La exploración de la personalidad es una práctica fundamental en el ámbito psicológico, pues revela una sinergia de patrones comportamentales, afectivos, motivacionales, y otros, con un propósito definido (Roberts & Woodman, 2017). Entre estas tendencias, se ha reportado un aumento de aquellas con orientación hacia la manipulación e insensibilidad, no necesariamente patológicas, pero que a menudo no reciben la debida atención a pesar de su posible impacto en contextos que requieren interacciones sociales constructivas (Zettler et al., 2021). En particular, en el contexto de pandemia por COVID-19 surgió la necesidad de detectar y evaluar tendencias interpersonales de baja respuesta a diversas medidas preventivas de salud pública (Ścigała et al., 2021). En esta situación de crisis e incertidumbre, muchas personas no actuaron con empatía frente a las necesidades de otros. Esto fue especialmente relevante en el caso de Perú, que en tal periodo tuvo altas tasas de contagio, mortalidad y organización sanitaria deficiente (Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2022). Incluso, hubo cierta predisposición de beneficiarse de productos médicos esenciales a expensas de otros e incumplir normas sanitarias para frenar la propagación del virus (Cuba, 2021; Ministerio del Interior, 2021). Muchos de estos comportamientos pueden obstaculizar aún más la recuperación en materia de economía y salud pública asociadas a la COVID-19 (Nemexis, 2020; Ścigała et al., 2021).
Al respecto, se ha reportado que los rasgos maquiavélicos, psicopáticos y narcisistas pueden ser claves para predecir una baja adherencia a medidas sanitarias (Doerfler et al., 2021; Huang et al., 2021; Ścigała et al., 2021). Este conjunto de rasgos engloba un modelo teórico denominado “tríada oscura de personalidad”, el cual surgió al integrar en la literatura las tendencias con características aversivas interpersonales y baja empatía en situaciones cotidianas (Rogoza & Cieciuch, 2020). No obstante, estos rasgos no implican necesariamente la presencia de un trastorno o psicopatología, pues se manifiestan a lo largo de un continuo en la vida (Muris et al., 2017; Paulhus & Williams, 2002).
El maquiavelismo engloba una disposición interpersonal de manipulación a largo plazo, cierto desapego emocional y desafío a las normas sociales con la finalidad de obtener beneficios o ventajas sobre otros (Götz et al., 2020). Dadas estas características, se ha sugerido que este rasgo es uno de los más transgresores de normas durante la pandemia, tales como el incumplimiento de la distancia social, la falta de higiene de manos, estafas a personas enfermas y la resistencia a seguir mensajes preventivos relacionados con la COVID-19 (Blagov, 2021; Huang et al., 2021; Triberti et al., 2021). La psicopatía primaria implica comportamientos insensibles, manipuladores, relaciones superficiales, ausencia de miedo y ansiedad ante situaciones de riesgo (Del Gaizo & Falkenbach, 2008). Este rasgo no se limita a contextos criminales, sino que se observan en entornos financieros y políticos donde las personas tienden a ocultar sus motivaciones personales de manera efectiva (LeBreton et al., 2006). Durante la pandemia, la psicopatía se ha implicado en el desinterés por la vida de los afectados, menor adhesión a medidas como el confinamiento y distanciamiento social (Blagov, 2021; Carvalho & Machado, 2020; Doerfler et al., 2021). Por otra parte, el perfil narcisista subclínico se caracteriza por arrogancia, necesidad de admiración, atención y éxito (Ash et al., 2023). Por ello, demuestra un mayor deseo de contacto social, lo que puede generar una impresión inicial de carisma (Malkin et al., 2013). Estudios previos sugieren que individuos narcisistas promovieron teorías conspirativas sobre la COVID-19 y mostraron menos adherencia al distanciamiento social. Sin embargo, priorizaron los protocolos de higiene y uso de mascarillas, lo que sugiere mayor importancia al propio bienestar que al cuidado de los demás (Grubbs et al., 2022; Sternisko et al., 2021).
Debido a las características de estilo de vida oportunista de estos rasgos, es más probable que se expresen principalmente en entornos donde existe cierta inestabilidad e impredecibilidad (Jonason et al., 2020). Este puede ser el caso de Perú, un país con bajas expectativas de cambio social frente a la desigualdad en la población y gran desconfianza hacia las autoridades por temas de inseguridad ciudadana y corrupción política constantes (Instituto Nacional de Estadística (INEI), 2020a). Esto puede fomentar motivaciones para ignorar normas y derechos de los demás, ya que las exigencias de supervivencia de un individuo o grupos con intereses comunes (familias, amigos, instituciones, etc.) prevalecen sobre las reglas que se han establecido para toda una sociedad (Villegas, 2011; Zitek & Schlund, 2021). En ese sentido, los rasgos de tríada oscura pueden persistir en contextos donde los beneficios de obtener ventajas de otros superen a los riesgos percibidos, de modo que es importante evaluarlos en función del entorno (Brito-Costa et al., 2021).
En contraste, durante la crisis de COVID-19, es crucial analizar qué disposiciones afectivas pueden promover comportamientos más empáticos y considerados. En ese sentido, es relevante investigar las bases de autoconocimiento emocional, ya que actúan como antecedentes de la empatía. En diversos estudios, las disposiciones de autoevaluación emocional suelen predecir significativamente mayor perspectiva y preocupación empática (Fernández-Abascal & Martín-Díaz, 2019; Jiménez Ballester et al., 2022; Pacheco & Berrocal, 2004). Esto es coherente, ya que estar dispuestos a reflexionar sobre las propias emociones es el primer paso para comprender cómo otros pueden reaccionar ante experiencias similares. En esa línea, la inteligencia emocional promueve el bienestar psicológico y las relaciones interpersonales (Fernández-Berrocal et al., 2012). Desde la perspectiva de rasgos de Salovey et al. (1995), la inteligencia emocional rasgo son patrones afectivos de naturaleza intrapersonal, es decir, percibir, comprender y manejar las propias emociones de forma efectiva. La atención emocional es la autoevaluación, conciencia de la intensidad y el primer paso para usar la información emocional de manera útil (Salovey et al., 1995). La claridad emocional engloba creerse capaz de diferenciar y precisar los motivos de los cambios de los estados afectivos (Boden & Thompson, 2017). Por último, la reparación emocional es la disposición de abordar las emociones de manera constructiva tras experimentar situaciones conflictivas o eventos que generan malestar (Fernández-Berrocal et al., 2004).
Durante la pandemia hubo reportes de la importancia de evaluar la atención emocional. Por ejemplo, se incrementó a comparación de periodos anteriores al surgimiento de la COVID-19, y fue proporcional a los altos niveles de ansiedad durante este período (Castro & Dueñas, 2022; Panayiotou et al., 2021). Además, tal atención a la propia experiencia afectiva favoreció una mayor inclinación a buscar apoyo emocional en los demás (Prentice et al., 2020). En contraposición, menor predisposición para identificar y regular las emociones se ha vinculado con una reducción de la calidad de vida durante esta crisis sanitaria (Pallotto et al., 2021; Panayiotou et al., 2021). Aunque no se ha examinado explícitamente la relación entre la inteligencia emocional y el cumplimiento de medidas de salud a excepción de otros años (Sánchez López et al., 2018), los trabajos anteriores sugieren que las personas más conscientes de sus experiencias emocionales tienden a reflexionar más sobre sus acciones y decisiones, lo que posiblemente incida en mayor adherencia con las medidas señaladas.
Respecto a la exploración conjunta entre los rasgos de tríada oscura con las puntuaciones totales de inteligencia emocional rasgo, existen dos metaanálisis donde se informa que el maquiavelismo y la psicopatía tienen relación negativa con tal dominio emocional general, mientras el narcisismo tiene asociación nula o positiva (Miao et al., 2019; Michels & Schulze, 2021). No obstante, cuando se profundizan estas asociaciones por cada componente, se obtiene información más diferenciada. Por ejemplo, los individuos con mayor tendencia al maquiavelismo parecen no tener problemas con percibir las propias emociones, sin embargo, tienen dificultades para discernir entre ellas y regular las emociones negativas (Al Aïn et al., 2013; Bonfá-Araujo & Hauck Filho, 2023; García et al., 2015). Los individuos con altas puntuaciones de psicopatía parecen presentar dificultades más notables, ya que aparte de no regular emociones negativas, tampoco suelen atender o diferenciar las propias emociones (Malterer et al., 2008; Newman & Lorenz, 2003). Adicionalmente, la evidencia es mixta en aquellos con tendencias narcisistas grandiosas, pues se han relacionado con autopercepciones emocionales positivas (Casale et al., 2019; Petrides, 2011; Ruiz et al, 2012), pero una revisión metaanalítica sugiere que las asociaciones con los rasgos emocionales son nulas (Miao et al., 2019). En general, se requiere evaluar componentes emocionales por separado para observar qué atributos emocionales están más asociados a cada dominio de tríada oscura.
La edad y el sexo también son variables importantes para comprender las conexiones entre los rasgos de personalidad, ya que influyen en el desarrollo biopsicosocial de las personas (Goldberg et al., 1998). Entre las dos variables, la edad parece condicionar más consistentemente la expresión de cada rasgo examinado, ya que en estudios longitudinales se ha asociado tanto con una mayor manifestación de rasgos oscuros en jóvenes (Hartung et al., 2022) y con una mejor disposición para evaluar, discernir y mejorar los estados emocionales a mayor edad (Parker et al., 2021). En cuanto al sexo, los varones tienden a tener puntajes más altos en rasgos de tríada oscura en comparación con las mujeres, pero las diferencias de sexo en inteligencia emocional no son claras, excepto en la atención emocional, expresado más en mujeres (Sánchez Núñez et al., 2008). Respecto a otros estudios, un metaanálisis reciente señala que la relación entre la psicopatía y la inteligencia emocional es más fuerte cuando hay menos participantes mujeres, y que el vínculo negativo entre el maquiavelismo y la inteligencia emocional es más alto en grupos de menor edad (Michels & Schulze, 2021). Así, estos hallazgos sugieren la necesidad de considerar las variables sociodemográficas en investigaciones sobre rasgos emocionales y antagonistas.
En conjunto, existen razones para sugerir que la inteligencia emocional rasgo y la tríada oscura pueden examinarse en un modelo con un origen común y no como variables aisladas. En la literatura se reporta que la inteligencia emocional, evaluada como rasgo, presenta correlaciones más robustas con la extraversión y el neuroticismo del modelo Big Five, a comparación del modelo de inteligencia como habilidad emocional (Sánchez-García et al., 2016). En ese contexto, la inteligencia emocional rasgo parece orientarse hacia el éxito de las interacciones sociales, al mismo tiempo que fomenta una tendencia hacia la autoconciencia y la gestión efectiva de la emocionalidad negativa (Alegre et al., 2019). Paralelamente, los rasgos antagonistas también tienen asociaciones significativas con rasgos del Big Five como baja amabilidad y conciencia (Muris et al., 2017). Estos hallazgos sugieren que la inteligencia emocional rasgo y tríada oscura tienen una base subyacente de otras manifestaciones de rasgos de personalidad y es plausible integrarlas al mismo nivel. Así, es posible evaluar un sistema de relaciones múltiples constituido por rasgos de personalidad aversivos interpersonales (tríada oscura) y emocionales (inteligencia emocional rasgo) al mismo nivel de organización (Cramer et al., 2012).
Esta perspectiva es viable a través del análisis de redes, que permite examinar variables psicológicas complejos que abarcan relaciones simultáneas entre comportamiento, afecto, cognición y otros aspectos que conforman la personalidad. Algunas ventajas de este modelo incluyen asociaciones parciales que controlan la varianza compartida entre variables psicológicas, demográficas y nominales (Epskamp & Fried, 2018), además de identificar los dominios más relevantes, según la fuerza y número de conexiones en la red, útiles para sugerir acciones preventivas o de intervención (Jones et al., 2021). Complementariamente, cuando se añaden variables demográficas, se puede abordar un sistema de interacción desde el modelo socioecológico de Bronferbrenner (Crawford, 2020). En el contexto del presente estudio, se examina tal modelo como la interacción compleja entre factores individuales (sexo, edad, personalidad), relaciones cercanas y comunitarias (interacciones sociales constructivas o perjudiciales), y factores sociales más amplios (normas sociales y pautas sanitarias ante la COVID-19) para comprender interacciones entre subsistemas.
Objetivos e hipótesis del presente estudio
Dado que la literatura mencionada sugiere que la edad tiene asociaciones significativas tanto con la expresión de rasgos de tríada oscura, así como de inteligencia emocional, se plantea a la edad, incluso durante la pandemia, como una de las variables más centrales (más conexiones y magnitud de relaciones) en toda la red. Esta hipótesis parece más probable de confirmar que otras, pues la mayoría de los estudios no relacionan componentes específicos de inteligencia emocional, lo que dificulta encontrar un patrón emocional consistente con todos los rasgos aversivos. No obstante, en esa línea, sí existe concordancia en la literatura entre la dirección de las asociaciones entre rasgos aversivos y emocionales, y es posible plantear una segunda hipótesis: vale decir, que principalmente la psicopatía, además del maquiavelismo, tienen relación negativa con los componentes de inteligencia emocional rasgo, a excepción del narcisismo.
Por tanto, el primer objetivo del presente estudio fue identificar las variables con mayor centralidad durante la pandemia en un modelo de relaciones de red que incluyen la tríada oscura, inteligencia emocional rasgo, la adherencia al distanciamiento social, la edad y el sexo. El segundo objetivo fue ampliar el conocimiento existente sobre la relación entre la tríada oscura, los componentes de inteligencia emocional rasgo, el cumplimiento de medidas como la distancia social y datos demográficos como la edad y el sexo.
Método
Participantes
Los participantes fueron seleccionados a través de muestreo no probabilístico intencional. Los criterios de selección incluyeron la recolección de datos de ciudadanos peruanos mayores de 18 años que residían en Lima durante el período de la pandemia de 2021. Se determinó el tamaño de la muestra teniendo en cuenta un nivel de significancia de .05, con una potencia estadística de .95, un efecto mínimo de tamaño de 0.2 (Ramos-Vera, 2021), que resultó en un mínimo de 200 participantes. No obstante, en el presente estudio se amplió tal número con información previamente analizada sobre rasgos antagonistas de personalidad y rasgos emocionales (Ramos-Vera et al., 2023), esta vez con énfasis en un contexto de pandemia en el Perú. Inicialmente, se contó con un total de 316 participantes; sin embargo, se identificó que 5 tuvieron tendencias lineales en las respuestas, por lo que fueron excluidos del conjunto de datos. Finalmente, 311 adultos peruanos (M = 33.95; DE = 11.6) formaron parte del presente estudio, de los cuales el 65 % fueron mujeres (204) y el 35 % hombres (107). Las edades de los participantes oscilaron entre los 18 a más de 65 años; mientras el grado de instrucción mayoritario fue educación universitaria, con 62 % (194) de los encuestados a comparación de la educación secundaria (38 %, 117).
Instrumentos
Dirty Dozen Dark Triad (DDDT; Jonason & Webster, 2010). Mide tres rasgos de personalidad como el maquiavelismo (tendencias de manipulación, engaño, explotación a otros), psicopatía subclínica (insensibilidad, amoralidad, cinismo y ausencia de remordimiento) y narcisismo subclínico (necesidad de admiración, prestigio, trato especial de otros). La versión del cuestionario adaptada en el medio peruano por Lonzoy et al. (2020) presenta 12 ítems y cinco opciones de respuesta (1: nunca a 5: casi siempre) en formato Likert. La confiabilidad mediante el coeficiente omega en este estudio fue de .82 para el maquiavelismo, .60 en psicopatía subclínica y .80 para narcisismo subclínico. El ajuste del modelo de tres factores con el estimador DWLS que no asume supuestos de normalidad, demostró valores adecuados de CFI = .98, TLI = .98, RMSEA = .06 y SRMR = .06.
Trait Meta Mood Scale (TMMS-24; Fernández-Berrocal et al., 2004). Esta es una escala de 24 ítems en castellano que mide la inteligencia emocional como rasgo mediante 24 ítems en escala Likert (1: nada de acuerdo a 5: totalmente de acuerdo). Se basa en los dominios de atención (grado de atención y reconocimiento de las propias emociones), claridad (grado de comprensión y diferenciación de las emociones) y reparación emocional (cambiar estados emocionales negativos y prolongar los positivos) (Salovey et al., 1995). En este estudio, la confiabilidad de las puntuaciones mediante el coeficiente omega tuvo coeficientes de .83 para atención; .86 en claridad y .81 para reparación emocional. El ajuste del modelo de tres factores con el estimador ya mencionado tuvo índices de ajuste CFI = .96, TLI = .96, RMSEA = .09 y error cuadrático medio (RMR) = .08.
Cuestionario de datos sociodemográficos. Se realizó un cuestionario con datos básicos como la edad, el sexo, el grado de instrucción y el cumplimiento o no de distancia social en los últimos 30 días.
Procedimientos
En el transcurso del segundo semestre del año 2021 se llevó a cabo la presente investigación mediante la utilización de un formulario virtual, distribuido en comunidades de adultos a través de plataformas de redes sociales como Facebook y WhatsApp. Este formulario presentaba información sobre los objetivos del estudio, proporcionando detalles acerca del proceso de recolección de datos confidenciales y anónimos. Tras la finalización de las encuestas, se procedió a depurar y organizar los datos para su posterior análisis estadístico.
Consideraciones éticas
El presente estudio se llevó a cabo siguiendo los lineamientos y aprobación del Comité de Ética de la Universidad César Vallejo (Registro de proyecto I2020120110491919D - 54132). Esto incluye prácticas para garantizar el bienestar, la dignidad y autonomía de los participantes, que incluye la privacidad y la confidencialidad de la información recopilada. Además, se aseguró que la participación era voluntaria y que podían retirarse en cualquier momento sin consecuencias. Los procedimientos mencionados se realizaron de acuerdo con los lineamientos de la Declaración de Helsinki de 1964 y el artículo número 27 del código de ética profesional del Colegio de Psicólogos del Perú.
Análisis de datos
Los análisis se realizaron con el programa R versión 4.2.2 (R Core Team, 2013), y los paquetes estadísticos qgraph (Epskamp et al., 2012), bootnet (Epskamp & Fried, 2023), huge (Jiang et al., 2019), psych (Revelle, 2017), networktools (Jones, 2020) y Clique-Percolation (Lange, 2021). Los datos siguieron una distribución no normal, de modo que se utilizaron estadísticos no paramétricos, como el paquete huge. Se estimó una red que integró las variables de personalidad, el acatamiento de la distancia social durante la pandemia, así como variables demográficas influyentes en la tríada oscura y la inteligencia emocional-rasgo, tales como la edad y el sexo (Fernández-Berrocal et al., 2012; Michels & Schulze, 2021).
En este modelo gráfico, cada elemento se representa por “nodos” (círculos: variables), unidos por “bordes” (líneas: relaciones). Los bordes indican correlaciones parciales regularizadas entre las variables psicológicas, es decir, se controlan las relaciones con otros componentes de la red, lo que evita asociaciones espurias entre ellos (Epskamp & Fried, 2018; Waldorp & Marsman, 2021). Para identificar aquellos dominios con mayor número y magnitud de conexiones que influyen en otras comunidades de la red, se reportaron las medidas de influencia esperada puente (Jones et al., 2021; Ramos-Vera & Serpa-Barrientos, 2022). Igualmente, para reforzar los hallazgos de nodos relevantes en la red, utilizamos el método de Clique-Percolation, que detecta aquellos nodos que pertenecen a varios grupos o comunidades simultáneamente (Lange, 2021). Para ello, se utilizaron los parámetros k = 3, es decir tres o más nodos fuertemente conectados; y el valor I = 0.15, que indica la magnitud de la conexión mínima entre todos los nodos mayores a tres. Por otra parte, el índice de predictibilidad se representa mediante un anillo sobre los nodos, e indica qué variable es más predicha por las restantes (Haslbeck & Waldorp, 2018). Finalmente, las pruebas de bootstrap son análisis post-hoc que se aplicaron para evidenciar la estabilidad de las relaciones, con al menos 1700 muestras de réplicas de relaciones.
Resultados
En la Tabla 1 se observan los estadísticos descriptivos de las respuestas de los participantes según las medidas utilizadas en la red estimada. Entre los rasgos de tríada oscura, el narcisismo tuvo la mayor media (10.40), mientras que la reparación emocional tuvo mayor media (31.03) en la inteligencia emocional intrapersonal. El dominio que presentó valores más altos de centralidad puente fue la atención emocional (1.20), seguido por el narcisismo (0.99) y la claridad emocional (0.54). Respecto a la predictibilidad, es decir, los nodos más predichos por otros nodos (R2), el dominio de maquiavelismo tuvo el mayor valor del índice mencionado (49 %), seguido por la psicopatía y reparación emocional (ambos 37 %). En cuanto a la centralidad (influencia esperada puente), se observaron valores superiores de este índice en el componente de la atención emocional (1.20).
Nota: DE: desviación estándar; g1: asimetría, g2: curtosis, C.P: centralidad puente (bridge expected influence), R2: predictibilidad. Sexo: 1 = hombres, 2 = mujeres
En la Figura 1 se observa la estructura de red de correlaciones parciales entre los rasgos de personalidad ya mencionados, la distancia social y variables demográficas. Resaltan las correlaciones parciales negativas entre la psicopatía subclínica con atención emocional (r = -.12, p < .05) y claridad emocional (r = -.10; p < .05), y positiva con la edad (r= 0.12; p < .05). El maquiavelismo se asoció negativamente con la reparación emocional (r =- .12; p < .05), la edad (r=-0.31; p < .05) y la adherencia a la distancia social (r= -0.09; p < .05); mientras que el narcisismo subclínico tuvo relación positiva con la atención emocional (r = .18; p < .05). Igualmente, se reportan asociaciones positivas entre los rasgos de tríada oscura (r = .24 a .37; p < .05) y entre dimensiones de inteligencia emocional rasgo (r = .14 a .46; p < .05). Por otro lado, la atención emocional se relacionó positivamente con el acatamiento de distancia social (r = .12; p < .05), con el sexo (mujeres, r =.18; p < .05), y negativamente con la edad (r = -0.13; p < .05). Complementariamente, el método Clique-Percolation detectó que la atención emocional perteneció simultáneamente a la agrupación de tríada oscura e inteligencia emocional rasgo.
La Figura 2 demuestra la precisión de las asociaciones de red mediante bootstrapping, donde las estimaciones de la muestra del estudio (línea más ancha) coincide con aquellas del remuestreo con 1500 muestras (línea delgada).
Por último, la Figura 3 indica en las esquinas superiores e inferiores que la conexión positiva significativamente más alta fue entre la claridad y reparación emocional (cuadrado en la esquina superior derecha), y la más alta negativa fue ente el maquiavelismo y edad (cuadrada en la esquina inferior izquierda).
Discusión
El presente estudio tuvo como primer objetivo evaluar las métricas de centralidad en un modelo sistémico de relaciones de red. Esto se aplicó principalmente para identificar cuál es el interconector más relevante en una red compuesta por variables de personalidad como la tríada oscura e inteligencia emocional rasgo y otras variables sociodemográficas. Este enfoque se justifica debido a la compleja naturaleza de las interacciones socioemocionales y su variabilidad en situaciones de crisis, como la pandemia por COVID-19 (Brito-Costa et al., 2021). Dicho análisis es relevante especialmente en un país sudamericano que ha enfrentado considerables desafíos para contener la propagación del virus y experimentó tasas de mortalidad significativamente elevadas incluso a nivel mundial (CEPAL, 2022).
Desde una perspectiva sistémica, entre las variables más importantes que sostuvieron a toda la red mediante sus conexiones, destacamos que no fue solo la edad, como se había planteado, sino que el dominio atención emocional de inteligencia emocional rasgo tuvo el mayor número de conexiones (7 de 8 posibles) con las demás variables en toda la red. A la vez, el método Clique-Percolation detectó que la atención emocional tuvo características superpuestas con el grupo de tríada oscura e inteligencia emocional rasgo. La atención a las emociones implica al menos tres claras características: una orientación hacia la autoevaluación de los procesos emocionales, tomar conciencia de la intensidad de las señales afectivas y representa la fase inicial adaptativa de la información emocional, que repercute en la percepción general de bienestar intrapersonal e interpersonal (Boden & Thompson, 2017).
En ese sentido, la atención emocional funcionó como un “puente” entre los dominios de tríada oscura e inteligencia emocional rasgo, pero también favoreció la adherencia a las medidas de distanciamiento social, así como una mejor predisposición a evaluar las propias emociones en mujeres y en participantes más jóvenes. En primer lugar, esto sugiere que ambas agrupaciones compuestas por rasgos de personalidad tienen características en común con la atención emocional. Por ejemplo, en el presente estudio, el rasgo de autoevaluación o atención intrapersonal tendió un nexo común hacia el narcisismo, ya que este último implica atención prioritaria en la propia imagen y autoevaluación para mantener una percepción positiva de sí mismos ante los demás (Grijalva & Zhang, 2016). Por ello, son plausibles los hallazgos donde se reportan correlaciones positivas entre estas variables en trabajos previos (Ash et al., 2023; Ruiz et al., 2012). En contraste, una menor conciencia de los procesos afectivos internos puede ser una característica distintiva de individuos con niveles elevados de psicopatía, lo que no favorece una adecuada regulación emocional, tal como indican investigaciones previas (Blair & Mitchell, 2009; Malterer et al., 2008).
En segundo lugar, la atención emocional fue importante en el contexto peruano de pandemia, ya que favoreció la adherencia a las medidas de distanciamiento social. En el Perú, el temor al contagio de COVID-19 aumentó proporcionalmente al número de familiares o conocidos afectados y la constante difusión de noticias al respecto (Santa-Cruz-Espinoza et al., 2022). Esto pudo llevar a que las personas más conscientes tanto de su bienestar físico como emocional mostraran una mayor disposición a seguir las medidas de distanciamiento social. De esta manera, no solo buscaban proteger su propio bienestar, sino también el de personas cercanas más vulnerables (Panayiotou et al., 2021). Por otro lado, la atención a las emociones también tuvo conexión negativa con la edad y positiva con el sexo (grupo de mujeres). Con la experiencia, las personas suelen tener mejor autopercepción de las habilidades emocionales, y pueden ser más selectivas en qué preocuparse, en contraste con los jóvenes, quienes tienden a ser más reactivos emocionalmente (Kunzmann et al., 2014). En cuanto a las mujeres, tal asociación podría deberse a la socialización temprana de valorar la expresión emocional más que los hombres, por lo que tendrían más contacto con sus experiencias afectivas. A la vez, esto se refleja en hallazgos en mujeres peruanas sobre mayor atención a emociones negativas durante la pandemia (Fischer & LaFrance, 2015; Pedraz-Petrozzi et al., 2021).
Como segundo objetivo se propuso evaluar las relaciones entre las variables de personalidad mencionadas, el cumplimiento del distanciamiento social y otras medidas sociodemográficas como la edad y el sexo, lo que proporciona una comprensión de las asociaciones más contextualizada con la crisis sanitaria y con factores biosociales subyacentes. Uno de los hallazgos más resaltantes fue que el maquiavelismo se asoció negativamente con acatar la restricción de cercanía social para prevenir la propagación del virus. Si bien tal conexión fue una de las más bajas en toda la red, concuerda con estudios previos donde individuos con altas puntuaciones de maquiavelismo buscan saltarse medidas sanitarias como la distancia social o uso de mascarillas (Chávez-Ventura et al., 2022; Triberti et al., 2021). Estos comportamientos también se han reportado en el contexto peruano donde jóvenes asistían a reuniones sociales clandestinas a pesar de los controles sanitarios (Ministerio del Interior, 2021). Esto último también tiene relevancia con la asociación hallada entre el maquiavelismo y menor edad, pues la transición hacia la adultez puede evidenciar cierta inmadurez al utilizar la manipulación como la forma más fácil para obtener lo que desean sin considerar el riesgo de salud hacia uno mismo y los demás (Götz et al., 2020).
En los hallazgos de asociaciones entre tríada oscura e inteligencia emocional se destaca que los maquiavélicos exhibieron escasos recursos para regular sus emociones negativas. Esto coincide con hallazgos que sugieren que estos individuos utilizan estos estados para reforzar más control y manipulación sobre otros (Abell et al., 2016). Por otra parte, existe evidencia de individuos más maquiavélicos que afrontaron emociones negativas de forma desadaptativa durante la pandemia (Mojsa-Kaja et al., 2021). En tal sentido, utilizaron tácticas como exagerar sus estados afectivos para obtener ventajas económicas de personas vulnerables y así obtener beneficios sin importar la situación de crisis (Hardin et al., 2021). Igualmente, es probable que los rasgos manipuladores hayan desempeñado un papel crucial en la ocurrencia de alta violencia psicológica en Perú durante la pandemia, superando incluso los niveles de violencia física (INEI, 2022b).
En cuanto a los individuos con más prevalencia de rasgos psicopáticos, se asociaron a menor atención emocional y menor claridad emocional. Esto puede evidenciar una orientación hacia la búsqueda de beneficios rápidos que otorgan sensaciones intensas, que es reforzado cuando se ignora la intensidad y el entendimiento de los propios estados afectivos (Malterer et al., 2008; Newman & Lorenz, 2003).
Por último, los individuos narcisistas reportaron mayor atención emocional, en contraste con los demás rasgos aversivos. Esto respalda algunos estudios anteriores que también encontraron esta asociación positiva (Casale et al., 2019; Ruiz et al., 2012), que es coherente con las motivaciones egoístas de atender las propias necesidades (Grijalva & Zhang, 2016), incluso los estados emocionales, sean positivos o negativos. Por tanto, como sugieren otros estudios, cuando la salud está en riesgo, los individuos narcisistas se sienten más amenazados, de modo que priorizan el autocuidado, incluso si es necesario llegar al conflicto con otros o defender creencias conspirativas sobre el origen del virus y su propagación (Grubbs et al., 2022; Hardin et al., 2021; Sternisko et al., 2021).
En cuanto a las limitaciones, los hallazgos no son generalizables a toda la población de estudio, dado el tipo de muestreo y el número de participantes utilizado. En cuanto a la recolección de datos, se basó en un número de participantes de estudios previos de personalidad (Ramos-Vera et al., 2023) y se realizó online por las restricciones de salud en el país. Posteriores estudios deben comprobar si se obtienen los mismos resultados por medios tradicionales como lápiz y papel y en otras muestras. En cuanto a la medida de atención emocional, esta no diferenció en la evaluación de respuestas afectivas positivas o negativas, a fin de una mejor explicación con cada variable. Finalmente, aunque la relación entre el maquiavelismo y la baja adherencia al distanciamiento social fue significativa estadísticamente, las respuestas de cumplimiento a tal medida predominan, así que futuros estudios deben explorar en mayor detalle esa asociación. El presente estudio también es un aporte importante en la literatura de rasgos de personalidad especialmente en el contexto de Hispanoamérica y en pandemia, ya que hasta donde conocemos, existen muy pocos estudios que examinan rasgos dañinos interpersonales y características emocionales.
Conclusión
Los resultados sugieren que la atención emocional fue un componente crucial durante la pandemia en el contexto peruano, que debe explorarse para reducir tendencias manipuladoras e insensibles, y promover el autocuidado en las personas mediante la distancia social, a comparación del maquiavelismo. Sin embargo, también parece haber favorecido tendencias narcisistas para mayor foco en las propias necesidades. En conjunto, parece que es necesario explorar la inteligencia emocional rasgo a través de sus componentes, pues esto ofrece información detallada de cuáles rasgos emocionales pueden prevenir o reforzar tanto los rasgos antagonistas de personalidad, así como las medidas de salud pública durante la pandemia. Por tanto, futuras investigaciones deben profundizar en qué rasgos específicos podría ser más efectivo fomentar las bondades de la autoevaluación emocional. Esto pueden ser útil en nuevos periodos críticos de salud u otros contextos (académicos, laborales, políticos, etc.) para disminuir motivaciones con fines de beneficio personal, tanto en interacciones cara a cara o virtuales.