INTRODUCCIÓN
El presente artículo fue realizado por el equipo uruguayo de investigación que integró el proyecto internacional multicéntrico (HÉROES), conformado por investigadores de 26 países. El proyecto tiene el objetivo de describir el impacto de la Pandemia COVID-19 en la salud mental de los trabajadores de la salud en diferentes contextos sanitarios y países.
La emergencia sanitaria ante la pandemia por COVID-19 afectó al personal de salud, presentando índices elevados de depresión, ansiedad y malestar psicológico1,2,3,4,5. La severidad de los síntomas aumentó e inclusive después de un año continuaban presentándolos. Ser mujer, haber padecido o tener un familiar con COVID-19 y atender directamente a pacientes, fueron factores de riesgo para la salud mental 6. Existe evidencia que los efectos psicológicos pueden experimentarse meses o incluso años después del impacto de una epidemia. A tres años del brote del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) en China, el 23 % de los trabajadores de la salud todavía presentaban síntomas depresivos de moderados a graves (1) (7. En el personal sanitario se observa un incremento del desgaste laboral, que se vio afectado por las condiciones de salud, trabajo, las consecuencias psicológicas de una pandemia, los salarios y la condición de estado civil 8.
El objetivo del presente artículo es conocer y caracterizar las experiencias y vivencias de trabajadores/as de la salud durante la pandemia, a partir del análisis de las respuestas obtenidas en la pregunta abierta del formulario autoadministrado del Proyecto Héroes Uruguay.
Normas éticas
El protocolo del estudio internacional fue avalado por los Comités de Ética de los países participantes y recibió el aval del Comité de Revisión Ética de la OPS 9. En Uruguay contó con el aval del Comité de Ética de la Investigación de la Facultad de Psicología (21/8/2020). Se recabó el consentimiento informado de los participantes y se aseguró la confidencialidad de los datos personales.
METODOLOGÍA
Se trata de un estudio exploratorio donde se analizó la información con recursos de tipo cuantitativo y cualitativo, a partir de una pregunta abierta que integra el formulario en línea autoadministrado de la investigación marco y que posibilitaba recoger otras impresiones, experiencias y opiniones:
“¿Hay algún otro aspecto que no se te haya preguntado y qué te gustaría comentar que nos pudiera ayudar a comprender mejor la experiencia de trabajadores/as como usted durante esta pandemia?”
La población objetivo en Uruguay fue el personal de los servicios de salud integrados al SNIS (profesionales, no profesionales, técnicos, y auxiliares). Fueron reclutados a través de invitaciones por email con el apoyo de la División de Evaluación y Monitoreo del Personal de la Salud del Ministerio de Salud recurriendo a su base de datos.
De un total de 2519 respuestas obtenidas del estudio global, 566 (28.2%) respondieron la pregunta abierta del formulario.
Las respuestas obtenidas fueron categorizadas para su análisis de dos formas:
RESULTADOS
1. Distribución de respuestas
De las 566 respuestas obtenidas en la pregunta abierta, 473 (83,6%) se identificaron como mujeres y 89 (15,7%) como hombres, siendo porcentajes similares a la distribución de las respuestas del formulario general (82 y 17,7%). La mayoría de las respuestas fueron de personas mayores a 47 años (39,9%), seguido por la franja de 38 a 47 (32%) y menores de 37 (28.5%). Residen en Montevideo el 55,4% y en departamentos del interior el 44.7%, obteniendo mayor porcentaje de respuestas respecto al formulario general (38.4%).
Considerando su trabajo principal, la mayoría pertenece al sector privado (61.5%), al igual que sucedió en el formulario general, aunque en este caso era algo mayor (65.8%). El grupo con más respuestas fueron las/os enfermeras/os (34,5%) en un porcentaje mayor que en el formulario general (26.5%). Médicas/os (21,6%) y administrativas/os (15 %), presentaron porcentajes similares al formulario general, pero en el caso de esta pregunta, 15.2% correspondió al grupo de trabajadores de servicios de apoyo.
2. Categorización temática
En primer término, la revisión y análisis de las respuestas obtenidas en la pregunta abierta del formulario, permitió realizar el agrupamiento y categorización descriptiva en base a los temas más frecuentes:
La categoría condiciones de trabajo fue la temática más mencionada. El 22% de las mujeres se refirieron a este aspecto, en relación al 14,6 % de los varones y es mencionada especialmente por personal de enfermería (26.7%).
Sí, dado que la pandemia dejó a la vista lo importante que es ser trabajador de la salud sobre todo el personal de enfermería que es el que está las 24 horas con el paciente. Deberíamos de tener otro régimen jubilatorio y de descanso. (id.236)
La organización del trabajo fue más mencionada por varones (21,3) que por mujeres (19,7), y entre médicas/os (24.6%) y personal administrativo (18.8%).
La sobreexigencia aplicada al personal de la salud ha aumentado y con ella la tensión en el ambiente, no siendo recíproca la valoración al personal. (id. 275)
La adaptación a la consulta telefónica. La falta de reuniones de equipo presenciales. Mantener la distancia. Exceso de pantallas. (id. 158)
La categoría vivencias, obtuvo el 22.2% de respuesta en mujeres, mientras sólo lo hicieron el 9% en los varones. Fue más frecuente en quienes contaban con personal a su cargo (22,2% contra 17%). Y es particularmente referida por quienes decían contar con equipos de protección personal (EPP) suficientes (22,4 frente a 9.5%). La mayoría provinieron de médicos/as (24,6%) y personal de apoyo (26,7%).
Los primeros meses fueron los peores, sentí que venía el fin del mundo, como en el cine catástrofe que todo empieza por un virus mortal. Tuve que dejar informativos, redes sociales y no recibir información externa (id. 52)
"Experimenté agobio y saturación al retornar a la consulta con presencialidad 100%. Me sentí sobrecargada por la demanda. (id. 185)
En la categoría propuestas los varones tuvieron más respuestas que las mujeres (12,4% y 8%), y las menciones son mayores entre administrativos (12.9) enfermería (9.7), apoyo (5,8) y medicina (4,9)
Me gustaría que hubiese más apoyo para el personal de la salud, la gente no tiene idea de lo que es trabajar con equipo de protocolo. (id. 62)
La categoría opiniones y creencias sobre el COVID y su abordaje fue referida por varones (10,1%), contra 6 % en mujeres, al igual que en la categoría anterior, fue más referida entre administrativos (9.4) y enfermería (7,7)
No considero que el COVID-19 sea una pandemia. Entiendo que todo se trata de una farsa para matar humanos y crear el caos económico global. (id. 74)
Las respuestas de percepción del daño provocado en su entorno personal, corresponde el 5,7% de las mujeres, y 6,7% de las de los varones.
Es complejo cuidar (niños) cuando las redes de apoyo familiar se ven limitadas por la COVID manteniendo un trabajo con igual carga horaria e igual exigencia (id. 291)
Se agrupan en la categoría estigmatización, presentando 26 respuestas, con un porcentaje mayor de los varones frente a las mujeres (6,7 y 4,2%).
"Varias personas prefieren no juntarse conmigo porque trabajo en la salud y tienen miedo de que los contagie, aunque estoy seguro que me cuido mucho más que cualquier otro amigo con quien se vincule. (id. 284)
3. Categorización de sentidos subjetivos
El análisis de las respuestas considerando los sentidos subjetivos permitió agruparlos en categorías vivenciales. Dado que una persona puede haber referido más de una vivencia, su cantidad no se corresponde con el número de personas.
Las nueve categorías más frecuentes reúnen el 86% de los sentidos subjetivos. De mayor a menor mención: ansiedad y estrés, miedo, cansancio no apoyo social, sobrecarga, afectación vincular, necesidad de apoyo psicológico, mención a sentimientos positivos e inconformidad por paga salarial insuficiente. La importancia relativa de su mención puede observarse en la nube de palabras (figura 1)
El estrés sintetizó la vivencia singular ante presiones que muchos sienten por las condiciones laborales. Se agregan quienes mencionan ansiedad en general, y quienes destacaron las incertidumbres e inseguridades.
El miedo, remite a preocupación por contagio propio o terceros, temores, angustia, paranoia y hasta el pánico por las consecuencias. Se subraya el sufrimiento y angustia reportado por muchos trabajadores.
El cansancio reúne expresiones que van desde fatiga, falta de tiempo de descanso, hasta las sensaciones de agotamiento y agobio. Se plantea la saturación por la alta demanda asistencial, y se asocia a sentimientos de frustración, desgano y desánimo.
La categoría “no_apoyo_social”, incluye percepciones respecto a la actitud de la organización y de las políticas en salud con significativas expresiones: incomprensión, falta de empatía, desconocimiento, desconsideración, discriminación, desamparo, abandono o deshumanización. Se suma a las sensaciones de falta de reconocimiento o incluso desvalorización de la tarea que desempeñan.
Muy vinculado al cansancio y estrés, la sobrecarga laboral aparece frecuentemente referida, tanto de modo explícito o aludiendo al incremento de exigencias, y a la insuficiencia de recursos humanos.
El deterioro vincular y las sensaciones de aislamiento y/o soledad aluden a conflictos interpersonales en los equipos de trabajo. A veces derivado del distanciamiento presencial, o de las tensiones por sobre exigencias, falta de cuidado y respeto, impaciencias y poca comprensión de las situaciones por las que se estaba atravesando.
En línea con las vivencias antes referidas, muchos destacaron la necesidad de recibir apoyos psicológicos (no_apoyo_psico) sin que hayan estado accesibles. La cantidad de referencias es consistente con la percepción de apoyos insuficientes.
En una dirección diferente, se agruparon vivencias positivas: expresiones de conformidad, seguridad, protección, optimismo, sostén y apoyo entre los compañeros, confianza, calma, orgullo, desafío, amor y esperanza. Sensaciones que podían convivir con expresiones de malestar y que muestran la diversidad de las afectaciones y la posible presencia de comportamientos de resiliencia, que contribuyeron a un mejor afrontamiento de las condiciones de estrés.
Por último, hay que destacar las referencias a la insuficiente recompensa salarial, considerando las responsabilidades e incluso sacrificio personal requerido. Vivencia que si se agrega a quienes manifestaron sentir inseguridad o inestabilidad económica o laboral, configura otra fuente de ansiedad y estrés que afectó emocionalmente al personal de la salud.
DISCUSIÓN
Destacamos el alto número de respuestas a la pregunta abierta opcional para comunicar opiniones o vivencias no contempladas en el formulario, lo que indicaría interés por manifestarse; acrecentado en el interior del país donde podrían estar incidiendo factores locales.
El contexto está marcado por el impacto de la pandemia en la salud mental de la población, donde la OMS 10 estima un incremento de más del 25% en los trastornos de ansiedad y depresión, con servicios de atención muy afectados, ampliando la brecha en la asistencia a problemas de salud mental. En ese marco, era de esperar impactos específicos en el personal sanitario 11.
Los resultados muestran que la mayoría de las respuestas remite a las condiciones y a la organización del trabajo, dimensiones claves en la salud del trabajador, en su entorno y en el/la paciente asistido y su familia 12,13,14. La Comisión sobre Determinantes de la Salud de la OMS 10, identificó las condiciones de trabajo como uno de los determinantes más relevantes para dar cuenta de las desigualdades en salud y destacó la importancia de actuar en su mejora para lograr la equidad.
Los ambientes y las condiciones laborales del sector salud se vieron profundamente afectados por los cambios que requirió la atención a pacientes con Covid-19, así como el impacto sanitario sobre los trabajadores de la salud por mayor exposición al contagio, esto coincide con lo expresado en las respuestas sobre las condiciones laborales.
La revisión realizada por García Iglesias 3 evidenciaba mayores niveles de afectación en el personal de primera línea. Nuestro estudio también permite recoger afectaciones subjetivas relevantes en el personal administrativo y de apoyo.
En este sentido Kruskal 15 afirma en su estudio que “el impacto organizacional y social puede ser igualmente devastador a través de la pérdida de productividad, ineficiencias, desafíos morales, disminución de la calidad de la atención, resultados y seguridad, y errores médicos”. Según su planteo, si bien las intervenciones centradas en la persona pueden producir reducciones significativas del agotamiento, es necesario investigar sobre qué intervenciones sobre el sistema y las organizaciones tendrán mayor impacto en el bienestar de sus trabajadores. Por lo tanto, debería ser un punto de atención para las organizaciones abordar el tema del agotamiento, teniendo en cuenta las múltiples aristas y repercusiones del tema: bienestar de los trabajadores de la salud, repercusiones en la atención y seguridad del paciente, repercusiones económicas y financieras en las organizaciones.
Múltiples estudios 16,17,18 establecen la relación directa que existe entre las condiciones de trabajo y las repercusiones en la salud del trabajador en general y en particular la exposición al estrés y burnout (SBO). La propia dinámica laboral, con intensas demandas emocionales, hace que el personal de salud sea particularmente susceptible a desarrollarlo. Además del ámbito laboral, se reconocen otros factores de riesgo: alta carga horaria, pocas horas de descanso nocturna, sexo femenino y con un mayor impacto la presencia de un contexto hostil 12.
La pandemia y los cambios que ella conlleva expuso al personal de salud a mayor exposición a las variables vinculadas con el desarrollo de SBO: corta edad, sexo femenino, falta de pareja estable, escasa antigüedad en el cargo, jornada laboral prolongada, ambiente laboral con pobre comunicación entre el personal, falta de recursos materiales 19. La revisión de Campello Vieira et al 20 sobre 37 artículos (mayo - julio 2020) informa la presencia de indicadores de síndrome de Burnout, en relación con carencias en los equipos de protección personal, inconsistencias y complejidad de protocolos, cambios de turnos y horarios y su incidencia en la organización de las actividades cotidianas en el hogar.
Las percepciones muestran variaciones interesantes considerando el género: las mujeres hicieron más referencia a las vivencias subjetivas y las condiciones laborales, y los varones destacaron cuestiones de la organización del trabajo, y mayor tendencia a manifestar sus opiniones y propuestas. Lo que podría interpretarse acorde a las expectativas de rol asociadas al género19.
El análisis no busca establecer relaciones causales entre los efectos de la pandemia en el bienestar de los trabajadores de la salud. No obstante, tal como plantean Kruskal en su estudio, “a medida que aumenta el estrés, la capacidad de una persona para funcionar disminuye, lo que en última instancia puede conducir a síntomas de ansiedad, ira, frustración, comportamiento disruptivo, depresión y síndrome de agotamiento, abuso de sustancias e incluso el suicido 15. Por lo que es posible plantear, ante el aumento de situaciones de estrés que supuso la pandemia, más aún para los trabajadores de la salud, que los datos relevados guardan relación con esta situación.
Con relación al impacto de los cambios laborales Schug et al, 21 encontró que los trabajadores de la salud que se vieron obligados a cambiar su lugar de trabajo mostraron elevados síntomas de depresión y ansiedad generalizada. Demostraron sentir más miedo de infectar a familiares y allegados que aquellos que no fueron cambiados de sector. Pensamos en nuestro estudio quienes respondieron sobre las condiciones y organización del trabajo constataron que estos aspectos tuvieron algún tipo de impacto en su vida durante la pandemia.
Teniendo en cuenta la prevalencia en las respuestas sobre las condiciones de trabajo y el aspecto organizacional del mismo cabe reflexionar acerca del impacto sobre el bienestar del contexto laboral en pandemia. De acuerdo con Holman et al 22 los cambios en la rutina así también como el miedo de contraer el virus implicó una sobrecarga importante en la salud psicosocial de las personas.
Los sentidos subjetivos más referidos permiten observar la intensidad con que la emergencia sanitaria impactó vivencialmente en muchos trabajadores. Junto con el incremento de exigencias laborales para lo cual los servicios de salud no estaban preparados, tampoco se habrían podido diseñar estrategias de apoyo suficientes. Lo que estaría afectando la confianza en las organizaciones con eventuales consecuencias futuras. Las debilidades de los recursos de apoyo social evidencian la relevancia del fortalecimiento de las redes vinculares y la necesidad de analizar las afectaciones vinculares que hayan quedado como secuelas del abordaje de la emergencia sanitaria. Además de las necesidades no suficientemente cubiertas de atención y apoyo psicológico individual, se visualizan cuestiones colectivas con peso significativo en las experiencias vividas por los sujetos.
En consonancia con esta idea una revisión sobre el impacto negativo de la pandemia en la salud psicosocial 23 propone intervenciones psicosociales y un abordaje integral desde la salud pública como aprendizaje de la presente pandemia y respuesta a posibles futuras.
CONCLUSIONES
Este estudio nos permite afirmar la importancia a nivel organizacional y de políticas de salud, de generar entornos laborales seguros y saludables. La emergencia sanitaria generada por el COVID 19, expuso y agudizó la tensión de los sistemas sanitarios y su impacto en la salud y bienestar del personal. Evidencia el malestar subjetivo de los trabajadores de la salud, a través de sus vivencias, y da cuenta de sus situaciones personales y laborales. El sufrimiento se incrementó por la percepción de escasa respuesta y falta de apoyo de las organizaciones, políticas sanitarias y la sociedad.
Entender y contemplar los componentes subjetivos implicados permitiría generar cambios en los sistemas y organizaciones de salud, que promuevan el bienestar en los ámbitos laborales considerando las debilidades preexistentes. Resulta necesario atender los impactos producidos y estar preparados para afrontar situaciones de emergencias sanitarias futuras, integrando los aprendizajes obtenidos.
En este sentido resulta necesario continuar con investigaciones que además de profundizar en el diagnóstico de la situación actual post pandemia y que genere conocimiento sobre el diseño de estrategias de abordaje adecuadas y eficaces contemplando el cuidado de la salud mental de los trabajadores.