Presentación del tema
En los últimos años, la Universidad de la República (Udelar) ha experimentado una transformación profunda en el marco de lo que se conoce como la Segunda Reforma. Según Artigas (2014), esta reforma está inspirada en los principios de la Reforma de Córdoba de 1918 y en el Congreso de Estudiantes de 1908 en Montevideo, eventos que tuvieron un impacto significativo en la organización y dirección de las instituciones educativas en un contexto de modernización regional de los Estados. La autora también señala que la reafirmación de la autonomía y la cogobernanza frente al Estado se presenta como un aspecto importante en la coyuntura política, y se plantea como una “bandera del proyecto” (Artigas, 2014, p. 55) que busca involucrar a la comunidad universitaria en las innovaciones propuestas.
Uno de los principales aspectos de esta transformación se relaciona con el currículo. Las bases para una ordenanza de estudios de grado y otros programas de formación terciaria (Udelar, 2010) colaboran con una definición de currículo como “el proyecto y proceso de formación de una carrera, el cual se estructura en un plan de estudios” (Udelar, 2011, p. 3). Sin embargo, el currículo no se limita al plan de estudios, sino que también implica tensiones a nivel tanto académico e institucional como social (Collazo, 2010; Díaz Barriga, 2003). En este sentido, estas tensiones generan relaciones conflictivas, debates y negociaciones entre diversos actores con diferentes intenciones y lógicas, en un contexto complejo caracterizado por múltiples intereses en juego (De Alba, 1998).
La noción de currículo como proceso implica la participación de diversos actores y actividades. Zabalza (2012) sugiere que el currículo puede ser cerrado o personalizado. Utiliza una metáfora musical para plantear la idea de que el currículo puede ser una partitura abierta, que permite a los músicos interpretar algo similar, al mismo tiempo que evita el caos y no limita la creatividad de cada uno. Esta apertura del currículo fomenta nuevas reflexiones, ajustes y experiencias.
Por medio de este trabajo, nos proponemos analizar la relación entre la flexibilidad curricular y las trayectorias educativas de los estudiantes de la Licenciatura en Educación de Udelar, considerando sus necesidades e intereses, desafíos y oportunidades. Además, buscamos comprender cómo la flexibilidad curricular en Udelar contribuye a la renovación y democratización de la educación superior y a la diversificación de los itinerarios curriculares. Consideramos autores y obras de referencia en la temática a nivel nacional e internacional, antecedentes de trabajos que dan cuenta de la flexibilidad curricular en Udelar y percepciones de estudiantes de la Licenciatura en Educación que participan del curso “Estudios y debates sobre la enseñanza universitaria: Tradición e innovación”, durante el segundo semestre del año 2022.
Currículo y flexibilidad curricular
La flexibilidad curricular es un criterio clave en las transformaciones curriculares en Udelar, junto con la articulación curricular y la creditización; desempeña un papel fundamental en la renovación y democratización de la educación superior y es considerada de relevancia por la UNESCO (Collazo, 2021), incluso como herramienta metodológica (Díaz Villa, 2002). En esta línea, Udelar (2011) define la flexibilidad curricular como la diversificación de itinerarios curriculares mediante actividades opcionales y electivas que otorgan autonomía a los estudiantes en su formación. Entendemos que la flexibilidad curricular permite a los estudiantes tomar decisiones y desarrollar su autonomía en relación con su trayectoria educativa (Camilloni, 2001). Esto contempla los apoyos necesarios y los actores que colaboran en el proceso, entre los cuales encontramos a los docentes y pares (Topping, 1996, 2000) que participan en la selección y organización de los contenidos de acuerdo con sus necesidades y objetivos (Bernstein, 1988; Collazo, 2010). Estos cambios en la flexibilidad curricular se construyen sobre las tradiciones existentes en la universidad, que dejan su huella en el proceso de transformación.
En este sentido, la flexibilidad curricular promueve la autonomía de los estudiantes y tiene un impacto directo en sus trayectorias educativas y en la diversidad de aprendizajes (Terigi, 2007, 2008, 2009). Camilloni (2001) señala que flexibilizar curricularmente implica personalizar, evidencia una distancia entre el currículo prescrito y lo que realmente ocurre en la educación, y muestra además la distancia entre un recorrido teórico y uno real (Terigi, 2009). Esta distancia está influenciada por diversos actores y factores que componen una trama heterogénea de experiencias.
Como norma escrita, Zabalza (2012) refiere a una formalización que posibilita la misma escritura y que como proyecto habilita la legitimación social en el mundo de la educación por sus contenidos, configuración y posicionamiento. Entre actores y experiencias, entre norma escrita y proceso, entre teoría y realidad, acontecen movimientos transformadores en Udelar, con sus sutilezas pero también con sus improntas evidentes que marcan coordenadas de ubicación en tiempo real, y sentidos.
Antecedentes de trabajos que dan cuenta de la flexibilidad curricular en Udelar
Udelar ha promovido la articulación y flexibilización curricular, como se evidencia en documentos y análisis. La Comisión Sectorial de Enseñanza (CSE, 2004) establece la estructuración de planes de estudio basados en movilidad estudiantil y flexibilización curricular como objetivo del Plan Estratégico de Desarrollo. Este trabajo procura “aportar a la elaboración de pautas para la formulación de los nuevos planes de estudios de grado y avanzar en la reestructuración de los planes vigentes” (CSE, 2004, p. 2). Se enfoca en la flexibilización curricular, e incluye mayor cantidad de optativas y electivas, así como movilidad horizontal y vertical como resultado de la autonomía del estudiante. La creditización de unidades curriculares específicas también acompaña esta transformación.
La CSE (2005), a través de la Línea de Trabajo Sub-Comisión CSE Articulación y Flexibilización Curricular en las carreras técnicas, tecnológicas y de grado de la Udelar, aborda algunos conceptos básicos sobre currículo universitario. El documento de trabajo establece que “en los últimos años, en diversos servicios universitarios los órganos de cogobierno han iniciado procesos de autoevaluación, evaluación y transformaciones curriculares, buscando responder a los cambios operados en los campos disciplinares y académicos así como sociales e institucionales” (CSE, 2005, p. 2). En este sentido se intenta colaborar con el proceso de transformación curricular, y en tanto flexibilidad curricular en su generación y profundización incluyendo pasajes intra- e intercarreras. Además agrega nociones significativas para este artículo:
Materias electivas: a diferencia de las materias optativas, que suponen una libre opción entre un listado de materias previsto por la institución, las materias electivas las elige el alumno de acuerdo con sus intereses u orientación y pueden pertenecer a planes de otras carreras. (CSE, 2005, p. 10)
La Comisión Sectorial de Enseñanza (2007) recupera los avances en las políticas de articulación y flexibilización curricular “procurando socializar el nivel de avance de las políticas de flexibilidad y de articulación curricular desarrolladas por la Universidad” (p. 1), en la perspectiva de colaborar a la democratización del acceso, avance y culminación de estudios en la Udelar y a la mejor enseñanza. Según Collazo (2014), los cambios curriculares implican la reorganización de las carreras para facilitar el acceso y la continuidad de los estudios, promoviendo la autonomía e integralidad de los estudiantes. Su artículo sugiere “repasar el proceso de definición de las políticas curriculares de estos años y esbozar algunas líneas de investigación necesarias para respaldar, orientar y evaluar el nuevo escenario en construcción” (Collazo, 20014, p. 37).
La Comisión Sectorial de Enseñanza, en el año 2018 publicó un libro que reunía una serie de investigaciones presentadas en las I Jornadas Regionales y III Jornadas Nacionales de Investigación en Educación Superior desarrolladas en la ciudad de Montevideo, Uruguay, con aportes de Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, España, México, Paraguay y Venezuela. En este marco, Caneiro (2018) expresa que hay una tendencia hacia la flexibilidad curricular y que esta demanda responsabilidad y autonomía de los sujetos en formación, aunque es solo una de las dimensiones a considerar de la compleja trama que aparece en juego.
La Comisión Sectorial de Enseñanza (2021) aborda el campo curricular y las políticas en Udelar. La flexibilidad curricular se relaciona con lo interdisciplinario y busca integrar todas las funciones universitarias. Díaz Villa (2002) destaca que la flexibilidad responde a la fragmentación curricular y tiene el potencial de generar mejoras. Entendemos importante considerar el rol protagónico que tienen los actores involucrados en el proceso. Por su parte, Parentelli (2020) acompaña esta reflexión y establece que:
La flexibilidad curricular implica la diversificación y ampliación de posibilidades que favorecen un nivel educativo equitativo y que implica una transformación en las estructuras académicas, una adecuación e incremento de la movilidad dentro del sistema educativo, la problematización y la producción de nuevas prácticas académicas, curriculares, pedagógicas, evaluativas, administrativas y culturales. (p. 276)
La revisión constante y detallada de estos aspectos permite identificar la necesidad de realizar los ajustes necesarios y trabajar en consecuencia. Por otro lado, las tesis de Cal (2017) y Delasio (2016) abordan aspectos curriculares relacionados específicamente con modificaciones en diferentes planes de estudios, en referencia, entre otros aspectos, a la flexibilización curricular. Ambos estudios logran articular aspectos como la creditización de unidades curriculares, que fomentan movimientos tanto verticales como horizontales dentro de diversas carreras de la Udelar. Estos movimientos están directamente relacionados con la esencia de un cambio educativo que se centra en el individuo en formación y sus procesos de aprendizaje. Ambas investigaciones demuestran las transformaciones llevadas a cabo en la Udelar, con el objetivo de promover una mayor flexibilidad como elemento distintivo en el currículo.
Aspectos metodológicos a considerar
En el estudio, se consideró bibliografía sobre flexibilidad curricular en la Universidad y experiencias de la Comisión Sectorial de Enseñanza. Se buscó la percepción de los estudiantes de la Licenciatura en Educación que participan en el curso mencionado, seleccionados por su interés y relación con la temática. Al enfocarse en flexibilidad curricular, se valoró el conocimiento y perspectiva relevante de los participantes en cuanto al tema, a partir de su formación académica.
En términos de accesibilidad, flexibilidad y adaptabilidad se utilizó un formulario de Google para llevar a cabo la encuesta virtual. Se invitó a los estudiantes del curso a través del grupo de WhatsApp asociado a la unidad curricular, creado por los estudiantes para facilitar la comunicación. Al estar integrados en el grupo, se facilitó la comunicación y se aumentó la probabilidad de participación. La participación en la encuesta fue obligatoria para poder enviar las respuestas.
Para asegurar la participación activa y reflexiva, el formulario alcanzó a todos los integrantes (Abundis, 2016, p. 184) del grupo, en este caso un total de 23 estudiantes, de los cuales 21 pertenecían al curso y dos no formaban parte de este. Se consideraron todas las respuestas ya que el formulario fue configurado como anónimo, lo que promovía la participación activa de los estudiantes. Toda la información obtenida se almacenó y procesó en forma confidencial y anónima.
En cuanto a la eficiencia en el tratamiento y análisis de datos, Abundis (2016) expresa que los aplicadores diseñan y aplican la encuesta electrónica, y que luego los medios tecnológicos disponibles se encargan de “guardar el concentrado de respuestas en una base de datos u hoja de cálculo en línea, contar y graficar automáticamente ahorrando mucho tiempo y esfuerzo” (p. 177). Aunque el autor menciona que para contabilizar respuestas estas deben ser preferentemente de selección múltiple, y agrega que “Formularios de Google ahorra mucho trabajo y tiempo en el proceso” (p. 182), en este estudio se incluyó una pregunta abierta que permitió obtener información adicional y sensible. No hubo dificultades para categorizar o agrupar la información en este caso.
El formulario incluyó opciones de casillas basadas en la definición de flexibilidad curricular de Udelar (2011) y en el estudio de Caamal y Canto (2009). Se agregaron dimensiones específicas relacionadas con Udelar y la Licenciatura en Educación de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FHCE). La respuesta obligatoria al final del formulario permitió a los estudiantes reflexionar críticamente sobre la flexibilidad curricular. Los datos del estudio no están disponibles en su totalidad, excepto los presentados en la tabla 1 y las citas utilizadas en el análisis y conclusiones del artículo.
Las respuestas obtenidas fueron codificadas mediante un sistema de identificación correlativo (E + número correlativo asignado en función del orden de recepción).
Percepciones de estudiantes de la Licenciatura en Educación
En las respuestas de los 23 estudiantes encuestados, identificamos algunos ejes para profundizar en torno a la flexibilidad curricular: a) aspectos generales de la flexibilidad curricular, b) oferta de unidades curriculares disponibles, c) orientación y difusión (tabla 1). Estos ejes surgieron a partir de interrogantes centrales y aportes significativos de los estudiantes respecto a la temática. La tabla y los ítems se configuraron para explorar diferentes aspectos de la flexibilidad curricular y obtener información detallada sobre la percepción de los estudiantes. Los ejes de análisis permiten comprender la opinión de los estudiantes sobre la flexibilidad curricular, la variedad de unidades curriculares, la información y orientación brindadas, y la promoción de oportunidades de participación. Estos ejes son fundamentales para analizar los datos recopilados en la encuesta.
Con relación a aspectos generales, se destaca que, aunque se ha establecido la importancia de la flexibilidad curricular en la Universidad, el 13 % de los estudiantes encuestados perciben que es una necesidad imperante para la Udelar y la FHCE. Por otro lado, el 43,5 % considera importante que la Udelar establezca normas relacionadas con la flexibilidad curricular para su óptimo funcionamiento. Algunos estudiantes expresan que la normatividad existente es adecuada (E16, E21), pero sugieren que debería tener en cuenta la relación con la virtualidad y la realidad pospandemia (E12). También se percibe que aún queda mucho por mejorar para que el funcionamiento de la flexibilidad curricular en Udelar sea óptimo (E13). Los estudiantes resaltan la importancia de considerar la relación con la flexibilidad laboral (E14) y la realidad laboral pospandemia. Especialmente para aquellos estudiantes que trabajan en un territorio distante de los centros educativos o viven en el interior del país (E19), es relevante que las unidades curriculares asociadas a la flexibilidad curricular contemplen modalidades de cursado que promuevan la igualdad de oportunidades. Estudiantes recientes de la Licenciatura en Educación valoran que se generen instancias en las que los estudiantes puedan participar (E6), decidir, asumir responsabilidades a partir de sus decisiones, lo que contribuye al desarrollo de su autonomía y les permite definir con mayor claridad su perfil dentro de la carrera (E1, E3, E23). El 60,9 % de los estudiantes perciben que la flexibilidad curricular les brinda mayor autonomía, junto con otros beneficios. Un porcentaje considerable (34,8 %) entiende que la flexibilidad curricular implica la utilización de pedagogías más activas, pero solo el 13 % cree desde su experiencia que ayuda a reemplazar algunas prácticas educativas tradicionales por mejores alternativas. Además, el 39,1 % percibe que la flexibilidad curricular fomenta la socialización de conocimientos desde diferentes perspectivas entre estudiantes de diversas carreras. Asimismo, se destaca que la flexibilidad curricular permite el avance del estudiante de acuerdo con su ritmo y estilo de aprendizaje. Otros estudiantes consideran importante analizar de qué modo la flexibilidad curricular puede acompañar los cambios de un plan a otro de la misma carrera (E4), para percibir ventajas más significativas en ese pasaje. Para finalizar este apartado en función de las respuestas de los estudiantes, un estudiante expresa: “Desde mi punto de vista es muy importante que cada estudiante pueda ir construyendo su trayecto profundizando en sus intereses” (E2).
En cuanto a la oferta de unidades curriculares disponibles, se observa una tensión entre la flexibilidad curricular y las posibilidades de movimiento y toma de decisiones. A pesar de que el 47,8 % de los encuestados reconocen que la flexibilidad curricular requiere una mayor responsabilidad del estudiante en relación con su aprendizaje, existe una preocupación constante por las opciones disponibles. En este sentido, solo el 3 % de los encuestados consideran que es satisfactoria la oferta de asignaturas y talleres optativos, a la vez que el 47,8 % perciben que el acceso de los estudiantes a unidades electivas presenta dificultades. Estos agregan que si bien el acceso ha mejorado, aún se observa cierta rigidez asociada, y que las posibilidades reales siguen siendo muy acotadas, por lo que demandan una mayor variedad de opciones para poder elegir -diversidad horaria, entre otras-; incluso estudiantes del interior del país especifican que van cursando lo que se les permite y no tanto lo que les gustaría para el seguimiento continuo de la carrera (E7, E8, E18, E20, E22). Con relación a la oferta de unidades curriculares disponibles, el 43,5 % de los encuestados perciben que se posibilita al estudiante cursar parte del plan de estudio en otra institución educativa, pero también que esta posibilidad teórica presenta tensiones constantes. Respecto al cursado de electivas en el Área Social y Artística (ASA), los estudiantes consideran que el proceso de selección mediante sorteo presenta dificultades para acceder efectivamente a estas unidades curriculares. Además, destacan que las opciones ofrecidas por el servicio al que pertenecen están limitadas en cantidad, los procedimientos para la asignación de créditos son lentos y burocráticos, y existen algunos vacíos reglamentarios que deben resolverse de manera oportuna (E18, E5). Un estudiante expresa: “Como aspecto a mejorar, presenta trabas o demoras a nivel burocrático con respecto a la inscripción y luego a la acreditación de la asignatura en la escolaridad del estudiante, lo que desestimula la cursada de unidades electivas por fuera de lo que está sugerido, o por fuera de lo pautado en el ASA” (E17).
Con relación a la orientación y difusión vinculadas a la temática, el 26,1 % de los encuestados conocen la posibilidad de recurrir a la Unidad de Apoyo a la Enseñanza (UAE) para recibir orientación en este aspecto. A su vez, solo el 8,7 % percibe que la posibilidad y medios de elección están claramente definidos por la FHCE a los estudiantes y el 13 % percibe que el plan de estudio es claro en cuanto a la organización de unidades curriculares que demandan autonomía de elección y créditos asociados, lo que genera cierto sentimiento de desconcierto. Los estudiantes expresan que el tema no está adecuadamente explicado y requiere una mayor promoción para una mejor comprensión, así como un asesoramiento más cercano de los diversos actores involucrados (E9, E10, E11, E15). En muchos casos, los estudiantes han recibido el asesoramiento más claro y adecuado de sus compañeros, aquellos que han cursado las asignaturas previamente y pueden compartir sus experiencias en términos de contenido y acreditación, así como de otros estudiantes que formaron o forman parte de la Comisión de Carrera. Un estudiante expresa: “Agradezco a los estudiantes que han integrado Comisión de Carrera que han sido quienes siempre han despejado las dudas que pudiera tener” (E11).
Reflexiones finales
La flexibilidad curricular busca abordar la diversidad de los sujetos frente a los desafíos actuales, considerando sus necesidades, intereses y potencialidades, al tiempo que contribuye a una transformación que busca mejorar la enseñanza sin descuidar las funciones universitarias esenciales. Sin embargo, existe una tensión constante entre las políticas asociadas y la experiencia en el terreno, específicamente en relación con cada servicio, carrera, unidad curricular y relaciones. Los sujetos demandan cambios que se alineen aún más con sus trayectorias educativas y que tengan en cuenta las realidades en un contexto que está en constante cambio.
Por tanto, es necesario adoptar una perspectiva anticipatoria para analizar los posibles efectos y mantener procesos de evaluación significativos que permitan retroalimentar ajustes destinados a mejorar la enseñanza, con su respectiva “demanda de desaprendizajes de inercias institucionales y culturales, y desde ya procedimentales, pero siempre final e ineludiblemente, de orden político” (Caneiro, 2018, p. 447). En este sentido, es importante considerar fortalecer los mecanismos de evaluación y seguimiento de la implementación de la flexibilidad curricular. Esto implica recopilar y seguir datos relevantes, así como llevar a cabo investigaciones para analizar el impacto de la flexibilidad curricular en los estudiantes, sus trayectorias y los resultados académicos asociados. Asimismo, es fundamental mantener un enfoque basado en la retroalimentación continua para asegurar una implementación exitosa, considerando la opinión de los estudiantes para identificar áreas de mejora y realizar los cambios necesarios.
La percepción positiva de que la flexibilidad curricular otorga mayor autonomía al estudiante resalta la importancia de fomentar y fortalecer la participación y toma de decisiones de los estudiantes en su proceso de formación. Esto puede implicar el fortalecimiento de espacios y mecanismos que promuevan la participación estudiantil en la planificación curricular, la elección de unidades curriculares y la definición de su perfil dentro de la carrera. Dado que se perciben dificultades y limitaciones en la oferta de unidades curriculares disponibles, es necesario abordar estas problemáticas, que incluyen la diversidad de opciones de elección, el acceso real a estas en función de los cupos, la diversificación de los horarios de cursado para adaptarse a diferentes realidades geográficas y laborales, y los procesos de créditos asociados, entre otros factores. La percepción de que la posibilidad de elección y los medios de orientación no están claramente definidos señala la necesidad de mejorar la información y la difusión de las posibles experiencias en torno a la flexibilidad curricular. Consideramos relevante que la institución continúe potenciando estrategias de comunicación para difundir información clara y completa sobre la existencia y funciones de la Unidad de Apoyo a la Enseñanza por medio de docentes, comisiones de carrera, unidades asociadas y, especialmente, del apoyo y orientación de otros estudiantes con experiencia previa.