Introducción
Se plantea un dilema sobre la identidad de los habitantes arraigados en la cultura de Barranco, donde la participación ciudadana parece escasa y la comunidad no aprovecha completamente su distrito. Muchos sujetos patrimoniales optan por abandonar el lugar en busca de sitios donde su identidad cultural sea más valorada. Esta situación desafía la revitalización y preservación del espíritu único de Barranco y requiere un mayor compromiso y participación de la comunidad. Por ello, en el distrito de Barranco, se observa una realidad: La pérdida gradual del sentido de comunidad y la conexión con los espacios públicos que los rodean. Calles, plazas y parques, que deberían ser lugares de encuentro y convivencia, parecen estar desprovistos de ese sentido de pertenencia y comunidad que los caracteriza; esto se manifiesta debido a la falta de afecto hacia el entorno urbano que no solo impacta en los residentes, sino que también debilita la identidad colectiva del distrito. El espacio público no solo es un escenario físico donde ocurren actividades cotidianas, sino también un lugar cargado de significados sociales y culturales que construyen y consolidan la identidad colectiva de la ciudad. Bueno J. (2021), observa que los individuos construyen una conexión profunda con su entorno a través de la interacción social, donde los recuerdos compartidos y la apropiación del lugar es un hecho. Sin embargo, cuando el espacio público carece de mantenimiento y conservación, se privatiza debilitando y provocando un deterioro no solo físico, sino también emocional, y el sentido de pertenencia se va diluyendo de manera imperceptible en el tiempo. Este deterioro afecta directamente la inmanencia de la identidad colectiva, ya que los espacios públicos dejan de ser lugares donde las personas pueden reconocerse y encontrarse como comunidad ya que deben ser diseñados y gestionados para responder a las necesidades emocionales y sociales de sus usuarios. Como menciona Bueno J. (2021), la falta de afecto hacia el entorno urbano no es un fenómeno aislado, sino el resultado de políticas urbanísticas que priorizan el crecimiento económico sobre el bienestar social comunitario. En el contexto nacional, Golda K. (2019) menciona que Lima tiene una relación compleja con su propia identidad. Por un lado, conserva su historia, pero lucha por protegerla y adaptarla a las necesidades actuales y por otro lado, descuida ciertos aspectos de su pasado, sin reconocer su valor para la ciudad. Enfatiza la importancia de los espacios en la formación de la identidad urbana y la ciudadanía, y la necesidad de desarrollar estrategias urbanísticas, artísticas y cívicas para plasmar estas memorias en el entorno urbano. En el contexto internacional, Bustillo, Epriella y Machado (2021) estudian en su artículo el caso de Cartagena de Indias, en este artículo se concluye que el trabajo comunitario contribuye al sentido de pertenencia de estas minorías, una buena gestión comunitaria permite el empoderamiento de las mismas y por ende, refuerza el sentido de pertenencia a la dinámica territorial que acontece en la zona, en otras palabras, sentirse ciudadano, parte de un todo. Ahora bien, Navarro y Gómez (2022) indican que la identidad colectiva es un proceso que nace desde el sentido de “ser sí mismo”; en otras palabras, la identidad colectiva es la construcción de nosotros mismos en relación a otras personas. Así mismo Brekhus (2020) define la identidad colectiva como un concepto urbano que une a los habitantes de una ciudad, manifestándose en la compartición de emociones, pensamientos, eventos, narrativas, referentes culturales y orgullo, así como en la percepción colectiva de una ciudad, u organización, que definen su historia y representación. Por otro lado, Becerril (citado por Guadarrama y Pichardo. 2021), menciona que la carencia del afecto en el espacio público se manif iesta en su degradación debido al poco interés a la protección del espacio público, privatización y la desintegración social, ocasionando que la conexión social f ísica se pierda. De igual modo Weijs M., Dane G., y Berg, P. (2020) mencionan que las características de una ciudad tienen un papel fundamental en la forma que experimentamos el entorno urbano, lo cual incide directamente en nuestras emociones y sensaciones. Dentro de todo este contexto, la problemática principal se atribuye a la ausencia de conexión y participación emocional de los residentes, lo cual se ve exacerbado por los cambios urbanos circundantes que podrían provocar un vacío en la identidad cultural de la comunidad. A partir de esto, se formula el siguiente problema a manera general: ¿Cuáles serían los fundamentos para mantener latente la identidad colectiva, frente a la carencia del afecto del espacio público? Ante esto se plantean problemáticas específicas que impactan en la dinámica social.
1. ¿Qué argumentos indican cómo la percepción y la construcción personal forjan una identidad colectiva? 2. ¿Qué conceptos ayudan a entender cómo influye la falta de afecto en el espacio público a la desintegración social y la conexión física entre individuos en una comunidad? 3. ¿Qué dinámicas ayudarían a entender que la privatización de espacios públicos contribuye en la reducción del apego emocional y afectivo hacia el entorno urbano? El objetivo general de este estudio es fundamentar la relación de la inmanencia de la identidad colectiva con la carencia del afecto del espacio público, Barranco, 2024. Para lograr este objetivo, nos planteamos tres objetivos específicos que incluyen 1. Precisar los argumentos que indiquen cómo la percepción y la construcción personal influyen en la construcción de la identidad colectiva 2. Identificar conceptos que ayuden a entender cómo influye la falta de afecto en el espacio público a la desintegración social y la conexión física entre individuos en una comunidad 3. Distinguir las dinámicas de la privatización de espacios públicos, que afecta en la reducción del apego emocional y afectivo hacia el entorno urbano. El enfoque al realizar este artículo de revisión se justifica en la búsqueda de la recuperación de la identidad colectiva y del espacio público, como alternativas de solución a la actual decadencia del afecto urbano en el distrito de Barranco. Estas prácticas sociales, propician un desarrollo unificado e íntegro con la finalidad de buscar un desarrollo de constante participación para la recuperación del espacio público.
Metodología
La metodología utilizada en este artículo corresponde a una revisión de literatura, ya que permite recopilar y analizar de manera estructurada el conocimiento disponible sobre el tema de estudio. Este enfoque resulta clave para sintetizar información y evaluar críticamente investigaciones previas, estableciendo una base sólida para el conocimiento y temáticas futuras.El análisis se fundamenta en publicaciones de revistas indexadas en Scopus, Scielo, Woss, Latindex y otros, lo que asegura la calidad y el rigor de las investigaciones revisadas. Mientras Scopus y Woss abarcan literatura científica global revisada por pares, Scielo y Latindex aportan un enfoque específico en América Latina. Asimismo, se realizó una observación directa en el lugar objeto de análisis, lo que permitió incorporar una perspectiva narrativa propia que enriquece los hallazgos teóricos y conceptuales del estudio. Figura 1.Figura 2.

Figura 2: Fuente: Personas descansando en el parque de la Familia "Manuel Montero Bernales". fotografía de los autores
Identidad colectiva
Los argumentos de la identidad colectiva trascienden e involucran a la simple pertenencia de distintos sectores sociales, al formarse mediante un proceso continuo de experiencias y relaciones vivenciales. Según Benedict A. (2021), la identidad colectiva se refiere a las características compartidas por un grupo de personas que se identifican como parte de una misma comunidad, desde el argumento étnico, formada a lo largo del tiempo a través de la historia, la cultura y relaciones de distintos grupos sociales, produciendo una dicotomía de participación y comunidad. Ingaruca y Balvin (2023) mencionan que la identidad colectiva se describe como la confirmación de pertenencia a un grupo social que comparte rasgos similares. Se percibe como una creación subjetiva que surge después de analizar las interacciones cotidianas de individuos en un lugar concreto. Por otro lado, Nápoles (2020), habla sobre una realidad socialmente desarrollada, es así que la inmanencia colectiva sugiere que la realidad no es algo fijo u objetivo, sino que se crea y se redef ine constantemente a través de las interacciones y los acuerdos entre grupos sociales que viene a ser reforzado en la teoría de “Mil mesetas” de Gilles Deleuze y Félix Guattari (1980).En este sentido, la identidad colectiva se construye con la inclusión de dos términos, la percepción y la construcción individual. De Dios Salas (2022), afirma que la construcción de ciudad es una actividad social que se da de forma permanente y colectiva, ante ello la percepción individual es importante ya que se crean recuerdos. Martínez, Murillo y Martínez (citado por Cisneros, 2022) agregan que la percepción colectiva es retroalimentada por la individual, de manera que las acciones individuales repercuten en las colectivas, esta misma lógica guía la aparición de tradiciones, principios y valores. Angelucci (2022) señala que la percepción individual influye en la identidad colectiva de un territorio, sugiriendo que, al estudiar esta construcción, se debe priorizar la valoración individual del mismo. La inmanencia de la identidad colectiva de Barranco, se forma a través de un proceso continuo en el que las percepciones individuales de sus habitantes juegan un rol importante ya que se define por la interacción de recuerdos, emociones y experiencias de distintos grupos sociales, lo que va más allá de ser un simple reflejo de un pasado común. Espacio público El espacio público no solo sirve para el tránsito o la recreación, sino que también fortalece las relaciones sociales y la identidad colectiva. Segovia y Dascal (citado por Benitez L. Y Páramo, P. 2021) indican que el espacio público es la separación de la propiedad privada de la propiedad pública, tal separación normalmente supone preservar áreas sin edificaciones destinadas a actividades sociales típicas de la vida urbana (como recreación, eventos comunitarios, transporte, expresiones culturales e incluso comerciales). Los espacios públicos se transforman en punto de reunión donde se forja la identidad y el sentido de pertenencia, tanto a nivel local como nacional, siendo un reflejo de la diversidad cultural, generacional y social. En el entorno urbano, los ciudadanos lo disfrutan como un escenario que se adapta a sus propias experiencias de vida. Villanueva M y Lino T. (2021) destacan que los espacios reflejan la cultura de diversas sociedades a través de sus prácticas diarias, evidenciando factores sociales, económicos, políticos y ambientales. Egea C., Salamanca L., y Egea B. (2020) indican que el espacio público refleja los valores de una comunidad, siendo su construcción resultada de la capacidad de interacciones colectivas, a través de medios sensoriales subraya su naturaleza como lugar. Torres C. (Citado por Rios .2020), indica que, el espacio público se percibe como un punto de encuentro, donde a pesar de su proclamada inclusividad, el espacio público está influenciado por el mercado, volviéndose inalcanzable para los demás. Muchos de estos espacios carecen de la calidad necesaria para ser verdaderamente útiles. En el caso del distrito de Barranco, esta situación se hace evidente en la desconexión de los residentes con espacios que históricamente han sido puntos clave para la interacción comunitaria, como plazas, malecones y parques. Los procesos de privatización y abandono no solo han afectado su acceso y calidad, sino que también han debilitado la relación emocional que los habitantes tienen con estos lugares. Comprender y empoderar estos espacios desde una perspectiva inclusiva y participativa resulta fundamental para preservar la identidad colectiva y la memoria urbana del distrito. Y por ende puede servir de uso metodológico para otros escenarios emblemáticos y patrimoniales. Figura 3.Figura 4.

Figura 3: Fuente: Personas paseando y disfrutando del puente de los suspiros de Barranco fotografía de los autores
Afecto Urbano
El afecto urbano resalta cómo las emociones y memorias influyen en la relación de los individuos con los espacios urbanos. La conexión emocional con el entorno, involucran experiencias que impactan directamente en la percepción y uso de los lugares. Rodriguez A. y Loren M. (2023), argumentan que las memorias, experiencias, emociones y afectos juegan un papel clave en el proceso del crecimiento de la ciudad y la compresión de la complejidad urbana con especial interés en las migraciones en relación con la ciudad. Georgiana I. y Trachana A. (2020) mencionan que las estructuras simbólicas de la memoria establecen conexiones que afectan la sensibilidad del ciudadano, ya que lo que se experimenta en estos espacios es cultura, historia, tiempo y espacio. Rosales J. y Valderrama H. (2020) identifican las sutilezas emocionales que marcan la ocupación del espacio público, destacando cómo la percepción se ve afectada por actitudes negativas hacia la degradación de estos espacios compartidos. Barranco está cargado de significados emocionales y memorias colectivas, las interacciones de los ciudadanos con lugares como el Puente de los Suspiros están marcadas por las experiencias y emociones que estos lugares evocan. Estos lugares, al combinar cultura y tiempo fortalecen los lazos simbólicos entre las personas y su entorno, reafirmando su identidad y sensibilidad f rente al espacio público. No solo se relacionan funcionalmente, sino que los perciben a través de una conexión emocional que remite a sus memorias, afectos e historias compartidas. Relación entre identidad colectiva con la carencia del afecto del espacio público La identidad colectiva y el afecto hacia el espacio público están profundamente interrelacionados, ya que ambos son pilares esenciales para construir comunidades cohesionadas en entornos urbanos. La ausencia de conexión emocional con estos espacios puede generar fragmentación social y deteriorar el sentido de pertenencia de los residentes. Bueno, J. (2021) discute cómo la falta de interacción en los espacios públicos puede afectar la formación de identidades colectivas sólidas en las comunidades urbanas. Argumenta que la conexión emocional con el entorno construido es esencial para fomentar un sentido de pertenencia y comunidad entre los residentes. Mitchell (2021) examina cómo la ausencia de interacciones significativas en los espacios públicos puede socavar el tejido social de una comunidad. Sugiere que la falta de afecto hacia el entorno urbano puede llevar a una disminución en la identificación colectiva. Rodríguez, Ruíz y Murillo (2021) destacan cómo la falta de afecto hacia los espacios públicos puede tener repercusiones adversas en el bienestar emocional de los ciudadanos. Sostienen que los entornos urbanos que carecen de una identidad colectiva sólida y de lugares significativos para la interacción social pueden contribuir a sentimientos de aislamiento y alienación en la población. En el contexto de Barranco, esta desconexión se hace evidente en la manera en que los procesos de privatización y el abandono de los espacios públicos han reducido las oportunidades para la interacción comunitaria. La carencia de afecto hacia estos lugares no solo limita su funcionalidad, sino que también afecta el tejido social y cultural que def ine al distrito. Recuperar el afecto y la identidad colectiva en los espacios públicos de Barranco es fundamental para revitalizar su esencia como un lugar vibrante y cohesionado.
Falta de afecto en el espacio público incide en la desintegración social
La falta de afecto en los espacios públicos afecta la capacidad de estos lugares para fomentar relaciones sociales significativas. Cuando los espacios no están diseñados para promover la interacción, pueden contribuir al aislamiento de los individuos lo que incide directamente en la desintegración social. En relación a esto, Vargas D. y Merino M. (citado por Ibarra J., Salazar J. y Navarro R. 2023) indican que los espacios públicos que están bien diseñados y mantenidos adecuadamente promueven la inclusión social y el comportamiento cívico, al tiempo que contribuyen a mejorar la satisfacción de los residentes. Por otro lado, los espacios públicos de baja calidad, que muestran signos de deterioro físico, pueden fomentar comportamientos antisociales. De la misma forma, Muñoz N. y Elena N. (2023) destacan cómo esta conexión entre las personas y su entorno f ísico puede ser fundamental para su sentido de identidad, pertenencia y arraigo en la comunidad y argumentan que proteger estas relaciones son esencial para promover la cohesión social. Sepúlveda O., y Sepúlveda, D. (citado por Zavaleta 2022) enfatizan que la integración social está estrechamente ligada a la asociatividad, es decir, a la capacidad de las personas para formar grupos y organizaciones que promuevan la cooperación y la solidaridad. Por otro lado, la desintegración social está relacionada con la atomización, es decir, con la fragmentación y el aislamiento de los individuos en la sociedad. Por lo tanto, la promoción de espacios públicos inclusivos y la facilitación de la asociatividad son fundamentales para contrarrestar la desintegración social y fomentar la cohesión y el sentido de comunidad. Páramo y Burbano (citado por Luna y Skibick, 2021) menciona que los espacios públicos deben reconocer y apoyar las actividades sociales, expresiones culturales, actividades recreativas y otras prácticas, como medida para prevenir la desintegración social. En Barranco, la falta de afecto en los espacios públicos incide en la desintegración social, especialmente en áreas olvidadas de los extremos del distrito. Aunque cuenta con lugares emblemáticos, la calidad de estos espacios es clave para promover la cohesión entre los residentes. Espacios bien diseñados y cuidados pueden fortalecer los lazos sociales, mientras que los deteriorados contribuyen al aislamiento. Figura 5.Figura 6.
Dinámicas de la privatización de espacios públicos que afectan el apego emocional
La privatización de los espacios públicos es un fenómeno que ha transformado profundamente las dinámicas urbanas y sociales en diferentes contextos. Si bien estos espacios deberían ser accesibles y funcionales para todos, las políticas de privatización han generado barreras económicas y simbólicas que limitan su uso. Rojas, Portal y Vergara (Citado por Egea, C., Salamanca, L. y Egea, B. 2021) mencionan que se ha observado una creciente preocupación por la seguridad en el espacio público, analizando las implicaciones de la privatización y cómo ciertos espacios generan miedo en la población. De igual modo Tristan B. (2020), Observan una transformación del espacio público como lugar de consumo y la realidad actual que experimentan los habitantes, con un creciente interés en espacios cerrados, se observa que el espacio público está siendo desplazado por áreas privatizadas, donde los megaproyectos urbanos y grandes centros comerciales son impulsados por el sector privado. De la misma forma Coll M. y Seguí M. (Citado por Rodríguez A. y Diaz P. 2023) indican que privatizaciones no solo afectan a los turistas que visitan estos lugares turísticos, sino también a la población local, que se ve obligada a pagar por acceder a estos sitios en su propia isla, limitando su uso según sus ingresos. Esta comercialización del espacio público está causando un distanciamiento de la población hacia su propio territorio, al perder su identidad simbólica. En el caso de Barranco, la privatización de espacios como malecones, parques y áreas culturales ha reducido su accesibilidad, transformándolos en lugares que responden más a intereses económicos que a necesidades comunitarias. Este proceso ha debilitado el vínculo emocional de los habitantes con su entorno, afectando su sentido de pertenencia e identidad colectiva. Recuperar estos espacios como puntos de encuentro inclusivos y significativos requiere no solo revertir las dinámicas de privatización, sino también fomentar estrategias de participación ciudadana que permitan a los residentes apropiarse nuevamente de su entorno urbano. Figura 7.Figura 8.
Conclusiones
La identidad colectiva se implica las características compartidas por un grupo, formadas por su historia, cultura y relaciones sociales, mientras que los espacios públicos deben ser accesibles a todos sin discriminación, donde se refleja estas interacciones sociales, pero enfrentan desafíos como la privatización y la fragmentación, y el afecto urbano hacia el entorno se basa en las experiencias y emociones asociadas con la ciudad y sus espacios públicos, este apego influye en la vida comunitaria y la identidad colectiva, pero la falta de conexión emocional puede llevar al deterioro del espacio público y la pérdida de la vida comunitaria. En este sentido, los fundamentos para mantener latente la identidad colectiva f rente a la carencia del afecto del espacio público son la no privatización o semi privatización de áreas públicas, pues esto, según los autores consultados anteriormente, genera una desconexión social y urbana con el entorno, un mal que aqueja el distrito de barranco, pues sus principales parques han sido semiprivatizados. Por otro lado, fomentar las actividades sociales es otro método para construir identidad colectiva, sobre todo si estas son realizadas en espacios netamente públicos y reconocidos como puntos de encuentro vecinal. Con respecto a la construcción de identidad colectiva, los autores citados refieren que es importante entender el inicio de este proceso pues no comienza siendo un fenómeno colectivo, sino más bien la percepción individual del lugar y la construcción del ser propio son los agentes modificantes de esta construcción. Se entiende entonces, que para construir identidad se deben consideran normas sociales de convivencia vecinal que ayuden a la construcción personal y se debe embellecer el territorio de tal forma que el sentir del individuo sea placentero. Los hallazgos de este estudio sugieren que la planificación urbana en Barranco debe enfocarse en preservar y revitalizar sus espacios públicos, garantizando su accesibilidad y evitando su privatización o semiprivatización. Es crucial fomentar actividades culturales y recreativas en estos espacios para fortalecer la identidad colectiva, además, se debe priorizar la creación de entornos urbanos seguros y accesibles, donde los ciudadanos puedan sentirse emocionalmente conectados, lo cual contribuirá a la revitalización del distrito y a la mejora de la calidad de vida de sus residentes. La promoción de políticas inclusivas y la inversión en infraestructura pública de calidad pueden ser claves para contrarrestar la fragmentación social y mejorar la cohesión en Barranco. Figura 9.





















