de Gregorio, quien viaja por el mundo y nos invita a preguntarnos no nada más sobre aquella obsesión humana por alzar muros, sino acaso en formas de sortearlos o derribarlos. Al final del día, parece que lo que Gregorio hizo a lo largo de su carrera como documentalista fue, más que construir, tumbar muros.

Si bien el legado fílmico de Gregorio se mantendrá vivo por mucho tiempo, su aporte a la vida cultural de México va más allá. Conocí a Gregorio por ahí del 2013 o 2014. Andaba buscando cómplices para montar su asociación civil dedicada a la arqueología de medios y el trabajo de archivo, por lo que una exalumna mía lo llevó a un espacio del cual yo formaba parte en La Merced, bajo el pretexto de que Gregorio era como yo, “pero treinta años más grande” -esas fueron sus palabras-. Esta apreciación la confirmaron más tarde muchos de los empleados de los Estudios Churubusco, quienes constantemente pensaban que yo era su hijo.

De algún modo, lo fui. Hijo de Anarchivia, por lo menos. Anarchivia surgió como un intento de darle hogar a la colección que Gregorio había recolectado durante varias décadas. Esta incluía diversos fondos, tanto documentales como tecnológicos. Materiales fílmicos y videográficos en múltiples formatos que, si bien para muchos archivos oficiales no tienen ningún valor, aquí se abrazaron bajo el lema: “¡que ninguna película quede fuera!”. Y esta premisa no es menor, pues sugiere una política del archivo que reconoce un valor en cualquier registro documental, superando así las políticas oficiales de la memoria. Las tecnologías que componen el archivo de Anarchivia son igualmente diversas, abarcan más de cien años de historia de la imagen y el sonido. Además, Anarchivia cuenta con una biblioteca especializada en cine e imagen en movimiento.

Todos estos materiales estuvieron durante varios años al alcance de quien quisiera conocerlos (y con suerte, lograremos abrirlos de nuevo). El mismo Gregorio o yo, así como personas voluntarias que iban y venían, recibimos a visitantes con múltiples intereses, en su mayoría guiados por mera curiosidad. Esta vocación de apertura del archivo era el motor de Anarchivia -nombre inspirado en el trabajo de Siegfried Zielinski- y sugiere una estética y una ética de la memoria que convoca a la intervención constante de los relatos oficiales.

Al mismo tiempo que archivo-museo público, Anarchivia se convirtió en un refugio de la experimentación y la innovación fílmica en el corazón de ese gigante de la industria que son los Estudios Churubusco. Durante varios años fuimos saltando entre espacios pequeños, oficinas que se adaptaban a la colección en un esfuerzo quimérico por convertirse en un archivo y museo abierto al público. Esto no sucedió hasta que el mismo Gregorio logró ocupar -en el sentido punk de la palabra- una antigua bodega de equipo de renta ubicada en la planta baja de la “Bodega D” de los Estudios, entre los Foros 7 y 8. Dada su localización, fue que decidimos, a raíz de la inventiva de mi esposa Isabel, llamarle Foro 7 ½.

El trabajo de adaptación fue largo y siguió muchas negociaciones entre Gregorio y yo, que no siempre estábamos de acuerdo. Al final, inauguramos en 2017 y estuvimos ahí hasta el 2019. Por el Foro 7 ½ pasaron artistas nacionales e internacionales, así como un público bastante diverso. Junto con un equipo de personas que entregaban su tiempo y dedicación a esta empresa colectiva, logramos posicionar al foro como un templo subterráneo de la imagen-sonido experimental y de archivo. Talleres, proyecciones, fiestas sucedieron entre sus puertas hasta que nos expulsaron definitivamente (ya habíamos sufrido un desplazamiento después del temblor de 2017) y nos mudamos a la planta baja del laboratorio de revelado de los mismos Estudios. Anarchivia guarda un lugar especial en la historia reciente del arte radical, uno que difícilmente encontrará un reemplazo en el futuro.

Como en su obra, con Anarchivia Gregorio irrumpió en el gigante agonizante del cine nacional para hacer posible la habitación de otros tiempos, otros modos de vivir la imagen-sonido en movimiento. Gregorio permanecerá en la memoria de muchas personas como un ser limítrofe que, así como vivió, murió al borde de un camino lleno de riesgos, sí, pero también de paisajes que nos conmueven e inspiran.

Gregorio vivía en una suerte de paradoja: siempre fuera de su tiempo, pero enclavado en el mismo. En un paisaje mundial que se desmorona, una industria que allana la experiencia de consumo audiovisual, el espectro de Dr. Goio se nos aparece como las proyecciones de una linterna mágica de la imaginación. Nos provoca y nos convoca a habitar la imagen desde la radicalidad. Gregorio Rocha vive en su obra, en los objetos de su colección, pero también en ese espíritu de ruptura que enaltece el descubrimiento como modo de vida. Su fantasma nos recordará por siempre que quien no arriesga, no inaugura nuevos mundos. Y vaya si necesitamos nuevos mundos -nuevos espacios y tiempos para la imaginación- si queremos restituir el valor de la vida.

¡Viva Gregorio Rocha, viva el cine de alma punk!

Referencias:

Azoulay, A. (2014). Historia potencial y otros ensayos. Ciudad de México, México: t-e-eoría. [ Links ]

Rocha, G. (Director). (1988). Sábado de mierda (Película). México: Universidad Nacional Autónoma de México. [ Links ]

Rocha, G. (Director). (1996). De placazos, vírgenes y tatuajes (Película). México: Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. [ Links ]

Rocha, G. (Director). (2003). Los rollos perdidos de Pancho Villa (Película). México: Archivia Films; Banff Center For The Arts; Universidad Autónoma de Guadalajara. [ Links ]

Rocha, G. (Director). (2006). Acme & Co. (Película). México: Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad; Instituto Mexicano de Cinematografía. [ Links ]

Rocha, G. (Director). (2014). Muros (Película). México: FOPROCINE; Ibermedia; FONCA; Estudios Churubusco. [ Links ]

Cómo citar: Martínez-Zárate, P. (2022). Ser fuera del tiempo: Gregorio Rocha in memoriam. Dixit, 36(2), 123-125. https://doi.org/10.22235/d.v36i2.3117

Contribución autoral: a) Concepción y diseño del trabajo; b) Adquisición de datos; c) Análisis e interpretación de datos; d) Redacción del manuscrito; e) revisión crítica del manuscrito. P. M. Z. ha contribuido en a, b, c, d, e.

Editor responsable: L. D.

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