Introducción
La leishmaniosis visceral (LV) ocasionada por Leishmania infantum se ha extendido al sur de América Latina y contrajo relevancia zoonótica por el proceso de urbanización. El perro infectado sintomático o asintomático es el principal reservorio. Los primeros casos autóctonos en Uruguay fueron en la ciudad de Salto, en los años 2015 y 2018, en caninos y humanos respectivamente (Ministerio de Salud Pública, 2016; Organización Panamericana de la Salud, 2019).
En caninos la sintomatología es diversa y potencialmente multisistémica (Miró et al., 2001). Los signos clínicos principales en perros de la ciudad de Salto fueron lesiones cutáneas, adelgazamiento, mucosas pálidas y linfadenomegalia (Scayola et al., 2019).
La anemia, trombocitopenia, disproteinemia y azotemia pueden ser compatibles con el diagnóstico y la evolución de la enfermedad (Nicolato et al., 2013). Por lo tanto, resulta importante analizarlos en la situación epidemiológica actual del país. El objetivo fue describir los perfiles hematológicos, hepáticos y renales en perros naturalmente infectados de L. infantum en la ciudad de Salto, Uruguay y comparar con valores de referencia.
Materiales y métodos
Área de estudio y población animal
El área de estudio comprendió la ciudad de Salto, Uruguay (31°23’18.0”S, 57°57’38.0”W). Se realizó una investigación transversal en una subpoblación estimada (Yofre et al., 2012) de 43 perros (Canis familiaris) con LV naturalmente adquirida diagnosticados mediante inmunocromatografía (Kalazar Detect Canine Rapid Test, InBios), entre agosto de 2017 y marzo de 2018.
Perfiles hematológicos y bioquímicos
En cada animal se tomaron dos muestras sanguíneas, extrayendo 5 mL en total (Protocolo Nº2/15, Consejo del Cenur Litoral Norte). Una muestra en tubo con ácido etilendiaminotetraacético (EDTAK2) para análisis de hemograma y otra en tubo con activador de la coagulación para evaluación bioquímica hepática y renal.
El hemograma se analizó utilizando el contador Horiba, modelo ABX Pentra60 (Japón) y el recuento diferencial de leucocitos mediante observación microscópica de frotis teñidos con May Grünwald-Giemsa. La bioquímica hepática-renal se evaluó con el equipo automatizado AMS Alliance, modelo SAT450 (Italia). Los análisis se realizaron en un laboratorio particular de análisis clínicos de Salto.
Análisis estadísticos
La media, desvío estándar y valor mínimo y máximo de cada parámetro se relacionó con la mediana de valores de referencia proporcionados por el Laboratorio de Facultad de Veterinaria, UdelaR y los reportados en la bibliografía (Pati et al., 2015; Pedrozo et al., 2010). Así se formaron tres grupos: inferior, superior y dentro del rango fisiológico y se comparó con las frecuencias esperadas usando un índice de verosimilitud mediante la prueba de la G (Sokal y Rohlf, 2002). Se calculó los valores de significación empleando la función Chi-cuadrado. Los análisis se realizaron utilizando el programa Microsoft Excel.
Resultados
Perfiles hematológicos, hepáticos y renales en perros infectados naturalmente de Leishmania infantum y su relación con valores de referencia.
La valoración de los parámetros hematológicos, bioquímicos hepáticos-renales y su significación se registra en las Tablas 1 y 2. Se muestra el número de perros comprendidos en el rango fisiológico, debajo o encima de valores de referencia.
m= Media, σ= Desvío estándar, N= Número de casos, GR= Glóbulos rojos, HB= Hemoglobina, HTO= Hematocrito, VCM= Volumen corpuscular medio, HCM= Hemoglobina corpuscular media, CHCM= Concentración de hemoglobina corpuscular media, RP= Recuento plaquetario, GB= Glóbulos blancos, N (%)= Porcentaje de neutrófilos, E (%)= Porcentaje de eosinófilos, L (%)= Porcentaje de linfocitos, M (%)= Porcentaje de monocitos, N= Neutrófilos, E= Eosinófilos, L= Linfocitos, M= Monocitos, ↑= aumento significativo, ↓= disminución significativa
m= Media, σ = Desvío estándar, N= Número de casos, Bil. T= Bilirrubina total, Bil. D= Bilirrubina directa, Bil. I= Bilirrubina indirecta, Col= Colesterol, P. Tot= Proteínas totales, Alb= Albúmina, Glob= Globulinas, I A/G= Índice albúmina/globulinas, ↑= aumento significativo, ↓= disminución significativa.
Se encontró trombocitopenia y anemia en el 44,19% de los perros, siendo normocítica-normocrómica en el 57,89%, microcítica-normocrómica en el 31,57% y microcítica-hipocrómica en el 10,52% de los casos.
El 90,70% de los perros tuvo recuentos normales de leucocitos, el 2,33% leucocitosis y el 6,98% leucopenia. Se observó neutrofilia en el 20,93% y eosinopenia en el 60,47%, en cambio, neutropenia y eosinofilia en el 13,95% y el 6,98% linfopenia.
Se encontraron levemente aumentadas al menos una enzima hepática en el 74,42% de los casos; siendo la aspartato aminotransferasa en el 55,81%, fosfatasa alcalina en el 30,23%, gamma-glutamil transferasa en el 18,60% y alanina aminotransferasa en el 9,30% de los perros. Se registró incremento de la bilirrubina indirecta, directa y total en el 16,28%, 11,63% y 9,30%, respectivamente. Se evidenció hiperproteinemia en el 76,74%, hiperglobulinemia en el 90,69%, hipoalbuminemia en el 51,16%, disminución del índice albúmina/globulinas en el 65,12% y conjunción de albúmina disminuida con globulinas elevadas en el 51,16% de los perros.
Se encontraron aumentadas la urea en el 25,58% y la creatinina en el 13,95% y disminución de la urea en el 11,63% de los perros.
Discusión
La anemia en perros seropositivos a L. infantum ha sido un hallazgo habitual (Sales et al., 2017). La clasificación principalmente como normocítica-normocrómica concuerda con Paludo et al., (2013); en cambio, Dias et al., (2008) detectaron anemia normocítica-hipocrómica. La etiología es compleja y multifactorial (Ribeiro et al., 2013). El trastorno en la médula ósea eritroide por L. infantum induce la infiltración linfocitaria y de macrófagos limitando la respuesta eritropoyética (De Luna et al., 2000; Nicolato et al., 2013), siendo una posible causa en el presente trabajo. También, el aumento de uremia alteraría la eritropoyetina y reduciría la vida útil de los eritrocitos (da Costa-Val et al., 2007). Además, la hemólisis aumentada en bazo e hígado asociada con una respuesta inflamatoria, el daño oxidativo y el secuestro esplénico por alteración de la membrana eritrocitaria contribuirían a la anemia (De Luna et al., 2000; Sen et al., 2001; Varma y Naseem, 2010).
La disminución de la concentración de hemoglobina corpuscular media indicaría una homeostasis férrica deteriorada en caninos con LV (Meléndez-Lazo et al., 2018).
La trombocitopenia puede responder a una vasculitis, aumento en la destrucción de plaquetas por insuficiencia renal y/o hepática o por anticuerpos antiplaquetarios (Andrade et al., 2014). La trombocitopenia y la anemia fueron los signos clinicopatológicos más tempranos y frecuentes (Foglia Manzillo et al., 2013).
La mayoría de los perros con recuentos normales de leucocitos indicaría la escasa influencia en este parámetro (Ribeiro et al., 2013). La neutrofilia y eosinopenia significativas fueron compartidas por Sales et al., (2017). La neutrofilia puede deberse a la respuesta inflamatoria a los parásitos en múltiples órganos, la eosinopenia a disfunción en médula ósea y la linfopenia al efecto inmunosupresor de la LV y a la migración compensatoria de linfocitos a órganos linfoides, siendo marcador de pobre pronóstico (Geisweid et al., 2012; Nicolato et al., 2013).
El leve aumento de las enzimas hepáticas se relaciona a que la LV generalmente no causa severas lesiones hepáticas (Ciaramella y Corona, 2003), excepto la reacción de las células de Kupffer, granulomas intralobulares e inflamación portal y capsular (Giunchetti et al., 2008).
Los parámetros proteicos fueron los afectados en mayor porcentaje de perros y las diferencias significativas se comparten con Ribeiro et al., (2013), a excepción de la hipoalbuminemia. Sales et al., (2017) consideran que el perfil proteico plasmático es uno de los más confiables marcadores en el monitoreo de LV. La hiperproteinemia e hiperglobulinemia se asocian al incremento de anticuerpos anti-L. infantum, principalmente en estadios crónicos (Verde et al., 2016) y con la producción de inmunocomplejos circulantes (Koutinas y Koutinas, 2014).
La hipoalbuminemia se manifestaría por la extravasación de albúmina al aumentar la permeabilidad inducida por mediadores químicos y por falla renal que provoca proteinuria (Pacheco et al., 2007).
El aumento significativo de urea coincide con los hallazgos de Paludo et al., (2013), reflejaría el comienzo del daño renal, ya que los cambios en la creatinina ocurren cuando la mayoría de las nefronas son disfuncionales (Abbehusen et al., 2017; Baneth et al., 2008). La deposición de inmunocomplejos conduciría a glomerulonefritis y alteraciones intersticiales (Costa et al., 2003). El incremento de los parámetros renales indica un pobre pronóstico. En cambio, la alteración de los perfiles hepáticos no tienen igual valor predictivo de la evolución de LV (Ciaramella y Corona, 2003). Por su parte, el partir de infecciones naturales, no permite establecer si los parámetros evaluados están asociados a infecciones incipientes o más avanzadas.
Conclusiones
Los perros con LV presentaron una afección multisistémica con alteraciones hematológicas, hepáticas y renales.
Las modificaciones en los indicadores, principalmente del perfil proteico en plasma en un contexto epidemiológico compatible orientan a la sospecha de infección por L. infantum.